VARIOS AUTORES Initiation ˆ la pratique de la thŽologie. I: Introduction; II: Dogmatique I Du Cerf, Par’s 1982

1. Primeros volœmenes de una colecci—n de tratados de teolog’a, escrita por un equipo de autores Ñcat—licos y no cat—licosÑ, que intenta reflejar las corrientes teol—gicas m‡s de actualidad.

2. En el pr—logo al primer tomo, los directores de la colecci—n se–alan que "la pr‡ctica de la teolog’a es siempre interpretaci—n de la historia del cristianismo" (p. 11): consiste en el "discernimiento de la verdad en una historia" (ibid.). Merced a este concepto de teolog’a, se desecha el papel de la metaf’sica en la comprensi—n de la verdad revelada, para centrar toda la atenci—n en la hermenŽutica, pues cualquier testimonio supondr’a una interpretaci—n subjetiva. Para los autores, la experiencia hist—rica, esclarecida por la hermenŽutica, se convierte en principio de verificaci—n de una fe siempre abierta a nuevas adquisiciones, gracias sobre todo al sensus fidelium, en el que actuar’a el Esp’ritu renovador.

3. Una consecuencia de esta visi—n de la teolog’a es un "pluralismo" mal entendido: "del mismo modo que no hay identidad entre la Iglesia y el Reino de Dios, no la hay tampoco entre la confesi—n de fe dogm‡tica y la palabra de Dios" (p. 124). Hay, ciertamente, para los autores una unidad de la fe, pero es una unidad "multiforme" (p. 131). Uno de los criterios de unidad es la tradici—n, pero "a condici—n de comprender bien que la continuidad de la tradici—n no hay que buscarla en la repetici—n mec‡nica de un mismo mensaje doctrinal, sino en la analog’a entre el Nuevo Testamento y la funci—n que ejerc’a en la Iglesia primitiva, y, despuŽs, la producci—n de una nueva interpretaci—n creadora del mismo mensaje y la funci—n que Žsta ejerce en la Iglesia y en la sociedad" (p. 133). TambiŽn el Magisterio es criterio de unidad, en cuanto testigo privilegiado de la tradici—n, pero el juicio, en œltima instancia, pertenece a toda la comunidad "confesante e interpretante" (p. 135).

4. Se trata, para los autores, de una concepci—n "din‡mica", o bien, "de una nueva estructuraci—n del cristianismo, resultado de una conjunci—n entre los elementos fundamentales del cristianismo y ciertos elementos estructurales nuevos, segœn las Žpocas". Lo que en definitiva se pretende es una reinterpretaci—n de las definiciones dogm‡ticas, puesto que la situaci—n hist—rica particular ser’a un elemento constitutivo de nuestra comprensi—n del mensaje evangŽlico: por esto, el mŽtodo de la teolog’a, que "desde Trento ha funcionado segœn un modelo dogm‡tico", deber’a sustituirse por "un modelo hermenŽutico" (cfr. pp. 135-136).

5. Estos planteamientos dan el tono general de la colecci—n, que incluye en sus diversos art’culos errores semejantes de car‡cter historicista y relativista. En resumen, estos libros, m‡s que una introducci—n a la teolog’a, son textos Ñpara especialistasÑ que se apartan en aspectos importantes de la fe cat—lica.

F.M. y R.E.

 

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