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Yo formé parte del Opus Dei

Ex numeraria francesa

 

El Opus Dei recluta estudiantes católicos o bien parejas católicas, generalmente de cierto nivel, con buena situación o solvencia económica.

Para contactar con los padres se hace por mediación de los niños a quienes se les proponen actividades: elaboración de pasteles, pequeñas obras de teatro, tenis para los más mayores, ayuda con los deberes, manualidades.

Los niños son inmediatamente invitados a formar parte de un club, cada miércoles. Se organizan excursiones a la nieve.

Así, aprovechando la amistad que surge entre las mamás y posteriormente entre las parejas, estos son invitados a tardes o jornadas de reflexión durante las cuales los niños son atendidos. Estas jornadas tienen lugar en una hermosa propiedad y hay una elevada participación financiera.

Durante estas jornadas hay rezos y simpáticas discusiones. En el Opus Dei se atrapa al pez por la cabeza: por el lado espiritual e intelectual. Hacer proselitismo es una obligación.

Hay que confesarse cada semana, únicamente en los centros de la organización. En Burdeos, un sacerdote de Toulouse se desplaza a Nôtre Dame. No se elige al confesor. Además, una vez por semana se tiene una entrevista con el director espiritual. Establece los puntos de mortificación, dirige la vida interior, en definitiva, te planifica la vida. Te aconseja encarecidamente que te decidas por una pareja que esté dentro de la organización.

Se establece media hora de oración por la mañana y por la noche, cursos de teología, meditar las frases del padre fundador. No te planteas preguntas pues las personas del Opus Dei lo comprenden todo sobre la religión, los otros católicos son los que permanecen en el error.

Te hacen sentir culpable con respecto a Dios; se juega con el miedo al infierno y al purgatorio. La noción de pecado está omnipresente; sólo se vive para la vida después de la muerte. Existe la corrección fraterna. Se corrige a una joven que se le va la mano con el maquillaje o cuya falda no es lo bastante larga. No se debe mirar la lencería en los escaparates ni ciertos carteles.

El director espiritual, que no es un sacerdote sino un "numerario" es soltero y está metido por completo en la organización. Lo sabe todo de ti. Sabe cuanto ganas. Se da la transparencia total.

Eres manipulado para dar: El aspecto financiero en el Opus Dei es muy importante. La organización sólo se interesa por las personas ricas, por los estudiantes brillantes que tendrán una buena situación. Das tu dinero, tu herencia al Opus Dei pues "se compra su saludo"

Fuera de la organización ¡nada de saludos!. Las homilías de cualquier párroco de una iglesia "normal" son criticadas. Se debe destruir los papeles que les concierne. Cuando se habla de los curas que no están en el Opus Dei se les llama ¡"pobres curas"! .

Los anticonceptivos, la fecundación in vitro están prohibidos: ¡pecado mortal y después al infierno!

Para ver una película se debe pedir permiso al cura o al director espiritual. No tenía más amigos fuera del círculo del Opus Dei. Los otros representaban un peligro para mi fe. Además, hay tal cantidad de actividades que no tienes tiempo de hacer otras actividades que no sean las del Opus Dei.

Poco a poco te vas aislando, cortas con la familia. Yo la menosprecié hasta tal punto por formar parte del Opus Dei que, incluso ahora, los lazos familiares todavía no se han reanudado.

Es una trampa para los católicos el que la imagen del Papa esté colgada en los lugares de reunión y la beatificación del padre fundador dé tranquilidad.

Haces la visita de pobres cada mes. Esta muestra de caridad esconde el resto pues, junto a esto, se aprende a despreciar a las personas que no son del Opus Dei ya que, como miembro de la organización, se está en posesión de la verdad: se está por encima de los demás.

Hacen proselitismo estando tan seguros de sí mismos que son muy convincentes. Cuando entras en la organización tienes la impresión de entrar en una gran familia... Descubres el resto después pero, psicológicamente, es muy difícil salir.

Yo me marché. Estoy casada pero no he recuperado todavía mi estabilidad emocional. El aislamiento psicológico, la manipulación mental, la intolerancia, el desprecio por los que no son del Opus Dei, el dinero de la herencia que yo les di: hacen falta años para recuperarse.

¡Cuando pienso que he tenido que trabajar durante dos años sólo para pagar mis deudas!

Cuando se sale del Opus Dei hay que aprender a vivir de nuevo. Felizmente aún conservo la fe...

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