Cosas en común. Para Books.- Exnume
Fecha Monday, 05 February 2007
Tema 010. Testimonios


He leído varias veces tu escrito y estoy convencido que entre tú y yo hay muchos más puntos en común que divergencias. Efectivamente, de momento, no he contado los motivos por los que me fui. Pero te avanzo ya que, desde adolescente, había algo en mi interior, que fue creciendo con los años en la Obra, que me decía que lo mío no era el celibato. Me producía tristeza, soledad, oscuridad, días grises eso de vivir sin un amor humano a mi lado. Pasaron los años hasta que –como tú- di el paso. Hablé, recé, luché y me decidí, con mezcla de miedo al futuro, pero a la vez con seguridad de querer alcanzar aquello en lo que creía, sabiendo que lo que estaba haciendo era lo que Dios me estaba gritando desde el día que escribí aquella carta.
 
Pasé en la Obra un tiempo similar al tuyo. Más de 10 años y menos de 20. Yo, al igual que tú, me fui por lealtad. Y en los meses que duró lo que yo llamo “mi crisis”, me di cuenta de una cosa que no aprendí en todos mis años en la Obra: que lo que importa en esta vida es “Dios y uno mismo”. Mi alma y Dios, Dios y mi alma. Y lo demás, no es pasaporte para la Eternidad.
 
Efectivamente, esta web, para algunos, les podrá servir de desaguadero, como comentas. Con mis escritos que he enviado recientemente, quiero ayudar, dar otro punto de vista, transmitir lo que llevo dentro, y si a alguno de los lectores del site les sirve, estaré encantado de haber ayudado a esa persona que un día fue un hermano en la Obra.
 
Tienes razón que algunos han dejado la Obra y han tenido que pagar un precio muy alto: sin trabajo, sin pensión, sin derecho a paro, sin familia, sin amigos, sin nada. Quizás este no fue tu caso. No lo sé. Yo me fui con familia, con amigos, con alegría. Efectivamente, uno siempre cuenta la misa como la ha vivido y a veces nos cuesta entender que haya gente que haya pasado por una situación tan distante de la nuestra. A todos ellos les digo –si quieren oirme- que no desesperen, que recen, que se cojan de la mano de Dios que no deja, que no abandona, que no nos tira en la cuneta.
 
Te he de confesar que yo también me fui –como dices- “sanote”. El director de la casa en la que vivía no lo veía claro y cada vez que hablaba con él, me entraban las dudas y los temores, y me decía que “lo mío” no se solucionaba yéndome de la Obra. Sin embargo, cuando hablaba con el sacerdote con quien me dirigía (sacerdote numerario, para más datos) me decía que lo mío no era aquello, que los motivos que veía para, posiblemente, continuar, no eran de peso. Que lo mejor que podía hacer era irme, y con Santa Paz. Así lo hice y después de casi 10 años de haberme ido aún conservo esa Santa Paz que te deseo a ti y a todos los que me queráis leer.
 
Un abrazo
Exnume








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