Hola Cristina Castillo:

Ya veo que estás orgullosa de tu profesión; me parece bien.

Te voy a contar algo, de alguien a quien conozco de primera mano, ex-numerito, que cayó en depresión grave pocos años de ser prescindible en la Casa... porque no tenía vocación (le dijeron... después de años de darle el famoso tostón de la farola encendida, y bla bla bla...; deberías conocerlo: es muy bueno).

Acudió a su médica general... por si necesitaba unas vitaminas (no se podía levantar de la cama en varios días seguidos)... pero la facultativa le recetó otro tipo de pócimas... más serias.

El misterioso enfermo acabó acudiendo por voluntad propia a un psiquiatra... pero de los de buen espíritu. ¡Sí que estaba enfermo el enfermo!, ¡aun seguía y sigue pensando que tal psiquiatra es el mejor de España!

Después de varios años de medicación peligrosa y soltar muchas pesetas y euros, en cantidades obscenas (¡bendita pobreza la del numerario que sana el alma con drogas!), el magnífico médico le dice que ya está curado... pero que debe seguir tomando nueva medicación... para desengancharse de la anterior... pero que ya está curado. ¡Pa'cagalse!

Ciertamente... hace vida "normal", en cuanto a que trabaja, cumple con el horario y la función que se espera de él... pero desde luego que no ha rehecho su vida... si es que alguna vez ha tenido una vida normal: lo pillaron de muy joven.

Tú me dirás, hermosa, qué es estar curado con un saco de pastillas al día en el cuerpo... que si deja de ingerir... le tiembla el pulso y se cae dormido y medio llorando allá donde le pille.

Si un psiquiatra solito y numerito tiene el valor e indecencia de hacer esto que te he contado... ¿qué no hará todo un equipo en una gran clínica promovida por una institución que se esfuerza en que no salgan los tapujos a la luz?

Como periodista que dices que eres, te invito a que conozcas testimonios, directos o leídos en este genial sitio virtual, de gente que empezó a tomar psicotrópicos recetados por la Dirección de su Centro, o llevada a un "buen" psiquiatra negándole todo acceso a otro terapeuta... independiente... e imparcial

Si vas a la cuarta planta famosa, si consigues entrar... te la mostrarán sesgada, aunque tú ya tienes bastante sesgo; no les costará mucho trabajo que la veas maravillosa.

Daniel