Hola!

Respecto al testimonio de este supernume-"rarito", ni su aportación es sana (es ofensva e insultante), ni tampoco me parece justo tacharle por su profesíón. Como uno de tantos, su vocación traía un trabajo bajo el brazo, y él -muy a gusto- se ha valido de ella.

Y aquí esta mi pregunta, ¿cuántos miembros de la Obra no lo son por el cargo o por el status que con ello han ganado? ¿Cuántos realmente usan de su vocación como aquel que en Evangelio se enorgullecía por sus méritos?

Ni calva ni peluda, ni fuera ni dentro, mi fe es la católica, y mi vida en el Opus Dei estuvo marcada por el miedo al fracaso y a la destrucción del pilar de mi vida, es decir, ¡mi propia vida! con mi familia de por medio, claro.

Quizás no llegar a darse cuenta que el Opus Dei no es una identidad social es lo que me frenaba a dejar los hábitos que hacían de mí una auxiliar. Pero no por eso dejo de aplaudir a aquellos que confían plenamente en la Obra con sinceridad como forma y medio de salvación, y también deseo que se hiciera una limpieza de aquellos que lo enturbian, tanto supers, como nume-raritos o agregados o añadidos, o lo que sea. De igual forma que hay grandes profesores en los colegios -tanto supers como nada-, como otros que más les valiera no formasen a esos niños. Pero ahí está el detalle, hermana, ¡hasta en los conventos hay a veces ratas!

Ahora mi vida no se parece en nada a la de antes. Lágrimas -de gozo y de dolor- me acompañan en la triste oscuridad del qué será de mí. 

yoyoba