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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 18 de Febrero de 2005



¡Qué pena!.- Pedro Juan Fernández Cueto

Qué pena
 
Entré sin querer a su página.
 
Una página que no da nombres, es una página cobarde.
Una página que solo narra lo malo y no se para a narrar lo bueno, es una página resentida.
Una página que publica libros internos (no secretos) del Opus Dei, es una página chismosa.
Una página que detalla los porqués (que no me tomé la molestia de leer) de quien haya decidido irse, es una página amargada.
 
Esta mañana escuché que un niño ríe cerca de 400 veces al día.
Un adulto cerca de veinte.
 
Si el estudio es cierto,  me parece que los autores de esta página son unos ancianos a los que hay que querer, porque han perdido la alegría de vivir.
Cuando alguien pierde la alegría de vivir ¿qué se puede esperar?
 
Me dan pena, los encomiendo y espero algún día puedan recuperar:
 
la valentía de decir quiénes son,
el perdón y el olvido para superar el resentimiento que aflora por todas partes en la página,
la discreción, pues por mucho daño que digan haber sufrido, siempre los demás tenemos derecho a la discreción o a la intimidad,
el gusto por la vida en tal o cual sitio: cierto, perdieron el rumbo y no saben a dónde van, eso es lo que más me apena de Ustedes, hombres y mujeres sin sentido.
 
¿Que quién soy?
Un numerario que ha vivido sus  mejores años en la Obra.
Un abogado que ha disfrutado lo que es una profesión.
Una persona que gracias a Dios, sabe a dónde va, que no tiene miedo a andarse con pseudónimos ni oculta su nombre ni su dirección.
Un sujeto que agradece a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y por tanto, capaz de reír como niño y como adulto, pedir por Ustedes.
 
Pedro Juan Fernández Cueto,
mi correo electrónico, ya lo tienen.




Sobre caridad, enfermos, filosofía y enamoramientos.- Ana Azanza

Hola Orejas:
 
he leído hoy algunas envíos a los que no puedo dejar de hacer mi comentario. Quizás hay temas que vuelven a salir una y otra vez. Los que llevamos más tiempo leyendo la página, al menos yo, tenemos la impresión de repetir lo mismo. Pero no voy a dejar de hacerlo porque creo que son cuestiones fundamentales, sobre todo por un objetivo básico de opuslibros: que otros no caigan en la misma trampa.
 
Por ello no puedo suscribir a Jacinto Choza cuando dice que estamos poniendo en práctica aquí la delicadeza extrema que aprendimos allí dentro. No y mil veces no, me sublevo porque no pienso admitir que en el opus hay auténtica caridad por nadie, por un motivo sencillo: no existe la libertad. No la hay, de la misma manera que no hay verdad, hay un engaño continuado. Hay muchos formalismos, lo siento pero nunca podré admitir lo que tantas numerarias admiten: poner el café y preguntar si lo quieres solo o con leche como la máxima expresión de caridad, mientras por detrás te están poniendo de vuelta y media.
 
Existe una élite de miembros que es la que de verdad "se ha desayunado" sobre el opus, que manipulan la información privilegiada que tienen sobre los demás miembros y que hacen chanza de las conciencias. La caridad empieza por el respeto, nunca he sido respetada por la obra, ni antes de entrar, ni estando dentro ni siquiera una vez que me he marchado. Hay unos objetivos institucionales que yo resumo en prestigio y poder, las personas dentro están en función de esos objetivos. Todo lo que en tu personalidad se juzga útil en ese sentido es bienvenido, lo que no les sirve es rechazado, aunque sea una maravillosa cualidad de la persona. Todos lo hemos vivido igual: cuantas veces se nos hacían ver como defectos las cosas que sencillamente a ellos les molestaban, cuantas correcciones fraternas tan estúpidas hemos recibido y hemos hecho metidos en un mundo que no es el mundo.
 
No hay vocación divina para ser opus, Dios no llama a nadie a pertenecer a esta institución. El parecido con una vivencia religiosa es eso un"parecido" lejano. Nadie en la Iglesia habla de vocación como lo hace el opus, como si realmente "Dios te ha creado, ha pensado en tí ante mundi constitutionem para ser de la Obra", eso son auténticas barbaridades teológicas impresentables. Dios no hace títeres para que estén en esta institución o en la otra, son dos planos completamente diferentes que en el opus se mezclan de una manera que asusta por el daño tan grande que se hace en las conciencias.
 
Por otros testimonios sobre la vivencia en diferentes grupos eclesiales vemos que hay un respeto a la libertad del candidato que no tiene nada que ver con "el acoso y derribo" que todos sufrimos para llegar a ser numerarios, y luego para que te quedes porque si no te condenarás, otra herejía. No me gusta decir este tipo de cosas pero el opus con su desquiciamiento de tantas realidades obliga a hablar con fuerza. E.B.E. ha hablado en profundidad de estos temas, y Flavia también.
 
Serpa pone la página como si fuéramos un grupo de "divorciados" o "separados", que venimos a echar pestes de nuestros "ex", nada que ver. No me compares un hombre, una mujer con el opus. Nadie se casa con nadie diciéndole: "tienes una llamada desde la eternidad para casarte conmigo" y etc, etc... Para mi gusto es de lo más ridículo y perverso que hace el opus dei: coger el micrófono y decirle a la gente que Dios habla por su boca, por favor... ¿quién se han creído que son?
 
Si no existiera el peligro de que el opus siga captando me callaría, no me interesa discutir por discutir. Y menos con quien ha sufrido tanto o más las prácticas sectarias. Pero hay todavía mucha gente que se merece una orientación y cuando leo cosas como esas después de todo lo que hemos tragado no puedo callar.
 
El análisis de la depresión de Galileo es magistral, el opus es una fábrica de enfermos "psi" y lo saben. Dinero a espuertas, poder a espuertas, pero salud no es precisamente lo que les sobra. Y subrayemos el hecho de los enfermos "inventados", más de uno ha testimoniado ya aquí de que se le puso una medicación que no necesitaba.
 
Por cierto Edmundo, en una institución si no hay libertad ¿qué tipo de filosofía se puede hacer? prácticamente ninguna, la filosofía opus como todo tiene también su papel muy concreto: el adoctrinamiento. Fuera de eso, es locura, chifladura, cosa del demonio. Utilizo sus propias palabras, así he tenido el honor de ser descrita por algunos de sus miembros. Al opus dei no le interesa la filosofía per se, es demasiado complicado ser libre y pensar por cuenta propia: te puedes llegar a dar cuenta de que estás en una secta. También es constante la experiencia de los exopus, fuera de la institución tienes que pensar bastante más para resolverte la vida, en el opus todo está resuelto y bien resuelto, así la filosofía está maniatada. Lo que no les vamos a quitar es el bombo que se dan unos a otros, y el dinero que tienen para publicar todos los libros que les da la gana. Pero de ahí a que hagan algo valioso hay un trecho importante.
 
Estoy con los que piensan que enamorarse de un numerario o agregado en crisis no es nada prudente,
 
Un abrazo,
Ana Azanza




Sin precipitarse, chicos.- Sonsoles

Yo nunca recomendaría a un amigo/a que se enamorara de un agregado/a o numerario/a. Pero algo que pasa entre personas es que a veces te enamoras de quien menos te conviene: la que tiene miedo a volar se enamora de un piloto o el pijo de una alérgica a la gomina. Por ello estoy de acuerdo con lo que escribió Dionisio el miércoles: llegados a ese punto de enamoramiento, más vale un no que un pudiera haber sido.

 

El escrito de Gregory P. ese mismo día es fantástico. Efectivamente los nume y agdos tienen una falta de desarrollo emocional importante. Estoy de acuerdo con él en que la afectividad femenina en general y en situaciones normales evoluciona mejor y más rápida que la de los hombres. Lo que pasa es que el opus no es una situación normal y una mujer que entra en el opus a los 14 años, a los 25 o a los 35 tiene las mismas carencias emocionales que un hombre en idénticas condiciones. Son muchos años en los que se les ha malformado en el desconocimiento del otro. Esto hace que pase igual que con ellos, se derriten porque un hombre les roce una rodilla. No creo que ayude a la normalidad detalles como, por ejemplo, la ropa de las numerarias que se escoge para que se note lo menos posible que son eso, mujeres. Si nos pusiéramos a describir la ropa interior de ellas, seguro que no hacíamos un tratado erótico- festivo, más bien algo antilujuria total.

 

Este problemilla con la afectividad no se resuelve nada más obtener la dispensa del opus. Por eso, y sin querer profundizar mucho, creo que es conveniente que los que salen no se precipiten. Creo que el tener alguien al lado sirve si los dos se hacen felices y se lo pasan bien, si no se dan esas circunstancias más vale buscar por otro lado.  Creo que hay que pasar un cierto tiempo conociendo gente, enamorándose y desenamorándose y llegado el momento en el que sí, se sabe que esa persona es la especial saber que no es obligatorio llevársela a casa el primer día y mucho menos casarse con ella a los 4. Esto es, antes de plantearse un proyecto de futuro juntos dar tiempo a conocer al otro y estar seguro de que eso es lo que queremos. Se trata de saber si se coincide en los principios que van a marcar ese futuro, si se pueden adaptar los de uno a los del otro y de conocer como es el otro antes de emprender nada. No se trata de eso tan fino de que para beber leche no hace falta comprar la vaca, se trata de, respetando a los demás, buscar lo que a ambas partes les va a hacer disfrutar, que de eso se trata.

 

Un par de besos para todos y hoy especialmente a los ya mencionados Dionisio y Gregory P y a Ramón y Jacinto Choza que se lo han ganado por lo bien que escribieron el miércoles. Para que el oreja de hoy no se acuerde de mí por el trabajo extra de tantos links, otro par de besos y la promesa de un par de cervezas la semana que viene que estaremos en las mismas coordenadas.

 

Sonsoles





Natalidad para los demás. (Cap.13 de 'La ropa sucia...').- Nacho Fernández

NATALIDAD PARA LOS DEMÁS

Cap.13 de 'La ropa sucia se lava en casa...'

Enviado por NACHO FERNÁNDEZ, 18 de febrero de 2005

  
En el opus existe una costumbre, no escrita en ningún sitio, por la que numerarios y agregados se meten en la vida de los demás y les preguntan por su número de hijos. Algunos supernumerarios, sobre todo los muy integrados en la prelatura, también hacen esta pregunta a las personas que acaban de conocer, sin tener en cuenta que el número de hijos es algo sobre lo que debe decidir la pareja --hombre y mujer-- y no un señor que no forma parte del matrimonio y que, en muchos casos, ignora las circunstancias de la persona que tiene delante. Como las preguntas se hacen muchas veces delante de otras personas, algunas de ellas también de la obra, provocan situaciones delicadas, debido a que la persona a la que se dirigen no quiere dar una mala contestación ni provocar choques. Es una práctica que se puede denominar "Natalidad para los demás"...


(Leer artículo completo...)




Comentarios de un ex-wanna-be-numerario.- Megamán

Hola a todos. ¿Cómo están?

En E. E. U. U. la expresión "wanna-be" es usada para designar a una persona que le gustaría ser cierta cosa, pero que, por la razón que sea (p. ej., pereza o falta de aptitud) no lo es. Un chapucero. Por ejemplo, si yo quiero manejar bicicleta de cross, pero soy un torpazo, me molestarían diciendo que soy un wanna-be-biker.

Pues bien, me presento yo hoy, como un "ex-wanna-be-numerario".

No, no me malentiendan. No vivo en una casa de la Obra. ¡No siento "la llamada" ni nada de eso! Es una especie de nostalgia, y les pregunto si ustedes no la sienten, ya al estar fuera de la Obra. ¿Nostalgia de qué? Pues miren, me recuerdo allí, durante un retiro, al frente de un crucifijo, con 17 años, llorando. Le decía al Señor que sí, que sí quería entregarme completo a la Obra. Que era maravilloso. ¡Sentía tal paz y al mismo tiempo tal nerviosismo!

Y lo más chistoso es que... ¡nunca fui numerario! Me enfrasqué de tal manera en mis estudios que no le puse más atención al asunto. No podía con las normas de piedad (de hecho aún me cuestan mucho). Así soy yo. Luego vino una enfermedad. Sí, mental. Trastorno Obsesivo Compulsivo. Y el cura me dijo que ésa era una señal de que no tenía la vocación. Que la vocación era para gente más, digamos, relajada (¿?).

Viví en esa casa de la Obra mucho tiempo. No diré cuanto, pero fueron varios años de carrera universitaria. Fui wanna-be por mucho tiempo. Aún siento esa nostalgia. No quemé esa etapa. Ya pasó. Ya no lo fui, y está bien. De pronto fue lo mejor que me pudo haber pasado. De pronto Dios me mantuvo lejos. Bendita, entonces, esa enfermedad.

Me ha parecido impresionante ver testimonios como los de Jacinto Choza, Fisac o Pániker, por haber estado ellos, donde estuvieron dentro de la Obra. Me he reído mucho con los cuentos de Satur (¿no debería ser Sátur?) y me ha parecido formidables muchos documentos. Destaco mucho a "El Viaje del Héroe".

Este sitio es, en pocas palabras, adictivo.

* * *

Para Carmen Charo:

¡Hola! Leí que escribiste:

"Cuando leí a Malu el día 9, la verdad es que lo primero que pensé fue: ¡vaya como andan los numeraritos!. Yo no sé de ningún caso de numeraria, ni de antes ni de ahora que juegue con coqueteos. Creo que las mujeres solemos tener otros problemas."

Pues mira que yo sí sé de una historia de una numeraria que se enamoró de un compañero de universidad y por eso la cambiaron de ciudad. La vida de ella es una de las más tristes que conozco. Algún día, tal vez la contaré.

* * *

Un tema que me dio mucha risa es el de la jerga de la Obra. Doy fe de muchas de las expresiones (entre ellas la de "no se entera" y la de "y tal"). Me parece que aún no se ha hablado de un tema muy relacionado (vamos, no se tiene que hablar de esto, sólo lo propongo) y es el de lo que podríamos llamar "leyendas urbanas" de la Obra. O mejor aún, leyendas "tertulianas". Más o menos, hay una de dos numerarias que van en un auto que se vara a mitad de un camino. Una de ellas le pide a Don Josemaría y la otra a don Álvaro que se arregle el carro. El carro, efectivamente, se desvara (no sé por qué, si es porque pasa alguien y ayuda), y luego las dos numerarias se ponen a discutir: "¡Fue por intercesión de don Álvaro!"-dice una. "¡No, por la de de don Josemaría!" dice la otra. Entonces... ¿recuerdan qué pasa? Ven un aviso que dice "Al Portillo, tres kilómetros", y queda claro quién intercedió.

Espero que me puedan confirmar si han oído esa leyenda, y si saben de otras. Siento que mi intervención no haya sido tan profunda, ordenada y seria como la de tantos otros. Seguí eso que decía, antes, la página de Recursos, de que esta Web es "de reírse, de alegrarse...".

Saludos,
Megamán.





Obrigada, Jacinto Choza.- Marypt

A través de los escritos de D. Antonio Ruiz-Retegui llegué al conocimiento de los libros y textos de Jacinto Choza. Y a partir de ahí me atreví a establecer un diálogo via email con este último. Hemos conversado mucho y he aprendido mucho con la experiencia y sabiduría de Jacinto.

Considero un honor muy especial que Jacinto haya escogido alguna de las preguntas que le hice directamente como punto de partida de un texto suyo para la web (16/02/05) en el cual explica de forma bellísima cosas tan complejas como el dolor y el perdón; el resentimiento y la paz...

Quería agradecerle con palabras del poeta portugués Fernando Pessoa, a quien ambos admiramos (y que, por favor, no traduzcan, porque siempre que sea posible la poesía se debe leer en su idioma original):

"Ao longe, ao luar,
No rio uma vela,
Serena a passar,
Que é que me revela?

Não sei, mas meu ser
Tornou-se-me estranho,
E eu sonho sem ver
Os sonhos que tenho.

Qua angústia me enlaça?
Qua amor não se explica?
É a vela que passa
Na noite que fica."


(El correo original, en portugués...)



(Leer artículo completo...)




Depresiones por irse de la Cosa. Para Eutimio.- Sancho

Querido Eutimio,

En respuesta a tu correo del 16 de Febrero quería comentarte que al menos en mi caso sí creo que la depresión que sufrí durante dos años después de caerme de la Opus no creo que tenga base genética, aunque quizás sí. Continuaré investigando a ver si lo descubro.

Más bien pienso que lo que sufría era una enorme falta de madurez debida al haber estado dentro de una burbuja y sentirme, por un lado, muy perdido porque ya no tenía ni idea de para que estaba en este mundo, cosa que mientras era numerario sabía con certeza casi metafísica, y por otro lado porque me sentía un bicho raro entre todos mis amigos y compañeros de clase.

Ahora no estoy deprimido, pero sé que al menos en mi familia (y en la tuya también) si hay gente con depresión, pero curiosamente son numerarios.

En fin, sólo resta enviarte un fuerte abrazo y aconsejarte que hagas un buen regalo a algún familiar cercano,... por ejemplo a tu hermano ;) Ah, y desearte un muy feliz cumpleaños!

Adjunto foto de un último fiestón de cumpleaños con el grupo de pitables de Alpedrete.



Sancho





Perdonar.- José Carlos

Me ha gustado mucho el último artículo de Jacinto Choza (16-II), que atina certeramente en lo que a mí respecta.  Quería aportar algunas ideas sobre el tema.

 

Blanca (30-I), que ha sufrido mucho, nos citaba hace unos días un artículo aparecido en el diario español “El País” el cual recogía la vida de la superviviente de Auschwitz Violeta Friedman:

Violeta Friedman se entregó de lleno a la lucha por defender sus ideas, que iban más allá de una intención punitiva de los culpables. (...) Perdonar sólo era posible en el caso de existir una prueba fehaciente de arrepentimiento de los verdugos, y de su mutación en fiscales de su propia actuación pasada. Y olvidar, nunca.

Acto seguido, Blanca desconsoladamente admitía sobre sí misma:

 

“Tampoco hoy está en mí el ánimo de olvidar y perdonaré cuando pidan perdón por lo que me hicieron. ¿A quién perdono si no hay nadie que me pide que le perdone?”

 

Desde aquí, aunque sea poca cosa y a Blanca no le ayude mucho, quiero pedir perdón por las veces que no estuve a la altura de las circunstancias en mi labor de dirección (¡el peso de las almas!).  Debería haber tratado a todos como lo hubiera hecho Jesús, y no siempre pude o supe hacerlo.

 

Yo no estoy en la piel de Blanca, de Amapola, o de Nacho; no he padecido lo que cuentan Carmen Charo, Aquilina o Emevé.  Al contrario, desde mi primer escrito (30-IX-03) he constatado las razones por las que agradezco muchas cosas al Opus Dei.  Por eso no me puedo ni imaginar lo difícil que debe de ser llegar a poder otorgar ese perdón.

 

Pero sí conozco el ideal que se nos presenta: colgado de una Cruz, aniquilado, el Inocente por antonomasia perdona sin condiciones.  No espera que Judas, Caifás, Herodes o Pilato vengan a pedirle perdón o muestren arrepentimiento: lo ofrece a raudales, para el que lo quiera, aunque “no sepan lo que hacen.”

 

Creo que la auténtica reconstrucción personal, si pretende ser genuina y duradera, ha de pasar por el perdón.  Un perdón real, sincero, que sonría y quiera el bien del otro, que no se burle y no guarde resentimiento.  Sin ignorar las heridas, que existen: pero asumiéndolas y reconociendo que son parte de nuestra vida, que fueron permitidas por la Providencia, que en ellas también hay crecimiento y maduración.  Trabajando para evitar que vuelvan a ocurrir, pero por amor y con amor.

 

Por eso me parece contraproducente ofrecer una visión exclusivamente sombría que demoniza al Opus Dei: cuesta mucho perdonar al mal encarnado.  Sin percibir las innegables luces surge la rabia como única respuesta al daño recibido, y de ahí se abre la puerta al rencor.  Y además esa caricatura maléfica no concuerda con la honesta realidad vivida por tantos de nosotros, que es mucho más rica y compleja.

 

Por eso también me duele leer cómo la amargura se vierte tantas veces en sarcasmos, mofas y críticas acerbas, quizá provenientes de un alma llagada que no ha encontrado el bálsamo de la sanación, una sanación que sólo el perdón cristiano conoce.

 

Recuerdo los momentos pasados junto al lecho de muerte de aquella venerable anciana.  Muchos años antes, durante la guerra civil española, con tres hijos pequeños y embarazada del cuarto, unos milicianos habían irrumpido en su casa y arrancado a su marido de su vida.  Nunca se supo más de él; sólo se sabe que a los pocos días, amenazando las tropas franquistas con la toma de Madrid, se vaciaron las cárceles políticas de la capital y tuvo lugar la matanza de Paracuellos.

 

En su lecho de muerte, habiendo criado a cuatro hijos sola y sin ni siquiera poder confirmar que se había quedado viuda, esa mujer miraba fijamente al crucifijo y decía: “Jesús, una vez más te repito que perdono a los que se llevaron a mi marido…”

 

Su hijo menor, aquél que nunca había conocido a su padre, prorrumpió en sollozos en esa habitación del hospital: su madre les había hecho jurar, desde que eran pequeños, que siempre perdonarían a los asesinos de su padre.

 

Y nunca me olvidaré de la paz con que esa viejecita miraba a Jesús crucificado, mientras se preparaba a ir a su encuentro.

 

José Carlos



Desde que me fui no conecto con Dios.- Deza

Hola a todos:
 
escribí hace cosa de un mes, cuando descubrí la página. A veces escribo pero no me atrevo a enviar el correo. No sé si hoy me pasará igual. Os dije que estuve dentro veintitrés años de numeraria y llevo fuera casi tres. Tengo un pequeño problema. No sé si alguien me puede ayudar.
 
Desde que me fuí no conecto con Dios. Voy a Misa. A veces rezo el Rosario con mi marido, pero no consigo conectar. No quiero pedir ayuda a ningún cura porque cuando me acerco a un confesionario, si no tengo graves pecados me preguntan los curas que por qué me confieso. Tampoco quiero comprometerme a nada más religioso, ni siquiera parroquial en mi vida. Tengo una apatía enorme para todo lo referente a Dios. Hago las cosas por una especie de inercia adquirida,... En fin: no puedo decir lo mismo de mi vida conyugal y profesional, en los que me siento muy bien: con las dificultades económicas y de convivencia normales, de cualquier ciudadano de a pie.
 
Por un lado no puedo prescindir de Dios y por otro no sé como conectar con ese Dios personal. Eso es todo. Gracias.
 
Deza.




Los Obispos te pueden ayudar.- Gustavo

Estimado Pbro. Clavijo:

Lo que tu describes es exacto. Siempre en la Obra se trataba al resto del clero como "del montón", que no son profesionales,  que no estudiaron en Roma y además que son poco preparados.

También es cierto que el Opus tiene algunas actividades "sociales" con los "pobres" para demostrar que no son tan elitistas.

Yo mismo he enseñado catecismo en un barrio humilde de G.Catán durante varios años, he ido a Hospitales a visitar enfermos terminales etc. Pero estas cosas son extraordinarias para el Opus. Lo común es ir a un lugar pijo para hacer un curso de retiro, con buena comida, calefacción y camas. Lugares 5 estrellas para gente 5 estrellas.

Sin embargo, Pbro Clavijo, creo que su Obispo puede (y debe) recibir su queja. Es cierto que el Opus no necesita autorización del Obispo local para trabajar en su zona, pero es muy raro que el Opus esté donde haya un Obispo que no lo acepte.

Le envio saludos y espero que consiga la ayuda que tanto merece.

Gustavo

 

 





¡Qué buenos son todos ustedes!. - Malu

Más allá de la forma en que se llegue a resolver la situación que les planteara en su momento, que alegría me han dado vuestras intervenciones, cada una con sus matices y enfoques diferentes frente a un mismo problema, pero, ¡con qué cariño, respeto y sinceridad han sido dados vuestros consejos!

¡Tengan la seguridad que de la misma forma los he recibido, y se los agradezco de corazón!

Me ha encantado la forma directa y práctica de Cooper para tratar el tema; la dulzura y generosidad de Vicky (I y II)al dar sus consejos; la determinación y firmeza de Carmen Charo; la solidaridad de Davinia, (a quien deseo la mejor de las suertes y mucha fortaleza para llevar adelante su situación).

Me han conmovido a su vez los relatos de Gregory P. y Dionisio por la preocupación por ayudar que dejan traslucir en sus escritos, y la sinceridad y generosidad para transmitir experiencias vividas, la ternura e inocencia de algunas de las situaciones relatadas y la delicadeza de sus consejos.

Gracias también a Hormiguita e Idiota por sus intervenciones!

Realmente a todos un gran abrazo y quiero decirles que aquí estoy para lo que necesiten.

Me sentí al compartir ésta especie de "diálogo" con Uds. muy cómoda, como si estuviera charlando con un viejo grupo de amigos... 

Nuevamente gracias!

Respecto del correo de Frank, que me ha conmovido muchísimo, me encantaría saber si los puedo ayudar de alguna manera.

No quiero ser indiscreta, pero me gustaría que pudieras contar más detalles sobre lo que les está tocando vivir. El compartir, aunque sea un poquito, ayuda...!

Un abrazo grande para tí, y tu mujer e hijo.

Que Dios los bendiga.

Malu 





No estoy de acuerdo con vosotros.- INMA

HOLA:
 
Entré en vuestra página por error. y me he sorprendido, ya que hablaís tanto de libertad. Expresaré yo aqui mi opinión.
 
No cabe duda que la comunicación es lo más dificil en este mundo, es decir que tu me entiendas, tal cual yo me explico
 
y por eso cuando una persona habla o dice unos se sienten dolidos y otros contentos, porque cada cual interpreta lo mismo de forma distinta, según esté por dentro.
 
Vuestra página es muy radical. Que personas hayan tenido malas experiencias o hayan confundido terminos no significa  que la Obra sea mala, son distintas historias, también hay muy buenas experiencias.
 
Espero que no os lo tomèis a mal. (ya que todo os lo tomáis a mal, según parece)
 
un saludo
INMA




¿Puede mi madre viuda ser agregada?.- Alegre Superviviente

Hola os escribo desde otro pais de Europa que no es España, soy ex-numeraria, coincido en todo lo que leo. Cuando tenga un dia mas tiempo escribite cosas graciosas de las tertulias, y las cosas que hacen y dicen  las numerarias, tambien para reirnos ¿no?.
 
Gracias a Dios cuando salí tuve mucho apoyo de todos y me fue bien y soy muy feliz pero sé que hay tantos que sufren mucho y mejor intentar buscarle lo bueno a nuestro tiempo en la Obra y reirnos un poco con los recuerdos de situaciones absurdas. Quiza tener una seccion de humor...
 
Estoy furiosa la verdad con que el Papa esté tan rodeado y no se dé cuenta de la verdad de la Obra, de su parte mala. Pienso que tanto la Obra, como los Legionarios de Cristo deberian estar tan excomulgados como los seguidores de Lefevre. Deberiamos todos los catolicos normales manifestarnos…
 
Mi madre ya llevaba 20 años en la Obra y mi padre “pitó” después que yo. Antes no le gustaba nada pero a partir de lo mio y pienso personalmente que para no caer en una depresion por su prejubilación... acabo metiendose.
 
Pues bien, mi padre ha muerto hace unos meses, el funeral en una parroquia pero con cura de la obra y director de centro que hacia la lectura  etc. Lo tenian metidisimo tanto que aun teniendo poquisimo dinero, daba y daba pues hemos descubierto unos gastos inexplicables bajo el titulo “prensa”que era mucho dinero para tratarse de periodicos!!. Ni mi madre misma sabe de estos gastos y hemos decidido olvidarlos pues ya no se puede hacer nada, estaba metidisimo.
 
Mi padre cambio su personalidad y estaba muy “quemado” y tristón, no porque estaba enfermo de diabetes, yo personalmente  creo que por estar angustiado dentro de la Obra. Imposible salirse cuando tu mujer tambien lo es. Cuando lo visitaba yo con mi marido y tres hijos no tenia mucho entusiasmo, no sé muy raro.  En fin mi padre fue siempre, antes de ser de  la Obra muy buen padre y padre tambien de muchisimos hermanos suyos por ser el mayor. Descanse en paz, yo sé que esta con Dios o lo estará pronto pues él no tiene culpa de que le comieran el coco, guardo muy buenos recuerdos de él, pero sobre todo de cuando no era opusino.
 
Mi madre tiene el coco aún más comido, una fanatica total. Pero tambien siempre fue muy buena e inocente y lo sigue siendo, la pobre. La quiero tambien mucho y quiero abrirle un poco la cabeza pero se pone muy triste cuando le critico su Obra y es imposible pues no me quiero pelear con ella. Mis hermanos no se meten. Ellos no conocen a la Obra de cerca y no saben del
peligro.
 
Tengo un poco de miedo de que ahora le planteen el ser agregada, ¿alguien sabe si esto se puede dar que a los viudos le propongan el ser agregadas o que ellos lo pidan?
 
Un saludo,
Alegre Superviviente




'Es un poco tontucia, pero una buena mujer'.- Brian

Como hemos leído en los periódicos u oído en TV, el pasado 14 de febrero murió sor Lucía, la última vidente del milagro de Fátima.

Recordé que Escrivá había ido a conocer a sor Lucía y que se habían entrevistado en alguna ocasión. Visité la web del opusdei por si se habían hecho eco de la noticia y efectivamente, en ella se puede leer lo siguiente:

En febrero de 1945, la vidente de Fátima, recientemente fallecida, insistió a san Josemaría Escrivá para que comenzase la labor estable del Opus Dei en Portugal. “Es una mujer de una humildad maravillosa”, dijo de ella el Fundador.

16 de febrero de 2005

San Josemaría conoció a sor Lucia en febrero de 1945. El fundador de la Obra pasaba unos días en Tuy (España), donde había ido a hablar con el obispo de la ciudad, su buen amigo mons. José López Ortíz. Sor Lucia, la vidente de Fátima, vivía en aquellos años en un convento de Tuy.

El obispo facilitó el encuentro entre el joven sacerdote y la religiosa, que volverían a entrevistarse en otras ocasiones. Con todo, aquella primera visita en tierras españolas resultó providencial, porque en aquel viaje no entraba en los planes del Fundador acudir a Portugal. Sor Lucia insistió y suplicó que acudieran a su país, pero san Josemaría le replicó que en aquel momento no tenían siquiera pasaporte.

Así recordaba el Fundador en 1972 el desenlace de aquel encuentro: “Volvió para decirme que el Opus Dei tenía que ir a Portugal. Le contesté que no teníamos pasaporte, pero ella respondió: eso lo arreglo yo enseguida. Llamó por teléfono a Lisboa y nos consiguió un documento para pasar la frontera”.

“No hablamos para nada de las apariciones de la Virgen; nunca lo he hecho. Es una mujer de una humildad maravillosa. Siempre que la veo, le recuerdo que tiene una buena parte en el comienzo de la Obra en Portugal”.

Sobre esta conversación que mantuvo don Josemaría con Sor Lucia, cuenta Mons. José López Ortiz: “Entre otras cosas, le dijo más o menos: Sor Lucia: con todo lo que hablan de usted y de mí ¡si encima nos vamos al infierno...! Me contó el Padre que Sor Lucia se quedó pensativa y le dijo con gran sencillez: ‘Verdaderamente, tiene usted razón’. Josemaría se puso muy contento al comprobar su humildad”.

En febrero de 2002, con ocasión del anuncio de la canonización de Josemaría Escrivá, la superiora del convento del Carmelo en el que vivía sor Lucia, dijo: “También sor Lucia de Fátima comparte la alegría por la canonización de Escrivá, a quien conoció en vida y “alentó” a emprender el trabajo apostólico en Portugal”.

Pero también recordé que María del Carmen Tapia hablaba de sor Lucía en su libro “Tras el umbral”, así que busqué hasta dar con el texto y lo encontré en el capítulo VI. Escribe la autora:

“Muchas otras veces los temas giraban a lo "listas que teníamos que ser en la vida", que él "no quería hijas tontas" y agregaba: "Hijas mías, no me seáis bobicas como las monjas", y al decir esto remedaba con la voz y hacía la mímica con las manos pegadas a la cara de una persona bobalicona, lo que originaba grandes risas entre las numerarias sirvientas y entre muchas numerarias igualmente.

En otra ocasión, alguna de las que estábamos allí le contó al Padre que había ido al Ciampino, el entonces aeropuerto internacional de Roma, y que había visto a un montón de monjas esperando a la madre general, las cuales al ver a ésta bajar del avión prorrumpieron en gritos y brincos diciendo: " ¡Nuestra Madre, nuestra Madre! ¡Ahí viene nuestra Madre!"

Monseñor Escrivá al oír esto se reía a carcajadas, diciendo: "¡Qué gracioso, pero qué gracioso!"

Al paso de los años curiosamente no era nada diferente lo que hacían los miembros del Opus Dei a la llegada de monseñor Escrivá a algún lugar.

A propósito de esto, monseñor Escrivá nos dijo que "las monjas eran tontas", agregando que a la única monja que él visitaba era a sor Lucía de Portugal, "no porque haya visto a la Virgen, sino porque nos quiere mucho". Y generalmente, añadía: "Es un poco tontucia*, pero una buena mujer."

También contó monseñor Escrivá, una de esas tardes, que sor Lucía de Portugal le había dicho en una ocasión: "Don José María, usted con lo suyo y yo con lo mío también nos podemos ir al infierno."

* Tontucia= "medio tonta", diccionario de la Real Academia Española.
 
Sobre de quién puede ser la autoría de la frase: "nos podemos ir al infierno...", me inclino más por la versión de María del Carmen Tapia. Mis motivos para ello son:
 
a) que Escrivá no se dirigía prácticamente a nadie tratándole de "usted" y menos a una monja;
 
b) que entre los hagiógrafos ("biógrafo que resalta en exceso las cualidades y virtudes del biografiado", diccionario de la Real Academia Española) y el testimonio de María del Carmen, me fio más de este último que de cómo se ha reescrito la historia de Escrivá y del opusdei. Muchos de nosotros podemos comparar las cosas que hemos vivido y oído, con la versión que después se ha dado de los mismos hechos, incluso estando dentro de la obra.
 
c) Escrivá no tenía ningún motivo para decirle a una de las videntes de Fátima que ella podría irse al infierno. Si hubiese tenido dudas sobre la veracidad de los hechos de los que fue protagonista sor Lucía, no hubiera sido tan devoto de la Virgen de Fátima ni tan asiduo al santuario.  "Repito a la Virgen muchas veces al día, con tonos diferentes, unos de petición de ayuda, otros de agradecimiento, siempre de Amor,: ¡Madre, Madre mía! Se lo digo a Nuestra
Señora de Fátima". "Siempre que estoy en Portugal me acerco a Fátima para rezar a la Virgen. A veces vengo exclusivamente a eso, y me escapo sin dejarme ver de nadie". [De nuestro Padre, Tertulia, 3-1X-1972. Tomo VI de las Meditaciones, Meditación 469: 13 de Mayo "La Virgen de Fátima"]

Y entre “Es una mujer de una humildad maravillosa” (web opusdei) o  “Es un poco tontucia, pero una buena mujer” (frase citada por Escrivá y recogida por María del Carmen Tapia) , que sea el lector quien sin hacer un ejercicio sobrehumano de imaginación, -especialmente los que conocimos en vida al fundador-, decida cuál de las dos frases sería más propia de Escrivá.

Abrazos,

Brian




 

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Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?