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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 09 de Julio de 2007



Recuperación.- Gómez

RECUPERACIÓN

Gómez, 9 de julio de 2007

 

Bogotá, 1969.

Jiménez llega a Hontanar, su nueva casa.

Llega con catorce pañuelos, catorce camisetas, catorce calzoncillos, catorce camisas, catorce pares de calcetines, pero apenas dos o tres trajes de paño. Todo va directamente a su nuevo clóset. Nada de ello tiene que pasar por Dirección, en adelante cualquier cosa que reciba Jiménez tendrá que pasar por Dirección. Hay que ir a decirle al Director “me obsequiaron esta camisa”, “me regalaron estos zapatos”, “me dieron esta corbata”, y todo irá a Recuperación, un enorme clóset del tercer piso, donde hay ropa para que en algún momento la use alguien que la necesite, pues Jiménez ya no necesitará nada más que aquello con lo que llegó. Cuando algo se le dañe, cuando se le abra un hueco a la altura del dedo gordo del pie derecho al calcetín, cuando la camiseta ya no dé más de sí, la Administración la reemplazará.

Jiménez comienza así su nueva vida. Terminó bachillerato el año pasado y ahora está comenzando sus estudios de Arquitectura en la Universidad Javeriana, la universidad de los jesuitas. No hay ningún problema en que él y otros numerarios estudien en la universidad de los jesuitas. En ella está la flor y nata del país. Jiménez va a la universidad y regresa a participar en los medios de formación, lleva a sus amigos para hacer apostolado, va formando con ellos el núcleo de su futuro círculo de san Rafael, hace sus normas, y después de la cena diaria y de la tertulia, llega a las ocho de la noche a su clase de Lógica, una de las materias del bienio filosófico. No entiende nada, porque a esa hora está más dormido que despierto. Lo mismo les sucede a los otros dieciséis alumnos del Centro de Estudios. Lo mismo le sucede profesor. Aun así, obtiene magna cum laude, porque después, en momentos de mayor lucidez, estudia en copias al carbón los apuntes de Luis Borobio, y va enterándose al menos de qué es un silogismo y logra hasta diferenciarlo de un sofisma.

Jiménez cumple sus diecisiete años y va a casa de sus papás a que se lo celebren. Como todos los años, su papá le obsequia un traje de paño, que le ha costado gran sacrificio, pues debe hacer lo mismo con sus otros ocho hijos, y no es más que un pobre empleado que pronto entrará en régimen de jubilación. Jiménez lo agradece e intenta no mirarlo mucho, no apreciarlo mucho, no apegarse a él. Sabe que irá derecho a Recuperación. Jiménez sopla las diecisiete velas del ponqué (palabra bogotana derivada del inglés pound cake), sonríe, recibe abrazos y regresa a Hontanar con su paquete. Llega, golpea las losas del oratorio con su rodilla derecha, para saludar al Santísimo, y se dirige sin vacilar a Dirección, donde le informa al Director que ese traje de paño es el regalo de cumpleaños de sus papás.

“Llévalo a Recuperación”, ordena el Director, y Jiménez obedece.

Allá queda colgado el traje de paño, hecho a la medida, perfectamente cosido por un veterano sastre ecuatoriano. Queda al lado de calzoncillos viejos, camisas raídas y zapatos desechados. Jiménez lo ve con frecuencia, porque da la casualidad de que Jiménez, entre sus varios encargos, es el encargado de Recuperación. Ahí está y ahí se queda.

A lo largo del año Jiménez tiene la oportunidad de ver unas cuantas veces a un sastre que llega a Dirección, toma las medidas del Director y le va llevando en sucesivos días trajes de paño inglés raya de tiza que el Director comienza a usar a diario. Jiménez entiende que esos trajes no deben ir a Recuperación, porque no son obsequio del padre del Director, sino encargos directos que seguramente él o el centro o la Comisión Regional irá pagando. Además, entiende que un Director tan importante, que además de Director del Centro de Estudios es Vocal de San Miguel, debe estar muy bien trajeado. ¡Ni más faltaba!

Jiménez va cada semana a visitar a su familia, en realidad a su mamá, que es la que lo espera los miércoles a la hora de la comida. Departe con ella, con una gravedad que no tienen los otros hijos de la abnegada mujer. A veces hasta la reconviene por comprar alguna revista inapropiada para un hogar cristiano. Alguna vez hasta le rompe en sus narices el ejemplar de la revista de turno, porque la bendita revista publicó alguna verdad, que para él es una mentira, sobre la Iglesia o sobre el Opus Dei. La mamá comprende que el hijo esté asimilando en profundidad las más ortodoxas instrucciones católicas. Entiende que peque por exageración. Y le pregunta de vez en cuando “¿y qué hubo del vestido, mijo? Nunca se lo he visto”. Jiménez siempre le inventa alguna disculpa, como que justo los días que va a verla no ha coincidido con que le toque ponerse el vestido.

Jiménez también ve que LM, compañero de Centro de Estudios proveniente de una próspera familia de Medellín, regresa un buen día de visitar su casa paterna, con siete trajes de paño confeccionados para el frío de Bogotá y hechos a la medida de su corpulencia única. Esos trajes nunca pasan por Recuperación. Con esa talla no le podrían servir a nadie más. Jiménez alcanza a pensar en situaciones privilegiadas o en excepciones, pero prefiere no pensar, que es la mejor manera de no complicarse la vida.

Al terminar el año, un recién pitado recibe el encargo de ayudar al encargado de Recuperación a poner todo en orden. El recién pitado llega con ínfulas de experto organizador y comienza por decir que el traje aquel se puede regalar a los pobres, pues nadie en Bogotá va a usar un traje habano, que eso es para tierra caliente. Jiménez lo detiene. No. No. No. Un momento. Ese traje le puede servir a alguien cuando comience la labor en Cali o en Barranquilla, que son ciudades de tierra caliente. El recién pitado queda convencido, le hace caso a Jiménez y continúa con su ímpetu organizativo. El traje se salva.

Al año y medio, Jiménez es destinado a su centro de origen, en calidad de miembro del consejo local. El Director le dice que, antes de partir, se pase por Recuperación para abastecerse de lo que le haga falta, y él, por fin, año y medio después, sale muy orondo con su vestido nuevo. ¡Sí, señor! A los pocos días pasará por la casa de sus papás ataviado con el traje que nunca coincidía con sus días de visita y lo mostrará con gesto de ya estoy aburrido de usarlo, pero la mamá, que no nació ayer, observará que su hijo está estrenando el vestido y no le dirá nada, pues cree que son cosas de Dios.

Gómez





No se corrige el Catecismo de la Iglesia Católica.- Arcano

Dijo "Un curioso" que pidio al Vaticano corregir el articulo de la masturbacion. Tal parece que a día de hoy tampoco se le hace caso a él, o que la tal corrección del catecismo no existe.

Arcano





Por qué el Opus Dei no se mezcla con los movimientos laicales.- Daniel M.

Una explicación de la razón por la que El Opus Dei no se mezcla con los movimientos laicales

 

Daniel M., 9 de junio de 2007

 

Estoy de acuerdo con el artículo publicado el día 6 de julio de 2007 sobre el encuentro de docentes universitarios. Es otra ocasión más –cómo en las jornadas por Pentecostés de este año y del pasado- en que la prelatura del Opus Dei no se mezcla con los diversos movimientos laicales de la Iglesia. El artículo tan bien documentado termina con una reflexión, este comportamiento de la prelatura del Opus Dei “causa extrañeza ante los otros creyentes y se deja interpretar como un ridículo complejo de superioridad que causa risa a los demás”. No puedo estar de acuerdo con esta opinión de los autores, aunque la comprendo. Creo que es necesario explicar detalladamente la actitud del prelado del Opus Dei y de su prelatura personal.

 

ANTECEDENTE HISTÓRICO EN EL QUE EL OPUS DEI NO SE JUNTA CON OTRA ENTIDAD ECLESIAL.

 

La decisión de no aparecer en estos encuentros junto a las asociaciones y movimientos de laicos católicos es algo que viene de muy atrás en el tiempo. Es una decisión consciente y deliberada del prelado y sus asesores, que en esto como en tantas cosas, intentan seguir el “camino reglamentario” –como dijo Don Álvaro- imitando y haciendo lo que hizo san Josemaría Escrivá. Es John Allen quien cuenta en su libro “Opus Dei” (Editorial Planeta) la ocasión que tuvo el Opus Dei de colaborar con la Compañía de Jesús. Parece ser que en los años 70, fue un día a visitar al fundador del Opus Dei, el general de los Jesuitas, Padre Arrupe. En la reunión, Arrupe planteó que Jesuitas y Opus Dei podían colaborar en la creación y desarrollo conjunto de una universidad. Este tema fue considerado por Escrivá y finalmente desestimó dicha idea. Le contestó que en eso había un peligro para ellos, parece ser que para la Compañía. Y es que juntar a Jesuitas –una orden religiosa- con el Opus Dei, podía llevar a confundir las dos espiritualidades. En el fondo, se podía llegar a pensar que la espiritualidad del Opus Dei era del mismo tipo o similar a la jesuítica. Y san Josemaría Escrivá no deseaba eso para su institución...



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El aire de familia o los aires que se da la familia. Luxindex

Vadovia, no sé si lo que buscas es El trabajo en las primeras residencias o Recuerdos de una vida generosa. El caso es que repasando estos enlaces para facilitártelos me encontré con otro (Tía Carmen y el aire de familia de los centros del Opus Dei) que me trajo recuerdos. Dice así:

 

Tía Carmen y el aire de familia de los centros del Opus Dei

 

Texto de Mons. Álvaro del Portillo sobre Tía Carmen en la entrevista al sucesor de San Josemaría publicada en Rialp. 30 de mayo de 2007

 

La Abuela y tía Carmen se ocuparon de la administración doméstica de los Centros de la Obra hasta que pudieron hacerse cargo de estos trabajos las mujeres del Opus Dei.

 

Transmitieron el calor que había caracterizado la vida doméstica de la familia Escrivá a la familia sobrenatural que el Fundador estaba formando. Nosotros íbamos aprendiendo a reconocerlo en el buen gusto de tantos pequeños detalles, en la delicadeza en el trato mutuo, en el cuidado de las cosas materiales de la casa, que implican –es lo más importante– una constante preocupación por los demás y un espíritu de servicio, hecho de vigilancia y abnegación; lo habíamos contemplado en la persona del Padre y lo veíamos confirmado en la Abuela y en tía Carmen.

 

Era natural que procurásemos atesorar todo esto, y así, con espontánea sencillez, arraigaron en nosotros costumbres y tradiciones familiares que aún se viven hoy en los Centros de la Obra: las fotografías o retratos de familia, que dan un tono más íntimo a la casa; un postre sencillo para festejar un santo; el poner con cariño y buen gusto unas flores delante de una imagen de la Virgen, o en un rincón de la casa, etc.

 

El aire de familia característico del Opus Dei se debe a su Fundador. Pero si acertó a plasmar este estilo de vida en nuestros Centros no fue sólo en virtud del carisma fundacional, sino también por la educación que había recibido en el hogar paterno. Y es justo resaltar que su madre y su hermana le secundaron de modo muy eficaz.

 

Bla, bla, bla...

 

Tengo la fortuna de haber tenido unos padres cariñosísimos entre sí y para con sus hijos. Ambos fueron supernumerarios que bienintencionadamente nos contagiaron el Opus Dei ®, pero que, prudentemente, en la educación que nos dieron también nos suministraron el antídoto. Así que, cuando abandonamos la barca (varios hermanos y yo), la gazmoña barca, ya nos tenían sacado el pasaje para el fenomenal trasatlántico que es la vida. Dicho de otro modo, siempre fueron padres antes que supernumerarios.

 

Cuento esto para que se entienda que, comparando con mi experiencia familiar, el aire de familia en el Opus Dei ® yo nunca lo sintiera (a no ser que por aire entendamos eso: aire y nada más; inconsistencia, o afectación). Más bien me sentí de permanente visita, entre otras muchas cosas más importantes, por estar rodeado de fotos espectrales que no eran sino una versión rancia de los pósteres con los que los fans adolescentes marcan sus dominios. Sí, las fotos de esos extraños me hacían sentir de visita. Y así fue.

 

Que “el aire de familia característico del Opus Dei se debe a su Fundador” no hay quien lo dude, ni tampoco que la impuesta admiración, incluso simpatía, por la Abuela y tía Carmen era ridícula, por ser la evidencia de la obligada adopción (que es uno de los pasos necesarios para hacerse holocausto) de una familia ajena. Era una especie de extraña adopción por poderes.

 

«Os quiero como todas las madres del mundo juntas» decía –cursi y embaucadoramente- el fundador. Pero los que dicen amar tanto, en realidad, no aman lo suficiente: tan sólo buscan que los amen.

 

A Álvaro Portillo, que tras la desaparición inopinada (inopinada, así lo podemos adjetivar tras fallar tanta macabra predicción sobre su propia muerte) del santo-Bala parecía su resignado viudo, le oí recordar ese pretencioso pensamiento. Ignoro si Javi (que parecía ese hermano pequeño que antiguamente hacía de carabina), que hoy ha llegado a prelado chusquero tras una brillante carrera profesional que consistió -en la era preinalámbrica- en recoger y soltar el cable del micrófono del fundador para evitar que tropezara precipitándose sobre el rendido auditorio durante sus píos números, también habrá recordado tan grosera frase en algunos de sus bolos o ladrillos.

 

Bien pensado, si Javi no hubiese sido tan profesional en su trabajo tal vez hubiésemos conocido la sublime estampa de ver a monseñor abalanzado sobre el público, a lo Peter Gabriel en sus inicios.

 

Ojalá el Padre en lugar de prohijarnos a tantos se hubiese limitado a ser el padre del slam -lanzarse al público-. En cualquier caso, hubiese sido una bonita escenificación de su confianza ciega en el grupo, en sus hijos... y la primera vez, que yo sepa, que un show congrega a cien notarios.

 

Pido perdón a quien se ofenda, pero la mejor manera de hablar de las cosas ridículas es mostrándolas como son: ridículas. Y lo del aire de familia de el Opus Dei ®, con sus empalagosos crespillos hechos de carisma, huevo y mucha borraja; sus ramos hechos con gusto y con la flor de nuestra vida; y sus serias fotografías de serie... siempre será ridículo.

 

Luxindex





Un hombre en medio del guindo.- Luxindex

Melanie, nos hablas de un muchacho del que quieren que viva como un ángel en medio del mundo cuando sólo es un hombre que no vive en medio del mundo. Desde luego, es difícil de entender por tu parte, pero imposible de conseguir por la suya.

 

No tengo ni idea de qué aconsejarte, pero al leer tu escrito me vino a la imaginación (quién sabe si a la memoria) la carta que él bien podría, a escondidas, escribirte:

 

“Melanie:

 

Hay cosas que yo tampoco entiendo de mi vida.

 

Cuando pase el tiempo necesario y a lo que ahora siento malgastado llame entonces experiencia, espero entender por qué te quise meter mano y por qué sobre mi conciencia, también ahora, un furtivo abrazo con beso es como un mazazo, un peso.

 

Por ahora no pienso en ti. Por ahora sólo pienso en encontrar algún encanto a tantas reglas que tanto tardan en hacerme feliz.

 

Me preguntan con insistencia: «Por defender su pureza san Francisco de Asís se revolcó en la nieve, san Benito se arrojó a un zarzal, san Bernardo se zambulló en un estanque helado... Tú, ¿qué has hecho?».

 

¿Yo?, escabullirme por un retiro (para no llamarte) y llamarte feísima (para que no me llames).

 

Tú eres joven, por eso no comprendes que no comprenda que estoy preso en una trampa. Y yo, también joven, no comprendo nada: ni a ti, ni a mí, ni a ellos...”.





Respuesta de la Oficina de Prensa del Vaticano.- Agustina

Hola a todos,

publiqué en la web el correo que envié a la Oficina de Prensa del Vaticano el pasado 29 de junio. Como dije que si tenía respuesta la publicaría, hoy la he recibido y hoy la publico: 

Estimada Agustina:

Respondo solo ahora su pregunta porque la persona que gestiona el correo electrónico ha estado enfermo bastante tiempo y me ha pasado el mensaje esta mañana.
 
Por lo que concierne a los nombramientos, cuando un sacerdote del Opus Dei es nombrado obispo de alguna diócesis, normalmente -al menos así lo hacemos aquí, aunque admito que a lo mejor ha habido algún descuido- se escribe donde nació, cuando fue ordenado etc, y se dice: de la Prelatura del Opus Dei. Ha habido algunos casos -pero no en el servicio en español- que se ha escrito erróneamente O.D., lo cual puede generar confusión, ya que las siglas son características de las personas que pertenecen a alguna congregación religiosa. (p. ej. un salesiano: S.D.B., un dominico O.P.) y como usted bien sabe los fieles del Opus Dei no son religiosos.
 
Por otra parte, los obispos y cardenales del Opus Dei no pertenecen al clero de la Prelatura del Opus Dei, sino al clero de la diócesis que presiden. Por eso, no se escribe nunca que son de la Prelatura del Opus Dei, ya que sería incorrecto desde el punto de vista jurídico; es decir, obedece más bien a lo que prescriben las normas-canones del derecho canónico.
 
Espero haberle aclarado sus dudas.
 
Un cordial saludo,
 
Alfonso Bailly
Sinceramente he de decir que la web Opuslibros lleva recibiendo desde hace 3 años el boletín diario de la Oficina de Prensa del Vaticano y nunca he visto que en el nombramiento de un sacerdote del Opus Dei a Obispo, se añada en sus datos que pertenece a la Prelatura. Se ha sabido después por la prensa especializada. Quizá fuera que les acompañaban las siglas O.D., y eso me despistara. En cualquier caso le agradezco a mi interlocutor su respuesta.
 
Un abrazo,
Agustina
 




De nuevo con vosotros.- Nieves

Queridas orejas:

cuanto tiempo sin saber de vosotros y cuanto deseo de hacerlo, he pasado un año de esos que cuando pasan te das cuenta de que lo inevitable antes o despues tiene que ocurrir, he intentado avanzar sin miedo en mi vida y solo hay una cosa de la que no me arrepiento y es que he descubierto que alguien me quiere y me quiere como no me imaginaba que me pudieran querer, no dispongo de tiempo ahora para contaros mas cosas pero prometo volver pronto, mientras quiero pediros disculpas por tardar tanto y daros de nuevo las gracias a todos cuantos me animasteis en mi primer contacto, Carmen Charo, Kaiser, Amapola .....

Gracias

Nieves





¿Se tiene o no se tiene vocación por el paso del tiempo?.- Ruta

 ¿SE TIENE O NO SE TIENE VOCACIÓN POR EL PASO DEL TIEMPO?

Ruta de Aragón, 9 de julio de 2007

 

Este escrito esta dedicado a Frida, en agradecimiento por unos días inolvidables en Nápoles y también, a todos aquellos y todas aquellas que hemos tenido la desgracia de pasar por la posibilidad de tener que morir o por la volvernos locos en el Opus Dei, si el Padre así lo creyó oportuno. Y dedicado a todos aquellos y todas aquellas, que alguna vez, al irse del Opus Dei, les fueron a cantar sus hermanos o hermanas a la estación del tren. Espero que ayude a comprender muchas cosas por las que tuvimos o nos hicieron pasar.

 

 Ruta de Aragón

 

Recuerdo que muchas veces estando en el Opus Dei, planteé a directores y sacerdotes que yo no tenia vocación de numerario. Tampoco quería ser supernumerario. Simplemente quería irme del Opus dei con un mínimo de tranquilidad de conciencia, cosa que no fue posible por parte de directores y sacerdotes y yo no supe irme en aquel momento tampoco debido a mi juventud, como ya he explicado en otros escritos.

 

Al plantear la posibilidad de que uno no tenga vocación consagrada a numerario, una vez has pitado o pedido la admisión como numerario, observé en mis conversaciones con los directores y sacerdotes, dos posturas parecidas, pero en el fondo muy diferentes...



(Leer artículo completo...)




El artículo que buscaba Vadovía sobre 'Tía Carmen'.- Carmens

Hola orejas, creo que este es el artículo que buscaba Vadovia en la web oficial del Opus Dei.

Cariños,

Carmens

Recuerdos de una vida generosa

Texto de Mons. Álvaro del Portillo sobre Tía Carmen en la entrevista al sucesor de San Josemaría publicada en Rialp

30 de mayo de 2007

¿Podría evocar algún detalle de la muerte de tía Carmen? 

En los primeros meses de 1957 notamos que el estado de salud de Carmen, siempre llena de vitalidad y de energía, se deterioraba. El 4 de marzo los médicos le diagnosticaron un cáncer, y hacia el 20 de abril le anunciaron que sólo le quedaban dos meses de vida.

Apenas lo supo el Padre, quiso que yo se lo comunicase, con toda claridad y con mucha caridad. Quería que aquellos dos meses fueran para su hermana ocasión de unirse aún más con el Señor. El 23 de abril, fiesta de San Jorge, hablé con ella de su enfermedad. Le dije que sólo un milagro podría curarla y que, según el parecer de los médicos, le quedaban dos meses de vida; añadí que, si el tratamiento tenía éxito, quizá podría sobrevivir algo más, pero no mucho. Acogió la noticia con tranquilidad, con serenidad, sin lágrimas, como una persona santa. Y luego dijo: "Alvaro me ha dado ya la sentencia".

Nuestro Fundador me pidió que buscase entre mis amigos de Roma un sacerdote culto y piadoso que pudiera asistirla espiritualmente durante aquellos meses. Hablé con el Padre Fernández, agustino recoleto, que era una persona de profunda vida interior. Aceptó el encargo y, después de ponerse de acuerdo con la enferma, quedó en visitarla una vez por semana; íbamos a buscarle en coche.

Fueron dos meses de oración y recogimiento. En mayo, aprovechando un viaje a Francia, nuestro Fundador se acercó a Lourdes para pedir el milagro de la curación de su hermana, aceptando siempre la Voluntad de Dios, cualquiera que fuese.

El 18 de junio se agravó la situación de Carmen, y pidió la Unción de los Enfermos. Al día siguiente recibió el Viático, rodeada por el cariño de nuestro Fundador y de todos nosotros.

El 20 de junio, fiesta del Corpus, pasé mucho tiempo a su cabecera; le hablaba y ella me respondía con toda naturalidad, como si estuviese hablando de otra persona. Yo le preguntaba: "Carmen, ¿quieres ir al Cielo?" Y ella me contestaba con decisión: "¡Claro que sí!" Y en un momento me dijo: "Alvaro, quiero ver...". Al principio pensé que había perdido la vista y le dije: "¿Pero no nos ves? Estamos aquí...". Ella replicó: "Sí, eso ya lo sé". Añadí: "Te parecemos poco. Lo que tú quieres es contemplar a la Virgen". Respondió: "Sí, ¡eso!"

Durante la agonía no podía casi hablar. Repetía balbuceando las jaculatorias que nuestro Fundador, ayudado por algunos de nosotros, le musitaba al oído. Sólo respondía a los estímulos sobrenaturales.

Apenas unos minutos antes de morir, cuando casi había perdido el pulso, el Padre le dijo: ¿Verdad que cuando llegues al Cielo nos encomendarás mucho? Su hermana contestó: "¡Sí!" Fue una de las últimas palabras que pronunció. Poco después moría.

Poco antes de la muerte de Carmen, su confesor, el Padre Fernández, me comentó: "Tiene una paz interior enorme. Se ve que esta docilidad a la Voluntad divina es un milagro de Dios: no he visto nunca un enfermo tan unido a Dios. Yo vengo aquí para edificarme, más que para ayudarla".

Al día siguiente del fallecimiento de Carmen, nuestro Fundador contó a un grupo de hijos suyos: se acabaron las lágrimas en el momento en que murió; ahora estoy contento, hijos míos, agradecido al Señor que se la ha llevado al Cielo; con el gozo del Espíritu Santo. Y al leer en sus rostros la tristeza por la muerte de su hermana, añadió: sí, hijos, me tenéis que dar la enhorabuena; Carmen se encuentra ya en el Cielo. Estaba ilusionadísima con la idea de que pronto vería a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo y a la Santísima Virgen, y a los Angeles... Ahora continúa encomendándonos.

Enseguida que murió, bajé al oratorio, para celebrar la primera Misa en sufragio por su alma... Encomendadla, ofreced oraciones por ella, pero yo estoy seguro de que ya goza de Dios; ma propio certo: completamente seguro.

El propio Padre me confió el motivo de esta seguridad. No sabía que también había dejado una relación escrita sobre lo sucedido, en un sobre con esta anotación: Para abrir cuando yo muera. Cuando nuestro Fundador se disponía a celebrar la Santa Misa por el alma de su hermana, le vino a la cabeza la idea de pedir una prueba de que Carmen se encontraba ya en el Cielo. Desechó enseguida ese pensamiento, porque le parecía que era tentar a Dios. Sin embargo, me contó que, tanto en el memento de vivos como en el de difuntos, se olvidó de aplicar la intención de la Misa por su hermana, a pesar de las condiciones espirituales y psíquicas en que se encontraba: estaba muy apenado, nunca había celebrado en aquel oratorio, etc. Apenas se dio cuenta de que se había olvidado de ofrecer la Misa por Carmen, le invadió la certeza de que tal olvido, humanamente inexplicable, era la respuesta de Dios: comprendió que el Señor le quería hacer entender de esa manera que su hermana no necesitaba sufragios.

El Padre advirtió de modo inefable la intervención del Señor, que penetra en lo más íntimo del alma. Por eso tuvo la persuasión de que su hermana "había dado el salto", como ella misma había deseado y merecido con su vida de entrega a la Voluntad divina.





San Escrivá fue a alguna corrida de toros.- Nacho Fernández

El Opus Dei, a través de un destacado miembro de la Comisión Regional o Vicaría Regional de España, ha negado que tenga una postura oficial sobre las corridas de toros, olvidando que su fundador asistió a una de ellas coincidiendo con la segunda reunión de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra de octubre de 1967.

 

Enrique Muñiz, que trabaja en la secretaría de la Comisión Regional de España del Opus Dei y se presenta como “madrileño y licenciado en Filología Hispánica”, manifiesta en su página de Internet: “En cuanto a la postura oficial del Opus Dei respecto a la fiesta de los toros, antiguamente conocida como fiesta nacional, estoy en condiciones de afirmar que no existe: es el típico tema sobre el que el Opus Dei no tiene nada que decir: los hay partidarios y no partidarios, incluso los hay, como yo, que por no tener no tienen ni postura personal al respecto: me da igual”.

 

La página se titula “El Opus Dei desde dentro”. Es una de tantas páginas que abre la prelatura para contrarrestar la influencia que tienen páginas como las de www.opuslibros.org o www.religiondigital.com.

 

Aún habiendo pasados casi cuarenta años desde que eso se produjo, estoy en condiciones de decir que durante la segunda reunión de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, celebrada en Pamplona a finales de septiembre y primeros de octubre de 1967, se celebró una corrida de toros a la que asistió el Fundador de la prelatura, monseñor José María Escrivá de Balaguer y Albás.

 

Las fotografías de los periódicos y revistas de la época reproducían fotografías del hoy San Josemaría con algunos de los toreros que habían participado en la corrida, como Angel Teruel y Manuel Cano “El Pireo”, entre otros. Esto puede comprobarse en hemerotecas.

 

El articulista no cita que, dentro de la Obra, han existido destacados representantes del mundo de los toros como el torero Antonio Mejías “Bienvenida” y el rejoneador y ganadero Álvaro Domecq y Díez, propietario hasta su muerte de la ganadería “Torrestrella”, cercana a la casa de retiros del Opus Dei “Pozoalbero”, junto a Jerez de la Frontera (Cádiz, España).

 

NACHO FERNANDEZ





Visita del Prelado del Opus Dei a Valencia: una terapia.- Trinity

            Se conoce que ha debido ser fuerte el varapalo que el Prelado del Opus Dei ha podido recibir en su reciente audiencia con el Papa, porque a sus adláteres les ha faltado tiempo para quitarle de en medio con la excusa de la visita a Valencia, alrededor del 1 de julio, en que concelebraría con el arzobispo de Valencia en la dedicación de la nueva parroquia de san Josemaría Escrivá.

 

Podían haber esperado y organizado las cosas de modo que participara en el Congreso de Universidades Católicas en Roma. Pero debía ser urgente un baño de multitudes. Que tampoco lo fue tanto, porque dice la Oficina de Comunicación de la Prelatura que han sido diez mil los asistentes a la tertulia general, lo cual resulta escasito para una Delegación como la de Valencia. Aunque algo es algo.

 

            Una de las razones por las que una se malicia que el varapalo ha debido ser fuerte es que, en el vídeo del viaje a Valencia, que han colgado en la Web oficial de la Obra, la única toma en que aparece el Prelado hablando recoge un momento de la tertulia general en que pide oraciones por el Papa y habla del cariño de éste a Valencia.

 

Dime lo que subrayan y te diré lo que les preocupa.

 

Trinity

 

Nota de Agustina.- El periódico Levante, en su crónica sobre el encuentro con las familias, concreta los “miles” en 3.000 personas. De las 10.000 que dice la web del Opus Dei a las 3.000 que dice el periódico valenciano, personalmente no tengo ninguna duda de quién está más cerca de la verdad.





Respuesta a mois, acuso recibo.- australopitecus

Hola mois,

Te agradezco tu respuesta a mi anterior envio, la verdad despues de haber escrito muchas cosas en esta web casi por fuera del tema principal me parece que la vida no es tampoco tan dificil como esos laberintos en los que me he metido.

No tengo mucho mas que decir porque precisamente la tentacion en la que he caido es la de empaquetar demasiado la vida que es mucho mas facil de lo que he escrito anteriormente. Pero la vida es paradojica y a veces uno si necesita alguna "receta" para iniciar su camino o recomenzar.

Aunque recomende a este tio fromm, la verdad me causo gracia de que hable de una especie de "prision" de la soledad, lo cual me parece una exageracion (en algunas ocasiones la soledad puede ser una bendicion); pero a veces el lenguaje determina el animo y quedarse con esa frase sin matizarla puede hacerle pasar a uno un mal rato. Por eso entiendo que el libro te haya parecido un rollo patatero. Tienes razon, no hay libro perfecto para nada en la vida.

Por ejemplo, estos dias he tratado de aceptar sin mucha evidencia, ni meditaciones elaboradas que en la vida omnia in bonum... y con mucho esfuerzo me resisto a hacer comentarios, jajaja.

Lei tu escrito y me parece que tienes razon: no se puede resolver nada importante metiendole prisas, voy a tratar de madurar mis ideas mas a fuego lento.

Saludos,

Austral


 

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