FUSCO, Renato DE; LENZA, Cettina

Le nuove idee di Architettura. Storia della critica da Rogers a Jencks

Etas libri, Milano 1991.

INTRODUCCIÓN

Aunque el texto se presenta con una estructura autónoma, su planteamiento es deudor del libro escrito por De Fusco en 1964 con el título L'idea di Architettura. Storia della critica da Viollet-le-Duc a Persico, (edición castellana, La idea de la Arquitectura. Historia crítica desde Viollet-le-Duc a Persico, Ed. Gustavo Gili, Barcelona 1976). Al mismo tiempo, sin embargo, tal como los autores exponen en la introducción existen importantes cambios en su planteamiento.

El ensayo examina la situación de la crítica arquitectónica desde la segunda posguerra europea hasta la fecha de la publicación. Considerando la cercanía histórica y la abundancia de textos y autores, el libro se dispone temáticamente, analizando las distintas posturas de la crítica sobre cada uno de los temas planteados. Por otra parte, aunque se utilizan, como en el primer ensayo, aportaciones exteriores a la arquitectura, en este caso las nuevas aportaciones externas, tales como la Gestalttheorie, la massmediologia, la teoría de la información, el estructuralismo, la semiología, la hermenéutica, el deconstructivismo, etc. son integrados y orientados pertinentemente hacia los temas internos del debate disciplinar que mientras tanto (en estos años) se ha enriquecido con una basta literatura: la crisis del Movimiento Moderno, la "tradición de lo nuevo", el binomio autonomía-heteronomía, la reconsideración de la historia, el problema de la tipología, la dicotomía plan-proyecto, la cuestión de los centros históricos, hasta la micrología de la condición post-moderna (p. VII).

En el libro de 1964 por crítica se entendían sólo las ideas estéticas, lógicas, sociológicas, poéticas, etc. de las épocas examinadas que estaban entonces en la base de la idea de la arquitectura moderna; en este nuevo ensayo la crítica no sólo contempla esas ideas sino que se extiende a una crítica de la crítica, o mejor a una historia que, mientras estudia y describe los textos, los valora críticamente (p. VIII).

Aunque el libro ha sido realizado conjuntamente por ambos autores, la introducción aclara a quien corresponde la redacción de cada uno, señalando que sólo la introducción y el último epígrafe (hermenéutica y proyecto) han sido elaborados conjuntamente.

CONTENIDO

El ensayo se compone de diez capítulos temáticos; cada uno de ellos, y aún cada uno de los epígrafes en que se dividen, examina de un modo básicamente cronológico, diversas formulaciones críticas, procurando contrastar unas con otras y concluye habitualmente con la solución propuesta por los autores.

El cap. 1 trata de la Cuestión del Movimiento Moderno, para lo cual, después de presentar las primeras formulaciones del Moderno (es decir, la que se ha considerado la historiografía ortodoxa) se examinan las distintas críticas a que ha sido sometido el mismo concepto del Movimiento Moderno. Aquí, como sucede frecuentemente a lo largo del texto, los autores recurren a un pensador, ajeno a la disciplina arquitectónica, con el fin de enmarcar culturalmente las distintas posturas críticas.

En este caso se acude al concepto de tipo-ideal, tal como fue formulado por Max Weber para el estudio de la sociología. Se trata de un concepto obtenido mediante la acentuación unilateral de uno o de algunos puntos de vista, mediante la conexión de una cantidad de fenómenos particulares difusos y discretos, correspondientes a aquellos puntos de vista unilateralmente sacados a la luz, en un cuadro conceptual en sí unitario. En su pureza conceptual este cuadro no puede nunca ser encontrado en la realidad; es una utopía, y al trabajo del historiador se presenta la tarea de constatar en cada caso particular la mayor o menor distancia de la realidad a aquel cuadro ideal (p. 25, la cita corresponde a Max Weber, El método de la ciencia histórico-social).

De este modo se considera que el Movimiento Moderno funciona como un tipo-ideal, es por tanto, bastante más que una noción cómoda, es una construcción lógica que potencialmente expresa: a) un "artificio historiográfico" cuando es elaborado por los historiadores; b) un "artificio poético" (las tendencias programadas por los arquitectos); c) un "artificio tratadístico-teórico" (el binomio forma-función, la tipología edilicia, el Existenzminimum, la planta libre, etc.). (p. 25).

Los dos capítulos siguientes (2. ¿Continuidad o crisis? y 3. Autonomía y heteronomía) se plantean de algún modo como continuación y ampliación del primero; en ellos se examinan, con particular atención a la cultura arquitectónica italiana, distintos intentos elaborados a lo largo de la década de los sesenta para resolver las crisis del Moderno. Los títulos de algunos de los epígrafes resultan especialmente significativos: vanguardia e historicismo, la tradición de lo nuevo, la cuestión tipológica).

El cap. 4, La producción científica, examina desde otra perspectiva una situación similar y coetánea: la incertidumbre acerca de los presupuestos de la arquitectura moderna. En este sentido se examinan tres líneas distintas, pero coincidentes en su deseo de asegurar la objetividad a la arquitectura. Por una parte la evolución de la Gestaltpsychologie; por otra la teoría de los modelos, por último la teoría de la información. Aunque no faltan tampoco referencias a autores italianos, en contraste con lo que sucedía en los dos capítulos anteriores, la mayoría de las teorías examinadas proceden de otras áreas culturales.

Los dos siguientes capítulos (5. El modo de la historia y 6. Los centros históricos) se centran en la cuestión histórica. Quizá sea el capítulo 5 uno de los de mayor peso teórico, en él se examinan las propuestas formuladas por la ciencia histórica, y especialmente por la historia del arte, para resolver el carácter individual del hecho histórico, explicar la causalidad en la historia o seleccionar los hechos significativos. El capítulo se cierra con un epígrafe titulado Historia y proyección en el que los autores presentan, desde los conceptos examinados previamente, diversas propuestas operativas sobre el uso de la historia en el proyecto arquitectónico.

El cap. 6 dedicado a los centros históricos se inicia con un análisis de las teorías de restauración arquitectónica formuladas desde mediados del siglo XIX, y su posterior aplicación en la renovación y rehabilitación urbana. El último epígrafe (Plan y proyecto) desborda el tema de este capítulo y presenta un debate iniciado a mediados de los setenta y prolongado durante el siguiente decenio. Se trata de la discusión sobre la efectividad de la planificación urbana, y su posible sustitución por el proyecto urbano; los autores exponen la analogía existente entre el contenido problemático de este debate (actuación total o por partes) y la cuestión que subyace en el círculo hermenéutico (el entendimiento del todo exige el de las partes y viceversa).

Los tres siguientes capítulos se dedican a las derivaciones estructuralistas y semióticas presentes en la crítica arquitectónica desde la década de los sesenta. Se trata del campo más estudiado por los autores; ello explica la variedad de temas y corrientes críticas que son contemplados en estas páginas. El cap. 7 recibe el título de una de las obras más conocidas de De Fusco, Arquitectura como mass medium: presenta en primer lugar las analogías existentes entre la arquitectura y los medios de comunicación, después se examina la relación entre el Pop Art americano y distintas corrientes arquitectónicas (Archigram, Kevin Lynch, las megaestructuras, town design, y especialmente las propuestas de Robert Venturi). El capítulo termina aplicando a la arquitectura el concepto de logotecnia tal como fue formulado por Barthes.

El cap. 8, El estructuralismo v la arquitectura, se inicia exponiendo la necesidad de dos distinciones. Una primera supone diferenciar el estructuralismo propiamente dicho —el "modo de pensar" estructuralista—, de las corrientes semiológicas; la segunda precisa dos significados del término estructura: el primero se refiere a la necesidad de entender el objeto sometido a examen como un sistema de partes coordinadas (este sería, por ejemplo, el enfoque de la Gestalttheorie); el segundo resulta mucho más productivo y supone la elaboración de un modelo abstrayendo diferencias con el fin de establecer invariantes. Es desde esta segunda perspectiva desde la que los autores analizan distintas corrientes estructuralistas ante literam, y muy especialmente Panofsky. El capítulo concluye con el examen de las posibilidades que presenta la integración del estudio estructural e histórico.

El capítulo 9 dedicado a la semiología arquitectónica, se centra en el estudio de la semiología estructural; examinando el carácter especial que en la arquitectura asumen las clásicas parejas saussurianas: significado/significante, sintagmático/asociativo y lengua/habla. En cuanto a la confrontación diacronía/sincronía se remite al capítulo anterior.

En el capítulo 10 se consideran las distintas cuestiones presentes en la arquitectura de la condición postmoderna. Se inicia con un examen interdisciplinar de la así llamada condición postmoderna; después se analizan dos enfoques característicos —desde la perspectiva de los autores— del postmoderno: la arquitectura radical (posición no unitaria que se presenta como fase destruens del moderno que alcanza su estabilización en el postmoderno) y el conceptualismo en arquitectura (reflejo analógico del conceptualismo artístico propio de las artes plásticas, que puede encontrarse en el rechazo post-funcionalista de Eisenman). El núcleo del postmoderno vendría definido por la utilización de una poética que aparece como la vulgata semiológica de la arquitectura. Un nuevo epígrafe expone, como característica de la postmodernidad arquitectónica la disposición de afrontar de un modo consciente y claro la relación con el lugar. El análisis del postmoderno se cierra con un examen del Deconstructivismo presentado como un movimiento y una actitud crítica antes que como un estilo; se analiza con especial atención la crítica que rechaza el carácter postmoderno del deconstructivismo. Sin entrar en esta polémica los autores señalan el carácter eminentemente crítico de esta tendencia y su baja virtualidad proyectual.

Especial interés presenta el último epígrafe del capítulo y del libro: Hermenéutica y proyecto. En esas páginas los autores, tomando como base el examen que han realizado a lo largo del texto, formulan su propia propuesta crítica y proyectual. La actividad proyectual es presentada como análoga a la actividad interpretativa de la hermenéutica. La tesis se apoya en el carácter proyectivo de la hermenéutica tal como es presentada por Gadamer en su libro Verdad y Método, y en el entendimiento de la obra de arte expuesto en esa misma obra (inserción de la obra de arte en el mundo y del mundo en la obra de arte). Se supera así la concepción idealista de la obra de arte como un suceso, fruto del genio, que acaece en la inmediatez de la creación, renovándose en la emoción subjetiva del acto de fruición (p. 313); se subraya, sin embargo, la importancia de la relación arquitectura contexto y se niega el valor de un proyecto absoluto. La resolución del círculo hermenéutico al que ya nos hemos referido exige la pertenencia de la obra de arte al mundo en que se inserta y el diálogo entre la obra y el contexto.

Desde esta perspectiva los autores presentan las cuatro etapas en que puede dividirse el proyecto: los datos de partida, las intuiciones sobre esos datos, la representación, la crítica operativa sobre la representación. Estas etapas aparecen como sucesivas temporalmente sólo en una primera fase que podemos considerar pre-cognoscitiva; después, al pasar a la fase cognoscitiva se consigue la circularidad, de modo que cada una de esas etapas actúan sobre las restantes. En definitiva el proyecto admite la arbitrariedad en su origen, pero a lo largo de su desarrollo se procede a su verificación. Quizá en la actual crisis de fundamentos, a lo único que se puede apelar es precisamente a esta "validez verificable" de los criterios en el efectivo producirse, tanto de un texto crítico como de un proyecto (p. 321).

VALORACIÓN DOCTRINAL

El texto proporciona una visión razonablemente completa de la crítica arquitectónica en los últimos cuarenta años; incluye además una revisión de algunas teorías y autores anteriores, desde la perspectiva de los temas afrontados por la crítica en estos años. Las abundantes notas, complementado con un índice onomástico, proporciona además una interesante bibliografía de referencia.

Por otra parte el ensayo supera un enfoque meramente descriptivo y ecléctico. La presentación de las distintas cuestiones y autores queda encuadrada en varias líneas fuertes que los autores utilizan con destreza para dar cohesión e inteligibilidad a unos años en que la producción de la crítica arquitectónica alcanza una considerable variedad. De este modo pueden identificarse los principales intereses de los autores: la búsqueda de unos criterios que permitan valorar la obra arquitectónica sin recurrir a una normativa canónica y un entendimiento adecuado de la historia que supere por igual el eclecticismo y el mito moderno del progreso. En la búsqueda de estos objetivos se confía en la semiología estructural pero siendo conscientes al mismo tiempo de sus límites y posibles abusos.

El frecuente recurso a filósofos y sociólogos enriquece el examen historiográfico pero, en ocasiones, introduce de un modo sintético y unilateral aportaciones que para ser juzgadas adecuadamente requerirían mayor amplitud. Existe en los autores, en este sentido, un eclecticismo y relativismo que parece desbordar su postura estética: ejemplo de ello puede ser el siguiente texto: el actual hombre-masa se "defiende" de un lado de los centros de poder, sean políticos, económicos, administrativos y burocráticos, de otro de todo moralismo sea de izquierda o de derecha, recurriendo a un hedonismo nunca tan difundido en la historia de la civilización que, criticable cuanto se quiera, es en cualquier caso preferible a los falsos ideales y al fanatismo (p. 199). Esta actitud hace necesario enjuiciar con especial rigor intelectual las extrapolaciones —por otra parte en pocos casos explicitas— de los autores.

 

                                                                                                               J.L.V. (1995)

 

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