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CORRESPONDENCIA

Lunes, 02 de Junio de 2014

La carrera eclesiástica de Escrivá de Balaguer

Autor: Gervasio, 2/06/2014

Cuando, con dieciséis años, Escrivá terminó los estudios de enseñanza secundaria —el bachillerato—, sus biógrafos consideran que tenía ante sí tres posibilidades: o bien hacer la carrera de arquitectura o bien la carrera eclesiástica o bien la de Derecho. Escrivá contempla una cuarta: que sus padres lo pusiesen a trabajar, sin que prosiguiese más estudios; cosa a la que —añade— tenían perfecto derecho. En casa continuaron mi educación —dejó escrito en sus Apuntes Íntimos, nº 1688—, para darme una carrera universitaria, a pesar de la ruina familiar, cuando muy bien pudieron, en justicia, haberme puesto a trabajar en cualquier cosa. Hoy día estudiar para sacerdote ya no se considera una carrera —la carrera eclesiástica—, pero entonces los estudios eclesiásticos eran considerados una carrera más.

            Todavía en la España de los años cuarenta, ante el panorama profesional existente, un testigo de esa época enfocaba así las posibilidades que tenían los jóvenes de clase media:

            —Sólo tienen dos salidas: o el sable o la faldita...

Me apunto un poco tarde al debate sobre el artículo de Pilar Urbano en que intenta, sin conseguirlo, rebatir a Marcus Tank, pero más vale tarde que nunca. Tan solo deseo aportar una idea concreta al debate.

Desde un principio, me dejó asombrada que la Prelatura del Opus Dei se sirviera de una periodista –y no de un historiador– para rebatir a Marcus Tank sobre las aspiraciones del sacerdote Escrivá al episcopado. Aunque ella goce de cierto prestigio en la sociedad por haber publicado una biografía hagiográfica de San Josemaría, hubiera sido más razonable que un profesional de la ciencia historiográfica hubiera tomado la palabra. Digo que “hubiera sido más razonable” porque para algo don Javier Echevarría, prelado del Opus, fundó hace años el “Instituto Histórico San Josemaría Escrivá” con sedes en Roma y en Pamplona.

Me llama poderosamente la atención el silencio que los profesionales de ese Instituto han mantenido hasta el momento presente sobre esta cuestión y que hayan preferido ceder la palabra a una periodista. Todos sabemos que en el seno del Opus se practica la más estricta obediencia, de ahí que, si los directores disponen que sea Urbano y no los profesores del Instituto Histórico quien dé la cara, entonces todo el mundo obedece y punto. Pero este procedimiento de actuación –silencio de los especialistas y artículo público de una periodista– aumenta la impresión de que la señorita Urbano haya sido manipulada por sus superiores. No se podría hablar de manipulación alguna, si los historiadores del Instituto hubieran rebatido a Marcus Tank, ya que esa es una de las funciones del Instituto.

Giovanna Reale

Al hilo del último escrito de Simplicio.

Tengo entendido que el historiador que mencionas, Javier Tusell fue supernumerario durante un tiempo. Lo leí aquí. El firmante del artículo está muy enterado, se fue sin acritud del Opus Dei, pero por si acaso no sabemos quién es. Lo digo sin acritud por mi parte.

Sería interesante saber cuándo escribió Javier Tusell el libro "Franco y los católicos", ¿seguía o había dejado de pertenecer a la prelatura personal a la que como laico por cierto no podía pertenecer?

Es una de las muchas oscuridades que plantea el hecho de que no conozco un historiador español especialista en historia contemporánea que le haya dedicado al Opus Dei sino una monografía algo más que elusivos y superficiales párrafos en una obra más general.

Estoy pensando en los historiadores como Santos Juliá ¿su hermano fue o es cura numerario?, García de Cortázar o este mismo Javier Tusell. Yo no veo aceptable en un país del llamado "primer mundo" que haya semejante agujero negro en un asunto que ha sido y sigue siendo un personaje ineludible en nuestra historia contemporánea y eclesiástica.

Incluso como española me siento avergonzada de tener que reconocer que ha sido un canadiense, periodista especializado en finanzas, Robert Hutchison en "Their Kingdom come", quien relate por lo menudo, con pelos y señales, al modo como les gusta en el Opus Dei que se haga la charla y la confesión para mejor dominar, tantos pasos del Opus Dei en nuestra historia más reciente como fue el caso de la caída de Rumasa. Increíble que un numerario dirigiera esa caída como parece desprenderse del relato pormenorizado de los hechos y si se tienen dos dedos de frente.

Pero, dada la incuria y la indiferencia e incluso ignorancia del tema o quizás el pavor que provoca la palabra Opus Dei entre muchos paisanos, en el imaginario popular, y sobre todo en el imaginario de muchos seguidores y cooperadores que rodean a esta prelatura personal, el malvado primer gobierno de izquierdas que hubo en España fue a por "Rumasa" creyendo que iban a por el Opus Dei.

En ese mismo imaginario, se salva la sobrenaturalidad de la Obra que los socialistas nunca pudieron entender y por la cual la Obra es intocable.

Cuando en realidad las cosas fueron muy diferentes si se mira con detalle lo que pasó y el papel del fallecido Luis Valls Taberner en todo ello. Pero como digo el libro no está traducido ¿azar del destino? y ningún historiador español se mete a hilar tan fino.

Así que me sigue pareciendo humillante que no haya un catedrático de altura de esos que dña Pilar aprecia tanto y con quien nos compara, que le haya hincado el diente al tema. O al menos lo haya intentado, para poder decir "quise investigar pero me encontré con tales y cuáles dificultades."

Por tanto hemos de conformarnos con el trabajo de ciudadanos de a pie, que se dedican a la historia de manera amateur y que se van a buscar en las bibliotecas a ver qué pillan. Y cuando se va a buscar a los archivos como han hecho otros tantos en esta web más vale no dar nombres por lo que pudiera pasar. Tristísimo por no decir cosas peores.

Ana Azanza

El origen del cambio en la dirección espiritual
2 de junio de 2014 – E.B.E.

Los cambios que se han venido dando dentro del Opus Dei pueden tener al menos tres orígenes. A causa de la Santa Sede, que le hubiera obligado a corregir el rumbo, por la presión de Internet y de corrientes de opinión como las generadas en Opuslibros, y finalmente a causa de un tercer protagonista impensado en el pasado: los propios miembros de la prelatura.

Este último grupo me parece sumamente interesante porque, lejos de ser un grupo amorfo y sumiso, allí se generan cambios mentales que son incontrolables en el mediano y largo plazo. El Opus Dei puede tener diversas técnicas persuasivas pero no puede evitar que se le escape de las manos el control sobre su propia historia. Es una ficción más la pretensión de que está «todo estudiado» y «todo previsto»...

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