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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 27 de Marzo de 2017



Nada ha cambiado.- Novaliolapena

Leí con gran interés el artículo de Gervasio del pasado viernes y tengo que reconocer que como siempre, da en el clavo. Gracias por tus aportaciones, son muy buenas. La lectura de las cartas entre Carmen Tapia y Javier Echevarría y todos los comentarios de Gervasio, me volvieron a situar en Villa Tevere, cuando en 2010 viví una experiencia, cuanto menos, parecida. Dejadme que me explique…



(Leer artículo completo...)




Las espinacas me han dado que pensar.- Fueraborda

El camarero me ha servido la suculenta ensalada de queso de cabra gratinado, en un nido de grandes y brillantes hojas de espinacas.

Por unos segundos me he quedado embelesada mirando al plato, y mi mente ha dado un brinco al pasado. Y le pregunto a mi marido: ¿Cuándo es viernes de Dolores?

Y enseguida he vuelto al mundo, y me ha dado la risa.

Sí. Me ha dado la risa al pensar lo que esa sencilla hierba me hizo sudar. Me he imaginado a mí misma, y a tantas otras de bata blanca intentando localizar la espinaca fresca, en ramillete. Y rebuscando en los armarios los inmaculados pañitos envolventes, con sus puntillas y bodoques, para almidonarlo con tiempo, no vaya a ser que la envoltura de los crespillos no esté a tiempo. ¡Qué sudores, con los crespillos! ¡Y qué desilusiones, con los crespillos! Pobres adscritas: “quédate a comer el viernes, que celebramos el santo de la abuela con el postre que le preparaba a nuestro santo fundador cuando era niño. Como en las demás familias, ¿ves?”

¡Qué disgusto, a la hora de la verdad! Dentro del pañito servido con guante blanco, no hay más que una hoja de verdura rebozada en engrudo y frita. Y menos mal, eso sí, pasada por azúcar, para disimular. Siempre disimular. Para que entre por los ojos, para que apetezca, para que parezca un dulce. Pero nadie se atreve a decir que en su familia los postres llevan nata, tocino de cielo, chocolate… Bueno, será que los lazos al ser más fuertes que los de la sangre, son distintos. Espinacas.

Y mientras saboreaba mi preferida ensalada italiana, pensaba que estaba bien eso de los crespillos. Los crespillos no son más que un botón de muestra de lo que es la obra.

Se ve que la falsedad venía de lejos, probablemente la empezó a degustar el santo un viernes de Dolores.

Mucha parafernalia, mucha envoltura de exquisito hilo blanco como la nieve, pasado por una buena dosis de almidón y planchado primorosamente, una puntilla, una jaculatoria… y todo con mucho amor.

Muchas expectativas, mucho ancestro postre familiar de alta alcurnia, mucha aristocracia, pero al final, una yerba frita.

Así es, no miento. La misma A.Plaza tuvo el detalle hace años por estas fechas de mandarnos la auténtica receta. Gracias por ello, Arancha, que no hay que perder ni desvirtuar las tradiciones.

Soñad y os quedareis cortos, que decía el fundador. Pero que muy cortos: al final, una yerba frita.

Con todo mi cariño, y con el deseo de que los que aún tomáis crespillos, le echéis una buena dosis de buen humor, pero por favor, sin obviar la realidad.

Fueraborda





Algunas previsiones del Derecho de Familia.- Numantina

Por lo que voy leyendo sobre el mundo silenciado del Opus Dei, me viene a la memoria una conversación con mi profesora "muy creyente", relativa a algunas previsiones del Derecho de Familia (la natural), forales o especiales españolas, que, al establecer la libertad de testar y de instituir a solo uno o varios hijos o descendientes y dejar libremente sin herencia a otros hijos o descendientes, solo establecen como derecho de los desheredados "que lo necesiten" el de reclamar del heredero o herederos alimentos.

Estos alimentos está perfectamente previsto que puedan prestarse en especie, o sea, se traducen en facilitar habitación y comida, y, aún así, el "favorecido" por el derecho a alimentos, deberá contribuir en la medida de sus posibilidades al sostenimiento y mantenimiento del negocio o medio de vida familiar. Téganse en cuenta que son instituciones jurídicas que datan de tiempos medievales.

La respuesta de mi profesora fue que esto, hoy día, ya no se hace.

Numantina




 

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