DAHRENDORF, Ralf: The Modern Social Conflict. An Essay on Politics and Liberty, Weidenfeld & Nicholson, London 1988, 220 pp.
(El conflicto social moderno, Mondadori, Madrid 1990, 232 pp.)
1. Ensayo que trata de captar y exponer el sentido de la sociedad moderna —de manera especial en Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos— en función de las realidades de la política contemporánea y su influencia en la vida social. Estudia la revolución de la modernidad, la clase social, la política en la sociedad industrial, el totalitarismo, la crisis de los años sesenta, el contrato social como nuevo contrato social, etc.
2. El autor vislumbra un conflicto primordial en la sociedad moderna, entre riqueza y ciudadanía o, como dice él, entre provisions (bienes y servicios) y entitlements (derechos a gozar de ellos). En la sociedad actual, explica, hay crecimiento y hay pobreza. Las exigencias de innovación compiten con las reivindicaciones de justicia. Tales antinomias dan una primera idea del conflicto social moderno (...) La libertad necesita de ambas, de la prosperidad y de la ciudadanía, aunque quizá los derechos de ciudadanía para todos son una condición para la riqueza duradera de las naciones (pp. X-XI). En su análisis considera que el mundo moderno tiene dos características distintivas: de un lado, pérdida de vínculos tradicionales o de ligaduras; de otro, crecimiento económico y redistribución de la riqueza. Desde el punto de vista político, hay tres elementos que han de ser cuidadosamente equilibrados: liderazgo, administración y participación; la sobredosis de uno en detrimento de los demás podría llevar a males como la autocracia, la burocracia y la democracia, respectivamente (alude aquí a la democracia absoluta o poder popular directo, sin mediación de representantes).
3. Al señalar un programa para los años noventa, Dahrendorf advierte que cualquier intento de resolver los problemas desmantelando todo lo precedente es pueril e ineficaz. Como tampoco es posible que un país adopte soluciones unilaterales, que ignoren la interdependencia mundial. Al mismo tiempo, considera necesario un mayor empeño en favor de los excluidos de la prosperidad. El paro debería ser abordado con una nueva redistribución del trabajo; la pobreza, con un ingreso mínimo garantizado; y el Estado del Bienestar debería ser verdaderamente universal, sin reintroducir condiciones que actúan como barreras contra la disponibilidad de estos servicios. Aunque en las sociedades de la OCDE, la mayoría se encuentra relativamente bien y sólo una minoría se podría considerar al margen, hay que tener en cuenta que el mundo de la OCDE constituye una minoría de la humanidad. La gran mayoría de los seres humanos viven pobres y en condiciones precarias (p 186).
4. El autor alude al reciente fenómeno del retorno a lo sagrado, pero en su ensayo falta la visión positiva que nace de saber que el hombre tiene una finalidad trascendente. Esto se refleja en el miedo a parecer moralizante siempre que presenta ideales, como si cualquier sugerencia sobre lo que es acertado o equivocado pudiera coartar la libertad.
C.S.—D.G.
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