AUER, Alfons El cristiano y la profesión Herder, Barcelona 1970

1. El autor parte de que el quehacer temporal no se reduce a mera actividad, sino que se despliega como trabajo profesional, como forma social de transformar el mundo.

2. Con acierto, descubre la ruptura de la unidad de vida en Lutero, al proclamar la salvación por la sola fe y, en consecuencia, al establecer una ética de las intenciones subjetivas. Pero, como contrapartida, busca la integración dinámica, de trasfondo inmanente, de los valores personales, sociales, materiales y cristianos. Para esta síntesis se apoya sobre todo en Teilhard de Chardin.

3. Extrapola el papel del trabajo y del quehacer dentro de la economía redentora, en detrimento de la vida sacramental y prácticas de devoción, por su afán de desprenderse de una mentalidad que el autor califica de dualista-platónica y, en lo teológico, de monofisita.

4. Propone una interpretación de la secularidad tomada de Metz y de Schillebeeckx, valorando el ateísmo como un fenómeno incrustado en la vida cristiana. El pecado original y el sentido redentor del sufrimiento apenas son tratados; y esto se refleja en la descripción que hace de la Santa Misa, donde el carácter sacrificial queda esfumado: sería como una "anticipación escatológica de la madurez de una humanidad integral".

J.R.Ch. y F.J.S.

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