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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 30 de Noviembre de 2016



No sabía que otra vida era posible.- Unanume

Fueraborda, gracias por interesarte por mí y por querer saber qué es de mi vida. Resumo cuatro años en cuatro líneas:

1)      No sabía que se pudiera ser tan feliz

2)      No sabía que me gustaría tanto estar en MI casa

3)      No sabía qué era el amor, ni mucho menos imaginaba que existiría para mí. 

4)      No sabía que otra vida, tan diferente de la anterior como lejos está Urano del sol, era posible.

No conozco a nadie de OpusLibros, excepto a Mediterráneo, no sé nada de vosotros y, sin embargo, percibo un interés genuino por mí, un interés que no tiene nada que ver con las preguntas del cb ni las charlas de fraternidad (jaja), así que os cuento cómo fue todo. 

 

Pedí la dispensa y me fui a vivir sola. Nunca olvidaré la primera noche: ¡podía leer en la cama! Diréis que menuda tontería, y os doy la razón porque lo es, pero yo no he olvidado la sensación de libertad que me dio empezar a releer “El señor de los anillos” con dos almohadas detrás de la espalda. 

 

Mi recuerdo de esos primeros meses es de sensación de maravilla. Me maravillaba todo: hacer la compra y elegir qué quería comer, ver una camiseta, o un libro, y que lo único a tener en cuenta fuera el saldo de la cuenta corriente, comprar un billete y marcharme a Ámsterdam SOLA. Más de un mes llegué al final en números rojos, pero aprendí. Vaya si aprendí. 

 

No buscaba conocer a nadie, lejos de eso, pero la vida se cruzó y conocí a una persona con un background parecido al mío. Nos hicimos amigos. Con el tiempo fue evidente que había algo más que amistad, yo no quería oír hablar de compromisos y el pobre tuvo que tener una paciencia de santo, pero una vez más, la vida se empeñó. Vivimos juntos bastante tiempo hasta tener claro que sí y entonces nos casamos. 

 

No hay mucho más que decir, excepto que en esos cuatro años me he replanteado todo, todo, todo cuanto había aprendido en los anteriores. Todo sin excepción. El trato con Dios en primer lugar, pasé meses sin practicar, rezando a mi manera, leyendo muchísimo sin preocuparme de calificaciones ni números, e intentando estructurar algo que tuviera sentido para mí. Traducir e incorporar a la vida diaria conceptos como amor al prójimo o ser socialmente responsable no ha sido fácil. No lo fue tampoco sacudirme de encima la “aplicación por defecto” de acercar a Dios a todo el mundo. En lugar de eso, tuve que aprender a escucharlos e intentar comprenderlos, sin más, sin pensar en que se confesaran o hicieran una romería. Adquirir empatía me ha costado mucho. O quizá lo que me costó fue darme cuenta de que carecía de ella, de que no sabía ni de qué me hablaban. Me ayudó apuntarme como voluntaria para acompañar enfermos terminales y estar con ellos cuando murieron, sin sacerdote porque esa fue su elección. Cuánto aprendí respetando eso.

 

No hay mucho más que contar, aunque sí deseo aclarar algo: si todo me ha ido fenomenal, como jamás imaginé, ha sido en parte porque tenía un trabajo y un sueldo y pude, en el momento en que lo decidí, subsistir con mi sueldo sin depender de nadie. Este punto ha sido clave, piedra angular y base de todo. Me duele pensar en tantos y tantas que, sin tener los medios económicos, están condenados, y CONDENADOS es la palabra, a no poder salir, a no poder hacer lo que querrían hacer. 

 

Mi etapa en el Opus Dei, sus gentes, su universo, es mi pasado: he cerrado la puerta y he tirado la llave. Lo acepto porque fue el camino que Dios eligió para llevarme donde estoy ahora. ¿Me hubiera gustado otra vida? Sí, porque la que viví no era real, no era psicológicamente adecuada, no era humana, ni era, sobre todo, cierta. Era una falacia completa.   

 

Gracias a todos por vuestro interés. Gracias, Fueraborda, por querer saber. Gracias, Mediterráneo, eres el mejor sistema de correo. 

 

M. A - Unanume.





Nostalgia Opus.- Lizzy Babieca

No es que extrañe el cilicio, ni el incómodo silencio que acompañaba tu camino a la salita donde te hacían la corrección fraterna. Tampoco la cola para el confesionario, o el viaje de vuelta, muy tarde, luego del círculo del lunes. Ni siquiera los cánticos, ni el olor a incienso de las bendiciones, ni la contemplación de las flores del jardín el día del retiro mensual. No. Lo que he extrañado estos días, es a las personas opus de las que fui compañera. El cariño que sentía de ida y vuelta por aquellas que quise y me quisieron.

Me acuerdo poco. La verdad casi nunca, pero en mi trabajo hay una persona que es como “de mi perfil”, alegre y extrovertida. Y un día conversando, empezamos a darnos cuenta que teníamos conocidas en común. Ella venía saliendo de una obra corporativa opus. Con harto drama, como corresponde a toda historia opus que se precie.

Lo que más me ha quedado de su relato, es la descripción vivida de los caracteres de las mujeres con las que trabajaba, el ambiente en general. Cualquiera de afuera puede explicar muy bien las notas generales de los ambientes opus, así de notables son. Y pasa que estando dentro uno no se da cuenta. Me explico: cuando uno es opus, practica la negación de manera tenaz. Uno se miente a sí misma y a los demás todo el rato sobre un montón de temas. A eso se le llama “lucha”. Esta práctica esta vista como lo más que hay, pero lo cierto es que no pasa de ser una simulación burda. Y lo peor es que uno de cajón niega cualquier crítica externa, porque “no entienden nuestro espíritu”, y ahí te quedas, con situaciones ridículas y personas pasándola mal por años… sintiéndose desafectadas y abandonadas… SIENDO desafectadas y abandonadas… y negándolo.

El poder de la negación es muy fuerte. Los de afuera se dan cuenta patente de que no eres feliz. Los de adentro también. En realidad todos. El punto es cuándo harás algo o si ya te resignaste.

Lizzy Babieca.





Sobre la fe.- Rufo

Hola soy alumno de la Universidad de Navarra y me estoy acercando a Dios y a las enseñanzas de Jesús, un cura joven que me da clase es muy simpático y me está ayudando bastante, yo creo que no trata de comerme la cabeza. Me ayuda bastante y responde todas las dudas que tengo.

Una pregunta que tengo es, ¿vosotros habéis perdido la fe?¿creéis que todos los del Opus Dei son tan malos?

Rufo





Respuesta a Aram.- Ramón

Hola Aram,

 

Comentas que no ves cómo elegir un centro educativo para tus hijos, dado que no te complace la oferta educativa existente, ni  pública ni  privada. Parece que te ves abocada a llevarlos a un colegio del Opus, donde la formación religiosa será más o menos como a ti te parece que debe ser.

 

Yo no te voy a decir lo que debes hacer, aunque puedes imaginar que yo no llevo a mis hijos a esos colegios. Simplemente quería comentar algunas cosas que dices en tu carta y me han llegado al alma.

 

Aram, tus hijos deben ver en ti (y en su padre y la familia) que la fe en Jesús vale la pena. Si no es así, nadie los va a convencer, salvo caída de caballo, y de esas hay pocas. Es así. El resto, será una formación religiosa, un baño cultural que les das, pero nada más. Me imagino que tus hijos ya comparten tus valores, pero no compartirán tu Fe cristiana. Eso es así, como lo era en tiempos de San Agustín que tantos disgustos dio a su madre. Si tus hijos dependen del ejemplo de otros para ir a misa, quizás no merece la pena que vayan. Es triste, pero es así. Y no es de extrañar, porque la iglesia y la fe no son algo que impregne toda la vida como hace 70 e incluso 30 años. Y los ritos religiosos les dicen muy poco, o nada. 

 

Los tiempos de la cristiandad han pasado, y toca dar respuestas personales, tener una fe adulta (adaptada a la edad de cada uno), basada en una trasmisión gozosa de padres a hijos, y dentro de una comunidad creyente. La educación "religiosa" en los colegios podrá generar cristianos culturales, pero no esperes milagros. En mi colegio (yo iba a los jesuitas, que te parecen mal) teníamos dos misas por semana, oración al entrar a clase mañana y tarde, tres clases de religión por semana, intenciones en mayo por la virgen, las clases estaban llenas de referencias cristianas... al llegar a COU, cuando la misa se hizo voluntaria, asistíamos a misa el 5% del curso en el mejor de los casos, y poco más con sus familias los domingos. 

 

Con todo esto quiero decirte que seas firme, pero que también no te agobies: Dios obra como quiere, y da la Fe como y a quien quiere. Lo importante es que los hijos sean buenas personas, con valores firmes, con sensatez y sobre todo con solidaridad. Quizás te sepa a poco, como a mí, pero es lo que ahora mismo quiero conseguir para mis hijos. Y como yo, muchos padres.

 

Por otra parte, quisiera en cierto modo "afearte" algo del contenido de tu carta. Me parece que adoptas un tono despectivo hacia la gente que te rodea, como si fuera aquello Sodoma y Gomorra, como si tuvieras una superioridad sobre esa gente. Quizás debieras plantearte porqué las cosas son así. Te sorprendes de que los pobres no tienen modales y no saben vivir su vida. Claro, si no, no serían pobres sino estarían donde tú estás. No existe la pobreza con dignidad, de verdad. Pero más allá de eso, te recuerdo que por esos vino Jesús. Para recoger a las ovejas perdidas, a sanar a las enfermas, a dar la vista a los ciegos y hacer andar a los cojos. Tanto físicos como morales. Quizás debieras ver a toda esa gente tan mala que te rodea como tierra de misión. Rezar el rosario en un centro del Opus no es misión, puedes creerme.

 

Tú misma, con toda candidez nos dices que tu padre no iba misa "por vagancia". Toma ya: ¡se perdía el sacrificio de la misa, el contacto privilegiado con Jesús sacramentado y la comunidad de fieles (Iglesia Militante) porque no le apetecía moverse del sillón! ¿Y te parece tan mal que esa gente pase del todo de la Iglesia? Me dejas perplejo.

 

Por otra parte, me sabe mal las conclusiones que sacas sobre los centros educativos de tu entorno. Según tú, muchos profesores pasan de todo. Qué curioso, cuando tienen que dar clase a esa gente horrible, en condiciones horribles. Y sin embargo, no aprecias más a los que aún así, siguen luchando para dar una educación digna a esos muchachos.

 

Dices que faltan recursos. ¿Dónde están? ¿Te planteas el efecto que han tenido y tienen los recortes que nos han atizado? ¿Ignoras que la trama Púnica se llevaba el dinero de los colegios, mientras los alumnos dan clase en barracones? ¿No sabes que algunos de sus supuestos (siempre supuestos) cabecillas son gerifaltes del Opus, en las más altas esferas del poder en Valencia o Madrid, por poner ejemplos flagrantes? ¿Que expoliaban el erario público? ¿De quién será la culpa, entonces?

 

Y no entiendo eso de que las órdenes religiosas no dan formación religiosa como se debe. Claro, Aram, porque se han dado cuenta de que no sirve de nada comer el tarro a los chavales, insistir en algo que puede hasta provocar rechazo. Y sí, tienen que optar por otras vías para que se abran a la espiritualidad e incluso a Dios. Claro, eso en el Opus que sólo sabe de su perfección inmutable no lo vas a encontrar.

 

No me interpretes mal: no digo que esté bien nada de lo que a ti te parece mal. Simplemente, te quiero hacer ver que es fácil juzgar y despreciar, cuando se ven las cosas desde arriba. Te deseo lo mejor para la educación de tus hijos, de verdad. 

 

Que la llama del Adviento os caliente el corazón.

 

Ramón





El de la Cierva.- Pepito

Veo el documentado correo de Libero sobre la desconsiderada arremetida del tal Yago de la Cierva contra el papa Benedicto XVI, que, en efecto, me recuerda los ímprobos acosos de los hijos de Escrivá cuando ven que se les puede descarriar una oveja. Pero en este caso, la cosa viene de antiguo: los Cierva siempre han sido muy dados a embestir.

Pepito





Libro sobre el Opus Dei en Chile.- Carmen Charo

 

 





Escritos recomendados.- Agustina

 

Sentencia sobre el despido de una numeraria auxiliar.

Numerarias auxiliares ¿tienen vocación divina? Lawrence

Más sobre el servicio doméstico en el Opus Dei. Haenobarbo

Entrevista a la portavoz del Opus Dei en Francia. Jorgev

Lo que diste y lo que te devolvieron. Maripaz

¿Hijas predilectas? Manzana Canela

Mi vida en el opus. niky




 

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