Libertad y trabajo profesional.- otaluto
Fecha Friday, 14 October 2011
Tema 060. Libertad, coacción, control


El trabajo es fuente de creatividad y satisfacción solo en la medida en que va asociado con la libertad. Si esta no existe, el trabajo deja de ser una actividad humana y se transforma en algo servil, en una carga insoportable, algo propio de esclavos.

Recuerdo que, habiendo dejado la obra hacia varios años, quedé para tomar un café con uno que fue mi director. Un tipo genial, del que tenía y tengo el mejor recuerdo. Hablamos de mil cosas, y entre ellas me contó lo siguiente. Lo habían puesto a cargo de la administración de una obra corporativa, cargo que fue siempre su ilusión ocupar. Cuando comenzó se sentía feliz y privilegiado de poder hacer justo aquello que había deseado. Pasó el tiempo y comenzaron los problemas lógicos que ocurren en cualquier trabajo. Lo comentó en Delegación. La respuesta que le dieron fue que se condujera de acuerdo a su mejor criterio, pero lo único que no podía hacer era renunciar. A partir de ahí, su trabajo, que con sus más y sus menos lo llenaba antes de ilusión, pasó a ser una tarea imposible, fastidiosa, intolerable. Finalmente, como  era lógico, terminaron reemplazándolo por otro.

Es una anécdota muy sencilla, pero la enseñanza es tremenda. Trabajar en el medio del mundo implica, por cierto, aceptar infinitas limitaciones a nuestra libertad, pero son limitaciones a algo que se posee. Aun en los casos extremos (por los que muchos hemos pasado) donde nos toca un empleo completamente alejado de nuestras inclinaciones, de nuestra vocación profesional, una tarea aburrida e ingrata, mal pagada, y rodeados de jefes psicopáticos y compañeros insufribles, aun en esos casos siempre conservamos la libertad interior de soñar que en algún momento llegará una oportunidad mejor. Para nuestros adentros, somos siempre libres para detestar a nuestros jefes y al resto que nos rodea con parentelas incluidas, y somos libres para desear el día en que no tengamos que soportarlos más. Aun este “odio”, que muchas veces es el ultimo refugio de la libertad,  resulta algo tan saludable y tan humano, que finalmente preserva nuestro equilibrio mental y nos empuja a seguir trabajando. Por otro lado, el trabajo más favorable se puede transformar en la peor pesadilla si se quita ese elemento de libertad interior. Es probable que no renunciemos a nuestros trabajos aun cuando no nos gusten, pero “no poder renunciar” lo convierte en un infierno.

Mi opinión es que como la obra no comprende la libertad, tampoco comprende la esencia de la labor humana. De esta pésima comprensión se derivan muchas malas decisiones, y el alto  índice de fracaso profesional entre los numerarios. Sin libertad, nada humano es posible.

Paz a todos.

Otaluto.









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