En mis anteriores 6 colaboraciones he intentado estimar el número de personas que han estado en trabajos internos (o labores internas) en el Opus Dei en la región de España durante un período de 40 años (1980 a 2020). Quien quiera profundizar puede leerlos en esta página web.

A modo de resumen, según mis estimaciones salen un total de 4.310 (cuatro mil trescientas diez) personas distintas en trabajos internos en España. Con este desglose: Grupo A (numerarios y numerarias en delegaciones tanto directores como oficiales) 2.000; Grupo B (numerarias administradoras de centros) 1.050 y Grupo C (numerarias auxiliares) 1.260...

En relación al total de sueldos no pagados en 40 años saldrían un total de 1.730 millones de euros (mil setecientos treinta) desglosados así: Grupo A (numerarios y numerarias en delegaciones tanto directores como oficiales): 640 millones; Grupo B (numerarias administradoras de centros): 336 millones y Grupo C (numerarias auxiliares): 760 millones de euros.

En este punto paso el testigo a quien quiera calcular cuánto dinero habría supuestamente dejado el Opus Dei de ingresar en las arcas del Estado español en estos dos conceptos: a) cotizaciones a la Seguridad Social y b) ingresos por IRPF.

Y ahora le traslado esta pregunta a los directores del Opus Dei y también a sus miembros que conocen esta realidad y permanecen mudos al respecto: ¿qué piensan ustedes hacer?

Veo dos posibles: 1) No hacer nada, y esperar a que de esto se entere el menor número posible de personas y ver si pasa el tiempo y queda silenciado por lo que no entraría en su “agenda” de temas a acometer; 2) Tomar la iniciativa y reconocer lo que han hecho mal, pedir perdón y reparar.

El primer escenario no parece muy cristiano. Además, como dice el Señor en el Evangelio de San Lucas, 8, 16-18 “Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto”. A lo que habría que añadir que el pensar que esa “sombra” siempre les perseguiría y que tarde o temprano les podría alcanzar tampoco es una estrategia muy inteligente, máxime en una sociedad donde la transparencia y transmisión de la información es casi imparable. ¿No es mejor dormir tranquilos y dar buen ejemplo a todos? Y aunque pudieran librarse e irse “de rositas” en la parcela jurídica por que hayan prescrito muchas de sus obligaciones, sin embargo, el juicio ético y moral no prescribe. Así que cada día que pasen practicando la táctica del avestruz es como quedarse haciendo de diana para el boomerang que tarde o temprano les acabará golpeando en la cabeza o mejor dicho en el centro de gravedad.

El segundo escenario sería más cristiano, valiente y a la larga mejor para ellos. Sería tomar la iniciativa y decir: lo hemos hecho mal, a partir de ahora lo estamos haciendo bien, nunca más lo haremos mal, pedimos perdón y vamos a reparar a todas y todos y cada uno y cada una de los afectados. Eso supone hablar claro a los de dentro y a los de fuera incluida la jerarquía de la Iglesia y explicarlo todo sin eufemismos ni medias verdades. Cuesta hacerlo, sí pero ¿acaso no es esencia de buen cristiano pedir perdón? ¿No piden ellos a sus miembros que hagan enmendatio en sus círculos breves? ¿No ha ido la Iglesia pidiendo perdón cuando ha hecho falta? Les han allanado el camino, aprovéchenlo. Además, se ganaría en humildad. Aquel punto de Camino, 593: “Cuando te veas como eres, ha de parecerte natural que te desprecien”. Que todo el mundo sepa que el Opus Dei ha obrado mal no debería ocasionarle mucho dolor a la luz de Camino, 596: “No te duela que vean tus faltas; la ofensa de Dios y la desedificación que puedas ocasionar, eso te ha de doler —Por lo demás, que sepan cómo eres y te desprecien. —No te cause pena ser nada, porque así Jesús tiene que ponerlo todo en ti”. Director que me lees, directora que meditas Camino con frecuencia, oficial de AOP (Apostolado de la Opinión Pública) que me lees, ¿no tienes un mínimo de remordimiento de conciencia como para sacar este tema en tu charla? ¿No te entran ganas de ir al despacho del director de la delegación o de la comisión: tiene usted un minuto don fulano?: mire, este tema me preocupa, pero no por la opinión pública sino porque a lo mejor el Opus Dei ha hecho algo muy mal y tendría que rectificar.

Y dentro de este segundo escenario quedaría la guinda del pastel: la reparación. ¿Cómo reparar a los afectados? Pues no es tan difícil: no hay que hacer simulacros de comisiones de “escucha” para quien quiera venir. No, eso no vale. Ellos bien que saben hacer listas extensas cuando les interesa y seguirlas haciendo campañas para pedir dinero o llenar retiros, etc. Así que hagan ustedes una larga lista (tienen los datos, de cien almas nos interesan las cien) y empiecen a llamarles uno a uno y a entrevistarse y a preguntarles cómo están económicamente, qué tal la pensión, etc., y llegar a un acuerdo para compensar económicamente a cada uno mirándolos a los ojos. Si alguien no lo acepta, pues no te preocupes que ese dinero lo donará la Obra a donde nos digas: Cáritas, Manos Unidos o contra el cáncer o lo que sea, pero nosotros queremos reparar no nos vamos a quedar con lo que no nos pertenece. También podría llegar a un acuerdo con el Estado para que esas personas pudieran completar sus años de cotización, seguro que hay fórmulas. Eso sí que podría ser una buena forma de “cerrar” no en falso el tema para siempre. ¿Que es mucho dinero? Primero, aunque sea mucho, también es mucho el dinero que han conseguido para levantar Torreciudad, Saxum y tantas otras casas y edificios y proyectos. Así que cuando quieren levantar fondos son muy pero que muy aplicados y eficientes, ¿cuánto más para esto que afecta a aquellos para con quienes tienen, como decía D. Alvaro, un compromiso de por vida? ¿Lo tienen? Sí lo tienen, pero no porque lo dijera D. Alvaro o Agamenón o su porquero, y aunque no lo dijera nadie: lo tienen y lo saben. Pues si lo tienen y lo saben, ¿entonces a qué esperan? ¿A que les llegue una demanda y tengan que arrastrarse por los juzgados?, ¿Cuál es el miedo o la barrera? Que acudan a Camino, 34: “No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte”, y una vez decidido a actuar que pidan ayuda al Espíritu Santo para recibir el don de fortaleza y ánimo, ¡se puede “possumus”! adelante y a hacer la lista y a cuanto antes a repartir la lista y a coger los teléfonos y a ponerse a llamar uno a uno, veréis qué alegría os da hacer el bien y practicar la justicia.

El Prelado, podrá dormir a pierna suelta y también todos los de dentro. Nada da más paz y un sueño reparador que el tener la conciencia bien tranquila. El justo será siempre recordado: ciertamente nunca fracasará (Salmo 112:6).

Nocompensa.