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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 28 de Junio de 2013



Argumentos opusinos en los tribunales.- Ana Azanza

De acuerdo con el fondo del mensaje de Daniel M. Efectivamente el Opus Dei es un lobby en España bien asentado en la judicatura. Nombras varios casos que han resultado favorables al Opus Dei en los tribunales que todos conocemos, sabes que hay muchos más. También sabes que por desgracia y más con el tasazo Gallardón, pleitear es ya cosa de ricos. Y curiosamente si algo distingue al Opus Dei, por lo que es temido, admirado y reverenciado, es por su potencia dineraria. Así que llevan más que nunca el viento en popa...



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Cooperador indeciso.- Charless

En realidad entré un poco por casualidad como cooperador, creo que intentan manipular, les interesa saber cuánto dinero tiene uno, para “colaborar” con la obra. los numerarios que yo conozco me parecen buenas personas, los sacerdotes comparados con sacerdotes de otras órdenes religiosas me parecen un poco exagerados, los supernumerarios de diversas edades, algunos son amables pero tienen un algo de ser superiores a los demás, también algunos de ellos me parecen como alejados de la realidad o excesivamente individualistas en su forma de actuar. Convengamos que todos son profesionales en diversas actividades, lo que no está mal, pero justamente eso eleva el sectarismo. La división entre hombres y mujeres, a diferencia del resto de la Iglesia donde todo es más mixto, también llama la atención. Entre mis compañeros cooperadores hay diferencias algunos son militares retirados, otros, comerciantes de diversos rubros, otros, como yo, profesionales de edades diversas. En una reunión que tenemos cada 15 días, advierto de que entre unos 20, sólo asistimos a ellas no más de 5... En fin, yo ya tengo edad y convicciones definidas cómo para decidir qué hacer, pero ya que dan la oportunidad, les envío esta nota...

Bueno, espero mantener una correspondencia clarificadora con uds.

Charless





Religión, religiosidad, espiritualidad…- Pepito

Bastantes veces he meditado a fondo, en la idea de sacar conclusiones objetivas y no sesgadas, sobre la manera en que nuestro santo preferido entendía la religión, la religiosidad y la espiritualidad. Y lo que en todas las ocasiones he sacado en limpio es que, pese a sus presuntas aportaciones a la moderna teología del laicado, su punto de partida y de llegada eran los de un buen cura de hacia –digamos- 1870, como alguno que hubo en mi propia familia. Y ante todo está su carencia de sentido social de la religión, ni siquiera en los moderados términos en que lo propugnó en su día el papa León XIII.

Nuestro santo preferido lo dejó bien claro en aquellas palabras suyas –y cito de memoria- de que “la Obra no ha venido a sacar a nadie del lugar en que Dios lo ha puesto”; grave afirmación ésta, en cuanto que parece echar sobre las espaldas de Dios las terribles situaciones de injusticia que cada día vemos a nuestro alrededor (y conste que ni de lejos comparto las ideas de la llamada Teología de la Liberación).

El caso es que Escrivá, pese a que, según sus hagiógrafos de cámara, conoció muy de cerca el mundo de los desvalidos de aquella España barojiana de los años 30, prefirió dedicarse a los intelectuales (y me remito al Catecismo de la Obra de mis tiempos), en una clara respuesta a lo que había venido siendo la Institución Libre de Enseñanza. Pero, claro, esos intelectuales eran, ante todo, universitarios, lo que en la España de entonces equivalía a ser hijos de buena familia. Cierto que también esos chicos debían ser evangelizados; pero parece que Escrivá partía de que, como decía el antes aludido Baroja, “el mundo es ansí” porque ansí lo había hecho Dios, y que no valía la pena intentar mejorarlo.

En fin, “No pecar y rezar mucho” parece que fue su medicamento genérico para los cristianos de toda condición; pero esa receta parece haber tenido mayor éxito entre los de arriba, que de repente veían resuelta la ominosa amenaza del camello y el ojo de la aguja.

Pepito





La teoría del Anticristo.- spiderman

A medida que leo los escritos de Jaume Garcia Moles, en los que muestra con rigor historiográfico cómo la desobediencia a los superiores y la falsedad fueron una constante en los momentos más decisivos de la vida de San Josemaría Escrivá de Balaguer, no puedo quitar de mi cabeza una teoría que, os aviso por adelantado, para muchos puede resultar excéntrica y hasta hiriente. No soy ningún teólogo, sólo comparto con vosotros mi razonamiento. Seguramente tenga importantes lagunas o sea erróneo, pero eso sólo lo sabré si lo expongo...

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Oscuridades que necesitan aclararse.- Rocaberti

 

Hola a todos:                  

                  Hace un rato he leido en el periódico que el actual papa ha decidido revisar el funcionamiento del banco vaticano. Este hecho me ha llevado a pensar si era correcta la postura de un cardenal, que en su escudo tenía el lema: "semper idem" ¿Es correcta esta postura petrificada de la Iglesia? Yo creo que como institución que es, con el paso del tiempo y el barro del camino, algunos aspectos se han ido desviotuando, y es precisa una renovación.

                   Nunca he formado parte de la curia, pero sí he vivido muchos años dentro de la Obra, y creo que el fenómeno es similar. San jose María cuando acusaba de infidelidad y amenzaba con bebidas indigestas a quienes dejaban la Obra, ¿actuaba con espiritu cristiano? Yo creo que no ¿El interés por el dinero que pueda poseer o ganar un numerario es justificable, si al irse de la Obra, ésta no le ofrece ninguna ayuda? ¿Puede entenderse que san José Maria se metiera en un burdel para salvar el alma de un desconocido, y el pasotismo absoluto de la Obra con los ex? ¿Es justo que se amenace a quien se confiese o acuda a pedir consejo a un sacerdote que no sea de la Obra? ¿Tienen los dirigentes clara conciencia de los derechos inalienables de los fieles católicos? ¿La santificación del trabajo tiene algo que ver con este afán desmedido de posicionarse socialmente? ¿A quien se le ocurre que un adolescente de 14 años escriba una carta que nadie sabe a qué le obliga? Muchas otras preguntas se podrían hacer.

                  Esto me lleva a pensar que una actitud de renovación constante y de revisión de la propia identidad es precisa por todos aquellos que se llaman cristianos. Creo que aquel espiritu que nos decían que Dios había inspirado al fundador está lleno de oscuridades que precisan aclararse.

                  Cuando observo las disensiones sangrientas que hay en el Islam, me parece imposible que tamaño dislate pueda darse entre hermanos que profesan la misma fe. Tal vez los católicos y protestantes hicimos lo  mismo, sin darnos cuenta que ser muy católicos o muy protestantes nos alejaba de ser cristianos.

         Un saludo.

         Rocaberti




 

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