Respuesta a Oscar F.- Otaluto
Fecha Friday, 05 May 2006
Tema 020. Irse de la Obra


La carta de Oscar F. me ha impactado de un modo especial. No sé por qué no ha dejado de rondar mi cabeza. Quizás porque la encuentro descarnadamente honesta.

 

Muchas veces me parece que nuestras historias en opuslibros están teñidas por elementos subjetivos, como es lógico. Pero el que nos lee de afuera puede llegar a pensar que un centro de la obra es como una mazmorra, donde hay fuego y rechinar de dientes, y un señor muy feo nos extrae las uñas con una tenaza. Pero la realidad es muy distinta. Un centro es habitualmente un lugar agradable y cómodo. Con gente que habla sin estridencias, que sonríen cuando te los cruzas, buenas comidas, habitaciones aireadas y limpias. Es fácil acostumbrarse. En una época en que debía reponerme de una depresión me mandaron a vivir un tiempo a la comisión regional. Yo lo llamaba “carcel 5 estrellas”, lo que no causaba mucha gracia al que llevaba mi charla, intentando describir la sensación de aislamiento que sentía, aunque no tuviera materialmente nada de qué quejarme.

 

Algunos se preguntan por qué hemos tardado tanto en irnos, si realmente la pasamos tan mal. Se han dado infinidad de razones. Pero creo que se ha dicho poco sobre la inercia que provoca en la toma de decisiones un ambiente humano agradable y rodeado de comodidades. Los directores saben como usar esto a su favor: ¿te falta algo? ¿quieres cambiar de centro, de ciudad, de profesion? ¿quieres ir de curso anual a Alaska? ¿se te antoja algún capricho?. Parece que el loco fuera uno: la obra pone todo, lo mejor, a disposición de uno, y nosotros vivimos angustiados. En fin.

 

Lo más triste que tengo para decir es lo siguiente: Oscar F. se plantea ahora si es feliz realmente o solo se ve feliz en el espejo, y cosas como la razón por la que uno debe vivir. Todo muy legitimo. Mientras tanto los directores han detectado al cuerpo extraño, al germen, el virus que deben exterminar porque pone en peligro la supervivencia del organismo.

 

La obra no perdona. Mientras Oscar filosofa sobre el sentido de la existencia y cumple tranquilo su labor de investigador, se han puesto en marcha los mecanismos que lo dejarán en la calle sin nada, sin planes, sin amistades, y si es posible sin trabajo y sin dinero. Porque hay que saber que la obra no te permite ir hasta no tener la certeza de que no es posible extraer algún beneficio del que se va, y eso recién ocurre cuando te ven completamente destruido.

 

Oscar F., tu piensas que eres listo y que has logrado engañar a los directores con tu aspecto de hombre feliz, pero te equivocas. Ellos son siempre más listos. Y seamos sinceros, tu también, a tu modo, eres bastante cruel. Eso de que pones barreras a los que se te acercan...hmm...malo, malo. Cuando te pase lo que va a pasarte, y no es un deseo sino una certeza matemática, recuerda que quizás te lo mereces. O, a lo mejor, decides dejar de filosofar y tomas las decisiones que sabes que debes tomar.

 

Paz a todos.

Otaluto.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=7537