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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Domingo, 20 de Febrero de 2005



Me da gusto saber de ti. A Pedro Juan.- David

Muy estimado Pedro Juan:

Leei tu correspondencia en opuslibros, y al leer tu nombre me dio gusto saber de ti, pero después de leer lo que escribiste me dio pena y  por un momento me costó trabajo entenderte, pero al final entendí que bastantes años compartí contigo esa visión, y digo compartí en dos sentidos, uno en que defendí a la obra a capa y espada sin detenerme a considerar a los demás o hacer un alto para analizar la posiblidad real  de los hechos; ahora no  comparto tu visión del todo. Y en el segundo sentido de compartir es  porque te conozco en persona, me da gusto que des la cara y haciendo uso del mismo valor y seguridad que tú demuestras también  yo pongo mi nombre completo para que estemos en confianza.

¿Que quién soy?

Soy David Sainz Llamas, ex- numerario que sinceramente he pasado mis mejores años de mi vida fuera del opus dei.

Soy al igual que tú, abogado, y que como bien sabes no me dedico a la práctica de mi profesión. Soy alguien que te aprecia mucho aunque nunca lo mencioné ya que como bien sabemos no se acostumbra tener "amistades particulares" dentro de la obra. Aunque no compartimos mucho tiempo juntos e incluso no vivimos en el mismo centro, tuvimos la oportunidad de tratarnos en varias ocasiones, en concreto nos llegamos a ver en Aguascalientes donde radicaste unos años y la última vez que nos vimos fue hace no mucho tiempo en Guadalajara. Tuvimos la opotunidad de platicar unos minutos de perros, un tema tan trivial, pero con la oportunidad de convivir unos minutos más. Desde esa ocasión no he vuelto a saber de ti. Te volvería a ver con mucho gusto, pero los caminos nos han llevado por caminos muy distintos. Ahora que veo publicada tu correspondencia he decidido escribirte, también lo hago públicamente porque así vi tu carta, guardaré el debido respeto a la intimidad que en eso estoy muy de acuerdo y porque me mereces todo el respeto del mundo.

Quiciera comentarte varios puntos partiendo de tu carta.  El primero es que dices que los que mantienen esta página serán unos ancianos que han perdido la alegría de vivir y los cuales hay que querer. Sólo coincido en una cosa contigo, que hay que quererlos, definitivamente son gente verdadermente digna de quererse y te lo digo porque conozco a muchos de los que por aquí escriben y a más de dos  conoces y te conocen. En cuanto que sean ancianos sin ganas de vivir difiero en mucho, en su mayoría de los que trato y conozco son gentes con gran amor por la vida y que rien a carcajadas sin la presión de que alguien se moleste por su risa, bien sabes Pedro que la manera de defender a la obra no es atacar a los que según el juicio particular hablan con dolor, y solamente lo malo, estoy seguro que no eres de palabreria facil, por eso me costó entender tu postura, siento, en mi muy particular apreciación que estás haciendo un juicio duro y temerario, estás cerrando las puertas al diálogo y a la posibilidad de analizar  tantas cosas que sabes que pasan dentro de la obra y  no se han hablado. Cuando algo no se ventila, el olor puede llegar a marear a las personas y hacerles perder su estado de conciencia.

Si yo decido algun día expresar los motivos por los que me salí de la obra, no creo que sea por amargura. Hay cientos de motivos para hablar de la salida. Si tú libremente decidiste no leer los motivos, muy respetable al igual de respetable de quien decidió escribirlos. Tal vez el que digas sin haber siquiera dedicado unos segundos a saber los porqués, no te da la visión global de lo que pasa dentro y fuera de la obra.

Y dices muy seguro de ti como siempre lo has sido, que encomiendas para que algun día puedan recuperar:

-la valentía de decir quiénes son,
-el perdón y el olvido para superar el resentimiento que aflora por todas partes en la página,
-la discreción, pues por mucho daño que digan haber sufrido, siempre los demás tenemos derecho a la discreción o a la intimidad,
-el gusto por la vida en tal o cual sitio: cierto, perdieron el rumbo y no saben a dónde van, eso es lo que más me apena de Ustedes, hombres y mujeres sin sentido.

Y para eso te escribo mi buen Pedro, para decirte que a pesar de la seguridad de saber a dónde vas creo que ahora el que ha  errado el camino eres tù.

Yo doy la cara y tampoco tengo miedo a dar mi nombre y es màs; cómo le voy a temer a alguien como tú a quien aprecio y siempre serás bienvenido en mi casa. Así como dices que los demás tiene derecho  a la discreción y a la intimidad, también los que nos hemos ido la tenemos, por lo cual creo que podemos respetar a los que no quieren mencionar su nombre. No creo que tenga algun  problema, particularmente yo le escribí un buen número de cartas al Padre en mis tiempos de pertenencia en la Obra y siempre firmé como David, simplemente así, sin màs, sin apellidos ni referencias personales, porque simplemente así se usa, ¿¿eso seria falta de valentia??, sencillamente  son usos así que respetémoslos.

Y por ultimo porque no quiero hacer de esto un sin fin de palabras, en lo que más te equivocas es en tu sentencia sin mas: cierto, perdieron el rumbo y no saben a dónde van, eso es lo que más me apena de Ustedes, hombres y mujeres sin sentido.

¿¿No crees que se te paso la mano??, ¿cómo puedes juzgar así, tan llanamente y más si ni siguiera sabes de cada uno?. ¿Con qué parámetro puedes decir con Certeza que un grupo de hombres y mujeres han perdido el rumbo?, o ¿es que el hablar de las cosas que están mal en el opus dei es merecerse la condenación, o el simple hecho de salir? (que al final no es tan simple).

Pedro Juan ¿dónde quedó la caridad?, ¿¿dónde quedó el Pedro Juan  que conozco??.  Todo esto te lo escribo con la seguridad de que sé a dónde voy y que no me dedico a contar cuantas veces al día me da risa, simplemente me río.

El proposito final de esta carta es simplemente decirte que considero fuera de lugar la mayoría de tus comentarios. Hay miles de temas por hablar, seria genial  un diálogo, no un ping pon de ataques y defensas.  Estoy la mar de dispuesto a que platiquemos cuando quieras, para recordar buenos tiempos que claro que los hubo y que aún los tengo presentes en mi mente, pero hubo otros muchos muy desagradables de los que muchos de "casa" no se enteraron como es tu caso y otros que no se quieren enterar.

Deseandote lo mejor de lo mejor te mando un abrazo y una gran risa...

Les pido a los orejas que te envíen también este email o si quieres, más fácil llámame a mi casa. Cuidate mucho y saludos a todos.

David Sainz
Guadalajara Jalisco.

Me cuesta escribirte este mail y he decidido hacerlo público en la página al igual que tu mensaje.





¡Qué pena! - Para Pedro Juan Fernández Cueto. - Idiota

¡Qué pena!

Leí "sin querer" tu mensaje.

Un lector que busca nombres, podría ser un lector que busca chismes.
Un lector que sólo lee lo malo y no se para a leer lo bueno -que sí que existe en esta página-, podría ser un lector resentido.
Un lector que no valora los libros internos (no secretos) del Opus Dei, podría estar intentando ocultar la verdad.
Un lector que no se toma la molestia de leer los porqués, podría estar intentando no enfrentarse a la verdad.

Una página que no da nombres, quizá sea una página discreta.
Una página que sólo narrara lo bueno y no se parara a narrar lo malo, quizá fuera una página unilateral e, incluso, hipócrita.
Una página que no publicara los libros internos (no secretos) del Opus Dei, quizá fuera una página cobarde.
Una página que sólo detallara los porqués de quien haya decidido entrar y quedarse, quizá fuera una página manipuladora.

Leí que un niño ríe cerca de cuatrocientas veces al día
-posiblemente llore también otras tantas-.
Un adulto ríe cerca de veinte veces al día,
si no llora al menos otras tantas,
ha perdido sus entrañas de misericordia.

Si todo eso es verdad, el autor del mensaje quizá sea un anciano al que hay que querer, porque ha perdido su corazón de padre, hermano y amigo.
Cuando alguien pierde el corazón, ¿qué se puede esperar?

Me da pena, lo encomiendo y espero que algún día pueda recuperar:
-la valentía de enfrentarse a una realidad compleja, llena de luces y sombras;
-el perdón y la misericordia, para saber acoger a todos los hijos de Dios Padre;
-la discreción y el sentido común, pues por mucho que desagrade la verdad, todos tienen derecho a conocerla: ella es la que nos hace libres;
-el gusto por la vida en tal o cual sitio: cierto, parece tener la seguridad ciega de que tiene rumbo y sabe a dónde va y eso es lo que más me apena, hombre-con-un-futuro-de-la-leche.

¿Que quién eres?
-Un numerario que ha vivido sus mejores años en la Obra quizás sin querer ver lo que sufrían los que estaban a su lado.
-Un abogado que ha disfrutado de lo que es una profesión quizás gracias a que otros se han ocupado de labores internas.
-Una persona, que, gracias a Dios, se siente segura de a dónde va (no sé si desearte que no despiertes nunca de tu sueño) y que no tiene miedo (yo sí que tendría miedo en tu lugar, miedo de despertar del sueño, porque el batacazo puede ser mayúsculo).
-Un sujeto que agradece a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y, por tanto, capaz de reír como niño quizás algo inocente e ignorante y, como adulto, de pedir por todos.

¿Que quién soy yo?
-Un (ex)numerario que ha vivido y gastado sus mejores años en la Obra igual que tú, igual que todos aquí.
-Un profesional que ha disfrutado de lo que es una profesión a sabiendas de que la Obra no disfrutaba con este disfrute.
-Una persona que, gracias a Dios, sigue sabiendo a dónde va y no tiene miedo (ni ninguna otra clase de problemas) para utilizar un pseudónimo (que es la cosa más natural del mundo, precisamente en internet).
-Un sujeto que sigue agradeciendo a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y, por tanto, capaz de reír y llorar como un niño y, como adulto, de comprender, de disculpar, de perdonar, de amar y de compadecerme de todos - independientemente de su pertenencia a la Obra, porque "no hay más que una raza en la tierra: la raza de los hijos de Dios" (Es Cristo que pasa 13).

Idiota
mi correo electrónico, lo tienen los Orejas.



¡Usted sí que sabe!.- Ántrax

 
Estimado Señor Fernández Cueto:
 
No sabe cuánto me alegro de que sea usted prácticamente perfecto. En mi ya bastante larga existencia rara vez he dado con casos de perfección de tal calibre: "Un numerario que ha vivido sus  mejores años en la Obra. Un abogado que ha disfrutado lo que es una profesión. Una persona que gracias a Dios, sabe a dónde va, que no tiene miedo a andarse con pseudónimos ni oculta su nombre ni su dirección. Un sujeto que agradece a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y por tanto, capaz de reír como niño y como adulto, pedir por Ustedes."
 
Así, oiga, es que da gusto. En todo ese soberbio "mecachis qué guapo soy" sólo le ha faltado proclamarse triunfador en la Plaza de las Ventas, Mister Universo y Ganador en solitario del Royal Ascot Derby.
 
Comprendo pues que desde su excelsa atalaya en ese "mundo feliz" (Vid. Aldous Huxley), se sienta autorizado a descalificar a los miembros comunes de la humanidad doliente; esos que sufren, se cabrean, se cachondean y, alternativamente, denuncian situaciones injustas o acciones perversas.
 
El problema de los mundos felices, estimado señor, es que suelen pivotar sobre estrategias de manipulación, a través de las cuales la felicidad se convierte en una imposición vital y hasta la risa, a la que usted alude, deja de ser una reacción orgánica espontánea, para convertirse en un lamentable rictus cargado de suficiencia.
 
Creo que muchos (no sé si todos) de los que aquí escribimos hemos realizado nuestro particular "Viaje a Itaca", en el que han aparecido los correspondientes lestrigones y cíclopes, y también los deliciosos emporios de Fenicia (¡Cómo me gusta Kavafis!), y hasta hemos tenido que navegar entre Escila y Caribdis; le aseguro que no nos inventamos el vórtice y la roca, que existen, se lo aseguro. Y le exijo respeto.
 
Respecto a la cansina cuestión de los seudónimos, no pienso que nadie le deba a usted ninguna explicación. El que suscribe ha estado publicando columnas durante años en un periódico importante, y lo hizo bajo seudónimo; básicamente porque le dio la real gana. Pues aquí, idem de lienzo.
 
En consecuencia ahórrese la pena que dice sentir por los que compartimos este espacio. En compensación, examine honestamente las raíces de su apodíctica seguridad. Le aseguro que no es oro todo lo que reluce.
 
Antrax




¿Resentido por preguntarme? A Pedro Juan.- Jose

Hola, Pedro Juan (18/02/05).
 
He leído con atención tu amargo escrito que me ha producido una no menos amarga sensación. Como quiera que no me siento perteneciente a ningún tipo de "colectivo" o "asociación" con el resto de personas que participan en esta página, te contesto exclusivamente a título personal.  
 
Consideras que esta página (y, supongo que por extensión a todos los que en ella participamos) es "cobarde", "resentida", "chismosa" y "amargada". Es el eterno choque de visiones entre los que pertenecéis a la Prelatura y los que un día dijimos adiós. No voy a entrar en el legítimo derecho que te asiste de pensar lo que quieras de la web y de sus participantes. Por mi parte yo quiero romper una lanza a favor de este sitio. En él he encontrado respuesta a los muchos de los interrogantes que me planteé hace ya mucho tiempo respecto a esa institución a la que había pertenecido y dedicado algunos años de mi vida y a los que esa institución no me dio ninguna respuesta.
 
Una institución de la que formé parte y contribuí (para bien o para mal) a hacer (en modismo interno "siendo yo mismo Opus Dei"). A la que ofrecí toda la información sobre mi vida y todo mi tiempo de aquel entonces. El intercambio fue desigual, sin embargo (me atrevería a decir que no fue leal): aquella institución no me dio desde un principio explicaciones de todo lo que era y todo lo que me esperaba. Me describió unos ideales que después no se correspondieron en nada con la realidad (¿serías capaz, Pedro Juan, de asegurar que eres un "cristiano corriente en medio del mundo", por ejemplo?). Una institución que se hacía lenguas de abanderar la libertad ("sois libérrimos") cuando en la práctica sus miembros estábamos sometidos al peor control que puede existir: el control de la mente y de la conciencia. Podría seguir llenando folios.
 
Y ahora te digo yo: ¿es malo preguntarse dónde estuvo uno? ¿Tan "cobarde", "chismoso", "amargado" o "resentido" resulta tratar de buscar una explicación mediante el intercambio de experiencias al periodo de una vida que, le guste o no al Opus Dei (que, por cierto, no tiene la patente de la verdad aunque te parezca increíble) es de uno mismo y sólo la puede vivir uno mismo porque así lo ha querido Dios. No pretendo convencerte. Estamos en lo de siempre.
 
Saludos.
 
Jose




Buena suerte, señor Pedro Juan Fernández.- Eu

Señor Pedro,

Perdon por el posible destempero, pero... si estás bien, ¡qué bueno!,  que te vaya bien. Y deja a los que ese site les ayuda en paz.

Puede que estés cumprlendo tu encargo mensual. Encuentre a otro para hacer.

Soy joven en espíritu. Me casé, tengo 2 hijas y un perro. Considérome joven, pués cambié de vida y tengo fuerza para más.

No pongo mi nombre porque así lo quiero. Para mí todo eso (los 15 años) fueron terribles. Así que cuando psicológicamente esté bien lo pondré. Si quiero. ¿O deseas también controlar eso, como es costumbre? ¿O deseas que las personas que fueron víctimas una vez no se manifiesten (siendo víctimas de nuevo) por miedo de hablar o de sufrir dificultades en su vida actual por eso?

Que seas feliz. Nosotros vamos a cuidar de la vida real.

Gracias

Eu





Acerca de lo que aprendimos y practicamos dentro de la obra.- Aquilina

A proposito de lo que comenta Ana Azanza en su intervenciòn en la ùltima puesta al dìa de la web acerca de la delicadeza en la caridad que se vive dentro de la obra, siento la necesidad de intervenir y de profundizar el argumento, pues no creo que todos nos vamos a reconocer en lo que Ana expone. Antes de todo quiero subrayar que creo que, a grandes rasgos, Ana sì que tiene razòn en enfatizar que la caridad que efectivamente se acaba por vivir dentro no es una caridad autentica, sobre todo porque, como yo también he tenido ocasiòn de exponer en otras intervenciones anteriores, no se puede dar ninguna autentica virtud en la falta de libertad, interior y exterior, que hay en la obra.

El ejemplo que pone de servir el café es muy gráfico, y por ser una experiencia tan universal para todos nosotros, diría casi que se vuelve el paradigma de esta afirmaciòn. En lo que no coincido con Ana es en la falta de matizaciòn: todos los que se encuentran dentro son falsos, y todos los que nos encontramos fuera somos autenticos. Puede ser que no afirme lo segundo, pero sì lo primero.

Màs veces en esta pagina hemos llegado a la conclusiòn que lo que nos atrajo cuando conocimos el opus fue lo positivo de su mensaje. Entre los que visitamos habitualmente estas paginas, hay muchos que fueron forzados a escribir la carta de peticiòn de admisiòn; otros, en cambio, en el comienzo, efectivamente fuimos atraidos por el mensaje que la obra predicaba: hacer de nuestras vidas un servicio a la sociedad y a la iglesia, hacernos cargo de acercar muchas almas a Dios para hacerles felices antes en la tierra y después en el cielo, intentar vencer este desafìo entre fe por un lado, y ciencia, filosofia, saberes humanos por el otro por medio de una honda formaciòn intelectual empapada de doctrina; y todo esto quedándonos cristianos corrientes en medio del mundo. Eramos personas con poca experiencia de la vida, por ser extremadamente jóvenes, con buena fe y llenos de buena voluntad.

Estas circustancias hicieron muy lento y muy dificil el proceso de darnos cuenta de que lo que viviamos cotidianamente era algo muy distinto de lo que habiamos creìdo. Nos enseñaron que el demonio actùa, que interviene continuamente en nuestras luchas ascéticas para alejarnos del ideal de santidad, y ésta y otras razones que nos repitieron a menudo, y que nosotros repetimos a otros, por largo rato parecieron justificar las aporias, las contradicciones que iban surgiendo delante de nuestros ojos. Yo creo que esta situaciòn, si es acertada en su reconstrucciòn, puede explicar que mucha gente, a lo largo de mucho tiempo, pueda quedarse dentro en buena fe, creyendo en el mensaje de la obra y viviendo, en consecuencia, con sinceridad y honradez, las virtudes cristianas y humanas, aunque de forma defectuosa e incompleta, pero sin darse cuenta de esto.

Por supuesto creo también que para cada uno de los que estuvimos dentro y de los que siguen dentro llega el momento de una “opciòn fundamental”: un momento en el que la conciencia percibe de alguna forma el engaño y la trampa de lo que se està viviendo, y una especie de “fuerza gravitacional” que todos llevamos dentro, unos hacia la asunciòn de responsabilidad, el riesgo, la autenticidad, la libertad; otros hacia la seguridad, la dependencia, el temor hacia su propio juicio, empiezan a llevarnos por caminos divergentes: uno que va hacia la fidelidad a la instituciòn y otro que va hacia la fidelidad a sì mismo y -esperamos los que nos encontramos en este lado- hacia la fidelidad a la imagen que el mismo Dios dibujò de sì en nuestro ser. Pero este acontecimiento es algo misterioso, del que a lo mejor ni el mismo interesado se da perfectamente cuenta cuándo sucede dentro de sì mismo. Yo me imagino que es por una de estas circunstancias que veremos con extremada claridad en aquellos momentos que siguen o preceden inmediatamente la muerte, en los que cada uno percibe con claridad meridiana todos y cada uno los momentos importantes y decisivos de su vida, y percibe de forma evidente y meridiana la bondad o la maldad de sus actos. Ahora no podemos juzgar en los demàs acerca de esto.

Los que nos quedamos 18, 20, 30 años en el opus no podemos reprochar a los que aùn siguen dentro màs de lo que nos hubieran podido reprochar los que se salieron a los 2 meses, o al  año, o a los 2, o a los 3. Cada persona tiene sus tiempos, su inteligencia de los hechos, su capacidad de reaccionar. Si, quedándonos tantos años en la obra, nosotros conseguimos guardar esta integridad interior que nos permitiò llegar a salir, ¿cómo podemos negar esta misma posibilidad a los que aùn siguen dentro, con una perseverancia a lo mejor màs corta que la nuestra, o quizà a muchos que acabaràn muriendo dentro de la obra, por razones que nosotros nunca podremos conocer con certeza?

Hemos reflexionado en la web muchas veces en que en la obra se predica una doble verdad: la de cara hacia fuera, y la de cara hacia dentro. Yo sigo reconociéndome en muchas cosas que se predican hacia fuera (aunque reconozca que el opus no las ha inventado ni descubierto, a lo mejor sí las ha recopilado): el intentar servir a los demàs y no servirme de ellos; el no buscar el brillo exterior y las “milagrerias”; la importancia que tienen las virtudes humanas para tener vida interior y sobrenatural; el vivir las limitaciones económicas de mi vida con dignidad y elegancia dentro de lo posible; y muchas cosas màs. Dentro de estas cosas predicadas hacia fuera (y poco practicadas hacia dentro) hay una que parece muy acertada en este argumento: juzgar los hechos sin juzgar a las personas. Y pienso que esto de continuar profundizando, y desenmascarando, y condenando las prácticas equivocadas que se dan en la obra hay que continuar haciéndolo evitando juzgar a las personas singulares, por el simple hecho que es de justicia hacerlo así, y porque esto es una conditio sine qua non para que, quien entra en nuestra pagina, se encuentre acogido y aceptado aunque su recorrido de alejamiento de la obra se encuentre aùn en sus primeros pasos.

En los primeros tiempos de mi salida de la obra yo, como muchos que se encuentran aùn en buen plan con la obra, pensaba que el espiritu era bueno, y que eran las personas que a menudo desacertaban (y por cierto en este juicio mío tenía su peso el recuerdo aùn muy vivo de cómo concretamente unas cuantas personas se habìan portado conmigo). Ahora, con el paso del tiempo y, creo yo, con una mejor comprensiòn de esta experiencia, mi juicio ha dado una vuelta de 180 grados: es el espiritu, y cómo se vive, y las praxis consolidadas, y todo el montaje que lo custodia, lo que está equivocado y es hasta malo, pero creo que en muchos casos las personas se salvan, y de todas formas no somos nosotros los que podemos juzgarlas. Y si todo lo que acabo de exponer es acertado, entonces sì que es posible que los que salimos por habernos dado cuenta de lo falso de nuestras vidas dentro, podemos habernos traìdo, como ùnica herencia de los años pasados dentro, la fidelidad y la práctica màs o menos autentica, de los ideales que intentamos vivir en nuestra vida dentro el opus dei.

Un abrazo a todos,

Aquilina





¿Qué pena?... ¡Que alegría!.- Jorge Santiago

¿Qué pena?

Entramos a esta página, algunos queriendo y otros sin querer.

Una página que da nombres, empezando por el nombre de la valiente Agustina López de los Mozos Muñoz.

Una página que narra lo bueno y lo malo del Opus Dei, una página que siente y que ama.

Una página que detalla el porqué (que muchos no se atreven a leer) de quienes decidimos irnos.  Una página de gente verdadera.

Nos dijeron que un niño ríe cerca de 400 veces al día y un adulto de vez en cuando.  Por eso volvimos a ser niños, a reír y a disfrutar los riesgos de la libertad. ¿Qué se puede esperar de quienes ha perdido la alegría de vivir? Tan sólo el cilicio, la disciplina, la humillación y el desprecio por sí mismos.

Perdimos el temor. Después de muchos años de haber sufrido, ahora disfrutamos de la verdadera intimidad, del gusto por la vida y la valentía de definir nuestro camino. 

Damos envidia porque tuvimos la valentía de volver a ser, de perdonarnos y superar el resentimiento contra el mundo y la Iglesia.

¿Que quiénes somos?   Somos seres humanos  -sin votos, ni 19 de marzos- con familias verdaderas.  Nos encanta nuestra profesión y disfrutamos de la vida.  Somos sujetos –no objetos- con nombre y apellido.  Somos libres.

¡Qué alegría! 

Jorge Santiago





El perdón y el opus.- José Antonio.

Querido José Carlos (18-2):

 

El opus debe pedir perdón...y debe practicar el perdón... Sin embargo, ni pide perdón ni perdona...esa es la realidad...

 

Con esto creo que queda un poco más centrado el tema del perdón con el objetivo de ésta página y con la experiencia de la mayoría de los que escribimos.

 

Vamos a ver cómo perdona el opus:

 

Fíjate el ejemplo práctico de perdón que nos brinda un numerario en activo  (Pedro Juan Fernández, 18-2) al escribir a la web:

 

Nos llama cobardes, resentidos y chismosos. Nos dice que no se tomó la molestia de leer porqué nos fuimos. Nos llama amargados, ancianos, dice que hemos perdido la alegría de vivir, insiste en nuestro resentimiento. Dice que no respetamos el derecho a la discreción ni a la intimidad del opus. Dice que perdimos el rumbo y que no sabemos adónde vamos, que somos hombres y mujeres sin sentido.

 

La cantinela es la misma que tararean la mayoría de los opusinos que aparecen por aquí...

 

Además, sabiendo como sabemos, que antes de escribirnos habrá consultado e incluso habrá presentado a su director un borrador de lo que pensaba escribir a la web, podemos concluir que esas opiniones no son las de un pobre hombre (numerario y abogado) en una aburrida tarde de domingo, sino que son las opiniones de la opus...cuyo comportamiento –una vez más- está muy lejos del  Evangelio...

 

Estas realidades hay que constatarlas y denunciarlas para que la gente sepa que la teoría es una cosa y la práctica otra...

 

Y no hay en ello rencor ni resentimiento...

 

No creo que fuera ético callarse en función del perdón que muchos hemos concedido...

 

José Antonio.



Sobre el Rencor o del Resentimiento.- Emevé

En primer lugar, debo confesar que buscaba una excusa para escribir diciendo que coincido con Ana Azanza en que Jacinto Choza se equivoca al decir que lo “bueno” lo hemos aprendido en la Obra.

Y yo creo que no, yo ya trataba bien a la gente antes de pitar, por eso me llevaba bien con todas las del centro y por eso me convertí en “pitable”. La delicadeza del trato, la gentileza y la amabilidad yo la aprendí de mis padres, que en eso son campeones. En el opus me puse, más bien, un poco elitista. Así que es mejor detenerse un poco, quizá Jacinto quiso decir que el “óptimo” habría sido que la vida del Opus sea así, pero creo que no lo es. No pasé mucho tiempo dentro, se me trató casi siempre bien, y nunca me enfrenté con ninguna, pero fui testigo de malos tratos y zancadillas, así que creo que Ana Azanza está diciendo la verdad.

Además es injusto decir que la Web es estupenda gracias a virtudes que se aprendieron en el Opus, yo creo (humildemente y sin afán de querer corregirle la plana al autor de los libros que tuve que leer en la Universidad y en los Semestres - estudios internos-) que la Web es estupenda justamente porque en ella se hace gala de todas aquellas virtudes que allí dentro no se practican.

La excusa de este escrito es que recibí una llamada telefónica que me obliga a hablar más cosas sobre la publicación de Jacinto del viernes, en la que habla sobre el rencor. Y es que la amiga que me llamó me dijo “eso está escrito para ti”.

Así que lo releí, y como la primera vez, no me sentí incluida. Igual, como me pasa siempre, cada vez que me dicen que tengo un defecto y yo pienso que no, a priori no creo en mi “propio juicio“, porque por principio (un principio dolorosamente grabado en mi subconsciente, no sé si desde pitar) yo “tengo todos los defectos hasta que se demuestre lo contrario, y si no lo acepto es porque soy soberbia“.

¿Rencor? Estoy casi segura que no lo siento, me sorprende parecer que lo siento, si he odiado a alguien estos años ha sido a Dios (por llamarme y abandonarme) y a mí (por haber sido débil y haberme enfermado), y hoy que he conocido la Web, me doy cuenta que estaba equivocada, que me engañaron y que me fallaron y entonces quiero reconciliarme con Dios y conmigo.

 ¿Rencor? ¿A quién? ¿A los que me hicieron pitar? Muy difícil, yo también hice pitar a alguna gente y lo hice de buena fé, pensando que servía a Dios. Unas se fueron, otras siguen dentro y dicen ser felices. ¿A la Opus? ¿a una Institución? No me parece normal poder tenerle rencor a una “persona jurídica de derecho canónico”. Pero examinemos ¿qué es lo que deseo para el Opus? Lo tengo clarísimo: que no haga más daño, y que quienes estén dentro sufriendo, puedan reconstruirse fuera lo antes posible; que si no cambian la forma de ser, que no les piten 500 por región, sino sólo aquellas 2 ó 3 que de verdad “reúnen los requisitos” y que no hagan daño a las otras 498 que se irán medio rotas. ¿A San Chemita? La verdad el pobre no me estafó nunca, porque nunca le tuve ni fe ni cariño (era una de mis “luchas” estando dentro: no lograba “amar” al fundador), así que poco rencor podría tenerle, aunque la verdad es que tiene tantas cosas que uno se puede reír mucho del pobrecito... ¿A la Iglesia? No lo sé, quizá siento que me ha defraudado al no advertirme, pero yo tampoco he sido nunca una hija muy “fiel”, así que pasamos la una de la otra...

¿Perdonar? ¿a quién? ¿a Destino que hizo que yo viva lo que viví? pues si de eso se trata, ya lo he perdonado, sólo me interesa superarme y reconcliarme con Dios, ya lo he dicho.

Tampoco les tengo afecto ni les puedo ayudar, eso es cierto. Un amigo mío me pide que le de una mano en una iniciativa que le hace albergar la esperanza de mejorar lo que está mal en la institución, y la verdad, no puedo, no quiero involucrarme ni para bien ni para mal con el Opus Dei. Fuera de ésta página no los menciono, aunque no les hago “mala fama” y ni siquiera son parte de mi día a día. Lo que es parte de mi día a día es lo que heredé de mi paso por el Opus, ese tener que luchar constantemente contra la depresión que me ha atormentado estos casi 7 años, ese tener que aceptar que no soy fea, que no soy idiota, que no soy una basura ni el tacho de la basura, que no soy cobarde, que no soy egoísta, que sí soy generosa y que sí sé amar, y que además puedo darle la mano a gente que siente lo que siento yo y vive lo que vivo yo o lo que he vivido, y que a pesar de que no sé para qué nací ni si tengo un “destino”, puedo ser feliz buscándolo, que la vida es eso.

Así que esto va para quienes, como esta chica tan buena, creen que vivo en el rencor, y para mi misma. Te equivocas, lo he analizado y si no fuera por tu llamada, ni siquiera me habría sentido en la necesidad de hacerlo. Eso sí, detesto que se hable de mí a mis espaldas y que se comenten cosas tan íntimas como mis defectos o virtudes, lo detesto y me pongo de mal humor, pero si lo hacen (como lo hacían en el consejo local) no les puedo guardar rencor. Me duele, me da pena, pero nada puedo hacer. Detesto también cuando se presume que estoy diciendo algo que no digo o que estoy haciendo algo que no hice sin que se me pregunte y sin que se me deje explicar. Lo detesto, me duele, pero lo tengo que aceptar, el mundo es como es, la vida es como es, y son pocos quienes en realidad me quieren y me entienden, así como -en realidad- yo sólo puedo entender y querer a algunos pocos.

Supongo que lo de mi supuesto “rencor“ viene en que alguna vez he perdido la paciencia con gente de la obra. Pero que sepas que no lo he hecho porque sea de la obra (de hecho uno de mis mejores amigos en esta Web es un supernumerario), sino es porque es “part time” según propia confesión, porque desde la primera vez puso en duda todo lo que dije con un tono de superioridad que me rebela, porque me hace quedar mal siempre que puede y porque tiene mejores formas que yo. (Jeje, es que soy un fosforito, ya me lo decía mi madre, el problema es llamarse margar-ITA, que el nombre acaba como la dinam-ITA y explotamos muy rápido, pero qué diantres, nadie es perfecto, ni siquiera yo que soy futura santa). Finalmente, sí, acepto que no le tengo paciencia, acepto que me cae mal, pero para evitar conflictos y evitarme malos ratos (lo que es una muestra de que me estoy queriendo) es que no he vuelto a frecuentar el lugar que él frecuenta.

A mis seguidores he de decirles que por favor no crean que soy un espíritu no evolucionado que se revuelca en la bilis y en la merde de su rencor y su rabia jurando cada mañana destruir la opus “así sea lo último que haga” (cual Gargamel ex numerario... que odia a los pitufos). La Opus no ocupa un lugar en mi pensamiento, cada vez que paso por un centro pienso en las que conozco, viven dentro y sé que sufren y pido porque no sufran más. Por las que son felices sólo pido que lo sean siempre, por las que disfrutan destruyendo vidas, pido que Dios las perdone. Para los “numerarios dialogantes” y los “part time” le pido a Dios paciencia y que alguna vez yo pueda tolerar su burla sobre mi dolor (que aunque es cosa de mi pasado, siempre será mío) y no perder la paciencia, aunque el día que yo sea fría como el hielo, dejaré de ser yo. Pero bueno, también es de considerar que el día que yo me vuelva “dialogante” como ellos, significará que he alcanzado el estado de perfección en cuyo camino me encuentro...

Esta semana no se han reportado milagros, pero quien los haya recibido por mi intercesión, escribir al mail que he puesto en la Web nueva, se dará buena gratificación.

Saludos a todos,

Emevé





A Pedro Juan.- Emevé

A Pedro Juan Fernández Cueto,

Ni siquiera pensaba responderte, porque quien no se ha tomado la molestia de leer mis testimonios, por qué habría yo de tomarme la molestia de contestarle su exabrupto. Pero un amigo a quien quiero mucho y que ha sufrido mucho, me dijo que te conoce, y que no eres una mala persona. Lo que me dijo me recordó que yo también había sido numeraria, que yo también obedecía todo y que yo también faltaba a la caridad y a la justicia de modos espantosos como lo haces tú, todo en “bien de la Obra”, por “amor a mi Madre guapa” que, gracias a Dios, resultó ser mi madrastra.

Entonces, Pedro Juan, estimado colega, sólo puedo decirte una cosa, esta página no es para que la entiendas tú, no está dirigida a ti. El día que leas los testimonios y te veas reflejado en uno de ellos, el día que llores recordando las cosas que te hicieron sufrir y te rías con las cosas graciosas que aquí contamos te darás cuenta que ni somos amargados, ni somos chismosos, ni somos ancianos. Mientras no nos necesites estás bien, si alguna vez nos necesitas, aquí estaremos, dispuestos a acogerte y, si se puede, a ayudarte. Espero que de verdad seas feliz, que nunca necesites ninguna compensación, que vivas tu "vocación" al pie de la letra, que no andes por allí tonteando con chicas buenas a quienes les romperás el corazón (hermanos tuyos, numerarios lo hacen, y mucho), que no te emborraches, que hagas las normas en tu centro, que no te confieses jamás con padre “Topete”, que no tengas nunca "amistades particulares", y que te piten los 3 de tu lista de San José de este año, que ya toca hacer otra en marzo... Que seas muy feliz y que Dios te proteja y te perdone... Y a mí también.

¿Quieres saber por qué no doy mi nombre? En alguno de los testimonios que no leíste lo puse (también puse que no me fui, sino que me dijeron que me vaya porque estaba enferma y así no servía), pero te diré, no quiero que un día, un futuro empleador, novio, inquilino o cliente, ponga en google mi nombre y le salga todo lo que viví, no quiero que se sepa que me perdí los mejores años de mi vida creyendo en una mentira, viviendo en una burbuja y pensándome que lo sabía todo, que la vida era fácil y que no importaba saber más de lo que ya sabía y que la voluntad de Dios se me revelaba día a día. Y peor aún, que sepan que luego que me echaron me sentí perdida, no sabía qué hacer, me quería morir (recé tanto a Dios que me mate) y sentía que ahora mi vida no tenía norte, no sabía dónde ir ni para qué estaba y que vivir así no valía la pena, cerca de siete años Pedro Juan, sintiendo eso, sola, sin hablarlo con nadie, porque si lo hablaba dejaría mal “parada” a la “Obra” y no quería yo manchar con mi dolor su túnica inmaculada. Si ya la vida es dura para mí, ¿por qué complicarla más haciendo público mi dolor? Si yo no estoy aquí para que tú me creas, yo estoy aquí porque me ayudan a curar mis heridas y para ayudar a otros a hacerlo, a otros que sí me entienden, que sí me creen, que no necesitan saber ni mi nombre ni donde vivo para saber que lo que digo es cierto, porque a ellos les ha pasado lo mismo.

Pero no es por miedo... Quien quiera saber quién soy, que lo pregunte en el privado (a donde google no puede llegar), no creo que haya nadie que haya estudiado en la Universidad que es obra corporativa en el norte del Perú entre 1993 y 1997 que dude que yo fui numeraria, que tengo nombre de flor y que jamás hice “escándalo”, fui muy “buena” y muy “agradecida” con el Opus, pero todo eso me destrozó por dentro y hasta hoy me lo he tenido que comer sola con pan... Ahora ya no estoy sola, ahora ya no estoy triste... Sigo teniendo mis defectos y mis problemas, pero mi pasado numeraril no me duele más. Gracias a esta Web, y gracias a gente generosa, que no sólo tiene ganas de vivir sino que ayuda a vivir. Mi depresión de “7 años post opus” (por cierto, el 19 de marzo recién cumplo 7 años fuera) ya pasó, y todo gracias a esta Web. Así que no, Pedro Juan, no te esmeres, no nos entenderás y Dios quiera que no nos entiendas nunca, que Dios te conceda la felicidad del corazón que nosotros tuvimos que encontrar fuera de la Opus y algunos otros, gracias a esta web

Saludos a todos,

Emevé (ah, y para Margarita Arenas, siento muchísimo que seas mi tocaya y espero que sea eso lo único que tenemos en común)





Sobre divorcios y separaciones.- Serpa

He escrito por primera vez en esta página la semana pasada. Simplemente en muestra de agradecimiento por casi todo lo que leo y sobretodo por una actitud crítica de la opus de primera mano. Creí adecuado aportar mi pequeño granito de arena. Suponía que iba a pasar desapercibido. Creo que solo di un pequeño testimonio de mi paso por la opus y de lo que me costó volver a tener una vida normal.

Pero releyendo los correos de la semana, me encuentro mencionado en un artículo de Ana Azanza (Sobre caridad, enfermos, filosofía y enamoramientos, viernes, 18-2-05). No me explico, Ana, como de un pequeño escrito de una vivencia llegas a la conclusión de que yo considero que los ex somos un grupo de divorciados o separados. ¡Que alguien me lo explique! Quizás tengas el don de ver más de lo que realmente se muestra, de etiquetar a alguien sin haber mediado más de dos palabras. Pero ya que sacas el tema vamos a ver. A lo mejor realmente tienes ese don.

Si una persona entrega su vida a otra durante una vida en matrimonio puede ser que una de las dos personas traicione a la otra, la engañe, la maltrate, la humille y que se imponga la voluntad del más "fuerte" sobre la del "débil". La persona que se siente traicionada, que ve como su pareja no es lo que parecía, o ha cambiado drásticamente con el paso de los años tiene dos opciones: O sigue con esa relación porque tiene la esperanza de cambiarla, o por el que dirán o por la educación recibida que le impide ni pensar siquiera en la palabra divorcio; o puede optar por cortar por lo sano, curarse en salud, cuando realmente hay una causa justificada, por ejemplo un maltrato físico. ¿O es que hay que seguir aguantando hasta que lo maten a uno? Trasladar esto al tema de la "vocación a la opus" no creo que sea sencillo ni adecuado. Efectivamente la vida en la opus no es comparable a una relación de pareja. Aunque desde aquí aplaudo a los que toman la decisión de decir BASTA a pesar de llevar muchísimos años de su vida en la opus. Basta de falsas caridades, basta de orar a un Dios hecho a medida de una élite. Dios es padre de todos por igual, no hablemos de privilegiados POR FAVOR. Privilegiados en el poder y la riqueza quizás pero no ante Dios. ¿Por qué no hacen apostolado con el chico de clase baja o con el que no es muy espabilado? QUE ELLOS ME LO EXPLIQUEN.

Gracias Ana por animarme a volver a escribir.

Serpa





Colegios de Fomento y enamoramiento.- Bastián

Dedicado al feliz Fernández Cueto, para que no pierda el tiempo y encomiende asuntos que le merezcan más la pena; y para que siga entrando "por casualidad" en la web hasta que se entere su director y le diga que no importa, que puede seguir entrando todos los días si quiere.
 
A partir del tercer hijo matriculado en un colegio de Fomento y asimilados, los padres quedan dispensados de una serie de gastos importantes. Sumado eso a que los hijos de los profesores no pagan (aunque supongo que comedor y transporte sí, si los usan) la consecuencia es que cada familia debe hacer frente al coste de sus propios hijos y a parte de los de los ajenos. Mis tres hijos fueron a un colegio de Fomento con gran esfuerzo mío y de mi esposa porque, aun con sueldos mediocres, pensábamos que la mejor inversión era la formación de nuestros hijos. Hace ya bastantes años que no tengo contacto con el colegio porque dos de mis hijos ya son profesionales en ejercicio y el tercero está terminando la universidad. Así que no sé a ciencia cierta cómo funciona ahora el sistema, pero cuando yo era padre de Fomento una persona de dentro me dijo que entre todos los padres pagábamos ¡un colegio entero!, y eran, creo recordar, veinticinco. Y en honor de la verdad he de decir que no me arrepiento de haberlos llevado a donde los llevé.Tal vez sea porque han salido buenos..., pero ninguno de ellos ha caído en "la trampa" aunque hayan estado en Roma, hecho visitas a pobres, asistido a círculos y demás medio de captación. Ya me encargué de vacunarlos.
 
ENAMORARSE
 
Efectivamente, la situación emocional de un numerario que sale al mundo libre tras permanecer más de dos años en la ahora prelatura, es de pena. Supongo que valdrá lo mismo para numerarias, agregados y agregadas. Mi experiencia personal fue de libro. Me enamoraba de todas. Una, por tener los ojos verdes; otra, porque me admiraba y asentía a todo cuanto le contaba, aunque fueran trolas y aventuras para seducirla; la tercera, porque me miraba con ojos de cordera degollada; una uruguaya profesional del amor, porque me daba palique y hablaba de todo y a mí me encantaba ser oído; y así hasta que un día me presentaron a una que le caí fatal, me llamó chulo, facha, creído, mal educado, suicida (por la forma de conducir un seat seiscientos que rugía como un reactor) y a los dos años nos casamos. Me sigue poniendo a caldo de vez en cuando y por los mismos motivos que le di el 31 de julio de 1974 a las ocho de la tarde, que es cuando nos conocimos. Y somos felices. Quiero decir que no hay que precipitarse, en ninguna dirección. Y que un numerario, como fue mi caso, también puede ser reconvertido. Depende del temperamento y la inteligencia -y la paciencia- de la parte contraria. Así que, chicas, no os desaniméis. Pero hay un aspecto crucial en todo esto. Y es que no es lo mismo formar pareja con un ex cuando ya es ex, que liarse con un Numerario y sacarlo de la cosa para vivir con él. De esta situación no puedo decir nada porque no conozco ningún caso, sólo uno de oídas. No creo que haya leyes universales aunque sí patrones similares. Yo, en vuestro caso, lo intentaría. Y si no sale bien el emparejamiento, a lo mejor les haceís un favor y les ayudáis para que abran los ojos.
 
Bastián




Para P.J.Fernandez, con afecto.- Flanpan

Mira bonito.

 

Si entraste sin querer en esta guew... o eres tonto o entraste queriendo. Para haber entrado sin querer, te has liado a leer por lo menos un poquito.

 

Si un día entras sin querer a un puticlub... mejor no nos cuentas nada. Te vas directo a ver al mosén.

 

Si no te has tomado la molestia en leer los porqués te falta interés por la verdad. Te has quedado en el qué: vamos, en el puro cotilleo.

 

Si leyendo tu post me he reído 10 veces y escribiendo esta contestación me he reído otras 30, me río más en esta página que viendo las telenoticias.

 

Si este “estudio” es cierto, esta guew te ayuda a reír.

 

Si no te ríes con las anésdotas de Satur o no eres nume o no tienes sentido del humor... o a lo mejor estás muerto y todavía no te has enterado.

 

Yo también “encomiendo” para que la Opus sepa recuperar (si es que alguna vez tuvo):

 

  •  La valentía de decir quiénes son.
  • El “perdón” para quienes se atreven a discrepar de las opiniones oficiales, o para quienes simplemente se atreven a abrir la boca.
  • La discreción debida en los asuntos personales de conciencia, que circulan en sobres color crema por toda la pátria geografía.
  • El gusto por la vida: dentro no tienen gusto alguno, y lo que asemeja al gusto es lo más parecido a un rancio y trasnochado símil de modos y maneras de un aristócrata inglés de finales del XIX, explotador de sirvientas mal pagadas secuestradas en el campo.

 Y tú, majete, a ver si te reís un poco. Que vas más tieso que con tres palos de escoba atornillados en tu espalda.

 

Reíte  un poco más y dale la brasa a los Directores. No les vendrán mal tus sabios consejos, porque según algunos estudios, la Cosa está que se hunde.

 

Y muchas gracias por tu comunicado. Me reí bastante.

 

Afestuosamente,

 

Flanpan



Yo comencé con el tema de la depresión.- Andrés

Al principio creí que nadie se había fijado en lo que escribí, por lo menos hubo tres lectores. La dulce Carmen Charo, Xavier de Barcelona y el buen Galileo. Ya me siento importante.

 

Aclaro a Carmen Charo: Mi amigo que descubrió mi depresión es cura de la obra que conozco desde antes de mi entrada-salida (entonces no lo era). No hay “labor estable en mi ciudad”, por lo que el Siquiatra es totalmente ajeno a cosas del Opus Dei. Es vicepresidente de la escuela de psiquiatría de mi país y ¡cobra muy bien!. Lo de genético lo digo porque uno de mis padres también la sufrió. Charo, lo del síndrome de Estocolmo, aclaro: nunca me sentí secuestrado.

 

A Xavier: cuando llevaba pocos años en “la cosa” era tan simplista que pensaba lo mismo que me dijiste: que  un cura lo arregla todo (yo añadía la sinceridad). En una convivencia de directores de cl, nos dieron una charla para poder detectar depresión y que se tomara en serio y con cariño si la descubríamos. Cambió entonces, como a muchos que estábamos ahí, nuestra forma simplista de ver las cosas. (Creo que en uno de los vademécum se habla de esto)

 

A Galileo: Recomendé en mi primer escrito una página  del Nacional Institute of Mental Health (tiene traducción al español), A mi me parece un tanto dogmático tu escrito, debo suponer que eres Psiquiatra, yo no, yo solo soy paciente de psiquiatra, no me apoyo en lo que sé sino en lo que saben. En mi ciudad recién se inauguró un hospital para enfermedades psíquicas y los que más van es por depresión (y eso que la Obra todavía no comienza a hacer de las suyas).

 

Me están tratando y efectivamente es por las dos vías: farma y pláticas. Ahí voy. Quiero sin embargo decir algunas cosas que he visto en la WEB.

 

1. Me fui porque me echaron. Hay ex de dos tipos: los que se fueron y a los que nos echaron. Sí, en mi caso hubo resentimiento. Extraño la obra y aseguro que muchos de los que escriben aquí lo hacen también. Ya van varias veces que se citan textos de las páginas oficiales. Que lo echen de cualquier parte duele a menos que ya no quisieras estar. Fíjense como a pesar de estar afuera la Obra nos aglutina.

 

2. Aprovechando esa libertad para pensar y para escribir aquí. Hay cosas en algunos de los libros anti opus que son francamente divertidas por su inconsistencia: Ynfante coloca un conciliábulo entre Escrivá, Woytiwa y del Portillo, de ahí arranca. Sabemos muy bien los que leemos la web que Escriva y Woytiwa, no se conocieron.

 

Carmen Tapia: en lo que narra en sus primeros contactos afirma que en 1948 ya había supernumerarios. Cuando la tienen secuestrada, tiene tiempo de salir con una auxiliar y la lleva a conocer Roma y lo que llama la atención a cualquier ex numerario es que se quedó a solas con Paniker en su oficina platican largo y tendido. El berrinche de ¡Me quiero ir a Venezuela! Es divertido. Mezcla verdad y fantasía quizá tanto como el código Da Vinci.

 

Pérez Tenessa, dicen que dijo que era probable que el Fundador no tuviera título: en la Complutense de Madrid y por Internet se puede acceder a la página de tesis doctorales y ahí aparece.

 

Fisac, aparece en varios libros “oficiales”. Entregó en el 97, la carátula original del libro de Camino a Pedro Rodríguez. Mató y echó fuera del Opus  a varios que han muerto dentro, por ejemplo a Pedro Casciaro en 1992 y en 1994 Pedro Casciaro escribe algunas cosas sobre el en su libro.

 

Lo que quiero con todo esto es decir  que a veces queremos ver todo lo malo que hay en la obra y aceptamos a todos sus críticos, pero sin espíritu crítico del cual ahora sí podemos ejercer (también antes pero se nos olvida).

 

Yo, con toda franqueza, admito que lo echo de menos, que mi cercanía con el Opus ha sido por esta página y que leo las oficiales con cierta nostalgia, pero sé perfectamente que eso está en el pasado. Y que soy absolutamente responsable de lo que hice mal para que me echaran y de lo que hago con mi vida actualmente. Lo asumo.

 

También leí, cuando estuve en cama,  y me llamó la atención: que cuando algunos se fueron, los directores los amenazaban con las penas del infierno (yo lo hice también con algunos). Dentro de un marco católico (ojo):

 

1. Hay infierno y hay cielo

2. Existen 10 mandamientos

3. Existen siete sacramentos

 

¿Por qué lo digo? Porque he podido leer, de ex que abandonaron la fe, otros salieron del closet y viven en pareja homosexual, algunos más han roto con su primer matrimonio, otros han abandonado todo tipo de prácticas de piedad, algunos se declaran alcohólicos, algunos más atacan directamente el magisterio de la Iglesia  etc. No se pude juzgar a priori, pero dentro del marco católico, van en declive y camino de cumplir esa amenaza.

 

Perdón por mi franqueza, insisto veo hacia delante y mi actitud es como la de los buzos cuando quieren emerger rápidamente, van dejando todo tipo de lastre.

 

Andrés





Busco información.- Jorge P.

Quiero saber si conocen alguna bibliografía que desarrolle la similitud o diferencia entre los compromisos de los numerarios y otros religiosos.-

Gracias
Jorge P.





Felicitaciones por su aporte.- BBG

Queridos amigos:
 
Yo tuve la la suerte de ser demasiado rebelde para ellos (aún cuando reunía todo, la mejor posición social y económica y una persona sumamente extrovertida), fui un par de años a las "meditaciones" un bodrio, y me confesaba con un sacerdote de la Obra, NUNCA entendí el tema de los papelitos eso de tener que anotar todos los pecados, no fuera a ser que se olvidaran de alguno, (se ve que muy arrepentidos no estarían para tener que anotarlos para acordarse de ellos) en fin al año, lograron sacarme de quicio, las numerararias eran todas huecas, aniñadas, fuera de la realidad, nunca pudieron hacerme una sola dirección espiritual, no se los permití, dejé de ir sin avisar ni nada no las soportaba más. En mi casa no paraba de sonar el teléfono, para invitarme a cuántas cosas hubieran. Como Yo era muy deportista, la excusa: 'está en práctica'. A mi madre le venía como anillo al dedo.
 
Ella ya en los primeros meses se dio cuenta que me querían agarrar y me advirtió, mi padre toda la vida los destestó (habiendo ido a colegio jesuita toda la vida y teniendo incorporada a su vida diaria todo lo transmitido por ellos no los soportaba.)
 
Las vueltas de la vida quisieron que me aburriera de ir a Facultad y no tuve la mejor idea que ir a un Secretariado de la Obra. Para resumir les puedo decir que luego de dos años de estar mis compañeras y yo, el Secretariado cerró, nos llamaron la Generación Desperdiciada, se imaginarán lo que me puede llegar a afectar el mote no?.
 
Obviamente quisieron echarme, no pudieron, mi padre tenía datos quizás demasiado comprometedores para ellos y así se los hizo saber, tanto así que me dieron "una segunda oportunidad" pobres ellos, no sabían con quien se metían, pero debo decir que me hicieron la vida imposible.  Habiéndome recibido de profesora de inglés me decían que no me daba el nivel de inglés, en mi vida escuhé peores pronunciaciones que ahí adentro, pero me la banqué, cuando terminé, generalmente mandan a hacer prácticas en buenas empresas, a mi no me mandaron a limpiar caños pero ganas no les faltaron, como tenía previsto un viaje les dije que ya tenía trabajo que nos las precisaba, pero que más adelante pasaría a buscar mi diploma, me tuvieron 2 meses para dármelo, que no estaba fulana para dármelo, que mengana no podía firmar, la última vez que estuve les dije, dame mi diploma o te meto un abogado y te armo un lío como para dos mil.
 
Al minuto apareció mi diploma, tanto que rompieron las pelotas con la prolijidad, mi padre cuando lo vio me dijo si soy el Presidente de una empresa y recibo este diploma pienso que es falsificado, por supuesto que manteniendo las firmas originales me hice uno espectacular.
 
Pero bueno no todo el mundo tiene la suerte que tuve yo, la mitad de mi familia paterna es del Opus, cuesta entender hoy por hoy que haya gente que crea todas esas mentiras y boludeces.
 
Escrivá, me enferma... Mis hijos no saben nada porque son muy chicos, pero la palabra Opus Dei saben que es mala palabra.
 
Bueno, no los molesto más simplemente felicitarlos por el sitio, y saber como hago para poder comprar estos libros, porque soy de Uruguay y aqui ni en Buenos Aires pude encontrar ninguno, salvo Tras El Umbral y el de Angustias. Si saben de algún lugar por aqui o la Dirección de la editorial para pedirlas, tengo justo una amiga que está viniendo de Santiago de Compostela si saben si por ahí se pueden encontrar me avisan.
 
Gracias
 
BBG




Lo siento. A Pedro Juan Fernández.- Mrt2

Quería contestar al artículo que acabo de leer de Pedro Juan Fernández. (18-2)

Nuestro amigo Pedro dice: "Una página que no da nombres es una página cobarde". Pues no estoy de acuerdo. En primer lugar porque hay amigos míos involucrados y no quiero ofenderlos. Porque hay familiares míos muy metidos dentro de la Obra y no es plan que haya problemas, ni para ellos ni para mi.... En segundo lugar, una página que publica los porqués no es una página amargada, es una página que ayuda. Ayuda porque hay un denominador comun en muchos de nosotros que significa sufrir sin quererlo realmente, sufrir porque alguien lo dice, sufrir por no poder escoger lo mejor para mi y ser otro el que me diga TODO lo que "me conviene".

En tercer lugar, los que han creado esta página son gente increíble, los que leemos esta página, muchos, también. Si no nos conoces ¿cómo puedes decir que han perdido la alegría de vivir? ¿Por cómo escribimos? Por contar la verdad? Por ayudarnos unos a otros? Unos hijos y una esposa que te quiere o simplemente una familia (padres y hermanos) o novia que te quieren por como eres, por como piensas, por tus errores, por tus sacrificios y por dejarte llevar, etc. Creo que es una de las mejores cosas que te pueden pasar en este mundo, para la gran mayoría. Que hay gente que sacrifica su vida por Dios, OLE!!!! Pero si son ellos los que realmente lo han determinado, si no ha habido presiones, si conocen otros caminos que llevan a Cristo y han escogido por si solos ese camino.

Lo normal en la Obra es estar cegado, tienes que seguir lo que te "aconsejan" en el centro, tu director, etc. Hay gente que puede ver en esta página una ayuda para ver que hay cosas que se hacen mal. Se puede ver esto como el vaso medio lleno, "critica constructiva" o como medio vacío "sois unos perdedores y amargados de la vida" .

Si ha sido tu decisión la de incorporarte a la Obra, OLE!!! Si eres religioso, OLE!!! ME alegro por ti, pero yo sé seguro una cosa: "YO SOY MAS FELIZ AHORA QUE CUANDO ESTABA DENTRO". Eso no era lo mío aunque había mucha gente que se empeñara en ello. Mi novia me quiere como soy, mis defectos y mis virtudes, SOY FELIZ, OLE!!!

Yo también soy hijo de la Santa Iglesia Católica, y río mucho, ja ja!!! y soy muy feliz!!!! OLE!!!!!

No sé si me falta por decir algo más pero bueno lo mas importante, si tú eres feliz y yo soy feliz, respeta nuestras ideas igual que nosotros respetamos las tuyas. Que te sientes mal por lo que decimos aqui, bueno, si hay cosas que no son verdad, dilas, pero nosotros sabemos lo que hay...

Un abrazo muy cariñoso para todos

MRT2





Muchas gracias a todos.- Davinia

hola a tod@s,
 
en primer lugar quisiera agradecer a todos vuestras intervenciones y consejos.
 
Sonsoles y Ana Azanza ( 18-2-2005 ), yo también estoy totalmente convencida de que enamorarse de un numerario o de un agregado que está en crisis o a las puertas de ella no es nada prudente, pero hay que ver lo traidor que es el corazón y las malas pasadas que nos juega, llevo meses con una lucha perpetua entre la cabeza y el corazón, y más aún, no puedo hacer nada porque cuando me enamoré no sabía de su condición y la razón llegó tarde.  Por ello hice lo que hice hace meses, tuve la oportunidad de trabajar en un lugar distinto, aunque en la misma ciudad, y lo acepté porque llegué a un punto en el que era él o mi salud mental y opté por lo segundo, pensé que la distancia me ayudaría, que el tiempo todo lo cura y me equivoqué, sigo en las mismas, lo único que he logrado obtener ha sigo un poco de paz.
 
Ahora nuestros contactos son esporádicos, cuando él o yo tenemos que ir al lugar del trabajo del otro por algún motivo y a mí el corazón se me sigue desbocando, Hormiguita (16-02-2005 ), muchísimas gracias por tus consejos que procuraré poner en práctica poquito a poco cuando le vea, me hiciste sonreir y emocionarme y te lo agradezco en el alma.
 
Siento ser reiterativa en los agradecimientos, pero también tengo palabras para Gregory P., comprendo todo lo que me dijiste acerca de las carencias afectivas con las que se sale del opus, y soy consciente de las dificultades, pero también confío en su capacidad de amar, que le han arrebatado, pero sé que la recuperará.
 
Dionisio, te agradezco muchísimo tu intervención porque me mostraste el punto de vista masculino del asunto y me fue de gran ayuda.
 
A todos los demás gracias por vuestros consejos, por la preocupación, por el respeto y la amabilidad con la que nos habeis tratado tanto a Malu como a .  A tí Malu, te deseo muchisima suerte y espero que todo tenga un final feliz.
 
Os felicito por vuestra fuerza, valentía y solidaridad, seguid así porque estáis haciendo mucho bien a la gente. Y  os deseo mucha felicidad en vuestras vidas.
 
Espero poder contaros pronto que todo se ha arreglado y que sus ojos dejaron de ser tristes.
un saludo y gracias
Davinia.




Otro que ha entrado sin querer en la web.- Inés

A Pedro Juan Fernández Cueto:

 

Otro que ha entrado sin querer en la página, supongo que por pura casualidad.

 

Empecé a leer este estupendo escrito y pensé para mis adentros “otro adscrito en plena adolescencia que realmente cree lo que está diciendo”. Me equivoqué.

 

Simplemente es un numerario que ha vivido los mejores años de su vida en el Opus Dei. Y yo me alegro. Y le deseo, te deseo Pedro Juan, que el resto de tus años sean todavía más felices y que lo sean en la Obra. Que puedas vivir y morir en el Opus Dei, que supongo que será una de las jaculatorias que repetirás a diario.

 

No tengo la menor duda de tu felicidad porque me consta que todo lo que vives lo crees. Eres una persona a la que le agrada ser dirigido en todo lo que hace, no le importa no tomar decisiones, está de acuerdo con el espíritu del opus. Estoy segura de que no te importa que aquello que cuentas en tu charla fraterna lo sepan más tarde unos cuantos de tus hermanos. Incluso, lo más probable, es que tampoco te importe informar a tus superiores de los “pequeños detalles” de la intimidad de tu hermano que hace contigo la confidencia. Tampoco te interesará qué será de aquellos hermanos "traidores" que han tirado su vocación por la borda. No importa que estén bien o lleven el lastre de una depresión.

 

Imagino que tu intervención en esta web será porque tu director te ha dicho que escribas porque tu quieres.

 

En fin, que todo tu escrito es una loa a tu vida y ni por un momento la más mínima preocupación de por qué unas personas que tuvieron tu mismo entusiasmo escriben unas experiencias tan dolorosas (que no has leído).

 

O sea, más de lo mismo.

 

Un saludo

Inés




 

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