El sacrificio de lo particular.- E.B.E.
Fecha Monday, 02 February 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


"El sacrificio de lo particular"

Leyendo un artículo que un amigo me envío, encontré en él una serie de elementos que pueden llegar a servir para entender algunos aspectos "peculiares" del ser de la Obra. El artículo es de un diario argentino y se titula Hegel y la Guerra.

Habla de cómo el Espíritu Absoluto va definiendo la vida de las personas y la historia. Y ese Espiritu Absoluto me recordó al Espiritu de la Obra, por la forma en que lo describe Hegel. No pienso que el fundador haya leído a Hegel. Pienso que Hegel describe conductas de cómo se ejerce el poder.

Paso a citar algunas de las partes que me llamaron a reflexionar.

1) "El triunfo como criterio de legitimación del vencedor". Es decir, la legitimidad no viene dada por cuestiones morales sino de eficacia. Los perdedores no cuentan o sea, para nuestro caso, los que ya no pertenecen a la Obra. En la Obra, pasar a estar "afuera" de ella implica siempre "una derrota".

Triunfar es perseverar "en la Obra", no fuera de ella. No se puede ser triunfador "también afuera". El mundo de la Obra es el de una batalla permanente: sólo puede haber vencedores y vencidos, héroes y traidores. Nadie puede estar al margen o ser "neutro".

Y esto es independiente de quien se va: porque fue el mismo fundador quien en múltiples declaraciones "se adelantó" y fijó su posición de "vencedor", en un enfrentamiento irreversible. El famoso "rejalgar" es el signo de la derrota, o más bien, del deseo de ver al otro derrotado (porque tampoco se trata de una derrota real, es más bien una maldición por parte del fundador). Para quien quiera recordar sus palabras

"No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino, hijos. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar" (en Meditaciones III, p. 389, citado por Alfredo en su mail.

Lo que no sabía, hasta que alguien me lo señaló, es que este texto fue "traducido" para los outsiders en el libro Amigos de Dios:

"Necesito recordaros que no encontraréis la felicidad fuera de vuestras obligaciones cristianas. Si las abandonarais, os quedaría un remordimiento salvaje, y seríais unos desgraciados. Hasta las cosas más corrientes que traen un poquito de felicidad, y que son lícitas, se pueden volver entonces amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar" (Amigos de Dios, n. 183).

Y aquél otro texto, también explícito:

"Si te sales de la barca [de la Obra], caerás entre las olas del mar, iras a la muerte, perecerás anegado en el océano, y dejaras de estar con Cristo" (Meditación Vivir para la gloria de Dios, 21.I-1954).

2) "la cuestión jurídica": todo el derecho está enfocado a legitimar la propia actuación. El derecho "sólo es convocado cuando conviene", dice el autor del citado artículo. Y en el caso de la Obra, ni hablar.

3) un punto clave para entender qué ha sucedido en la Obra es "el sacrificio de lo particular. Se justifican las víctimas por un bien mayor, como el avance de la libertad en el mundo: paradójica defensa de los derechos humanos. "La historia universal -afirma Hegel- es el progreso en la conciencia de la libertad." Para ello lo particular paga el precio: "Con la ruina de lo particular se produce lo universal". (...) "En la historia universal lo más noble y hermoso es sacrificado en su altar". Lo que parece un mal desde el dolor de unos y otros, y desde las futuras víctimas "inevitables" del avance de la libertad, no lo es a la luz del progreso de la totalidad. (...) Hegel nos anima a que miremos a lo grande, ya que "quien mira racionalmente el mundo lo ve racional". Son medios inevitables para fines superiores."

El Espíritu de la Obra es presentado como el Espíritu Absoluto. En la Obra se sacrifican vidas humanas para que la maquinaria siga funcionando, por un "fin superior". Tal vez por eso en la Obra siempre se nos animaba a "mirar a lo grande" y así no ver la destrucción de tantas personas concretas.

4) "una amonestación para quien se permite disentir (...). Prohibido oponerse al triunfador porque ello significa quedar fuera de la historia", que es lo que le sucede a quienes dejan la Obra (o la Obra los deja a ellos): desaparecen de las fotos en los Centros, desaparecen de la memoria de la gente, de las conversaciones. Hay que borrarlos, porque son perdedores y no pueden compartir el lugar de los triunfadores.

Lo paradójico era (y es) que mientras le pensamiento de Hegel estaba prohibido en la Obra (la lectura de sus libros), en los hechos la jerarquía se conducía (y se conduce) de manera tan hegeliana.

E.B.E.







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