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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 21 de Octubre de 2016



¿Podríais decirme los pasos para ir desvinculándome?.- Gaspar

Me gustaría preguntaros, si por favor, podríais decirme qué pasos debería seguir para ir desvinculándome, en la medida que vaya teniendo fuerzas. No sé exactamente si la carta de dispensa existe o es una leyenda urbana: 

 

1- ¿Tengo que escribir al Padre?

2- ¿Qué debo escribir en esa carta?

3- ¿A quién se la entrego?, ¿se la puedo enviar por correo normal al d de la Delegación aunque no le diga nada al d de mi Centro?

 

Os agradecería enormemente si pudierais aclararme esas dudas para poder ir tomando alguna decisión.

 

Muchas gracias de antemano.

 

Gaspar





Cómo llegué a leer Tras el Umbral.- Simplicio

 

A propósito de María del Carmen Tapia (3)

Cómo llegué a leer "Tras el Umbral"

 

Antes de conocer Opuslibros yo era un ex-numerario "en buen plan" (en terminología opusdeística). Estaba convencido de que yo fui el único culpable de haber abandonado la Obra; y después de dieciocho años terribles dentro del Opus Dei y de una salida traumática, llevaba otros tantos años de profunda depresión, pero siempre plenamente convencido de la excelsa santidad de San Josemaría, de que en el Opus Dei todo era voluntad divina.

 

En esta situación me tropecé con Opuslibros por pura casualidad. La primera vez reaccioné como si hubiera accedido a una página inmoral y la cerré inmediatamente; había sido "formado" para rechazar como gravemente peligroso para mi salvación eterna cualquier texto crítico con la Iglesia o con el Opus Dei...



(Leer artículo completo...)




Madres y madres.- Pepito

Es curiosa la inclinación de los cristianos, entre los que me cuento, por la metáfora de la madre (absint Freud e tutti quanti). En el tiempo, supongo que habrá que partir de la Santa Madre Iglesia, para pasar a Nuestra Madre la Virgen (y ninguna como ella). Pero luego Escrivá, cuando ya habíamos dejado a nuestra madre en casa, nos vino con "nuestra madre la Obra", y ya van tres. Menos mal que su madre se quedó en la abuela.

Pepito.





Refrescando la patología: el narcisismo.- Manzano

Poco cabe añadir a lo que ya se escribió aquí de forma clara y concisa acerca de la mayor de las patologías del fundador del Opus Dei y sobre la cual se construyó y funciona su organización. Fueron muchos los que padecimos y padecen nefastas consecuencias, por lo que quiero compartir unas consideraciones publicadas recientemente del reconocido experto en trastorno narcisista Frank Yeomans, que me dejaron impactado por lo rigurosamente coincidente con lo leído y aprendido en solventes exposiciones de otros varios colaboradores de esta excepcional web Opuslibros.

 

Transcribo un resumen en forma de preguntas y respuestas literales:

 

¿Cómo saber si soy narcisista?

El narcisista cree ser mucho mejor de lo que es y su gran problema es que sólo lo cree él.

 

Debe de sufrir mucho…

Por eso se protege de la verdad dentro de su ego y lo va hinchando como una burbuja a la que nunca reconocen lo suficiente.

 

¿Por qué no se acepta como es?

En realidad, el narcisista en su interior se siente inferior e inventa esa burbuja de sí mismo para combatir su inferioridad. Si rascas un poco en su burbuja, descubres que vive una fantasía de superego, porque no confía en sí mismo.

 

¿Nunca se da cuenta de que vive una farsa?

Proyecta su trastorno en los demás. Está convencido de que todas las relaciones humanas son tan jerárquicas e interesadas como las suyas y que en el mundo sólo hay superiores, como él, e inferiores, que son todos los demás a los que les gustaría ser como él.

 

¿Y si ve una relación de igual a igual?

Está convencido de que todos fingimos por estrategia o educación. A veces, puede tener una crisis cuando sospecha que hay personas felices, porque se aceptan como son –eso es la madurez– y se relacionan entre iguales de forma mucho más satisfactoria.

 

¿Y si le dices que no sabes quién es?

Esas son sus otras crisis: llegar a una reunión o una fiesta y darse cuenta de que nadie ha visto su película o leído su libro...

 

¡Qué estrés, ser un narciso!

La sencillez es liberadora, como toda aceptación de la verdad, y el narcisismo, como cualquier negación, esclaviza; porque el narciso, para seguir viviendo su fantasía, se aísla cada vez más y va evitando, a menudo sin ser consciente, a todos los envidiosos que dudan de ella.

 

¿Cómo?

Nunca tiene suficientes premios, reconocimientos ni admiradores para sus cada vez mayores méritos y siempre hay quien no acaba de admitir su superioridad porque es mediocre.

 

Parece que el narciso, más que amigos, sólo quiere admiradores.

Suele confundir ambas cosas. Al final, si tiene algo que ofrecer, tal vez encuentre aduladores que le doren la píldora y le digan lo estupendo que es, lo que refuerza su trastorno y le aleja más de las relaciones sinceras.

 

¿Hasta qué punto es dañino y patológico?

Depende de cómo defina narcisismo y también del grado en que se manifieste. Eróstrato incendió el templo de Artemisa para ser famoso y que su nombre pasara a la historia. Por eso la prensa no debería publicar los nombres de los Eróstratos. El piloto de Germanwings estrelló el avión por el mismo trastorno narcisista que han sufrido dictadores genocidas, incapaces de ver a los demás como iguales.

 

¿Usted trata a tipos así?

Los psicópatas existen. Por eso las grandes utopías pueden convertirse en horrores. Para lograr el paraíso, crean un poder absoluto, que acaba en manos de narcisos.

 

Concluye: 

Eres más maduro cuanta menos distancia logras que haya entre quien crees que eres y quien eres de verdad; entre tu imagen del mundo y el mundo real.

 

Manzano





Tienes un e-mail de un numerario muerto: Alejandro Uteda (+12/10/16).- Nicanor

Copio una de las cartas que recibí de Alejandro Uteda que describe la dura y tristísima situación que vivió hasta el final de su vida, acaecida unos meses después. Ya en el Cielo, podrá narrarle a Escrivá cómo va su fundación en esta tierra. Dice así su e-mail:

 

La enfermedad de la depresión se produce por un alejamiento del verdadero amor al Señor y una mal entendida obediencia ciega, sumada a que los directores actuales quieren formatearte a lo formal del espíritu del Opus Dei que han transformado en rígidas reglas que ningún ser humano normal puede aguantar.

 

Una cosa es lo que nuestro Padre fundó, un espíritu y, otra, lo que viene sucediendo; sobre todo desde que dirige (la Obra) este último Prelado que, por supuesto, nombra gente como él, falta de piedad y totalmente formal. Termina siendo el trabajo del Director un trabajo que se desarrolla en un ambiente acomodado económicamente y donde es necesario cumplir con el reglamento.

 

Yo sigo siendo de casa a pesar de que hace más de 4 años nadie se comunica conmigo pero para mí lo importantísimo es el espíritu que nos dejó nuestro Padre y que es necesario recomponer o refundar o reformar cosa que pasó con muchísimas instituciones de la Iglesia, solo hay que empezar y olvidarse de estos directores.

 

Un abrazo,

 

Alejandro Uteda

Lic Teología, Filosofía, Sicología, Economía y Arquitecto





Escritos recomendados.- Agustina

 

Una vivencia más. Hechece

Piensas equivocadamente que sólo te ha pasado a ti. Nikita

Lo que me motivó a abandonar mi silencio. Rescatado

Orfandad. Diplomaticbag

El carácter supraeclesial del Opus Dei. Heraldo

Influencia de las condiciones ambientales en la depresión. Calendario




 

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