Más sobre la tuna.- Miguel Ángel
Fecha Friday, 06 October 2006
Tema 010. Testimonios


Hola a todos.

Una vez recuperada la posición horizontal, perdida después de leer los últimos escritos de Satur sobre la tuna, me pongo a aporrear un poco el teclado. Hace ya tiempo que no escribo nada, pero os leo con frecuencia. Si es que los numes viven como reyes, tienen tiempo para todo, pero yo, con la casa, los niños, el huerto, ...

Precisamente quería contar una anécdota sobre la tuna, para que veáis que no sólo hacían cosas de "getas". Cuando salí del centro de estudios me destinaron a un centro de nueva apertura. Tardó tiempo, pero por fin, pitó el primer supernumerario. No sé si sigue en el mopus, hoy es un renombrado guitarrista, bastante conocido en los círculos de la música clásica. Ya por entonces maravillava escucharlo y, sobre todo, asombrarse con el especialísimo cuidado que dispensaba a sus uñas. Tenía una caja de limas especiales para ello; eran largas, las uñas, le asomaban más de un centímetro, pero muy flexibles. Tal es así, que las apoyaba de punta en la mesa y se enrollaban de una manera que le daba dentera a más de uno...

Una vez fuimos a su casa. La excusa era una merienda, pero el fondo era su madre, enferma de cáncer que moriría unos días después. Se nos ocurrió pedirles un favor a los del centro de estudios, que nos prestaran a la tuna para cantarle a la buena mujer. Y allí vinieron, los tunantes todos vestidos de lagarteranos. No estaban en ella ni Satur ni el contorsionista del Columbia, pero sí un afamado acordeonista y, por descontado, el "mecenas".

Allí le cantaron a la madre enferma, que lloraba emocionada, y nos contagió a todos, pues qué iba a esperarse la pobre semejante sorpresa. Esposa de un obrero, familia pobre, desahuciada, y con la tuna más famosa del mundo, sí, sí, cantando para ella en el salón de su casa.

Habrán sido todo lo "gamberretes" que cuenta Satur en sus historias, pero también hicieron cosas buenas. Como darle una de las últimas alegrías a esta señora, y a su familia el gozo de verla sonreir, tal vez por última vez.

Un abrazo a todos.

Miguel Ángel









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