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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 27 de Abril de 2015



El principio del fin de los semilleros de vocaciones?.- Agustina

Publicado en La Provincia

El Opus Dei se desliga de la atención religiosa de los colegios Garoé y Guaydil

La institución atiende a la comunidad escolar así como a las familias de estos centros desde hace 40 años

Fernando Canellada 25.04.2015

La Prelatura del Opus Dei ha informado en una nota oficial que se desliga de la atención religiosa a partir del próximo septiembre de los alumnos y alumnas de los colegios Garoé y Guaydil, en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Brígida.

El Opus Dei atiende a la comunidad escolar así como a las familias de estos centros desde hace 40 años. La fusión de los colegios, que ahora ofrecen educación separada por sexos, ha sido el motivo de la salida de la obra de San José María Escrivá de Balaguer, informó el digital Meridian, a partir de una nota de la Prelatura hecha pública el pasado viernes.

Los colegios Garoé y Guaydil son propiedad de Atlantic Schools y pese a los acuerdos iniciales con el Opus Dei la transformación en centros mixtos provoca la ruptura y "la Prelatura deja de atenderlos con sus sacerdotes".

Garoé y Guaydil operan bajo la marca Atlantic Schools desde el curso 2010-2011. La empresa pertenece al grupo Centros Educativos Canarios, del que es consejero ejecutivo Miguel Ángel López Lozano y presidente Jacinto Artiles Ramírez, que dirige el Instituto Bravo Murillo y el centro universitario Escoex, según Meridian.

 

Nota de Agustina.- Recomiendo la lectura del escrito de Giovanna Reale:La educación “hipócritamente” diferenciada de los Colegios del Opus Dei para entender mejor por qué a la Obra ya no le importan las “almas” de los chavales si no puede separar a los chicos de las chicas. Sin olvidar tampoco “el gran problema” que supone para la prelatura que profesores y profesoras, numerarios/as, agregados/as en su gran mayoría, interrelacionen en su tarea profesional.





Magnanimidad de los hijos de Escrivá.- CuG

Con motivo del reencuentro con otro excombatiente, recientemente salido de la Obra, y de una rápida evaluación que pude hacer de su precaria situación actual (tiene suerte de que su madre, octogenaria, lo haya recibido en su casa y de que uno de sus hermanos le haya dado empleo), me vino a la memoria una anécdota que había leído -me parece- en un tomo que se presentó para la beatificación de Escrivá. No recuerdo cómo se lo denominaba internamente, pero era un grueso compendio de anécdotas ordenadas por virtudes. Esta ilustraba su magnanimidad.

Buscando en Internet, encontré una cita que se relacionaba con el episodio: "También de aquella época señala Francisco Monzó que le "hacía dar propinas a los obreros que habían cumplido con celo sus obligaciones. En este punto era muy generoso". La anécdota que yo recordaba era más explícita, tal vez alguno la recuerde con detalle. Trataba de un obrero que había roto por accidente una pieza de valor y, angustiado, se había marchado. Escrivá lo había mandado a buscar, lo había consolado y le había dado una propina generosa. Algo así.

Al parecer, la magnanimidad del Fundador no aparece por ningún lado cuando se trata de un numerario -o numeraria- que deja la Institución. Por mucho que hayas trabajado allí dentro, por muchos sueldos que hayas ingresado, por mucho patrimonio familiar que les hayas cedido, por mucho "celo que hayas puesto en tus obligaciones", incluyendo centenares o miles de horas atendiendo charlas fraternas, dando círculos, atendiendo retiros, haciendo gestiones económicas, etc., en el momento de la salida nada de "generosas propinas". Ni hablar. Te vas con lo puesto.

En mi caso, ya tenía una profesión y si bien mi nivel de desarrollo -comparado con el de los colegas de mi edad- era escaso, al menos tenía una herramienta y algunos contactos profesionales como para abrirme camino. Era un época donde la situación económica del país era de crecimiento y la oferta laboral, abundante, lo que me permitió prosperar en pocos años. ¡Qué tiempos aquellos! El excombatiente me comentó que el de San Miguel le preguntó, cuando ya se encaminaban a la salida, "si necesitaba algo". Pero la pregunta fue hecha de modo tan impersonal, tan distante, y después de una conversación tan burocrática, tan carente de la menor calidez, que solo atinó a responder "Nada". ¿Tal vez si mi amigo hubiera sido más previsor y hubiera sacado del bolsillo una lista de "todo lo que necesitaba" (que era casi TODO) hubiera recibido algo? Lo dudo.

Yo tuve que pelear bastante para que al menos me dejaran irme con mi último sueldo (al que le descontaron rigurosamente los días del mes que había pasado en el centro, no nos olvidemos del "apostolado de no dar"). Y eso que, repito, eran tiempos de vacas gordas.

CuG

P.D. Respecto a un escrito mío anterior, Yo me felicita. ¡Gracias! En realidad me faltó agregar en la "parábola del buen exnumerario" que en mi caso personal experimenté esa caridad inesperada. Fue un ex quien me ayudó a superar las dificultades que afronté al salir. No sólo me dio la comprensión y la gracia del amigo incondicional sino que se movió eficazmente para conseguirme entrevistas de trabajo, me recomendó un buen psicólogo (a veces, la terapia es necesaria para superar el divorcio con tu Madre Guapa) y hasta me presentó a quien hoy es mi actual esposa. ¡Y pronto será el padrino de mi hijo! Pienso que el sacerdote boliviano Danilo Eterovic Garrett -noticia que me llevó a escribir en una noche de insomnio esa parábola- llegó a esa terrible decisión, entre otros motivos que desconozco, porque se sintió completamente sólo, -"rechazado" es la palabra que utiliza en su nota póstuma y que, irónicamente, catapultó a su destinatario a ser el número 3 de la organización-. Evidentemente ninguno de los que convivían con él supo ser su "buen samaritano". Agrego que me parecieron increíblemente buenos los escritos de Flanpan (Secuestrados) y el de Gervasio (Con más banderas que un barco pirata): ¡Gracias!




 

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