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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 23 de Diciembre de 2015



Próxima actualización y libros recomendados.- Agustina

Próxima actualización: Lunes, 28 de diciembre de 2015

Os deseo de todo corazón una feliz Navidad.

 

Libros recomendados

Ser mujer en el Opus Dei. Isabel de Armas

La otra cara del Opus Dei. María Angustias Moreno





Error vencible y gracias a Agustina.- Jaraysedal

Quiero sumarme a los agradecimientos últimos a Agustina por mantener abierta esta página tantos años, agradecimientos casi paralelos al decrecimiento en el número de colaboraciones en la web, probablemente porque el tema se encuentre casi agotado, no dé más de sí o simplemente ya aburre; o todo a la vez.

También contribuirá la convicción de que ni esta web ni ningún otro medio o instrumento ayudará a mover al Opus de sus posiciones o de sus prácticas. Es inmune a la crítica pública, cuya posibilidad se ve incrementada por internet y el anonimato casi al infinito. Y no existe interés alguno en reformarlo por las autoridades de la Iglesia.

Probablemente acabe desapareciendo o siendo marginal por simple decrecimiento vegetativo si las salidas y fallecimientos superan a las entradas, como en tantas asociaciones u órdenes religiosas. Terminará por consunción, fruto de la secularización, y no por ningún esfuerzo coordinado de exmiembros del Opus.

Solamente de vez en cuando alguna noticia que produce el Opus (el caso Gaztelueta, o los Romanones, el caso Vallejo Balda, o las declaraciones de Fazio) es capaz de sacar del letargo ágrafo en que parecen haberse sumido las firmas habituales. Pero, incluso en estos casos, el tema o acaba olvidándose o el Opus como institución, invariablemente, sale bien parado, o así lo aparenta ante la opinión pública.

En el fondo, quizás en sí mismo el Opus no sea un fenómeno que dé para mucho estudio. Y muchas colaboraciones muy sesudas sobre su naturaleza o su encaje jurídico, por ejemplo, inconscientemente por parte de sus autores sirven, en mi modesta opinión, para enmascarar por su grado de abstracción que lo que existe en el fondo es algo muy simple, que da igual el nombre que se le confiera y que sustancialmente todo es lo mismo desde el principio. O dicho en otros términos la discusión sobre estos temas asume el debate sobre el Opus desde las propias categorías mentales inculcadas por el mismo a sus miembros acerca de la naturaleza del Opus Dei, como si fuera un fenómeno singular y sobrenatural digno de estudio, institucionalizando la organización en un ámbito conceptual eclesial, cuando lo que conviene es precisamente desembarazarse de todas esas categorías y conceptualizaciones y denunciar su simple carácter profano y su imposible encaje en la doctrina de la Iglesia. Toda construcción doctrinal sobre el Opus, por muy bienintencionada que sea, sirve a sus propios fines, en cuanto parte de la premisa de su posible encaje eclesial.

Algo similar ocurre con la obra escrita y publicada de Escrivá de Balaguer. Amén de exigua y probablemente no toda de propia mano, no destaca precisamente por su profundidad o elaboración. Es difícil hacer estudio y exégesis de la misma, sino es simple apología. No da para escribir mucho.

Puntualmente, Agustina nos recuerda la calidad de las colaboraciones que aquí se han hecho a lo largo de los años.

Yo descubrí por casualidad esta página hará unos cuatro años y en mi caso no me fue de ayuda para salir de la organización ni para encajar el rompecabezas en mi cabeza una vez fuera. Hacía ya 40 años que la había dejado y poco estuve dentro. Sin embargo, me fue de gran utilidad en una rememoración de esa etapa crucial de la adolescencia en que me tocó vivirla e inmediatamente me identifiqué con todo lo que leí. Y eso es porque por poco tiempo que se permanezca dentro la huella queda. También la cercanía de numerosos miembros del Opus me ha hecho hasta hoy seguir teniéndoles presente.

Una vez fuera algún episodio de intento de recaptación, en alguna categoría inferior, he tenido, pero sin ir a mayores. Por lo menos sé que por mí rezan varios miembros del Opus. Se lo agradezco profundamente, pero ni aún así soy capaz de olvidar las invectivas que me dedicó el director de mi centro cuando le anuncié mi idea de que ya no tenía vocación ni el tiempo en que me marearon demorándose en darme autorización (por el cura) para dejarlo (convencido que estaba que la necesitaba para no condenarme irremediablemente ). Les cogí manía.

El resultado fundamental de aquellos años en el Opus es que mi salida de la adolescencia (a pesar de ser ya un universitario) se retrasó algunos años, abandoné la práctica religiosa y tuve algún tiempo una personalidad más conflictiva.

Por el lado positivo, creo me inculcó disciplina y fuerza de voluntad.

Yo también pido perdón. Mi obsesión proselitista era enfermiza como todos. Con nula formación y malas artes. Un captado creo llegué a decirle que era como hacerse de un club de futbol, que lo podría abandonar cuando quisiera. Serví de introductor porque otros mayores le adoctrinaron mejor posteriormente. Poco tiempo después como no cumplía sus estándares de estudios le invitaron a abandonar el Opus. Coincidimos posteriormente y no me lo reprochó. Me equivoqué doblemente: planteándole la vocación y planteándola a una persona que no cumplía con lo que ellos requerían, porque simplemente era mi amigo, era dócil y lo tenía fácil. Mi otra captación aún permanece, según me parece. También mi intervención fue secundaria. Yo le pido igualmente perdón, aunque él me estuviera agradecido.

Y no creo pueda alegar en mi disculpa el “error invencible” sobre la ilicitud de mi conducta, engañando sobre la naturaleza (en la medida en que lo sabía) y las prácticas piadosas (que sí sabía) del Opus o semicoaccionando a mis amigos para el ingreso. Porque a esa situación me había llevado mi propia vanidad, mi inconsciencia, mis deseos de resultar grato a los superiores, de ser más que los demás, quizás de competir. Sin todas estas motivaciones tan humanas y tan personales, fomentadas es cierto por el propio Opus, las sobrenaturales aducidas por la organización para hacer proselitismo, no hubieran germinado nunca en mi cerebro.

Creo que la web OpusLibros sigue siendo de utilidad mientras subsista el Opus y vuelvo a agradecer a Agustina su mantenimiento.

Un cordial saludo

JaraySedal




 

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