Cosas veredes Sancho…- Desde la otra orilla
Fecha Friday, 03 March 2023
Tema 110. Aspectos jurídicos


En su reciente vieja por USA, en comisión de servicio, El vicario general Mariano Fazio acompañado de otro personaje l explicaba a la audiencia que le escuchaba con deseos de saber más, que, “respecto a las prelaturas personales”, hay dos visiones. La primera, según el parecer de un buen grupo de teólogos y canonistas que piensan que dentro de las prelaturas personales están contemplados los laicos como parte integrante, y hay otro grupo de expertos que dicen que no, que es solamente para el clero, y añadía: el Papa Francisco se inclina más por la segunda visión. Lo que más me llamó la atención de todo esto es que dejó las cosas así, sin más explicación al personal ahí presente más que “en la Obra queremos mucho al Papa y lo obedecemos” …. Y ya. No dio para más la explicación.

Yo me pregunto: la obra como prelatura ya tiene más de 40 años y desde sus orígenes no había lugar para los laicos según el derecho canónico, y ellos lo sabían. Del Portillo lo sabía, él fue el gran promotor de esta figura para la obra, que además se consideraba que formaba parte de la estructura jerárquica de la Iglesia, y trataron de darle esa estructura. Tal es así que hubo una época en la que existió en la obra un Tribunal Judicial que tuvo como Vicario Judicial al mexicano Alberto Pacheco y tenía su sede en Roma y su finalidad era resolver problemas judiciales entre los miembros de la prelatura. Y de pronto desapareció el tribunal sin dar ninguna explicación. ¿Por qué tanto secretismo, por qué tanto engaño a los de a pie? Creo que es necesaria una explicación y una disculpa pública a todos y todas, porque estuvimos en algo que fue una institución que no era lo que nos decían y exigían vivir un “espíritu” que nunca ha sido aprobado por la Santa Sede. En el proceso de “beatificación” de Del Portillo no creo que ni se hayan cuestionado hablar del tema al hablar de la heroicidad de las virtudes, entre otras la de la lealtad y sinceridad y transparencia, aunque está última no es que esté considerada como una virtud, pero qué importante es. Su contrario es la opacidad, en la que se ha vivido siempre en la obra.

El congreso especial servirá para darles a conocer a los congresistas la solución al tremendo problema jurídico, pero ni se esperen que va a ver más. Los que participan son los mismos de siempre, los inscritos y los electores, ambos escogidos por el prelado. En las órdenes y congregaciones religiosas, cuando tienen sus congresos, suelen hacer una consulta a todos sus miembros y suelen enviar a sus representantes escogidos por mayoría, cosa impensable.

“Cosas veredes Sancho”…

Desde la otra orilla









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