Crónica sangrienta desde Madrid, firmada por Luis Ramírez pseudónimo de Luciano Rincón o Manuel Vázquez Montalbán, Ruedo Ibérico 33, 1971.

Comentada por Ana Azanza

 

 

Esta crónica aborda diversos temas de actualidad. Uno que no tiene que ver, al menos directamente, con el opus dei, pero que muestra bien a las claras ciertos defectos del franquismo curiosos e interesantes. Y es que los médicos de España se declararon ese año en huelga para protestar, entre otros asuntos, por el nepotismo académico en la medicina. Algunos periódicos publicaron una relación de todos los catedráticos de la Universidad de Madrid cuyos hijos eran sus adjuntos. En ese ranking se llevaba la palma López Ibor, que había hecho adjuntos a dos de sus hijos, por lo visto sólo faltaban los hijos que estaban estudiando bachillerato. Parece que los médicos consiguieron sus objetivos y dieron ejemplo de que uniendo fuerzas, aun cuando la resistencia sea grande, se puede tener una acción social con resultados.

 

La siguiente cuestión abordada es un buen ejemplo de cómo Laureano López Rodó organizó y manipuló el aparato del estado franquista a su favor. Ya en otros envíos he explicado que este señor, supernumerario creo, era la mano derecha de Carrero Blanco, quien a su vez era la mano derecha de Franco. Sólo que viendo la senilidad del dictador cabe preguntarse quién mandaba realmente a quién en aquella etapa final de la dictadura franquista.

 

“La preparación del homenaje a Francisco Franco había comenzado meses atrás con el encargo a diversas imprentas del Estado de unos grandes carteles a cuatro tintas alusivas al Homenaje a Franco con ocasión del 35 aniversario su exaltación  a la jefatura del Estado. La razón del homenaje no aparecía muy claramente. Para unos era una réplica de la manifestación organizada por núcleos militares, de Falange y de extrema derecha en diciembre pasado atacando en cierto modo, al gobierno y al Opus. Para otros, era otra manifestación promovida por los falangistas, para ganarse a Franco, demostrarle su actual capacidad de movilización de masas y alejarle del Opus.”

 

Al terminar de leer el artículo se observa que el motivo del bien previsto homenaje a Franco no era exactamente ninguno de esos dos. Sigo transcribiendo:

 

“En realidad, el homenaje y la manifestación que debía encarnarlo estaban meticulosa y severamente programados por y desde la presidencia. Lo único que seguía sin estar claro era la causa de los mismos. Hasta tal punto que los únicos dos slogans que Rafael y su brain trust de relaciones públicas habían podido encontrar para el Homenaje eran: “gracias Franco” y “Esta vez, porque sí” (…) Desde el ministerio de la gobernación, Santiago Cruylles y el Director general de Política interior –dos hombres seguros de don Laureano- tiraban de todos los hilos. Se trataba de dejar circular la noticia de que la manifestación era cosa de los falangistas (…) La pieza de más calado, Girón (un falangista) estaba ganado a la causa gracias al trato particular que le daba desde hacía tiempo López Rodó –comidas tête à tête en el restaurante Mayte Comodoro (apostolado de amistad y confidencia)- y a la magnífica operación inmobiliaria de sus terrenos en Fuengirola –unos cuantos centenares de millones de pesetas-.”

 

“La manifestación debía ser numerosísima, de corta duración, y con participación mayoritaria de gentes exteriores a la capital, para evitar que pudiese politizarse peligrosamente. A cada pueblo de España se le asignó una cuota de participación en proporción a su población. Los alcaldes recibieron instrucciones muy precisas en cuanto a la hora de salida de su o sus autobuses hacia Madrid, la carretera por la que debían dirigirse hacia Madrid y el lugar en el que debían aparcar, cuándo debían dirigirse hacia la plaza de Oriente, cuando y donde debían salir hacia sus lugares de origen.” Esta organización al milímetro me recuerda aquellas romerías multitudinarias a Torreciudad o aquellas movilizaciones porque había venido el Padre a las ordenaciones…Todo para que parezca que somos muchos más de los que en realidad somos.

 

“La presencia de Franco en la plaza de Oriente no llegó a los 25 minutos (…) A las 3 de la tarde, el millón y pico de personas que habían invadido aquella zona se expandió por toda la ciudad. Franco no anunció ningún acontecimiento excepcional en el discurso que le habían preparado, limitándose a repetir que el enemigo acechaba, que todo estaba previsto desde el punto de vista sucesorio, no sólo en cuanto a las instituciones sino en cuanto a las personas, como lo probaba la presencia a su lado de Juan Carlos, (el futuro rey de España). Tan sólo una frase inquietó a los francólogos: “Mientras Dios me dé vida y claridad de juicio.” ¿Cuánta claridad y quién la mide? (…) A las diez de la noche, Madrid se había quedado solo con sus tres millones largos de madrileños y más de 700.000 españoles volvían o estaban volviendo a sus pueblos y ciudades. Franco, en el Pardo, admiraba en la televisión su indeclinable capacidad de convocatoria y Laureano López Rodó en el chalecito de el Viso del Opus Dei admiraba también la perfección de su trabajo. (El mismo chalecito donde muchos años más tarde Pilar Urbano dice que escribió El hombre de Villa Tevere, vaya un título extraño para hablar de un cura… )”

 

“Con algo menos de 300 millones de pesetas de costo dinerario y la movilización de algo más de un millón de personas como costo humano, la Falange y Franco habían enterrado definitivamente el escollo que en algún momento pudo significar Matesa. En definitiva: una manifestación perfecto. Un homenaje ejemplar. Tal vez el desprevenido lector se pregunte qué tiene que ver el Homenaje a Franco con el asunto Matesa. Pues bien, todo, ésa es la madre del cordero. Los carteles que decían “Esta vez porque sí” querían decir “Esta vez por Matesa”, y los que gritaban “Gracias Franco” eran los procesados por Matesa, los procesables –con López Bravo y Villar Palasí a la cabeza-, todo el Opus económico y político.”

 

Matesa era supuestamente una empresa dedicada a la fabricación y exportación de telares. Los ministros opus financiaron largamente dicha empresa dirigida por un tal Vilá Reyes. Durante años el gobierno fue dando millones de pesetas a ese empresario sin preocuparse de comprobar si realmente los telares se estaban vendiendo. Al fin el caso saltó a los periódicos por obra de los falangistas que veían como los opusianos se estaban haciendo con el poder político en detrimento suyo. Lo lógico es que todos los ministros implicados hubieran ido a la cárcel por ¿desvío de capital público? Pero allí estaba Laureano López Rodó, el hombre gris y el hombre fuerte del régimen en ese momento, para organizar una manifestación de españoles, que no sé en que estarían pensando, a favor del gobierno. Y demostrar que España estaba con sus ¿gobernantes? ¿ladrones?

 

“Don Laureano, que es un certero programador había comenzado con el estudio del indulto antes del verano, sobre poco más o menos, cuando hizo encargar los carteles del Homenaje. El indulto, ese indulto de gracia, que no tiene limitación para las penas pecuniarias -¡qué felicísima circunstancia!-, que es totalmente inefectivo para las penas importantes de prisión, que conlleva el sobreseimiento automático e inmediato de todas las causas para las que se pidan penas incursas en el indulto, que suspende las diligencias y, de hecho, desvirtúa, y a lo mejor hasta destruye físicamente todos los sumarios, es un oportunísimo indulto. Sin huellas, sin manchas. Todos los matesos a vivir, felices, tranquilos, lavados, purísimos, con la cabeza bien alta, con la conciencia en paz y los francos suizos en Suiza. En Carabanchel, en Soria, en Burgos, en Segovia, en Jaén, los hombres de Comisiones, de la ETA, los hombres del mundo del trabajo, seguirán pagando con años de cárcel su lucha por una España decente y digna. El malo al hoyo y el vivo al bollo. Indulto perfecto. Indulto ejemplar.”

 

Así que si en la actualidad saltan de vez en cuando a las páginas de los periódicos escándalos como el del ayuntamiento de Marbella, en el que durante años los concejales se han forrado con la especulación inmobiliaria, o como el de “Forum filatélico” en el que tantos españoles habían hecho la inversión de sus ahorros y ahora resulta que no se sabe donde está la pasta… a mí no me extraña en absoluto. Daos cuenta de que hay tradición de estafas en este país, y nos han dado ejemplo los que “se santifican con el trabajo y santifican a los demás con el trabajo”. ¿Qué hará el resto de la humanidad cuando llega al poder? Hay que tener en cuenta que no tienen tanta “formación” como en el opus, y claro, los pillan antes y no pueden evitar la cárcel… los estafadores de hoy no se organizan…

 

El autor del artículo lamenta que la oposición al régimen no tomara iniciativas conjuntas de protesta ante la corrupción. La llamada “Alianza de fuerzas democráticas” que agrupaba a comunistas, socialistas, liberales…etc. se reúne, se sientan, charlan y cada uno a su casa, ni siquiera se opusieron al indulto aplicado a los implicados en Matesa. Practicaban la política-ficción en lugar de tomar cartas en ese asunto como en otros.

 

Ana Azanza

 

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FROM TIME TO TIME nota de Francisco Farreras en Ruedo Ibérico, 5 (1966).

Comentado por Ana Azanza

 

 

En este artículo el autor compara los dos retratos de España que hacía la revista norteamericana “Time” en 1962 y en 1966. ¿Cómo se veía España desde Estados Unidos y más concretamente desde esta prestigiosa revista en cada uno de esos dos momentos? En resumen, parece ser que la única solución para que España saliera de la dictadura en el año 62 según Time, era la restauración de la monarquía en la persona de don Juan de Borbón, padre del rey Juan Carlos.

 

“22 de junio de 1962: en cubierta del semanario norteamericano de esa fecha y título un retrato de don Juan de Borbón luciendo un extrañísimo uniforme ( el de la Orden de la Maestranza de Ronda, según nos ilustra el editorialista) y cruzado en la esquina superior derecha por una banda negra con esta inquieta leyenda: “ESPAÑA: Todo el mundo espera.”

 

“21 de enero de 1966: esta vez aparece en la portada el general Franco, de paisano, con los rasgos envejecidos (¿Ennoblecidos?) por el retratista, quien ha añadido a su obra un fondo simbólico cargado de intención: un viejo tronco de olivo, al que le han brotado ¡oh milagro español! Numerosas ramas verdes y lozanas. Y en la banda de la esquina, ahora sobre fondo blanco, la frase tranquilizadora: España mira hacia el futuro” (…)

 

“En enero de 1966 toda ha cambiado. Pero no precisamente en el sentido previsto -¿deseado?- por Time en 1962. “España un país que despierta”. “Hemos pasado de la noche a la mañana de ir con zapatos a los embotellamientos de tráfico, dice un banquero conservador de Barcelona”.

 

Yo recuerdo en mi infancia haber visto en Pamplona, recién o a punto de llegar la democracia, parecidos lemas defensores del “antiguo régimen”, quiero decir del franquismo. Se oía “con Franco vivíamos mejor” y también “con Franco pasamos de la alpargata al coche utilitario”, resaltando la prosperidad económica, el salto que había dado España desde los tiempos de la posguerra al desarrollo de los años sesenta y setenta. Por supuesto que esos lemas eran pronunciados por personas muy de derechas, que es la tonalidad política de esa ciudad, al menos en los barrios donde yo me moví, y como demuestran unas cuantas convocatorias electorales.

 

“El equipo redaccional de Time, con toda la eficacia periodística de que es capaz, nos  ofrece en su reportaje el new look de España: las viejas estampas de bailarinas y toreros, de borricos y molinos de viento son reemplazadas por el desfile vertiginoso de los nuevos tópicos del desarrollo, aplicados al país que el año pasado rebasó el fatídico límite de los 500 dólares de renta per capita que separa a las naciones ricas de las pobres: el 40% de las familias españolas poseen televisión, (…) la siesta está desapareciendo porque los españoles no tienen tiempo para ella. De todo ese cambio “el más sorprendido es el propio Franco” (…) Franco no es ahora el dictador que era en 1962 sino un “ávido deportista… con una notable vitalidad… que todavía puede trepar peñas arriba tras las cabras montesas, matar 300 perdices en un día y pescar durante horas con agua hasta las caderas en los helados ríos de las montañas de Asturias (…)

 

Pero el cambio de tratamiento más notable y significativo es el que se aplica al Opus. En 1962, a pesar de llevar ya cinco años en el poder, al Opus Dei, “una orden laica semisecreta cuyos miembros hacen votos de obediencia, pobreza y castidad” lo despachaba Time en poco más de una docena de líneas; en 1966 ocupa con todos los honores nada menos que columna y media, en la que se ofrece a los siete millones de lectores de la revista la versión habitual que los miembros del instituto suelen oponer a los detractores del mismo. Con la no menos habitual confusión: “No está probado realmente que el Opus tenga fines políticos. Si algunos de sus miembros ocupan puestos en el gobierno de Franco, otros, como el demócrata cristiano Florentino Pérez Embid y el monárquico liberal Rafael Calvo Serer son destacados oponentes del régimen…Precisamente por esta razón el Opus Dei se ha convertido en un factor tan importante para la política española. Sus miembros figuran en todos los movimientos políticos importantes, excepto en los de la extrema izquierda. Y es de suponer que ocuparán posiciones de autoridad en cualquier gobierno que eventualmente suceda a Franco.” ¿Está claro? Tanto, que esas frases encierran a nuestro juicio, la clave del artículo. En 1962 Time jugaba la carta liberal de Don Juan.

 

Y se equivocó. Hoy juega claramente la carta del Opus y sólo el tiempo nos dirá si esta vez acierta. Pero la cosa es para nosotros los españoles mucho más importante que una simple apuesta. Sería ingenuo creer que Time es una revista independiente. Habrá que preguntarse, por lo tanto, por la significación de este número de enero de 1966. Por lo que esconde o mejor dicho por lo que revela.”

 

Calvo Serer, numerario, fue un personaje que se hizo notar en los últimos años del franquismo. De ser un tradicionalista a ultranza, del estilo de Menéndez Pelayo en los años cuarenta y cincuenta, pasó a “hacer el papel” de opositor al régimen. Incluso se exilió en Francia en los años setenta cuando le cerraron y volaron el periódico que él dirigía. Aunque, la verdad sea dicha, exiliarse en 1972 no tenía la misma chispa que hacerlo en 1939… De cualquier forma, en otros artículos de Ruedo Ibérico se habla de él más largo y tendido. Pérez Embid, otro “numerata”, pasó más desapercibido, pero no tanto. Tuve el encargo de ordenar su correspondencia que yace en los archivos de la universidad de Navarra. Eran cartas recibidas y enviadas durante los primeros años setenta cuando Florentino Pérez Embid ocupaba el cargo de director general de Bellas Artes, así que no está nada claro eso que dice Time de que fuera una oponente al régimen. Franco murió en noviembre de 1975.

 

Para concluir Francisco Farreras, autor de esta nota, explica el cambio sufrido por la revista Time con respecto a la política interior norteamericana, si en 1962 criticaba a Kennedy en ese aspecto, en 1966, en plena guerra del Vietnam, Time aprueba los impuestos para sostener la guerra, la guerra ofrece perspectivas a los negocios americanos. Al tiempo, Time apoya en España la política tecnocrático-autoritaria del Opus Dei (…) Según la revista en 1966: “La verdadera democracia en el sentido occidental acaso no se vislumbre aún en el horizonte, porque Franco cree (…) que los españoles son tan fuertes de carácter que necesitan una mano firme que los mantenga en la línea (…) Unos cuantos años más de creciente prosperidad podrían inculcar fácilmente el sentimiento de un bienestar general sobre el que, al fin, la anarquista España podría basar su madurez política (…) No puede resumirse mejor, ni en menos palabras el desideratum del neocapitalismo español y de su más poderoso aliado…”

 

Vemos que el mito reaccionario sobre la incompatiblidad española y la democracia aparece aquí como de la nada. Ya se explicó en otro artículo de Ruedo Ibérico, La mentalidad española y la democracia, el origen de la misma.

 

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