De besitos e intemperancias.- Antrax
Fecha Wednesday, 26 July 2006
Tema 100. Aspectos sociológicos


Queridos Emanuel y Marypt:

Cuentan que Don Santiago Carrillo (Jefazo que fue del PCE) en su primera visita a la extinta URSS fue recibido a pie de avión por el camarada Nikita Khruschef, quien le estampó, según la tradición rusa, un besazo en todos los morros. “No sabía si arrearle dos bofetadas, o dejarme querer”, comentaba el comunista ibérico con su habitual sorna.

Estimado Emmanuel: entre nosotros, los cómicos y afines, es muy habitual lo del besuqueo y aquí hay de todo: hetero, homo, bi y gambas al ajillo. Así que ya ves que en la hirsuta Hispania tampoco es tan raro lo del osculeo masculino. Últimamente menudea la costumbre, más grata si cabe, de leve besito en los labios con las compañeras de trabajo, lo que, a decir verdad, no deja de mosquear un tanto a más de una cónyuge ajena a la farándula.

Pero, a lo que íbamos: quien sí que era un besucón de narices fue el extinto Fundador. Incluso presencié episodios histéricos a cargo de quienes deseaban ser besuqueados y de quienes ya lo habían sido y juraban no volverse a lavar la cara en todos los restos de su vida. Cualquiera sabe a qué tendencia sexual obedecía esta singular conducta. Personalmente confieso mi renuencia al beso Archipaterno en grado de amenaza y creo que siempre me salvó un acné irreductible, que padecía yo por aquellos remotos años.

Otra cosa es que se propalaran por doquier himnos a la “virilidad”, a la “reciedumbre” y tantos otros tópicos verbales, atribuibles en gran medida al falangismo – militarismo residual de la sublevación militar del 36 y sus penosas secuelas culturales.

Respecto a la intemperancia del Fundador, recuerdo, noble Marypt, que asistí con desagrado a alguna de ellas y también cómo se contaban como geniales y santas gracietas auténticas burradas del susodicho. Parece ser que los operarios de Bruno Buozzi guardaban en su memoria “il giorno che si arrabbió Monsignore” ¡El colmo de la santidad! Debe de ser cosa de grandísimo mérito sobrenatural lo de cargarse a manotazos toda una batería de iluminación (creo que fue en Santiago de Compostela), o devolver hecho una furia una chaqueta de punto (saco para los latinos) amorosamente tejida por nuestras hermanas auxiliares.

En fin: un temperamental de bastante mala uva, en mi modesta opinión. 

“Puesto ya el pie en el estribo”, en vísperas vacacionales, os saluda

ANTRAX









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