He planteado en los chats de los viernes y en esta propia página un razonamiento, sin que nadie respondiera, y quisiera conocer alguna opinión.
Estoy convencido de que se han mantenido las renovaciones del 19 de marzo aún a sabiendas que los laicos ya no forman parte de la Prelatura desde el 8 de agosto a raíz de la promulgación del 2º Motu Proprio por la Santa Sede, de tal forma que si el tema se llega a aclarar con los nuevos estatutos antes de la próxima renovación, ya no podrían volver aunque quisieran, o tal vez ese compromiso renovado por 1 año no habría sido útil para nada. A eso se le llama engañar sin paliativos.
La Prelatura desde el 8 de agosto es una asimilación a una asociación de clérigos. Los laicos no caben en la Prelatura, porque ya no cabían en 1982. Se está engañando porque no se dice la verdad de la situación a nadie, aparentemente con el objetivo de obtener la renovación de los laicos. Haber mantenido la renovación amenazando que es irreversible como me ha ocurrido a mí, resulta una vulneración de la libertad. Pienso además que a la Santa Sede no se le comunica nada respecto a las renovaciones.
Blacksmith