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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

 

12-mayo-2004

 

(de Rapelu)

Lo que no funciona.

Lo que escribe Edu en "Lo que no funciona" es impresionante. No sabría hacerlo mejor, pues en pocas líneas sintetiza una gran parte del problema: efectivamente desde fuera ahora casi me da pena ver como van en esa barca o por esa autopista llena de baches sin tapar.

A temas como los que Edu describe me gustaría añadir un detalle:

Durante mis años romanos y por mi mentalidad jurídica manifesté hace años que los estatutos de las asociaciones de cooperadores no podian mantenerse sin modificaciones, pues consideraban que era posible nombrar cooperadores ya fallecidos... es decir se daba una aportación económica por tu tío abuelo (fue mi caso, en Sevilla, años antes de residir por 7 años en Roma) y pasaba a ser socio cooperador.

Cuando lo dije, el jefe de San Miguel, hoy cura mayor, me puso casi en la calle, pues lo que había dejado por escrito el fundador era eso... No servía dialogar. Al cabo de los años tuvieron que rectificar. Imagino que el pobre D. Amadeo de F. que tuvo que callar cuando me contestaron con la imposibilidad, reiría por lo bajini.

Igual podría contar sobre la posibilidad o no de tener bienes inmuebles a nombre de la obra... se dejó escrito que no... y al final no solo tiene tumbas a su nombre sino algunos colegios...

O sobre que las numerarias auxiliares tuvieran o no seguridad social, o las administradoras, o los en trabajos internos... lo que ya existía en EEUU algunos deciamos debiamos tomar nota... ni caso. Algún día se encontrarán con el problema.

Rapelu


(de Fede)

Vomitivo

Desde hacía más de un mes llevaba retraso en la lectura del sitio. Hoy he logrado ponerme al día. Y maldita sea la hora. Después de leer el texto que envía Compaq tomado del "Vademecum de los Consejos Locales", que he tenido que leer y releer para podérmelo creer, me han dado arcadas y he vomitado la cena. Siento decirlo así, casi sin avisar, pero esa violenta reacción estomacal, también sin avisar, ha sido la irresistible respuesta de un cuerpo sano ante su contenido, que mi cabeza se resiste a asimilar y mi cuerpo obviamente no ha podido digerir. Será por eso de la unidad psicosomática, que tanto cuesta recuperar después de dejar la Obra, pero que, con tiempo y cariño, se ve que algunos vamos recomponiendo.

Transcribo el texto, porque no tiene desperdicio, y porque lo peor, al menos en cierto sentido, para mí ya ha pasado:

"Resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural, de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene y expulsa inmediatamente lo que no asimila. Y no sufre por eso: se robustece."
(De "Vademecum de los Consejos Locales". Incorporación a la Obra/La perseverancia en la entrega, pág. 48. Roma, 19-III-87)

Nunca he maldecido a nadie, pero dicen que en todo siempre hay una primera vez. A la reacción emética que ha resultado inevitable, se une la repulsa moral que tampoco puedo evitar. Lo que en estos momentos me pide el cuerpo es expresar las cosas como las siento. Con esto, la Obra me ha escandalizado otra vez, y me viene a la cabeza lo que dijo Cristo sobre que "más valdría atarse una rueda de molino" y "mejor no haber nacido". A cada uno, lo suyo. Si Cristo maldijo, será que de suyo hacerlo no es pecado. A quien merece maldición, maldición. ¡Maldito, pues, quien escribió esas palabras del Vademécum! ¡Y maldito quien dio su aprobación y las enseñó, a sabiendas de la deshumanización que entrañan! Aunque yo no tenga una visión panóptica y sincrónica de la Historia, aunque a diferencia de Cristo corro el riesgo de equivocarme, maldecir al autor de esas palabras me parece una forma de hacer justicia.

La formulación de ese pseudoargumento es falaz. No tengo ánimos para exponer razonadamente su falacia; pero tampoco hace falta, porque salta a la vista que es insostenible en sus términos. Sólo una mente enferma -más aun, ya putrefacta- puede escribir o suscribir esas palabras. ¡Y están impresas en un puñetero "Vademecum", en uno de esos libros de muerte que cumplen funciones de prontuario o consulta rápida para los directores de consejos locales de la Obra! Que expresan, pues, lo que piensa la Obra de sí misma. Me corrijo: expresan lo que unos que mandan, que dirigen la institución en un nivel superior, quieren imponer que piensen otros, que también mandan y dirigen, éstos en consejos locales. Dicen lo que "debe pensarse" en esta materia de incorporación a la Obra y perseverancia en la entrega.

Esa es la doctrina oficial de la Obra ante una defección, que es la palabra que siempre se utiliza en la Obra en este contexto. Sin voluntad ninguna por diferenciar situaciones, por distinguir, por hacer justicia a las personales circunstancias que llevan a cada cual a escribir la carta de salida o que rodean a esa relación que se da por zanjada. Dice la RAE: "Defección: Acción de separarse con deslealtad de la causa o parcialidad a que se pertenecía". ¡Así que, para más inri, los que nos fuimos nos separamos, por definición, "con deslealtad"! ¡Y eso que yo no quería irme de la Obra y que me hicieron repetir la "carta de dimisión" precisamente porque así lo manifestaba! Porque en ella decía que pedía la dispensa de compromisos sin acabar de entender por qué los directores no me habían dejado otra salida que "pedir irme" (porque esa cosa tan rara es lo que hice, y es que no hay diferencia entre decir "me fui" o "me echaron". Por eso no suena rara a quienes han pasado por escribir esa carta la expresión "nos fueron", complementaria de "nos fuimos").

Volviendo al texto, ¡menuda de-formación y a cuántos niveles! En ese texto, la Obra se sustantiviza, se hipostasia y asimila metafóricamente a un organismo vivo. Y, ¡oh, paradoja!, en esa concepción organicista de la Obra, se considera cuerpo extraño a sus ex-miembros (¡otra palabra que también tiene narices en este contexto!). Son "expulsadas" las personas, únicas realmente subsistentes y vivas. O bien son ellas las que dejan la Obra para poder sobrevivir frente a esa especie de horrendo monstruo triturador, de mecanismo mortífero. Esas personas "se separan" (en sentido activo o pasivo) porque, dice el texto, la Obra no las "asimila". No asimila "lo que no le conviene". Y además "no sufre por eso: sale robustecida". Yo, en cambio, que estoy vivo y no he perdido la capacidad de sentir, sí sufro: me quedo helado de espanto, me sudan la frente y las manos, me indispongo físicamente y... vomito de nuevo.

Si alguien necesitaba pruebas de la diabólica locura que es la Obra, de lo que ha llegado a ser esa institución en su encarnación histórica, de la forma inhumana y desnaturalizada en la que entiende "su" relación con sus miembros y ex-miembros, del despiadado intento de fagocitación y vampirización que hace de éstos para pretendidamente mantenerse "siempre joven", de lo hedionda y obscena que puede ser, ahí tiene esa prueba escrita. Me están faltando palabras para expresar la repelente sensación que me invade. Si ese texto es auténtico, estamos ante una asquerosa indecencia por parte de la Obra. Que, dicho sea, después de lo visto y vivido, cabía esperar. ¡Pero expresado tan fríamente, es muy duro!

Necesito salir a que me dé el aire, a respirar y reconciliarme con el mundo y con la vida. Necesito entablar alguna relación auténticamente humana. Coger una brizna de hierba, tocar una gota de rocío, sentir la brisa. Dar gracias por la existencia de cualquier cosa que la Obra aún no haya pervertido. Y desagraviar por la ofensa cierta que constituye su abominable perversión de tantas otras.

fede


(de Felipe)

Saludos a todos,

yo soy de esos ex miembros del opus que cree que la institución no tiene ninguna cosa buena y lo que tiene de bueno, son puras anécdotas y cuando tiendo al sarcasmo sobre lo que allí vi y viví, suelo ser muy duro aunque luego piense que no debería haberlo sido tanto, pero ya no tiene remedio porque lo escrito, escrito está. La obra no me merece ningún respeto porque ella no lo tuvo conmigo -no voy a generalizar porque hay muchos de vosotros que creéis que sí tienes cosas buenas-.

Por respeto entiendo decir la verdad y a mí me mintió. Pienso, como decía Flavia en uno de sus escritos, "que la obra está viciada en sus origenes". Creo que es un árbol que tiene las raíces podridas. No me refiero a la mayoría de las personas que aún están dentro porque, aunque fueron engañadas igual que yo, ellas no han visto aún o quizá no lo vean nunca qué es lo por lo que se mueve realmente la obra y en qué basa su forma de actuar. Así que bendita ignorancia de los que siguen a pesar de los pesares.

A lo que yo me refiero en su podredumbre es al espíritu, a la doctrina, al sistema de la institución. Se echa el anzuelo a diestro y siniestro, pero no un anzuelo visible sino encubierto. Los que hayáis ido a pescar alguna vez sabéis que hay anzuelos disfrazados, por ejemplo, de mariposas o libélulas con diminutas plumas de colores adornándolas y que al echarlos lejos, al agua y volver a traerlos arrastrados por el hilo, hacen de atractivo señuelo de color y movimiento para los peces. Los peces, al abrir la boca para alimentarse, se alegran por el hallazgo. En décimas de segundo notan en sus entrañas que lo que han comido no era lo que esperaban. Y comienzan a sufrir y al poco tiempo, mueren. La obra, hizo conmigo lo mismo que ese pescador hace con el pez. Se inventó una vocación que yo no tenía porque yo sólo tenía 'hambre', como cualquier adolescente con deseos de buscar, de conocer, lleno de ideales y deseoso de un sentido más trascendente o diferente o trasgresor, a su vida cotidiana.

La obra se puso en mi lugar sin ningún pudor, y "vio" que esa era la voluntad de Dios (cifr. La voluntad de Dios. Ruiz Retegui) PARA MÍ. Una vocación concreta la da Dios y es la propia persona la que siente o vé -y sólo lo puede sentir y ver ella-. A continuación puede pedir consejo pero no se puede, en nombre de ningún Dios, invertir el proceso. Y eso suponiendo que exista la vocación al opus que yo, como fede, creo que no existe. Existe la natural inclinación de un cristiano de vivir en coherencia con su fe pero eso es ser cristiano, no pertenecer a ninguna institución que se presenta como un lobo disfrazado con piel de cordero.

¿Quién se puede arrogar el derecho de verlo por ti? Y además, insistir, maquinar, trazar planes y estrategias para hacértelo ver hasta que, exahusto, aturdido y resignado, te rindes. Paralelo a ello pero obviamente oculto para el interesado, se mueven informes, se trazan planes en los consejos locales, se añade un número más al número de vocaciones estipuladas para el centro. No les duelen prendas. El sistema de la eficacia, al que agradezco a E.B.E. sus reflexiones, convierte a la obra es un ejército de burócratas al servicio del sistema.
Pero un sistema, unas normas, unas praxis y un ordenamiento, todo letra, pura letra, no tienen corazón.

Por eso, al leer ayer la cita que envió Compaq de ese documento interno de la obra, reviví el dolor del pez atrapado en el espejuelo de lo que creyó podía ser una mariposa:

"Resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene, y expulsa inmediatamente lo que no asimila. Y no sufre por eso: se robustece."
(De "Vademecum de los Consejos Locales". Incorporación a la Obra/La perseverancia en la entrega, pág. 48. Roma, 19-III-87)

Y regresé a mis 16 años cuando mordí el anzuelo. Y regresé a los 25, cuando me fui de la obra diciéndole al director que me iba a trabajar cuando en realidad me iba a casa de mis padres para no volver, se pusieran como se pusieran, y tras años de insistir que aquello no era lo mío. Volver a mi hogar era la única salvación para mi salud mental, física y espiritual. El abrazo de mi madre mezclado con mis lágrimas, cuando abrió la puerta, fue el principio de la salida del túnel de donde provenía.

La obra no sufrió por mi salida y es más, se robusteció. Lo tiene escrito en sus documentos internos. Ni por mí, ni por ti, ni por aquél. La obra no sufre. ¿Por qué no sufre? Porque no es de Dios, porque es un blufff, porque lo último humano que vio a su alrededor era el dinero que tenía que pagar cada semana a los obreros de Bruno Buzzi, a los de Torreciudad, a los del edificio de su sede central en Nueva York (al dinero, no a los obreros/personas). Pero yo sí sufrí hasta lo inexplicable.

Que Dios les perdone.

Y que me perdone a mí porque yo no me cruzo de brazos y seguiré ayudando en todo lo que pueda a los orejas de la web. Y la obra, la opus, la madre de todas las mentiras, tarde o temprano, saldrá a la luz como lo que es: la gran madrastra, la gran estafa.

Pues eso,

Felipe


(De José Antonio) Mentiras y maldades.

Querido Compaq:

Preguntas si merece la pena sufrir o haber sufrido por la obra...y también preguntas si fue madre o madrastra...

Las respuestas son evidentes: 1º) Desde luego, que no merece la pena, y 2º) Hay madrastras que tuvieron la generosidad de comportarse como si fueran madres. Así que...fue madrastra, pero de las malas...

La cita que nos traes y que transcribo de nuevo, para vergüenza de sus autores, pone en evidencia la “caridad” que se practica en la obra:

"Resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene, y expulsa inmediatamente lo que no asimilia. Y no sufre por eso: se robustece."
(De "Vademecum de los Consejos Locales". Incorporación a la Obra/La perseverancia en la entrega, pág. 48. Roma, 19-III-87).

Yo, ante tan alta concentración de mentiras y maldades, planteo:

1) ¿Es que no se han enterado que SOMOS MUCHOS (no algunos) LOS QUE NOS VAMOS? ¿Todavía no saben que hay más ex que in? ¿No falsean la realidad?

2) ¿Resulta inevitable ENGAÑAR a la gente para que entre y para que siga? ¿Resulta inevitable ocultar los estatutos? ¿Resulta inevitable ocultar la verdad?

3) ¿De verdad creen que es un cuerpo SANO? ¿Un cuerpo sano pierde más miembros que tiene? ¿Un cuerpo sano tiene tantos miembros en tratamiento psiquiátrico? ¿Un cuerpo sano causa tanto daño a tanta gente? ¿Un cuerpo sano tiene tantos miembros amargados e infelices?

4) ¿Se RESISTE a asimilar lo que no le conviene?...¡Caramba, qué manera de TERGIVERSAR LA REALIDAD!... Lo cierto es que SE RESISTE A QUE LA GENTE SE VAYA...ofreciendo dispensas parciales, cambios de centro, de ciudad, de país, etc...

5) ¿EXPULSA INMEDIATAMENTE lo que no asimila?...¡Vaya par de FALACIAS!... La inmensa mayoría NO FUIMOS EXPULSADOS sino que NOS FUIMOS, que es muy diferente... y tuvimos que forzar mucho la situación para poder irnos...

Además, no conozco a nadie que tuviera la SUERTE de irse INMEDIATAMENTE... Lamentablemente tuvieron que pasar AÑOS...

6) Las PERSONAS que nos fuimos, según la obra dejamos de ser personas al irnos y empezamos a ser COSAS... por eso hablan de nosotros como “LO QUE NO LE CONVIENE” (a la obra) o “LO QUE NO ASIMILA” (la obra).

O sea que los ex somos “LO QUE...” Si ese planteamiento tiene un mínimo de caridad, que venga Dios y lo vea...

7) Y dicen que la obra NO SUFRE POR ESO... Pues claro que no, ¿CÓMO VA A SUFRIR SI NO TIENE CORAZÓN? ¿CÓMO VA A SUFRIR QUIEN NO AMA?

Citas como la transcrita deberían estar colgadas obligatoriamente en las puertas de entrada de los centros del opus, para que cualquier incauto que se acerque por allí se haga una idea previa del monstruo con el que trata.

Un abrazo.

José Antonio.


(de Angel)

EL NUEVO NUMERARIO

Una de las ventajas de mirar desde la experiencia personal y a la distancia el Opus Dei es que permite ver algunos cambios incluso en temas fundamentales, aunque se nieguen, y la adaptación forzada que ha sufrido la Obra a una realidad distinta a la España de la post guerra civil en que se forjó.

Los que fuimos numerarios hace más de 30 años (¿Qué nos hicieron?), podemos percibir con claridad esta evolución. Sin embargo, no hay que ir muy lejos, sino simplemente comparar las Constituciones aprobadas en 1950 y los Estatutos de 1982. Y no me refiero a la obvia transformación de ser miembro de un Instituto Secular, concebido como estado de perfección, a convertirse en fiel de una Prelatura Personal.

Uno de los cambios más evidentes es en el concepto del numerario...

(Nueva entrega de Angel, "El nuevo numerario", a su escrito "¿Qué nos hicieron?")


(de Camino)

Hola, amigos. He leído muchos, muchos correos vuestros de la web últimamente. Me da rabia las participaciones de algunos como Luis M.R que además de no conocer el Opus tampoco han leído casi nada de esta página. Pero por otro lado refleja bien la ligereza con que habla mucha gente de lo que no conoce y que contrasta con el carácter serio y conmovedor de muchos testimonios de esta web. Luis M.R. nos llama a los que escribimos en esta web "resentidos" y "marginados sociales" que echamos la culpa de nuestro "fracaso" al Opus. Me gustaría analizar un poco estos calificativos.

En primer lugar "resentidos". Sí, está claro que en la web hay gente resentida, no toda, pero la mayoría. Pero ¿sabe usted , Luis M.R. a qué se debe ese resentimiento? Lea un poco de esta página y se dará cuenta. La gente se suele resentir cuando han abusado de ella, cuando se le han intentado imponer cosas sin más ni más. Esto ocurre generalmente, en circunstancias de dictaduras, en familias donde, por ejemplo, el padre es un machista y hay que hacer siempre lo que a él le dé la gana. En colegios donde tratan injustamente a los niños… Son ese tipo de situaciones donde la gente se resiente.

Vayamos con lo de "marginados sociales y fracasados". Esto quizá se puede referir a dos aspectos: personal y profesional. En cuanto al profesional, no me cabe duda de que mucha o casi toda la gente que cuenta hoy sus testimonios en este sitio ocupa un buen puesto de trabajo, pues se trata de personas inteligentes y trabajadoras, que son las que el Opus quiere para sí. Miguel Fisac, uno de los testimonistas, que conoció la obra desde su fundación recibió hace poco el Premio Nacional de Arquitectura. Y sus opiniones sobre ella no han cambiado y no creo que cambien ya a sus noventa años, que Dios para nuestra suerte ha tenido a bien darle (y que le siga dando más). Ya quisiera el Opus tener para sí un premio Nacional de Arquitectura, que a lo mejor ya ha tenido, pero uno más nunca viene mal.

En cuanto a lo personal, según estos testimonios, muchas personas han rehecho su vida e incluso sus ganas de afecto les han hecho volcarse por entero en el matrimonio (esto ha sido por 'defecto', precisamente por la falta de cariño que acusaron en la obra). Otras aún están recuperándose y poco a poco espero que se vayan integrando en la vida normal. Pero esta dificultad se debe, no a su falta de empeño, sino a las dificultades que les han opuesto los aún miembros de la secta. De sobra es conocido el carácter laborioso de los miembros del Opus y los esfuerzos sobrehumanos que pueden llegar a hacer para cumplir con lo que consideran su obligación. Cualquiera que se lea el libro de María del Carmen Tapia, podrá concluir que después de la ardua tarea que llevó a cabo esta buena mujer en los distintos países en que vivió, después de la capacidad de trabajo que desarrolló, no iba a tener problemas para desempeñar cualquier puesto.

En cuanto a mí misma, sin ir más lejos, puedo decir que me encuentro en un punto de mi carrera profesional en que tengo mucha ilusión y es por eso por lo que no quiero que nadie intercepte mi camino. ¿Que por qué defiendo Opus Libros si no fui del Opus? Quizá para poder hacer ahora lo que no pude hacer cuando estaba junto al Opus y veía a gente desgraciada, sobre todo agregadas. Las numerarias se dividían en dos grupos, o al menos yo las divido así. El primero, el de las guapas y perfectas que van dejando aroma de sus cualidades por donde pasan y son capaces de producir hasta complejo de inferioridad con su virtud y belleza. El segundo grupo, el más numeroso, es el de las estereotipadas que viven y visten como normas andantes, carentes de atractivo. Tienen voz de pito, son secas y se mueven un poco como robots. A ellas no te las puedes imaginar jamás con un bebé en brazos, es como si les hubieran estirpado toda ternura en una operación. Me gustaría que me dijeran su opinión sobre esta clasificación o si pueden dar la suya, a ver si coincide en algo. Yo supongo que sí. En la obra hay gente que goza de más libertad que otra, que puede desarrollar más su propia individualidad al poder hacer la obra más flexible.

Cuando tomé contacto con el Opus por primera vez, a medida que me iba adaptando a esa universidad, meditaba mucho sobre todo lo que me ocurría para ser conciente de los cambios operados en mí, para que fueran deliberados. Lo comparaba con mi realidad vivida anteriormente y lo ponía en diálogo con ella. Al estar medio dentro del mundo, la obra es una respuesta al mundo y quería encontrar en ella el porqué de su actuación. Como nuestro mundo no es perfecto, que hay en él mucho mal, intentaba ver en la obra la forma de combatir ese mal. Encontré en la obra cosas positivas que no había encontrado en otro sitio, tal vez por mala suerte. Conocí gente que me escuchó y dedicó su tiempo, aunque yo no pudiera hablarle de ciertas cosas, pero de otras sí. Vi en muchos casos una delicadeza en las maneras, muchos detalles de buen gusto. Pensaba, pensaba mucho sobre todo, en general la obra no me convencía por su excesivo conservadurismo, sabía que nunca pertenecería a la institución. Pues bien, hoy quisiera compartir los frutos de ese esfuerzo intelectual, mis reflexiones, por si le pueden servir a alguien, con apertura a otras sugerencias.

Quería también contar cómo encontré esta página. Simplemente busqué en Google "Opus Dei experiencias". No quería leer sobre la doctrina ni sobre las sospechas que la gente guarda sobre la obra. Lo importante es lo vivido allí y lo que ello aporta a las vidas de la gente. Lo que no sabía es que esa búsqueda me iba a deparar algo tan sobrecogedor. Es que la imagen que da la gente de la obra de sí misma es tan distinta… Vi que se trataba de algo muy fuerte, tanto que pensé que no iba mucho conmigo, y que impone respeto y hasta cierta distancia a la gente que no ha pertenecido a la obra y no ha sufrido lo que ellos. Es algo de lo que uno debería darse cuenta desde el principio, por eso irrumpir de la manera que lo ha hecho gente como Luis M.R, (¡qué casualidad que todos sean colaboradores o simpatizantes!) denota una gran falta de consideración. Es como entrar a un hospital y ponerse a gritar a los enfermos.

Opuslibros.com es una página de convalecientes. Y por tanto son personas a las que hay que tratar con cuidado. Pero la convalecencia significa esperanza de curarse, alegría de estar vivo. En contraste con la enfermedad se encuentra una mayor apreciación de la salud. Hay muchos Lázaros pululando por aquí.

Camino.


(de Flora)

Buenos días:

Fantástica vuestra web, felicidades!!

La encontré por casualidad y ya me he bajado tres libros que he "devorado" y que estoy repartiendo en mi entorno para que se informen ellos también.

Soy ex alumna de un colegio del Opus Dei donde acudí once años (de primero de EGB a tercero de BUP) Si bien durante ese tiempo sufrí el acoso continuo de numerarias para captarme, no tenía NI IDEA de que las cosas una vez dentro fueran tan duras e incongruentes. Gracias a vuestra web ahora tengo la informacion restante y he conseguido las piezas que me faltaban para completar el puzzle. De lo que me he
librado...!

Le doy gracias al Señor por mi curiosidad natural y mi actitud crítica ante lo que no cuadra. Hoy día soy una feliz mamá de una niña a la que no voy a llevar a un colegio del Opus Dei porque después de lo que he visto y sufrido NO quiero nada de eso para ella, es deformante.

Mi sugerencia es que informéis de los autores de los cuadros que exhibís en vuestra página, son PRECIOSOS! Creo que los pintores se merecen una mención, dado lo grato que resulta ver sus obras.

Si puedo colaborar de alguna manera con vosotros, con alguna persona afectada que necesite ayuda, o incluso si organizáis una reunión donde yo pueda aportar algo, por favor contactad conmigo en esta dirección.

Un saludo y adelante con vuestro trabajo: un montón de gente como yo os lo agradece.

Flora


(de Ñam Ñam)

Un aplauso para el escrito de Melqui: "Al Opus Dei le pierde la praxis". Es especialmente agudo cuando examina las contradicciones latentes en las afirmaciones de supuestos ex-miembros sobre lo bien que estaban antes de irse, lo facil que fue su salida y lo bien que se encuentran fuera.

Por mi experiencia personal en el Opus Dei, creo que estas historietas idílicas tipo Jose Carlos&cía se las inventan miembros de la Opus, cegados por su intención de hacer "apostolado de la opinión pública", que consiste fundamentalmente en acallar las opiniones ajenas, sepultándolas en un mar de contestaciones, réplicas y afirmaciones repetidamente reiteradas de las bondades del Opus Dei.

En ningún momento les cabe en la cabeza entablar un diálogo digno de ese nombre en que las distintas parte expongan con sencillez y claridad sus tesis, rebatan las ajenas con argumentos (y respeto) y reconozcan sus puntos débiles. Esta capacidad de diálogo debería ser muy habitual en una organización que dice tener entre sus fines el apostolado con la flor y nata de la inteligencia y alardea de formar muy bien a sus miembros. Díme de lo que presumes...

Yo recibí en alguna ocasión indicaciones expresas de escribir determinados artículos, cuya orientación se concretaba hasta el detalle. Otras veces ví (y/o transmití en persona ) cómo se indicaba en Círculos de estudio a lo supernumerarios y/o cooperadores que había que hacer una campaña de prensa contra tal cosa o tal proyecto de ley del Gobierno. Es fácil que algún supernumerario se inflame y se lance.Y en aras de la defensa de lo que piensan que es la verdad sacrosanta y divina, no dudarán en exagerar, en "crear" situaciones ficticias, en relatar anécdotas falsas o desfiguradas... en mentir, vamos. Y eso sin darse apenas cuenta. Los más cortos, (o los más niños, como los adscritos numerarios/as ) por estar más fanatizados, acuden a la mentira directa sin ningún rubor y casi sin percatarse de aquello de que "el fin no justifica los medios". Como es por Dios.... como es por la Obra.... Pienso que es la misma mentalidad que llevó siglos atrás a que gentes, en muchos aspectos admirables,de indudable valía intelectual y buenos cristianos en casi todo, llegaran a aberraciones como aplaudir la quema de herejes. O quemarlos ellos mismos.

Durante mis años en el Opus Dei, tuve ocasión de participar (¿o recibir?) en tertulias con los capitostes de la "Oficina de prensa", que en aquellos tiempos eran Javier A., para la central de Madrid, y Federico A. para la de Barcelona. Recuerdo claramente cómo nos instaban a escribir muchas cartas a los periódicos, con la idea de que no importaba demasiado lo que dijéramos, sino el número, y que así obligaríamos a cambiar o moderar una determinada línea editorial. No habría nada que objetar sino fuera porque se nos instaba sin rubor a que cada uno escribiera muuuchas cartas, con seudónimos... lo cual era un fraude. Yo quedé escandalizado.

Los meses siguientes hubo una furibunda campaña para que todos escribieran a los periódicos. Yo escribí varias cartas y algún sesudo artículo (copiado de la agencia (ACE-prensa, que no sé si sigue funcionando), pero fracasé rotundamente en que las personas que hacían la charla conmigo escribieran algo. Después, de aquella campaña no se volvió a hablar. Eso pasaba mucho en la época en que viví en la Opus: se lanzaban campañas varias, como si fuese la vida de la Obra en ello y como expresión de "nuestro espíritu" y luego no se volvía a saber nada de aquello. Parecían campañas espasmódicas fruto de una direccción desconcertada e irritable. En el fondo a mí me recordaban las campañas que en los países comunistas se lanzaban cada año: "por los diez millones de toneladas de azúcar", "contra los revisionistas y con el presidente Mao" .y hala, todos a la calle.

Por cierto, de esos directivos de las oficinas de prensa: Javier A. y Federico A., se dejó de saber repentinamente, o así me lo pareció Si alguien sabe algo... agradecería que satisfaga mi curiosidad.. Y sobre el súbito cese de D. Florencio Sánchez-Bella como consiliario de España y su posterior "desaparición".

Ñam Ñam


NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben.



 

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