Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Correspondencia
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados
Documentos internos del Opus Dei
Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links
Si quieres ayudar económicamente...

Google

en opuslibros

Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.


CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 20 de Agosto de 2018



Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LXV), (LXVI) y (LXVII).- PlasticOnoBan

 

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LXV)

Es tan sagrada la conciencia de las personas, que su invasión tosca por una secta como esta me provoca repugnancia

El segundo párrafo del punto 13 de la carta de Ocáriz es un homenaje al cinismo. Lo reproduzco a continuación: “Mandar con respeto a las almas es, en primer lugar, respetar delicadamente la interioridad de las conciencias, sin confundir el gobierno y la dirección espiritual. En segundo lugar, ese respeto lleva a distinguir los mandatos de lo que son solo oportunas exhortaciones, consejos o sugerencias. Y, en tercer lugar ―y no, por eso, menos importante―, es gobernar con tal confianza en los demás, que se cuente siempre, en la medida de lo posible, con el parecer de las personas interesadas. Esta actitud de quienes gobiernan, su disposición a escuchar, es una estupenda manifestación de que la Obra es familia”.

 

Vamos a comentar estos tres puntos.

 

“Mandar con respeto a las almas”. Esta expresión es contradictoria, pues los mandatos del tipo que sean siempre han de desarrollarse EN EL FUERO EXTERNO, nunca en el interno. A las almas no se les manda, ni con respeto ni sin respeto. Cada alma es sagrada y nadie, salvo ella misma, su propia conciencia, es norma de moralidad.

 

Artículo completo  

 

---------------------------------------------------

 

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LXVI)

El Opus Dei sigue siendo un instituto secular vinculado indisolublemente a la prelatura personal de la Santa Cruz

Continuamos con el segundo párrafo del número 13. Reproduzco ese párrafo para mayor comodidad del lector: “Mandar con respeto a las almas es, en primer lugar, respetar delicadamente la interioridad de las conciencias, sin confundir el gobierno y la dirección espiritual. En segundo lugar, ese respeto lleva a distinguir los mandatos de lo que son solo oportunas exhortaciones, consejos o sugerencias. Y, en tercer lugar ―y no, por eso, menos importante―, es gobernar con tal confianza en los demás, que se cuente siempre, en la medida de lo posible, con el parecer de las personas interesadas. Esta actitud de quienes gobiernan, su disposición a escuchar, es una estupenda manifestación de que la Obra es familia”.

 

Estamos comentando la segunda idea de ese párrafo, es decir, la de distinguir los mandatos de las sugerencias, idea llena de cinismo al estar en boca de Ocáriz, pues desde la institución se viene llevando desde siempre una activa manipulación destinada precisamente a que los miembros del Opus Dei no distingan lo que es un mandato de lo que es una sugerencia.

 

Artículo completo

 

---------------------------------------------------

 

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LXVII)

La dirección espiritual, y la corrección fraterna son los dos pilares de control de la secta Opus Dei, invadiendo el interior de las personas

Las experiencias de las decenas de miles de ex miembros del Opus Dei acerca de la falacia que supone decir que en el Opus Dei se promueve una libertad que alienta a distinguir los mandatos de las sugerencias, es tan apabullante, que mis dos artículos anteriores, destinados a tocar simplemente la cuestión de la autodenominada “aportación mensual” de los supernumerarios o la entrega del sueldo de los numerarios, son una pequeña gota dentro de un océano de mentiras.

 

Que Ocáriz tenga la caradura de predicar esto a estas altura, es algo indignante, es un monumento a la mentira institucionalizada, que podría ser “aceptable” en gentes que ni tienen moral ni lo pretenden, pero viniendo de un sacerdote de la Iglesia Católica, es algo que no puede por menos de crear dolor y repugnancia en quienes la amamos, al ver el daño que supone tal cúmulo de mentiras para la misma Iglesia, y el escándalo que crea en quienes condicionan su amor o pertenencia a la Iglesia al buen ejemplo de quienes la representan.

 

Artículo completo

 

 

--------------------------------------------------------------

 

 

Comentario crítico a una carta III - IIIIV - VVI - VIIVIII - IX - X  XII - XIIIXIV - XVXVI - XVIIXVIII - XIXXX - XXIXXII - XXIIIXXIV - XXVXXVI- XXVIIXXVIII - XXIXXXX - XXXIXXXII - XXXIIIXXXIV - XXXVXXXVIXXXVIIXXXVIIIXXXIXXL- XLI- XLIIXLIIIXLIVXLVXLVIXLVIIXLVIIIXLIXLLILIILIIILIVLV - LVILVIILVIIILIX- LX- LXILXIILXIIILXIV

 




 

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?