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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 08 de Agosto de 2018



La reforma del Opus Dei desde Opuslibros.- Castalio


LA REFORMA DEL OPUS DEI DESDE OPUSLIBROS

 

El Opus Dei se reformó en la segunda década del siglo XXI gracias a la labor crítica que hicieron algunos exmiembros de la institución en una web de Internet llamada “Opuslibros”

 

Fragmento de Historia de la Iglesia, tomo XXVI,

Madrid, 2056, editorial Castalio

 

Hace poco estuve conversando con un numerario que ronda los setenta años de edad. Más allá de la profunda amargura que destiló en todos sus comentarios sobre su madre guapa, me llamó la atención su ingenua creencia en que el Opus Dei se transformó a partir de ciertas reformas (él no les llama así porque son alérgicos a esa palabra) que se han introducido en el modo de hacer la charla fraterna y de pedir permisos y otras minucias monjiles que ya no recuerdo.

Digo que me llamó la atención su ingenuidad, porque ellos creen (o quieren creer) que esas reformas fueron producto de la prudencia gubernativa de los altos mandos de Roma. La reforma del Opus Dei la hicieron los canonistas y conocedores de esas materias que escriben en esta página. Fueron ellos los que contribuyeron a fortalecer la institución quizá porque aun la aman o le tienen algún cariño y desean que mejore, o simplemente porque algunos de ellos son curas y lo hacen por amor a la Iglesia. 

Ese no es mi caso. No soy cura, ni canonista ni amo a la institución, aunque he aprendido a recordar mi paso de dos décadas por ahí con cierto romanticismo, imaginando mis cursos anuales y retiros con música de fondo tipo Philip Glass, en cámara lenta, caminando por Montefalco o en Cavabianca… escenas entrecortadas y en tono sepia que se entrecruzan haciendo un collage que me produce cierta calma interior. Pero eso ha sido un medio de autocuración, pues si bien es cierto que, bajo los efectos de la anestesia ideológica que respiré por años, tuve buenos momentos, lo cierto es que, visto racionalmente y con la perspectiva que da el tiempo, la institución me produce una profunda indignación, es decir, no solo un sentimiento personal de dolor, sino un sentimiento de tristeza e impotencia compartido con muchos.

Compartido con muchos, pero no con los reformadores del Opus Dei que escriben en esta página. No comparto con ellos su discurso reformista porque considero que el Opus Dei es una mafia irreformable. Es esencial y entitativamente perversa y voy a decir por qué.

Porque el Opus Dei juega y ha jugado con las vidas de muchas personas, metiéndolas a un juego estúpido e irresponsable de una supuesta VOCACIÓN.

La vocación al Opus Dei es tan falsa como el celibato del padre Maciel. Y tan dañina una como el otro, pues se basan en la mentira y la manipulación sin tener empacho para involucrar a muchos en sus falsedades y cuentos vocacionales.

Bueno pero dejemos a Maciel de quien sin duda recibí el tiro de gracia para alejarme de la Iglesia Católica (lo cual me duele profundamente) y volvamos con Escrivá de Balaguer de quien recibí los golpes fatales. Hombre de no muchas luces intelectuales, pero sí de una enorme intuición y una imaginación perversa alimentada por sus duras experiencias personales (entiéndase traumas). Por ello me parece que es una paradoja de la fe católica moderna: un cura pueblerino con un manejo potente de la escenificación y la teatralidad. Artes que transmitió a sus hijos y seguidores para que manipularan a cualquiera que se dejara y pitara de numerario o numeraria, agregado o agregada o sirvienta (como originalmente se les llamaba a las numerarias auxiliares). ¿Qué moralidad puede haber en un cura por santo que lo declare la Iglesia, y en una institución que ha echado a perder miles de vidas, alejándolas de Dios o del consuelo de la religión, por INDUCIRLAS a pitar so pretexto de que tienen vocación (sic) para luego abandonarlas y expulsarlas, no de manera formal sino mediante el desprecio silencioso e invisibilizador?

Por ello, aunque me parece admirable la labor de los REFORMADORES del Opus Dei que desde Opuslibros han hecho que los altos mandos manden a volar la sinceridad salvaje y ya no exijan la parresía a los miembros cuando hacen su charla fraterna, no me parece que su labor beneficie a nadie, pues han rehabilitado al tigre enfermo, al cachalote moribundo, pero bueno, si eso le sirve a alguien… pues que sea para bien.

Lo único que pediría a los del Opus y a los de Opuslibros, es que digan la verdad. EL OPUS DEI SE REFORMÓ EN 2014 GRACIAS A LAS CRÍTICAS QUE HICIERON LOS CANONISTAS DESDE UNA PÁGINA WEB LLAMADA OPUSLIBROS, EN LA QUE SUELEN ESCRIBIR EXMIEMBROS DE LA INSTITUCIÓN.

Por lo menos, que se diga quiénes fueron los que la cambiaron.

Castalio





Humildad llena de gozo espiritual.- Jval

Recuerdo, de esa anterior vida, que acostumbraba tener varios textos del fundador escritos en papeles sueltos -yo no tenía luxindex- y recuerdo que personalmente insistía con varios textos que años después de salir entendí que los repetía porque no me cuadraban ni en mi cabeza ni en el corazón y en ese esfuerzo por ajustar la conciencia a las directrices de la obra pensaba que era yo quien debía cambiar no el opus. Para muestra un botón:

"El darse al servicio de los demás es de tal eficacia, que Dios lo premia con una humildad llena de gozo espiritual"

No lo entendía y por eso intentaba infructuosamente "considerarlo" (palabras bobas), para mí el darse al servicio de los demás es caridad, como podía ser que bajáramos de categoría la caridad a un bonus track que genera gozo espiritual.

¿Caridad de la obra? En el opus solo palabras vacías,

Caridad había en los santos que conocí adentro –F., Nacho y algunos pocos- (y a pesar de la estructura),
Caridad la de las auxiliares (mil gracias por todo ese cariño)
Nosotros los n: muy ocupados llenando listas de pitables para entender algo de caridad.

Con más de 17 años afuera (y más de 17 adentro) deberíamos recordar esa época por los frutos que deberían poderse señalar y no por la aridez que realmente percibimos.

Todo árbol que no da buen fruto...

Me cabe responsabilidad: claro. No fui capaz de poner primero mi conciencia frente a la “estructura”, y me apena que en vez de enseñar Caridad enseñe a repetir frases voluntaristas y teologías de oropel.

Jval





Sé tú mismo.- Ramón

Había hecho voto de no volver a escribir en OpusLibros, pero hay casos como el tuyo o el de Lupe que me sublevan. Quería decirte alguna cosa porque tu misiva me ha llegado dentro. 

 

No voy a decirte gran cosa práctica, sino simplemente responder a lo que creo que rezuma tu carta, que es un sentimiento inducido de insuficiencia. Lo que hoy día se llama baja autoestima, pero que se da en muchos de nosotros que hemos recibido una educación católica retrógrada. Parece que nunca somos buenos, que nunca vamos a dar la talla. Si de verdad hacemos todo lo que podemos, siempre tenemos aquello de "podría hacer más si...". Si no puedes hacer algo, o nada, entonces nos corroe la culpa y el sentido a nuestra vida parece que se esfuma. Porque quien decide si eso es suficiente o no es Dios, nada menos. El Señor del Universo. Y eso es durísimo. Saber que nunca llegamos, nunca es suficiente.

 

Nada de esto es lo que quería Jesús. Jesús no ponía límites u objetivos. Cuando mandaba, decía cosas sugerentes como "dadles vosotros de comer" (no "haced milagros con panes y peces") o "vete y haz lo mismo" (en plan "ya que preguntas, so listo"). A veces, es cierto decía "déjalo todo y ven conmigo" pero no a todos y no porque sí. Lee el Evangelio sin anteojeras y verás cómo Jesús no es un banquero que pide cobrar deudas con intereses. No le pedía nada a nadie, ni siquiera a los que devolvía a la vida.

 

Desde que soy padre, entiendo mejor a Dios. Dios no nos quiere a pesar de ser como somos, sino porque somos quien somos. Dios es el Padre del hijo pródigo, que está esperando que a su hijo le entre el seso, incluso si es por interés rastrero. Es el samaritano que se compadece del caído, independientemente de su nacionalidad. Es el novio que da una fiesta. No nos quiere por lo que hacemos. Le gusta, evidentemente que hagamos el bien, pero es consciente de nuestras limitaciones personales y sociales. Tú mismo (el Opus) podrías dar todos tus bienes a los pobres, y no solucionarías la pobreza mundial. Pero a Dios le complace que intentes hacerlo... para que El pueda poner lo que falta, que es bastante. Las obras de misericordia (corporales y espirituales) son una guía de la iglesia que nos dan para que sepamos por dónde van los tiros. Hay que ver cómo se pueden llevar a cabo hoy día, de la mejor manera posible, cada uno en sus circunstancias. Siempre digo que "enseñar al que no sabe" no se ha hecho para mí.

 

Todo esto quiero decírtelo no para que te quedes tan contento y pases de todo, sino para que estés tranquilo y con tranquilidad decidas lo que quieres hacer con tu vida. Dios quiere que seas feliz. Como los pájaros.

 

Si de verdad tienes que dar consejo a otros desde una postura de acompañamiento (no de poder o autoridad), pide formación específica o busca esa formación. Abre esa veta en el Opus Dei. No todo el mundo vale, ni todo el mundo sabe escuchar, acompañar o aconsejar. Recupera el contacto con tu familia, o con quien quieras, de la forma que tú veas mejor. Lo mismo para hacer el bien. Si tienes un sueldo propio, no tendrás problemas, porque puedes perfectamente dar dinero online o hacerte socio de lo que tú quieras. Si no, tendrás que ver cómo lo haces. No hace falta tampoco que plantes cara de golpe, sino que te tienes que tomar tu tiempo y ser progresivo. Pero siempre firme. Cuando Jesús dice que viene a "traer la espada entre padres e hijos" se refiere a que el escuchar nuestra conciencia a veces puede ser conflictivo, incluso dramático.

 

Busca en internet algún recurso que te venga bien para orar, para salir del marasmo espiritual. 

 

Pero en resumen: sé tú mismo. Reconoce que eres valioso, independientemente de lo que hagas o dejes de hacer. Alaba y agradece a Dios por tu vida y por la de otros que la hacen posible. Cuida esa vida. Toma decisiones meditadas, discerniendo como dice el Papa. Busca tu felicidad.

 

Que Dios os guarde a todos

 

Ramón





Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LIII) y (LIV).- PlasticOnoBand

 

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LIII)

Con su vida contradicen la doctrina que predican

Comenzamos a comentar la carta de 9 de enero de 2018, escrita por el prelado del Opus Dei a sus seguidores.

 

Es una carta relativamente corta, doce páginas de dinA4. Parece que el actual prelado abandona la línea de cartas mamotréticas, al estilo de Álvaro del Portillo y Javier Echevarría, consciente de que estamos en una sociedad líquida (la gente del Opus Dei actual también es más líquida que hace años), con predominio de la imagen y de los textos cortos tipo twitter, en donde hay que decir las cosas brevemente porque la gente no aguanta largos textos, incluso los numerarios. Aquello de la "aristocracia de la inteligencia" parece que pasó a mejor vida, como su fundador.

 

A nivel general, podemos empezar diciendo que la carta es marcadamente autorreferencial, es decir, justo todo lo contrario de lo que el Papa espera de la Iglesia, y por tanto, de las partes de la Iglesia, una de las cuales es el Opus Dei.

 

Es autorreferencial porque ya desde la tercera línea empieza citando a san Josemaría y al congreso general electivo. La carta tiene un total de 48 citas a pie de página, de las que 31 son de san Josemaría, otra de su predecesor Echevarría y otra, autocita de él mismo.

 

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Opus Dei: Comentario crítico a una carta (LIV)

Cuando alguien del Opus Dei se decide a pedir perdón a otros, me parece que se produce algo muy bueno en su interior

Después del comentario inicial de la entrega anterior, podemos entrar un poco en el contenido de la carta. Los primeros pases son generales, de puesta en escena, con unos planteamientos teóricamente correctos a los que, nadie que conozca algo lo que es la libertad, se puede negar.

 

Nadie con sentido común y sentido cristiano puede negarse a compartir afirmaciones como las que siguen, por ejemplo: “La pasión por la libertad, su exigencia por parte de personas y pueblos, es un signo positivo de nuestro tiempo. Reconocer la libertad de cada mujer y de cada hombre significa reconocer que son personas: dueños y responsables de sus propios actos, con la posibilidad de orientar su propia existencia. Aunque la libertad no siempre lleva a desplegar lo mejor de cada uno, nunca podremos exagerar su importancia, porque si no fuéramos libres no podríamos amar”.

 

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Comentario crítico a una carta III - IIIIV - VVI - VIIVIII - IX - XXI XII - XIIIXIV - XVXVI - XVIIXVIII - XIXXX - XXIXXII - XXIIIXXIV - XXVXXVI- XXVIIXXVIII - XXIXXXX - XXXIXXXII - XXXIIIXXXIV - XXXVXXXVIXXXVIIXXXVIIIXXXIXXL- XLI- XLIIXLIIIXLIVXLVXLVIXLVIIXLVIIIXLIXLLILII

 

 




 

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