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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 27 de Noviembre de 2017



En cuatro días morirás (II).- Josefina Hurtado

EN CUATRO DIAS MORIRÁS. Segunda Parte.

Josefina Hurtado, 27/11/2017

 

 

Salí desde Inglaterra para Murcia una mañana del mes de julio. Llevaba conmigo una carpeta con la narración escrita de los hechos para que la policía los leyese. Esas habían sido las recomendaciones de una abogada, amiga mía de la infancia. En el avión iba rememorizando lo que había hecho y buscado desde la muerte de mi padre hasta ese momento.

 

La búsqueda de las respuestas a mis dudas la hacia entre las personas de mi alrededor. Preguntaba a enfermeras, amigas, etc. Alguien me daría una clave. Y así fue. Una de ellas me abrió los ojos. Eso es una muerte programada, y si es así, es con una sedación terminal, no lo dudes, me dijo...



(Leer artículo completo...)




Foto adulterada de Escrivá con Pablo VI.- Ex_apéndice

                Stoner hace referencia a la posibilidad de que la foto de Pablo VI con Escrivá y Álvaro Portillo, que aparece en Crónica de febrero de 1964 con motivo de una audiencia que les concedió el citado Papa, esté adulterada o retocada.

                Todavía tengo presente esa foto y el pie de foto que la acompañaba. Recuerdo además el comentario que, refiriéndose a ella, nos hizo el director de turno en una tertulia que tuvimos en Tajamar. Nos explicaba el amor, el gran amor, de Escrivá por el Papa fuera el que fuera. También lo mucho que el Padre rezaba por él y lo vivamente que deseaba poder estar cerca de él.

                Recordemos aquella expresión de Escrivá que ha quedado escrita en la homilía Amar al mundo apasionadamente, que tanto nos repetían allá dentro, ya sabéis donde:

                Me siento romano, porque romano quiere decir universal, católico; porque me lleva a querer tiernamente al Papa, il dolce Cristo in terra”.

                El hecho es que entre otros testimonios que adujo para demostrar tan grande amor filial de Escrivá al Santo Padre, se refirió nuestro director a la foto de Crónica a la que Stoner hace referencia.

                Pasaron los años. Bastantes años. Un día un sacerdote que había trabajado en la imprenta de Villa Tevere, nos contaba, en la paz de un curso anual, en una plácida tertulia, la segunda parte del cuento, de la cual había sido testigo:

                Resulta que después de mucho tiempo en el que no se le concedían audiencias a Escrivá en el Vaticano –recordemos el famoso “cerco”-- alguien logró que le concedieran una. Allá acudieron presurosos Escrivá y su Sombra. Escrivá, como no podía ser de otra manera, dada su especial personalidad y singular manera de amar al Papa más que nadie, dio la nota, esa nota que lo diferenciaba de los demás mortales, enterneciéndose como era de rigor  y derramando unas lágrimas de a puño. Lo asombroso es que quizá aquellas lágrimas fueran sinceras. ¡¿…?!

                Una vez recibidas en Bruno Buozzi 75 las fotos de rigor, que suele enviar la Oficina de Prensa del Vaticano, se comprobó lo que más arriba decíamos: No era publicable la deplorable realidad de los hechos. El Padre no podía haber llorado, no y no, de aquella manera. Por lo tanto había que retocar la foto. Pero no bastaba con un simple retoque. Los ojos se resistían a quedar limpios. Se notaban raros… ¿Solución? Cortar la cabeza y poner otra más ad hoc. Y mira por donde Heraldo nos cuenta como se hizo.

                Añado y termino. Durante muchos años cuando leía artículos de Crónica, solía yo buscar aquella en la que aparece esa foto que ahora ha traído a nuestra consideración Stoner. Por mucho que le daba vueltas, no podía compaginar los improperios y comentarios privados que Escrivá propinaba a algunos Papas –y por supuesto a Pablo VI, al que llamaba, entre otras lindezas --jesuistón-- con aquel tierno cariño que oficialmente le atribuían las lenguas laudatorias.

                Abrazos para todas y para todos. Ex Apéndice





Caperuza de iceberg, para Stoner.- Zartan

Querido Stoner, me he matado de la risa con tu intervención fotográfica, nunca me había fijado, la he visto cientos de veces y hacía tiempo que no me reía tanto.

Efectivamente la foto está trucada, no hay duda. Pero, querido Stoner, no te compliques la vida, esa foto no necesariamente fue trucada por ordenes de arriba, por algo institucional, puede muy bien ser fruto de un exceso de celo del AOP de turno o de algún mando intermedio que quiso mejorar la foto porque la expresión no le gustó y no necesariamente tiene que ser una intervención del “Ministerio de la Verdad”.

Verás, es que en mi selva están proscritas las confabulaciones. Me he pasado muchos años escuchando eso de la confabulación “judeo masónica y bolchevique” donde todo era movido por el “oro de Moscú” para seguir dándole mucha importancia a las tramas ocultas. Pensé que era cosa del pasado aunque últimamente mi amigo Maduro sigue dándole al tema de las maquinaciones internacionales y oscuras cuando afirma que la plaga del dengue es propagada por Trump y compañeros mártires para debilitar a países no gratos. Yo, en eso de las maquinaciones, adopto la misma posición que sobre la existencia de las meigas: haberlas haylas aunque yo no las haya visto y -por tanto- sigo mi vida como si nada.

Esa foto, como posiblemente muchas mas, será fruto del ardor guerrero de algún enfervorizado hijo a quien le dolió que la expresión del principal fotografiado, no fuese acorde con la posición y cargo que ocupaba y… movido por piedad filial, ejerció su brillante iniciativa mejoradora sin tener en cuenta que, muchos años después, saldría a la luz su chapucilla para oprobio de los propios y solaz de náufragos y otra gente de mal vivir.

Me reí tanto con tu intervención porque recordé que, en los años del nacional-catolicismo vivido en cierta península del sur europeo, la censura recortaba o camuflaba todo lo que no fuera acorde con lo que el censor considerara que no reflejaba los valores propios de una cultura superior y, una de sus mas brillantes censuras, la realizó sobre una película donde se intuía un cierto triángulo entre la protagonista, el protagonisto y la señora esposa de este último. Vamos, que el individuo le ponía levemente los cuernecitos a su mujer. Era algo muy recatado, solo un par de ardorosos besos con la señorita protagonista. Creo que la película era Mambo y la díscola era Silvana Mangano (pero no me hagáis mucho caso que la memoria falla). El caso es que el censor consideró que no era edificante eso de engañar a su legítima esposa y -como solo eran un par de besos en toda la película- transformó en la traducción a la bailarina y la presentaba como “hermana” del protagonisto. Total que, al final, resultó bastante peor el remedio que la enfermedad ya que, a más de uno, le resultaban un poco demasiado efusivos los besos entre hermanos. Casi que pensábamos que los peliculeros eran un poco proclives al incesto.

Pues eso, ríete tu también con la foto que eso no es lo importante.

Eso si, la foto puede ser la caperuza del iceberg. La caperuza es lo de menos, lo grave es lo que hay debajo: una idea difusa (no necesariamente emanada expresamente desde un Ministerio de la Verdad) donde todos y cada uno de propia iniciativa deben tapar cualquier cosa que parezca menos conveniente, que no refleje al 100% la belleza y la perfección de la organización. Nunca se podrá admitir que un super (mentalmente en sus cabales) haya podido fugarse con su secre o que un nume llegue con dos o seis copitas de más después de una reunión de trabajo o que el trato dado por la dl a la familia en necesidades de un miembro no haya sido del todo justo o… y de cualquier forma se trate de tapar esos errores retocando una foto, haciendo sospechar que el individuo en cuestión tenía un par de neuronas fundidas o que la dl no fue bien informada.

Por aquí dicen que el cojo le echa la culpa al empedrado. Y mientras que el cojo no admita que tiene una pierna mas corta que la otra y que necesita un zapato con prótesis, seguirá cojeando y diciendo que el empedrado no está bien nivelado. Ojalá que se percaten pronto que el empedrado está aceptable y que el problema es de la pierna.

Desde mi selva un fuerte abrazo y sigue observando, que eso es un don que Dios te ha dado.

Zartán de los Nomos



Respuesta a Solitudine.- Periferia

Estimado Solitudine y por extensión todos los lectores:

Como bien indicas en tu escrito es posible que yo sea "de los de a pié", y por lo tanto de los que no se enteran.

Por lo menos, por lo que a mí respecta, de tráfico nada.

Saludos desde la periferia.

Periferia.com



Tiempo de Reflexión.- Salypimienta

Hace unas cuantas semanas tuve un accidente muy aparatoso en el que me metí una buena castaña… afortunadamente libré la crisma pero me lesioné por lo menos una cuarta parte del cuerpo. Ahora parezco muestrario de ferretería por la cantidad de clavos, placas y tornillos que me pusieron, lo bueno es que voy mejorando adecuadamente, aunque con una lentitud desesperante. Debido a esto, he tenido que estar en reposo, lo que para alguien como yo que no se identifica para nada con el zen, es un verdadero suplicio. No sé estar sin hacer nada.

Cuento esto para poner en contexto lo que quiero decir. Para no volverme loca con tanta calma, mucho de mi tiempo lo he dedicado a leer a fondo los textos de OpusLibros y a escribir algunas cosas. Esto me ha hecho darme cuenta de que aunque yo creía que de la experiencia opusina después de casi 9 años de mi salida no quedaba más que lo anecdótico, la verdad es que aún me queda bastante mugre por depurar. Más de 20 años de supernumeraria muy de casa dejan huella profunda y no me había dado cuenta de ello, no me quiero imaginar la huella de los que estaban dentro partiendo el queso. Veo que necesitaba un tiempo de tranquilidad absoluta (forzosa) para poner en orden gran parte de mi universo interior, y la verdad es que me ha ayudado leer y reflexionar con muchos de los artículos aquí publicados.

Con algunos me he vuelto a reír, otros me han puesto a pensar, otros tantos me han sacado las lágrimas y con algunos más me he cabreado de nuevo con esa cosa a la que alguna vez llamamos “lamadreguapa”. También me he dado cuenta, de que la influencia opusina abarca demasiados aspectos de nuestra vida que quedan inevitablemente afectados. Nunca dejaré de agradecer la existencia de esta web. Me ayudó muchísimo en mi proceso de salida hace años, es más, estoy segura de que sin OpusLibros no hubiera podido hacerlo. Me ha hecho conocer personas increíbles y he tenido la fortuna que con algunas de ellas me une una gran amistad; me ha ayudado a comprender algunos de mis miedos y traumas; pero sobre todo, me ha hecho saber que nadie está solo en esta experiencia rocambolesca que es la “vocación al Opus Dei” y comprendo mejor ese verdadero “estado de sitio” en el que vivió mi alma por tanto tiempo.

Leer y releer los escritos de OpusLibros es mucho más que una terapia de sanación… es un verdadero bálsamo para las heridas que aún nos quedan y que a fuerza de ignorarlas hacemos como que no existen… pero siguen estando. A cada uno de los que escriben les agradezco de corazón su compañía en este tiempo de convalecencia. Quiero agradecer especialísimamente a mi querida Gus que además de amiga, ha sido consejera y psicóloga.

Con calma (porque literalmente no puedo de otra manera) procuraré seguir escribiendo las cosas que he ido descubriendo por si a alguien le pueda interesar, ayudar o dar consuelo. Un beso y un abrazo cariñoso a todos.

Salypimienta.





Respuestas.- Jacinto Choza

Para Gómez:

Muchísimas gracias por tu relato. He estado varias veces en Manizales, Medellín y Bogotá. La próxima vez que pase por Bogotá intentaré conectar contigo para echar un rato.

Un abrazo inmenso

 

 

Para Jaraysedal:

¿Quién es el interlocutor del americano que habla con Escrivá? 

Otro americano que tiene más trato con los espíritus y sabe más de espíritus que el primero.

No sé más respuestas a tus preguntas porque no les pregunté más.

Y no les pregunté más porque no sentía la necesidad de hacerlo. Ese diálogo así de breve para mí ya era suficiente.

Un abrazo




 

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