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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 11 de Abril de 2018



Escritos sobre la santidad de Escriba.- Andre

Acerca de los escritos de Escriba (apellido real) de Balaguer sobre la santidad.

Un escrito como los de santa Teresa de Jesús, santa Teresita del Niño Jesús, san Juan de la Cruz, santo Tomás, san Agustín, y de decenas de doctores de la Iglesia que han escrito sobre la santidad, no pueden ni deben compararse con frases de escuela primaria como las de Camino y demás "libros" escritos por el fundador del Opus.

Sería una falta de respeto con los doctores de la Iglesia. Decir una frase fuera de un contexto, sin texto ni referente alguno, sin introducción, ni desarrollo de un tema, ni conclusión, mucho menos, sin cohesión entre párrafos, no son escritos. No es señal siquiera de inteligencia académica, mucho menos de santidad. Es señal de pobreza mental. Ya decía Elías Canetti: "Antes de escribir, debemos pensar que no tenemos derecho a hacerlo", y lo decía un nobel de literatura.

Es que escribir frasecitas, cualquiera lo hace: yo puedo escribir y publicar, por ejemplo: "Amigos míos de Orejas, sean santos, que si sois santos, llegareis al cielo". Es bonito, pero no por eso soy doctora de la Iglesia, y cuando me muera, no me van a publicar una perogrullada como esa y como las de Camino y los demás "libros". Son frases superfluas y simples que no ahondan ni profundizan en una idea general, ni siquiera una idea local. Son frases sin cohesión que no inician, ni desarrollan, ni finalizan una idea global sobre un tema determinado. No hay texto. No hay escrito. Hay perogrulladas: "Hablar con Dios es como hablar con un amigo..." ¿Dónde está la profundidad de esa frase? ¿Qué tema sigue? ¿Con qué se conecta para que sea coherente? Por eso Francisco no lo tiene en cuenta.

Felices Pascuas a todos.

Andre





El Papa no da puntada sin hilo.- Madurez

Efectivamente, la nueva Exhortación Apostólica "Gaudete et exultate" no menciona a Escrivá.

Es lógico, un santo hecho a base de dinero, mentiras y silencios de quien podía hablar negativamente de él, no llega lejos. Juan Pablo II fue engañado y los Herranz y compañía trajinaron y conspiraron para hacerle santo a éste y a Portillo. Pero la naturaleza de las coas no perdona y castiga.

Mira que siempre me escamó que el barbastrense fuera después de la Virgen María la siguiente criatura inmaculada; a su lado San José un pobre agregado de esos que hacen número. Solo lo vi tres veces en mi vida y aquello parecía la aparición de Lourdes viendo cómo le miraban arrobados y le oían suspendidos los sentidos. NO me convenció aquello. A Portillo pude verle muchas veces y en dos veces furioso, muy furioso, con una falta de templanza notable, entre otras cosas porque no pitaba nadie y no perveraba ni el Tato. Bueno, llegó luego Javito y la Cosa Nostra se fue al carajo.

Sí cita el Papa a la gente de la Obra, a esos directores de todo nivel y a los kamikaces que los siguen:

"Todavía hay cristianos que se empeñan en seguir otro camino: el de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor. Se manifiesta en muchas actitudes aparentemente distintas: la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial. En esto algunos cristianos gastan sus energías y su tiempo, en lugar de dejarse llevar por el Espíritu en el camino del amor, de apasionarse por comunicar la hermosura y la alegría del Evangelio y de buscar a los perdidos en esas inmensas multitudes sedientas de Cristo".

Francisco no da puntada sin hilo, sabe cuánto engaño y daño ha hecho la Obra en su Fundador y sucesores y sus directores, y cuánta gente buena y de buena fe está en la Obra engañada. En mi cita y otras líneas hace alusión a ellos y a otros radicales de movimiento como los Kikos. Pero es cuestión de tiempo y la Obra, que parece que vino con cien años de adelanto y se ha quedado cien años atrás, desaparecerá a no ser que sufra una catarsis brutal. Sobre una mentira no se puede cimentar nada, es arena. Algo divino hubo, claro, pero Escrivá no enterró los talentos, los malbarató y los gastó en otra cosa. Hay aspectos muy positivos en lo que enseña la Obra, pero alguien tiene que quitar a todos esos que dirigen y poner otros, por salud de la Iglesia y por el bien de las almas.

Están que bufan contra Francisco, pero han de aceptarlo, una sola crítica pública y el montaje del cura de Barbastro sale por los aires. Ocáriz que me lees o Herrando de turno, estáis al borde del colapso, aún lleváis inercia, pero hay material en esta web, material quen hay que filtrar de cierto rencor que existe, comprensible pero no justificable, como para que hagáis algo, pero sois psicópatas y aún pensáis que hacéis el bien.

Madurez





Quien tenga oídos para oír que oiga.- Neo

Estas son las palabras del Papa Francisco en su última exhortación, ante ellas sólo callar y releer, las explicaciones sobran.

Quien tenga oídos para oír que oiga.

57. Todavía hay cristianos que se empeñan en seguir otro camino: el de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor. Se manifiesta en muchas actitudes aparentemente distintas: la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial. En esto algunos cristianos gastan sus energías y su tiempo, en lugar de dejarse llevar por el Espíritu en el camino del amor, de apasionarse por comunicar la hermosura y la alegría del Evangelio y de buscar a los perdidos en esas inmensas multitudes sedientas de Cristo[63].

58. Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Esto ocurre cuando algunos grupos cristianos dan excesiva importancia al cumplimiento de determinadas normas propias, costumbres o estilos. De esa manera, se suele reducir y encorsetar el Evangelio, quitándole su sencillez cautivante y su sal. Es quizás una forma sutil de pelagianismo, porque parece someter la vida de la gracia a unas estructuras humanas. Esto afecta a grupos, movimientos y comunidades, y es lo que explica por qué tantas veces comienzan con una intensa vida en el Espíritu, pero luego terminan fosilizados... o corruptos.

59. Sin darnos cuenta, por pensar que todo depende del esfuerzo humano encauzado por normas y estructuras eclesiales, complicamos el Evangelio y nos volvemos esclavos de un esquema que deja pocos resquicios para que la gracia actúe. Santo Tomás de Aquino nos recordaba que los preceptos añadidos al Evangelio por la Iglesia deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a los fieles», porque así «se convertiría nuestra religión en una esclavitud»[64].

El resumen de la Ley

60. En orden a evitarlo, es sano recordar frecuentemente que existe una jerarquía de virtudes, que nos invita a buscar lo esencial. El primado lo tienen las virtudes teologales, que tienen a Dios como objeto y motivo. Y en el centro está la caridad. San Pablo dice que lo que cuenta de verdad es «la fe que actúa por el amor» (Ga 5,6). Estamos llamados a cuidar atentamente la caridad: «El que ama ha cumplido el resto de la ley […] por eso la plenitud de la ley es el amor» (Rm 13,8.10). «Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14).

61. Dicho con otras palabras: en medio de la tupida selva de preceptos y prescripciones, Jesús abre una brecha que permite distinguir dos rostros, el del Padre y el del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos más. Nos entrega dos rostros, o mejor, uno solo, el de Dios que se refleja en muchos. Porque en cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado, está presente la imagen misma de Dios. En efecto, el Señor, al final de los tiempos, plasmará su obra de arte con el desecho de esta humanidad vulnerable. Pues, «¿qué es lo que queda?, ¿qué es lo que tiene valor en la vida?, ¿qué riquezas son las que no desaparecen? Sin duda, dos: El Señor y el prójimo. Estas dos riquezas no desaparecen»[65].


62. ¡Que el Señor libere a la Iglesia de las nuevas formas de gnosticismo y de pelagianismo que la complican y la detienen en su camino hacia la santidad! Estas desviaciones se expresan de diversas formas, según el propio temperamento y las propias características. Por eso exhorto a cada uno a preguntarse y a discernir frente a Dios de qué manera pueden estar manifestándose en su vida.



Yo sólo puedo aplaudir y agradecer, me llenan de esperanza y de certezas.

Neo





HISTORIAS DE TERROR Y DE DOLOR (VII).- Salypimienta

HISTORIAS DE TERROR Y DE DOLOR (VII)

 

Una historia de escándalo.

Era profundamente extraño y hasta molesto que un día sí y un día no una supernumeraria iba a un centro (de esos llamados de mayores, es decir donde solo van supernumerarios casados a hacer la charla, no había propiamente labor externa) a hablar con el sacerdote.

Este la recibía en la salita de visitas, que no solo dejaba con la puerta semiabierta, sino que además tenía cristales a un costado, así que siempre se podía ver de fuera quién estaba dentro...



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Recuerdos que me vienen a la mente.- Omega3

Esta Semana Santa he visto la película “Camino”. Me he resistido años a verla. Me ha hecho revivir tantos momentos. La mejor manera de ilustrar lo que pasa es contar con pequeños sucesos. Sabemos que para el 2030 sólo quedarán curas y supernumerarios, pero mientras tanto hay que seguir trabajando para ayudar a los que quedan y evitar que entren.

Ahí van las 10 primeras que me vinieron a la mente:

 

1.       El Papa ha dicho que no hay que hacer proselitismo. Recuerdo cuando llegó el director de san Rafael al centro. Era enero. ¿Cuántos pueden pitar de aquí a verano? Unos 5. No. Dios nos pide. Sacar la lista y vamos a contar cuántos cumplen 14 y medio hasta agosto… Pero sí este no está bautizado. ¡Qué poca fe tienes!!!

2.       Aquella corrección fraterna de un sacerdote porque a la madre del club le llamaba por su apelativo familiar y no por su nombre de pila.

3.       El mismo sacerdote que propuso, y lo consiguió, poner celofán en los ventanales de la segunda y tercera planta del centro para que no tuviéramos miradas impúdicas.

4.       Centro de estudios. Viernes 22:15: canto gregoriano.

5.       Centro de estudios. Curso de retiro. Subes al tercer día y el director te grita que por qué no haces apostolado. Sí. Hago. Noooooooooooo! El último mes no has traído nadie a confesar. ¿Eso estás rezando? Vete.

6.       Oración de la mañana. 7:15h. Uno del centro se siente indispuesto y quiere vomitar pero al salir está la administración limpiando, hay un biombo. No puede llegar al baño. Sale el subdirector del centro, le agarra por la pechera y vomita hasta casi desfallecer. Acto heroico. No ha visto a nuestras hermanas.

7.       Director ínclito, de los que siempre dan charlas en los cursos de retiro. “Oye, a ti no te hace bien hablar tanto con ese ex numerario. Ten cuidado”.

8.       Llamas a un director para conseguir un teléfono de un antiguo director de un colegio para un evento y te contesta: “No, no, ése ya no es de la familia”.

9.       Acaba de fallecer Juan Pablo II. Estamos en un campamento juvenil entregando premios. Se lo comunicamos al director del torneo, decide seguir con las medallas y trofeos. Acojonante. Acaba la ceremonia y se fuma unos pitillos. Va de humilde escondiendo su nombre y firmando como Antonio Pérez en su editorial.

10.   Centro de estudios. Círculo. Ese día llegan varios tarde al círculo, venían de la universidad. Al cuarto que llega tarde el que impartía daba el círculo se pone de rodillas para desagraviar, dice. A la semana siguiente le siguieron la corriente, cuando llegó el segundo tarde, cerraron el pestillo para que los siguientes no entraran.

 

Como siempre he dicho, el único lugar de la tierra donde no está Cristo es ahí, allí más que Cristo hay un dios artificial, tenso, preparado, oscuro, dañino.

Omega3




 

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