JONSEN, Albert R. y TOULMIN,
Stephen: The Abuse of Casuistry, University of California Press,
Berkeley 1988.
1. Los autores hacen un recorrido hist—rico
amplio para mostrar que, aunque la casu’stica ha dado lugar a abusos -sobre
todo en una Žpoca hist—rica determinada (fundamentalmente en el siglo XVII)- no
se puede afirmar que sea un sistema incapaz de dar buenos frutos para la
formaci—n del juicio moral.
2. Se–alan que la gran cr’tica hecha por
Pascal en sus Cartas Provinciales no ser’a leg’tima m‡s que en relaci—n a un tipo muy concreto de
casu’stica, que hab’a degenerado en una moral laxista. Concluyen que el mŽtodo
contiene elementos valiosos para la resoluci—n de cuestiones morales en la
actualidad. Los autores parten de su experiencia en la National Commission
for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Resarch -creada por el Congreso de los Estados
Unidos en 1974- que reun’a expertos procedentes de distintas concepciones
morales. All’ no se lleg— a un acuerdo sobre la fundamentaci—n moral de las
distintas cuestiones, pero s’ a una resoluci—n bastante unitaria de los casos
concretos que deb’an estudiar. Utilizan la ciencia mŽdica como paradigma para
la Žtica. Siguiendo a Arist—teles, sostienen que no se trata de una episteme, sino de una phronesis, donde los juicios morales no son nunca
definitivos sino siempre abiertos a su profundizaci—n (si aparecen nuevas
circunstancias relevantes). La Žtica no puede seguir un mŽtodo deductivo -como
el propio de la Geometr’a- sino m‡s bien un desarrollo "ret—rico": no
entendido como simple modo de convencer a otro, sino como modo de razonar. Proponen
una taxonom’a (taxonomic procedure) cuyos elementos principales son aquellos de la casu’stica de la edad
de oro (1556-1656): el paradigma o caso paradigm‡tico, la analog’a, la
apelaci—n a las m‡ximas morales, la importancia de las circunstancias y la ponderaci—n
de argumentos.
3. Se percibe una visi—n de la Iglesia y de
su Magisterio demasiado humana (vid. pp. 102-103). En alguna ocasi—n aparecen
comentarios negativos con respecto al Magisterio en materia moral (con relaci—n
a la Humanae vitae, pp.
265-266 y 271). El libro da la impresi—n de que en algunas cuestiones -como la
ense–anza en materia sexual- ha habido grandes cambios, aunque no queda claro
si se refiere al contenido te—rico o al modo de desarrollar la pastoral en este
campo (pp. 179 y 317). Critica una posici—n contraria al aborto que sea
demasiado tajante (p. 336). No queda clara la postura ante los absolutos
morales: explica que los actos intr’nsecamente malos aparecen en el ‡mbito de
la moral casu’stica, pero las circunstancias podr’an hacer perdonable -e
incluso justificar- una acci—n que normalmente (en el "normal case")
es absolutamente mala (p. 312).
P.R.M.
(2002)
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