LACOSTE, Yves Geograf’a del subdesarrollo Ariel, Barcelona 1982, 4» ed.

1. No obstante su aspecto cient’fico, el libro presenta una clara intenci—n pol’tica: est‡ escrito desde una perspectiva marxista, con la pretensi—n de estimular la lucha de clases a nivel mundial, para liberar a los pa’ses subdesarrollados del capitalismo imperialista Ñconsiderado en general, sin matices, c—mo la œnica causa de la pobreza y la opresi—n en esos pa’sesÑ e instaurar el socialismo que ser’a ÑtambiŽn sin maticesÑ la soluci—n de todos los problemas.

2. Al inicio del libro, el autor declara abiertamente: "He llegado a la conclusi—n de que las ideas producidas por los ge—grafos no son œnicamente un saber por el saber. Sus descripciones sobre el mundo presentan finalmente una funci—n pol’tica e ideol—gica mucho m‡s importante de lo que aparece en principio" (p. 24). Propugna que el ge—grafo realice una autŽntica "conversi—n" y ofrezca con su trabajo, armas para la "acci—n" y la lucha". "Ante el problema del subdesarrollo resulta imposible no tomar partido, y por tanto, el ge—grafo no debe limitarse a hacer un an‡lisis asŽptico, sino ser œtil, sobre todo, para quienes luchan contra la opresi—n" (P. 85).

3. El autor se–ala que la ambigŸedad de la noci—n de subdesarrollo est‡ mantenida intencionalmente por los pa’ses "imperialistas", con el fin de enmascarar su dominio sobre el Tercer Mundo, y que ante todo es necesario precisarla a partir de dos realidades: los hechos socio-demogr‡ficos y la infraestructura econ—mica, pues lo que caracterizar’a el grado de subdesarrollo es la relaci—n entre el crecimiento demogr‡fico y el crecimiento econ—mico.

4. El cap’tulo 9¼ Ñ"El subdesarrollo, una crisis dialŽctica"Ñ pretende ser una descripci—n de este hecho segœn las leyes de la dialŽctica. En general, el subdesarrollo ser’a un producto de la evoluci—n del capitalismo occidental (como su ant’tesis). Adem‡s, el autor establece una oposici—n entre los aspectos positivos y negativos de los cambios r‡pidos que se han producido en los pa’ses subdesarrollados bajo la influencia del capitalismo, de modo que los primeros generar’an autom‡ticamente los segundos Ñpor la misma dialŽctica interna del sistemaÑ, manteniendo a estos pueblos en una situaci—n permanente de subdesarrollo. La soluci—n estar’a, por tanto, en la eliminaci—n del capitalismo Ñpara lo cual el autor propone deshacerse en primer lugar de las clases aut—ctonas privilegiadas que lo apoyan (cfr. p. 327)Ñ y adoptar el socialismo marxista. As’, llega a afirmar en tono de propaganda que el socialismo ha liquidado el subdesarrollo en los pa’ses en donde ha logrado triunfar; el hecho de que los pa’ses socialistas no experimenten las necesidades de consumo se debe "a la organizaci—n de la sociedad por un partido consciente de sus responsabilidades ante las masas, que ha permitido asegurar a cada uno una raci—n alimenticia modesta, cuidados gratuitos y la instrucci—n b‡sica. El esfuerzo para igualar diferencias entre las categor’as sociales hace que la relaci—n de inferioridad, es decir la pobreza, sea considerada normal" (p. 104).

S.M.

 

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