Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Correspondencia
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados
Documentos internos del Opus Dei
Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links
Si quieres ayudar económicamente...

Google

en opuslibros

Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.


CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 06 de Octubre de 2017



Me sugirieron que mintiera.- Escudo de Roble

Hoy quiero compartirles un recuerdo de los pocos que me quedan de mi breve paso por la Obra.

Poco después de haber escrito la carta al Padre, pero antes de hacer la admisión, me encontraba como tantos días en el centro, quizá haciendo un encargo. En ese trajín, me cruzo con el sacerdote. Se trata de una persona muy buena, que siempre demostró genuino cuidado pastoral y amistad; hasta el día de hoy le sigo considerando como amigo, a pesar de no haberle visto por más de un cuarto de siglo.

Este sacerdote me ve haciendo el encargo y me pregunta:

—Oye, ¿qué tal? ¿Cómo estás, cómo te sientes?

—Pues muy bien Padre. Estoy muy feliz después de haber pitado.

—Todos estamos felices, Escudo. ¿Se lo has dicho a tus padres?

—No, todavía no. Francamente, Padre, no tengo muchas ganas de hacerlo. Mis padres no tienen un buen concepto de la Obra.

—Está bien Escudo. No te preocupes. Mira; tú has pedido la admisión. Eso quiere decir que si bien para todos nosotros y para toda la Obra ya eres de Casa, jurídicamente todavía no. Entonces, si tus padres te preguntan si eres de la Obra, puedes decirles "No" y tú, entre paréntesis, agregas en tu mente "...jurídicamente".

Y luego se despidió con una palmada.

Este sacerdote me mostró lo que en teología moral se conoce como reserva mental. Que, en realidad, no es sino mentir; faltar a la verdad, una violación abierta al Decálogo.

Esta insignificante anécdota muestra con suma crudeza la perversidad moral intrínseca a la Obra. Una organización que hace que gente de buen corazón aconseje el pecado, la mentira, la duplicidad... sin duda tiene que ser una organización viciosa y enferma. Y eso es la Obra.

Escudo de Roble

P.D.: Me reafirmo en mi anterior predicción. El innombrable no recibirá episcopado alguno, a menos que la conveniencia política curial lo aconseje. Por las dudas, espero sentado...





Fui Nax esclava durante 18 años.- Gracia

Estoy muy apenada por la injusticia que cometieron conmigo en el Opus, fui Nax esclava durante 18 años, trabajé muchas horas de 6 de la mañana a 22:00 de sábado a domingo, con una salida de una vez por mes. Sin visitar a mi familia que lo hacía una vez cada dos o tres años. ¿De donde saco ahora los años trabajados y no registrado para poder jubilarme el día de mañana, como cualquier persona normal de la calle, como el Opus nos vendía que somos cristianos del mundo, no somos monjas ni cartujos y resulta que los consagrados están mejor parados que yo en este mundo, que contradictorio no? Tal vez me discriminaron porque a los dos años de pitar me mandaron de mi país Paraguay a trabajar a la Argentina, lejos de todos mis seres queridos o tal vez era una presión más para no poder irme nunca del opus. Y me fui a la calle con lo puesto, qué terrible familia, mucho amor para entrar y una vez que perteneces no te tratan con el mismo cariño, que locura no?

 

Gracia





Mar adentro.- Orange

El curso de la vida va avanzando inexorablemente. Paralelamente, los hechos de la historia personal van quedando atrás con una dimensión cada vez más pequeña. Es como cuando estás en la popa de un barco que avanza mar adentro y desde allí ves como se empequeñecen todas las cosas que quedan en la costa. Disminuyen así en importancia asuntos que en su día parecieron vitales.

Uno de esos recuerdos de mi vida joven que van quedando atrás, con una progresiva insignificancia, es mi paso por el Opus Dei, del que ahora solo queda un recuerdo parecido a la fría y sucia ceniza. Y cada vez me produce más pereza mental pensar en sus mendaces diatribas y en los tristes y aburridísimos enredos de normas y complicaciones persistentes en la cerrada colmena en la que viven. Solo mantengo su atención y leo sus asuntos para estar al día de los sufrimientos de las pobres personas que aun pertenecen a él o que sufren de algún modo su nefasta influencia. En primer lugar rezo cada vez más por ellos cada vez que percibo el sufrimiento en los comunicados de cada una de estas personas, para que reciban la iluminación de Dios. Y de vez en cuando aporto aquí mis modestas pero sinceras palabras por si a alguno de ellos o ellas les pudieran llevar un poco de calor y de luz.

Y trato de encarar esta última etapa de la vida que me queda por delante esforzándome diariamente en vivir el riquísimo espíritu cristiano, del que Dios me está descubriendo nuevos y bellos colores y una perspectiva amplísima, jamás sospechada por mí. Como cosa quizá secundaria, deciros que me está beneficiando el escuchar de vez en cuando la sencillez y el amor de Dios que transmite la emisora Radio María.

Hace poco Francisco habló en una audiencia de los miércoles de que el espíritu del cristiano debe ser positivo, sonriente, alegre y esperanzador como la PRIMAVERA, iluminada por el Señor. Y que debe desterrar del alma la tristeza, la rutina, la vida grisácea y la melancolía del OTOÑO. Eso es sabiduría de Dios. Y espero que a todos aproveche.

Un abrazo para todos. Orange.




 

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?