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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 17 de Febrero de 2017



Mi madre y la acepción de personas.- Fueraborda

Fue la semana pasada, cuando acudimos toda la familia al pueblo natal de mi madre, en cuya tierra dejaríamos sus restos mortales. Precedió al entierro una sencilla Misa. Llegó la homilía, soporífera, hasta que algo me hizo dar un respingo en el banco: "... No hizo acepción de personas", decía el cura de mi madre, a la que no conoció.

"Acepción de personas" esa frase... ¡Cuántos años! “Acepción de personas”…

¡Ese cura es del Opus!, codeé a mi marido. Lo confirmó él mismo cuando, más adelante, dijo que todas las mañanas al levantarse, nuestra madre decía: ¡Serviam! (¿No se preguntarían los fieles si acaso estaba él presente en ese despertar?) Dejando aparte la Escrivariana frase que sólo los opusinos repiten con frecuencia y que cuyo sentido sólo ellos entienden, (a pesar de que "no tenemos vocabulario propio”), me quedé pensando más tarde si aquello que con tanta seguridad aseguró el cura, había sido realmente cierto.

Y empecé a pensar en mi madre. En aquella cariñosa y querida madre que el opus me arrebató siendo yo aún muy pequeña. Y es que el cura se equivocó: a mi madre, (como a él, y como a mí, y como a todos), mientras le predicaban por un oído que no podía hacer "acepción de personas", por el otro le decían: no pierdas el tiempo con ésta que nunca pitara. O le decían: saca la obra adelante con estos encargos apostólicos aunque no tengas tiempo para tus hijos, que ya se encargarán sus custodios. Pero desgraciadamente, nuestros custodios nunca supieron sustituir a nuestra madre ausente. Y en el tanatorio, presente el cuerpo de mi madre, y su alma de testigo, era un continuo elogio a su don de gentes, a su atractivo personal, a su eterna sonrisa acogedora. Y yo, por mucho esfuerzo que ponía en recordarla así, no lo conseguía, porque mi madre estaba siempre ausente. ¡Claro que le enseñaron muy bien a hacer acepción de personas! y ella así lo aprendió: debía ir a por las más influyentes, las más acaudaladas, las más pitables. A nosotros, sus pequeños, bastaba con confiarnos a la Sagrada Familia, como así lo hacíamos en su dormitorio, todos juntos, el día de esta invocación. Me dio infinita pena pensar en el sufrimiento grande por el que tuvo que pasar cuando se vio en la tesitura de tener que canjear su generosa entrega a los hijos por su generosa entrega al flamante y entonces novedoso opusdei, al que se creía llamada por Dios desde la eternidad.

Querida mamá, ¡qué bien encarnaste el espíritu! ¡Cuánto te han elogiado las directoras! Y tú, qué cosas contabas de cuando las supernumerarias de España cabíais en un autobús que os llevaba a Molinoviejo para asistir a vuestros medios de formación. Triste ausencia en casa.

¿Te acuerdas, cuando pasados los años, te lamentabas de que la vida de tus hijos no tenía nada que ver con lo que tú esperabas y anhelabas? “Algo habremos hecho mal”, me decías, entristecida.

No, no tiene razón el cura en su sermón. Aunque se predique lo contrario, la vida entregada en la obra supone una continua acepción de personas. De nuevo la esquizofrenia de una cosa y su contraria. Mi madre, esa gran desconocida a los ojos de sus hijos, esa gran mujer para los que la trataron.

No te preocupes, madre. No tienes la culpa. Pregúntale a Dios... te sorprenderá.

Y si puedes, pregúntale de mi parte, por qué lo sigue permitiendo.

Un cariñoso abrazo a todos,

Fueraborda





En un centro de universitarias (7).- María Canela

Cuando pitó le indicaron que en verano asistiría a un curso anual. Costaría más que el sueldo base.

Empieza a sacar horas y a hacer trabajos para ir ahorrando. Le indica la subdirectora que el dinero debe entregarlo en el centro. Se lo guardarán. La entrega, le explican, es más que nada un acto simbólico de su entrega completa a Dios.

De entre los trabajos que hace está el de limpieza. Le indican que puede hacer esas mismas horas pero en el centro, limpiando y planchando, necesitan manos y le pagarán al final el mismo importe que cobraría fuera. Acepta.

Acaba el curso. Pide el dinero por la limpieza y planchado. La secretaria le responde que cómo es capaz de querer cobrar por hacer tareas en una casa de la que ahora es su familia.

Pide a la subdirectora el dinero entregado ganado en trabajos externos para pagar el curso anual. Le explica que el centro tuvo que usarlo. Ya no les queda. Ha ayudado a algo muy importante. No pueden devolvérselo porque ya no está. Debe pedirle a sus padres el dinero. Pero no debe decirle que se ha hecho numeraria. Esto es muy importante. Pondría en peligro su vocación y poner en peligro la vocación es pecado.

Ejemplo del modo de ser familia en el Opus Dei. Ejemplo de la pobreza que se viven.

A alguien se le ocurriría decir más que pobreza, miserables. Pero aún no sé si la palabra miserable está en uso dentro.

Posdata: Lo que te ha ocurrido dentro del Opus Dei  no es culpa tuya. No hay nada en tu personalidad que explique cómo se han comportado contigo. Si necesitas respuestas y recuperarte, busca especialistas en EMDR. Nivel consultor como mínimo. Con experiencia en maltrato.

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DIFERENCIAS.- Mulan

Qué verdades encierran los escritos de mariacanela y Madurez. Vaya que si en la obra hay diferencias entre miembros, joe. Diferencias y etiquetas que son imposibles de quitar, no solo en el sentido de miembros que más pasta tengan, o más influencia, o según sus juicios más validos sean, sino también en el sentido de etiquetar al personal.

Si te han etiquetado de conflictivo, o problemático siempre vas a ser tachado de ello. En la Obra existe la mala costumbre de hacer juicios sobre las personas.

Yo desde que me fui nunca me he sentido tan juzgada y observada como me sentía allí dentro, básicamente porque la gente pasa! ya tiene bastantes problemas como para fijarse en el resto, pero no, en la obra la gente observa y zas! dictamina.

Hay veces que en mis amigos ex percibo ese afán de juzgar, e incluso yo misma! El problema viene cuando ese juicio te lo crees, te crees que eres egoísta, soberbia, lujuriosa, en fin! que falta de construcción positiva!! Sobre todo que esos juicios los ponen en boca del mismo Dios... en fin... abrazo a todos!

Mulan 





¡Uy! María Canela.- Class

Escribes:

“Utilizaron gaslighting, triangulación, chantaje emocional. Ríete del mobbing y el bulliyng juntos, aquí además utilizan la charla fraterna y lo hablado con el cura en confesión. Y pueden invitar sin saberlo a todo el centro a participar bombardeándote personas distintas con correcciones fraternas diariamente.

Y la mente es como el cuerpo. Si lo golpeas salen heridas, algunas difíciles de curar y otras quedarán para siempre. No depende de la voluntad o la fe o alguna característica de la personalidad el salir indemne. Depende de la intensidad y del tiempo de exposición a tal violencia psicológica. Desde ese momento tu estabilidad mental está en peligro.”


Pues a mi me hicieron eso, en un día me hicieron 14 correcciones “fraternas”, ¡en un día! y yo sin enterarme del mobbing y del bullyng. Otras … ¡Qué fuerte!. Acabé trivializando y riéndonos con otro amigo, a ver a quien le habían caído más. Decíamos, “mira el gilipollas de XXX, me ha dicho tal cosa, ja ja ja …. Mira que él que él …” y a rajar de él. Recuerdo el acoso de la charla, me llamaban de todo, me intentaban humillar, me llamaban mentiroso si comentaba algo. El cura, el director, los numerarios de turno, los supernumerarios “pijos” … todos contra mí. Era brutal y no me daba cuenta. El cura me gritaba y el director también. Le decía sí, sí, sí. E incluso con cosas falsas. Cosas falsas de pacotilla, que me daban igual. Iba poco al centro, a la charla, formación y confesión, y punto.

Pero no me afectaba, estaba por “encima” como el aceite, tenía la conciencia tranquila, las correcciones me las pasaba por el forro, eran de lo más pueril e infantil, una vez objetivadas. Daba las gracias, sonreía y miraba de no repetir en el entorno y punto pelota. Aguantaba el chaparrón cuando iba al centro, y después iba a mi casa, y ese era mi entono real construido por mi y por lo tanto, tranquilidad. Le daba la culpa a la idiosincrasia del centro que me había tocado, y pensaba, bueno, cuando me cambien de centro, las cosas ya serán más normales, eran unos “pijos con jersey amarillo” y yo no. Me echaron antes de cambiar de centro.

¡Qué gracia! Me siento plenamente identificado con lo que dice María Canela, suerte que iba embadurnado de aceite, sin perderlo, claro está, y me resbalaba todo. Si me hubiera afectado ¡Qué mal lo hubiera pasado!, quizás por eso me echaron…

Class



Bienvenida al Opus Dei (2).- María Canela

Le encantaba la idea de que con su carrera universitaria pudiera aportar un cambio positivo al mundo. Sabía que eso no lo podría hacer sola. Necesitaba alguna ong u organización donde pudiera hacerlo realidad.

Le dieron a leer proyectos solidarios que llevaban en Perú y Kenia. Le explicaron como los universitarios presentaban proyectos que renovaban el mundo en el UNIV. Ella conocía poco la Obra y el ambiente de los centros le resultaba en extremo pijo e infantil.

Era una persona espiritual y de fe. Le hacían mella argumentos imbatibles para ella debido a su edad, corta experiencia e inocencia.

1) "Si Dios te ha puesto la inquietud de la solidaridad y ahora en mitad de tu camino te ha hecho conocer la Obra, que no desconfíes de Él”.

2) “Eres la única que no lo ve, pero todos los demás lo ven con tanta claridad”.

3) “La Obra está aprobada por la Iglesia, ¿qué más pruebas harías tú que no haya hecho ya la Iglesia?”.

4) “¿Que amas casarte y tener hijos? ¿Que eres enamoradiza y te gustaría tener una vida sexual plena? ¿Crees que Jesucristo era asexual? Las numerarias se eligen de entre aquellas que puedan ser madres de familia. Solo depende de si eres generosa y permites que sacrificando tu vida como Él hizo en la Cruz, puedas salvar almas.”

4) “¿Vas a ir a hablar con otros sacerdotes fuera de la Obra o monjas hasta oír lo que quieras oír? Si ellos te dicen que no necesariamente tienes vocación, ¿entonces te quedarás tranquila? Eso no es querer conocer la voluntad de Dios, eso es buscar hasta encontrar lo que quieres oír, para no hacerlo y dejar que lo bueno que iba a traer Dios al mundo a través tuyo, quede estéril”.

Ya pitada se le cayó el mundo a los pies cuando vio que no se elegían los proyectos del UNIV por su contenido, sino por lo pitables o no que fueran las del equipo.

Ya pitada vio como se hacían proyectos de copia y pega para que fuera gente que les enganchaba la idea de ir a un congreso universitario para hacer del mundo un lugar mejor.

Es tan tonto a veces, y a veces tan terrible la verdad. Es tan terrible que habiendo entrado para aportar cosas buenas a los demás, al mundo… caigas en la cuenta de que estás apoyando a semejante organización que no cumple ni la ética más básica cuando el asunto le interesa...

A veces la mente no puede con semejante verdad y prefiere negar. Decir que es un caso puntual. Decir que es un director concreto. Decir que es una delegación la que falla. Decir que son modos de un país que no corresponden con los nuestros. Cualquier mentira que tenga algo de sentido, porque la mente no está preparada para semejante distorsión.

Espero que pare ya de seguir conviviendo día a día tanta amargura y arrogancia en el Opus Dei. Tratos tan insultantes y tratos tan elitistas en el mismo centro. ¿Y quienes reciben el trato elitista no echan una mano a sus iguales?, ¿Por qué si Dios está permitiendo que ocurra es su voluntad y le dará la gracia? Para calmar esas ganas de ayudar lo que se recomienda es… ¡Encomienda!

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