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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 09 de Mayo de 2016



Ortodoxia.- Entregado

Había sido un "depravado" en mi adolescencia, (realmente tenía un problema psicológico que no supe tratar) y me gustaba teñir al máximo mis relatos de ella como lo más abominable, así se podía ver que yo constituía un ejemplo de una persona que se pudiera convertir “ascéticamente” y “a golpe de voluntad”, como una existencia que explicara por sí misma la grandeza de Dios, pero no por una conversión real, sino por un acto de voluntad, una decisión, de dejar de ser un “depravado” y dar una imagen totalmente nueva de mí mismo.

Imagen que nunca llegaba a cumplirse, porque mi “nueva imagen” era farisaica, de obras exteriores y falta de alegría (estaba a menudo triste, por la ausencia de mi familia, porque no me entendieran que tenía que dar un giro radical a mi vida –había sido tan depravado a mis ojos que no podía aceptarse una conversión cualquiera, no bastaba con confesarse y ya, tenía que tener la experiencia subjetiva de “estar limpio, no ser impuro, ser moralmente ejemplar… ser santo”.

No podían darse medias tintas conmigo. Con una muerte en la familia Dios me había puesto claro que no podía seguir así, (me estaba culpabilizando de ello: mis pecados quizá habían atraído la muerte de esta persona) y que solo un cambio radical permitiría que yo “me redimiera” a los ojos del mundo y sobre todo a los míos propios-. La fórmula la tenía delante de los ojos con las personas que habían “facilitado este cambio”. Personas ejemplares exteriormente, de buenos sentimientos, pero con un secreto que yo tenía que descubrir y hacer propio, el de su “santidad”, entendida como cortesía, sonrisa en la boca, trato amable.. destinado a que tú “si Dios quiere” entraras en el Opus, y si no, “algo bueno te llevarías” de ir a un círculo, o a una meditación, de que te dieran “formación” al estilo más ortodoxo posible, pero siempre con miras a que fueras “apostólico”.

No había excusa para no serlo, y no serlo eran “respetos humanos” –cosa que ahora entiendo más bien como respeto a la humanidad, a la forma de ser de cada uno y a no hacer violencia al Espíritu santo-. Pero esto se obviaba; todos estábamos llamados a la santidad y todos por lo tanto estaban “potencialmente” llamados al opus Dei, sin ningún recurso al discernimiento interior: es la nueva etapa de los laicos en el mundo, santificar el trabajo de todos, como mensaje de la Iglesia en el siglo XX, como lo más actual teológicamente, una respuesta del cielo a los tiempos que corren, y una auténtica bendición para la humanidad.

Pero como este pensamiento (el opus es de Dios) no se ponía en entredicho, tampoco sus “frutos” ni su teología, ni las disposiciones, rutinas de las personas que lo conforman… Ser santo es cultivar todas las virtudes de forma heroica, atraer al mundo a Dios con el buen ejemplo moral (bonus odor Cristi), la profesionalidad en el trabajo –sacar buenas notas-, convertir a los intelectuales de la sociedad (para que esta se vaya convirtiendo “ideológicamente” desde “las cumbres”, como decía el fundador san Josemaría…). El Opus busca a rajatabla “estar teológicamente en la ortodoxia”, independientemente de en qué consiste la ortodoxia…

Entregado





Porqué llevar a un colegio del opus...- Class

Un colegio del opus es una opción más dentro de la oferta educativa de una zona de un radio de 50 km aproximadamente. Lógicamente, si el colegio está a 100 km de donde yo vivo, ni me planteo el llevarlo, a no ser que me cambie de domicilio a uno más cercano al colegio en cuestión.

En este tipo de colegios la educación por lo general es buena, tienen un alumnado más bien selecto, no suelen haber alumnado que dé problemas disciplinarios y que baje el rendimiento general de la clase. Además el nivel socio cultural de los padres de los hijos que van a estos colegios suele ser medio alto, por lo que buena parte del alumnado con encuentra ese nivel cultural medio alto en sus casas que es un apoyo en el rendimiento escolar. Por lo general es así, sin entrar en casuística particular.

Son colegios limpios, bien conservados, de poco alboroto, de orden… la verdad es que no dan mala sensación a primera vista ni en segunda vista.

En España los colegios de Maristas, Escolapios, Salesianos, Jesuitas, Agustinos… de órdenes religiosas, el nivel de religiosidad cristiana suele estar por los suelos, casi diría que hay poca diferencia o casi ninguna con una escuela laica neutra. Los colegios del opus, si se pueden llamar así ;·), son más doctrinales e intentan estimular más la piedad y la vida interior del alumnado.

Debo añadir que en los últimos años, auspiciados por un santo que no es de mi devoción, Juan Pablo II, han surgido institutos, asociaciones y órdenes religiosos que han abierto colegios de lo más talibán, convirtiendo a los colegios del opus dei en la posición más ligt del extremismo . Un ejemplo de ello, son los Legionarios, Lumen Dei, Comunión y Liberación… y alguno más que no se me acurre ahora.

A lo que íbamos, como España es un país de extremos y pasamos de una punta a la otra en un periquete, la opción de un colegio del opus quizás sea la opción más equitativa en la enseñanza acorde a una religiosidad tradicional de piedad y vida interior, si se busca eso, religiosidad tradicional. Esta afirmación es “grosso modo” y no entro a discutir la casuística particular, ni la “propuesta” de vocaciones a menores de edad, ni proselitismos desproporcionados, etc.

Con los movimientos extremos que existen como he dicho, ahora el opus es Light.

También la mayoría de efectos secundarios de los colegios del opus le ocurren a un pequeño número de alumnos, para nada despreciable. Unos se traumatizan hacia un lado y otros se traumatizan hacia el otro, aquí ya no entro, pero son una minoría no despreciable y además pueden influir otros factores externos. La mayoría de alumnos pasan por estos colegios sin pena ni gloria toreando bien la situación, viviendo una vida de lo más normal.

Como padres, toreando en la educación. A veces pesamos que es lo mejor y no acertamos o sí. Cada caso es cada caso.

Pero si se busca un colegio con religiosidad tradicional, al menos en España, los colegios del opus es una opción factible, no exenta de efectos segundarios. Es una pena pero es así, ojalá hubieran más opciones y poder elegir entre más variedad.

Class





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