LECLERCQ, Jacques

Mariage naturel et mariage chrétien

Casterman, Feuilles Familiales, Tournai 1965, 190 pp.

 

CONTENIDO DE LA OBRA

En este libro, Leclercq da una visión de conjunto sobre algunos aspectos de la situación matrimonial actual en amplios sectores, con la intención de buscar sus causas históricas, para ir poniendo de relieve el espíritu auténtico del matrimonio cristiano, y la elevación que éste supone respecto al simple matrimonio natural.

Los tres primeros capítulos (Mariage et Nature; L'Eglise et le Mariage; Le Mariage Civil) los dedica el autor al estudio de la evolución del matrimonio, desde el Derecho Romano hasta la instauración del matrimonio civil en casi todas las legislaciones. A lo largo de las cincuenta páginas de esta primera parte —sin pretender hacer un estudio científico—, se logra dar una buena visión del conjunto del tema, al alcance de personas sin una previa formación especializada.

Los dos capítulos siguientes (Le Mariage Chrétien; Dieu dans le Mariage Chrétien) forman una cierta unidad. En ellos Leclercq expone los principales aspectos del matrimonio cristiano, dando la debida importancia a la sacramentalidad, que hace del matrimonio un camino de santidad, medio de unión con Dios.

En el capítulo sexto (La sexualité préconjugale), se examina lo que el autor llama L'uniformisation de la morale: en nuestra época, la mujer —en su proceso de emancipación— tiene igual “libertad” sexual que el hombre; la moral sexual es “ya” igual para ambos. Se analizan después algunos datos estadísticos sobre L'union charnelle pendant les fiançailles, y se hace un intento de explicación socio-religiosa. Pasa después a hablar de la educación sexual y del valor natural de la castidad como la única preparación válida —también en el plano meramente humano— para el matrimonio.

En el último capítulo del libro (L'amour conjugal) se expone el papel fundamental que el amor desempeña en el matrimonio, y se explica lo que ese amor debe ser: amor humano, algo espiritual, que supone entrega, en el que la unión física es consecuencia y signo, pero no lo único ni lo más importante.

Otros temas, como la fecundidad del matrimonio en los hijos, son tratados en diversos párrafos diseminados por todo el libro.

VALORACIÓN CIENTÍFICA

Por su carácter de divulgación y por su falta —probablemente querida por el autor— de esquema y orden, el libro escapa a una valoración propiamente científica.

Leclercq va tratando diversos aspectos sin intentar agotarlos y sin pretender de ordinario fundamentar científicamente sus afirmaciones: son observaciones, ideas sueltas y comentarios.

La obra está escrita con agilidad y con cierto desenfado, y es de fácil lectura. En ocasiones puede notarse un cierto afán de originalidad, exponiendo ideas en plan de “descubrimiento” que no son realmente nuevas.

Aunque el libro no pretende ser científico, no faltan ideas y argumentaciones profundas.

En general, los comentarios y las valoraciones que se hacen son acertadas.

En ocasiones, resulta algo exagerado al dar una visión demasiado generalizada y negativa de la situación matrimonial de nuestro tiempo. Esa exageración puede deberse a la parcialidad de los datos que se utilizan, referentes sólo a algunos países, y no a todos los ambientes.

VALORACIÓN DOCTRINAL

En conjunto se trata de una obra positiva, en la que se exponen bien los aspectos más importantes de la doctrina católica sobre el sacramento del matrimonio.

A) Como valores positivos más destacados pueden citarse los siguientes:

1. Expone las exigencias del matrimonio cristiano como camino de santidad. Insiste con frecuencia en la radical diferencia entre el matrimonio católico, sacramento, fuente de gracia, y cualquier otro tipo de unión, poniendo de relieve todo lo que puede aportar a la sociedad.

En diversos lugares (cfr., por ejemplo, pp. 47, 66, 151 y s.) insiste sobre el grave error que supone pensar en el matrimonio como estado de aquellos que no son capaces de la perfección cristiana.

2. Pone de relieve la insuficiencia de una mera moral casuística, destacando la importancia de un planteamiento positivo de la moral matrimonial, que no sea el simple evitar el pecado, sino principalmente buscar la unión con Dios a través de la unión matrimonial, entendida en su totalidad.

3. Expone las razones por las que la ausencia de amor conyugal no puede justificar el divorcio, a pesar de que ese amor sea algo de gran importancia en el matrimonio.

4. El planteamiento de buscar el mínimo número de hijos sin pecar, es calificado por el autor como subversión profunda del espíritu cristiano, y también como señal de un insuficiente desarrollo de valores humanos. El no tener más hijos, para el cristiano auténtico, es un gran sacrificio que en ocasiones habrá de aceptar, nunca algo que se busca con razón directa de bien.

El autor recuerda explícitamente que el empleo de métodos anticonceptivos es pecado; no hace ninguna concesión a métodos Ogino o similares, que ni siquiera menciona. En general, Leclercq elude intencionadamente los casos concretos, para mantenerse en el terreno de los principios generales.

5. Destaca la idea de que el cumplimiento de la ley moral objetiva supone siempre desarrollo y plenitud, y no limitación o coartamiento.

6. Expone con claridad las grandes deficiencias que existen en materia de educación sexual. Sin embargo, en este punto, el autor no aporta indicaciones positivas de valor; se limita a señalar las insuficiencias, dando algunas soluciones genéricas poco concretas (cfr. p. 135).

Como puede comprobarse, ninguno de estos puntos supone una novedad, pero Leclercq ha sabido exponerlos bien, razonando en ocasiones con brillantez.

B) A pesar de este balance positivo del libro, pueden advertirse también algunos puntos menos claros o menos convenientes:

1. Con referencia a la fecundidad matrimonial —dentro de un contexto positivo— hay algunas frases poco claras en relación al papel que la confianza en la Providencia debe tener en el planteamiento del número de hijos: “Quand on parle de fécondité, il est peut-être encore nécessaire d'insister sur le caractère raisonnable de celle-ci. (...) Et certains catholiques, en réaction contre le malthusianisme qui, lui aussi, mais d'une autre façon, prône l'abandon à la passion, prennent comme argument de combat une confiance illimitée a la Providence” (p. 96).

Es poco claro lo que Leclercq entiende en este caso por “confianza ilimitada en la Providencia”, y podría ser mal interpretado. Sin embargo, en el contexto, puede entenderse correctamente.

2. Al resaltar la función del amor en el matrimonio, en ocasiones puede dar la impresión de que ese amor conyugal es el único pleno, el summum del amor aquí en la tierra. El autor no habla nunca de la superioridad objetiva del celibato apostólico, aunque tampoco dice nada en concreto que pueda entenderse como negación de esa superioridad.

3. En la página 183, se lee: “Beaucoup répondent aussitôt: ¿Vous admettez donc que la morale change?” C'est ne rien y comprendre. La morale est la même pour tous; mais les hommes sont différents; et appliquer la même règle de la même manière dans des cas différents est changer la règle. Quand on dit que la règle morale est uniforme, cela signifie que, dans la même situation, tout le monde doit faire la même chose”.

Esta explicación de la uniformidad de la ley objetiva puede entenderse de modo correcto, pero también puede dar lugar a una interpretación próxima a la moral de situación, por lo que hubiera sido de desear una mayor precisión.

4. En página 184, se lee: “Mais ils (les époux) doivent s'efforcer de façon incessante de purifier leur amour. S'ils sont orientés dans ce sens, les fautes qu'ils commettront en cours de route auront peu d'importance, car c'est l'orientation de la vie qui lui donne son sens. Ce qui importe est ce qui est conforme à l'orientation générale, ce qui la soutient et ce qui la stimule. Ce qui est contraire a l'orientation est un faux pas: les faux pas sont involontaires, et du point de vue du jugement moral les faux pas ne sont jamais gravement coupables...”.

Por el contexto, este párrafo podría interpretarse bien, pero sería fácil una interpretación errónea: pensar que los actos aislados toman toda su moralidad de la orientación general de la vida. Es evidente que ese párrafo debería haber sido matizado más.

5. Por último, hay que hacer notar que con frecuencia los temas son tratados con demasiada crudeza, especialmente todo lo referente a la Sexualité préconjugale. Hubiera sido de desear una mayor delicadeza en la exposición.

J.L.P. y F.O.

 

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