BRUAIRE, Claude: L'affirmation de Dieu, Seuil, París 1964
1. Primera etapa de una antropología sistemática, construida sobre los tres principios hegelianos: Lógica ("logique de l'existence"), Naturaleza ("philosophie du corps") y Espíritu ("la raison politique"). El proyecto de la "afirmación de Dios" es examinar si la lógica de la existencia (la expresión de las relaciones íntimas entre los diversos principios constitutivos de la naturaleza humana) contiene un elemento que nos permita pronunciarnos sobre la existencia de Dios: "Puesto que concluiremos con la afirmación de Dios, bien se puede calificar este trabajo de 'reconstrucción'" (p. 19).
2. La primera parte de la obra, denominada "dialéctica", expone los tres principios sobre los que se funda la naturaleza humana, según el autor: la libertad, el deseo y el lenguaje. La segunda parte —"especulativa"—, utiliza el silogismo hegeliano para sistematizar el contenido de la dialéctica. En la última parte, la indeterminación del deseo nos conduce a descubrir "la libertad absoluta de Dios", que se manifiesta como "una implicación de nuestra existencia" y como el "medio" de "frenar (por su concepto) el círculo de la sistematización".
3. La exposición adolece de un defecto radical: parte de la base de que basta encontrar una dialéctica que pueda —por necesidad interna— conducir a la afirmación de Dios. Y esa dialéctica se funda en el sistema hegeliano, cuya exigencia de la circularidad del sistema se acepta sin discusión. El autor atribuye tal vigor y fuerza al silogismo que se permite desechar toda perspectiva metafísica de reflexión sobre el ser. Sin embargo, Dios no puede aparecer como una pieza necesaria de un sistema en el cual la misma pretensión de describir la realidad humana puede ser criticada.
4. Por otra parte, al denominar bajo el mismo término de "deseo" tanto la voluntad como las pasiones, el autor convierte la libertad en una simple facultad encaminada a "realizar" los impulsos universales e infinitos de la naturaleza. Así, impide concebir adecuadamente la libertad; y no contempla la posibilidad de un eventual conflicto entre la voluntad y las pasiones.
5. Por último, se ha de señalar el uso continuado de un vocabulario teológico poco matizado, dando por válidas algunas afirmaciones generales (cercanas a la heterodoxia), que hacen pensar que es la razón quien encuentra por ella misma los misterios revelados: "Esta filosofía permanece incomprensible si no se parte de la idea de un Dios trinitario, alfa y omega, unidad y autodiferenciación positiva e infinita, que comprende sus propias negaciones".
M.A.
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