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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 16 de Julio de 2018



No se va de mi memoria (VII).- Dax

Los años en España, desde mi pitaje hasta mi emigración, fueron cinco. Como había pitado recién cumplida la mayoría de edad, esos años abarcaron todas mis incorporaciones temporales, salvo la última. Era el único que tenía que renovar en el centro, en aquellos años. No vaya a ser que me fuera, y a pesar de estar en un centro de agregados, aquellos diecinueves de marzo se organizó Misa de medianoche y resopón. Nada más salir de la Misa, era llamado al despacho del director:

- ¿Has renovado?...



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¡En agua pura no nacen peces!.- Pouis

Que en la Obra hay que ir a la Santa Misa a diario es cierto… pero a SU Misa. Para todos aquellos que viven en un Centro, o que lo tienen “a mano”, para todos los que están en grandes ciudades o tienen horarios “flexibles” es fácil elegir una Iglesia donde “convenga” ir a Misa. Pero no todos lo teníamos igual de fácil.

En mi colegio, antes de pitar con 14,5, iba a misa diariamente. Eran unas celebraciones entrañables. Los que asistíamos a diario rodeábamos el altar, cantábamos, comulgábamos con las dos especies, había fervor y mucha alegría. Al pitar, lenta y progresivamente cambias a misas “más convenientes”, a SUS Misas. Los ritos cambian, el idioma cambia, todo cambia… Y aquí comienzan los problemas.

En mi club no había Misa a diario, pues solo venía el sacerdote los fines de semana, y esto era un problema. Los numerarios no teníamos mucho dónde elegir. A mi colegio casi era un sacrilegio ir, no convenía. En la parroquia del Carmen eran muy modernos y no tenían reclinatorios, no convenía. Otras iglesias estaban lejos. Otras no tenían horarios que permitiesen llegar en hora a clase… o no te permitían desayunar antes de ir al colegio, o eran demasiado pronto y hacer la oración antes era madrugar demasiado para los 14 años que teníamos. Así que, en general, íbamos por la tarde los que no podíamos por la mañana. ¿Y dónde íbamos? Había una predilección por ir a la Catedral. A la misa que oficiaba un sacerdote en concreto. ¿Qué tenía en particular? Este sacerdote no daba la comunión a los que querían tomarla de rodillas, mandándote levantar. Pues era precisamente ahí donde íbamos… y cuando llegaba el turno nuestro NO NOS LEVANTÁBAMOS. El tema era provocar. Una pequeña provocación de una pandilla de chavales mal educados (o sea, nosotros, los numerarios). Era nuestra guerra particular por los ritos y maneras que nos enseñaban.

En raras ocasiones no podía ir a misa en todo el día, se me pasaba la hora (mala organización y no había mucho donde elegir) y entonces debía buscar un sacerdote que me diese la comunión a deshora. No fue una sola vez, y el sacerdote en cuestión, de cualquier parroquia, siempre se mosqueaba por la extraña petición ¡comulgar fuera de la Misa! Y eso sin estar en peligro o enfermo.

Acabo de escuchar una frase de filosofía ZEN:

“En agua demasiado pura no nacen peces”

Eso creo que pasa en la Obra, tanta escrupulosidad en las normas, tanta exactitud, tanto control de minutos en oración, lecturas, cilicios o misterios y jaculatorias, tanto rito, que al final uno pierde lo importante… hablar con Dios como con un hermano, como con un padre.

Pouis



Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXXIII) y (XXXIV).- PlasticOnoBand

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXXIII)

¿Dónde coño está la razón de ser que justifique la existencia de la prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei?

Hemos hablado en el artículo anterior del problema institucional del Opus Dei, que arranca desde tiempos del fundador, o lo que es lo mismo, que en mi opinión, san Josemaría fundó mal el Opus Dei, se equivocó al dar forma o diseño a la institución que era necesaria para hacer permanecer en el tiempo el carisma que él había visto, del cual hemos comentado también, no era algo aislado, sino parte de la acción del Espíritu Santo, que a través de los siglos, va dirigiendo a la Iglesia y va suscitando nuevas formas o modos de vivir esa única vocación a la santidad que todos tenemos.

 

El carisma del Opus Dei es uno más de esos carismas que han abundado tanto en los últimos doscientos años de historia de la Iglesia. Uno más. Todos ellos tienen en común el recuerdo a toda la Iglesia que la santidad no es cosa exclusiva de curas o monjas, sino también de los laicos. No en vano, actualmente el 70% de los santos canonizados son curas o monjas, lo cual no responde correctamente a Efesios 1,4 y otros pasajes de la Sagrada Escritura en los que se ve claro que Dios nos llama a todos a la santidad, y no solo a quienes han recibido una consagración añadida a la del bautismo.

 

Artículo completo  

 

 

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Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXXIV)

¿Cómo se te pone el cuerpo si te digo que el presidente general del Opus Dei se gasta el dinero que tú aportas con sacrificio, en marquesados?

Ayer nos quedamos en el comentario a unas cuantas extravagancias relativas a la fundación del Opus Dei. En el Opus Dei piensan que todo en su institución es divino. No saben distinguir entre carisma e institución, lo cual les imposibilita para ser críticos con las cuestiones fundacionales anacrónicas, que deberían reformar para dar alas a su propio carisma. A mi modo de ver, el principal responsable de este error es Álvaro del Portillo, al haber tenido un cerebro de mosquito y un fanatismo radical que le impidió hacer las pertinentes reformas en el momento en que más necesarias eran y con las cuales se habría creado un sabio precedente de distinguir lo divino de lo humano, y poner lo humano cambiante al servicio del carisma, que sí es de Dios.

 

Vamos a ver ahora cinco temas en los que puede verse el delirio de extravagancia que fluía por el cerebro del fundador. En este artículo veremos el primero: la controvertida rehabilitación a su nombre del marquesado de Peralta, algo que pesará sobre la historia del fundador del Opus Dei y del mismo Opus Dei, hasta que este desaparezca de la faz de la tierra, e incluso después, cuando se estudie la historia de esta institución en los correspondientes manuales. 

 

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Comentario crítico a una carta (I) - Comentario crítico a una carta (II)

Comentario crítico a una carta (III) - Comentario crítico a una carta (IV)

Comentario crítico a una carta (V) - Comentario crítico a una carta (VI)

Comentario crítico a una carta (VII) - Comentario crítico a una carta (VIII)

Comentario crítico a una carta (IX) -  Comentario crítico a una carta (X) 

Comentario crítico a una carta (XI) - Comentario crítico a una carta (XII)

Comentario crítico a una carta (XIII)Comentario crítico a una carta (XIV)

Comentario crítico a una carta (XV)Comentario crítico a una carta (XVI)

Comentario crítico a una carta (XVII)Comentario crítico a una carta (XVIII)

Comentario crítico a una carta (XIX)Comentario crítico a una carta (XX)

Comentario crítico a una carta (XXI)Comentario crítico a una carta (XXII)

Comentario crítico a una carta (XXIII)Comentario crítico a una carta (XXIV)

Comentario crítico a una carta (XXV)Comentario crítico a una carta (XXVI)

Comentario crítico a una carta (XXVII)Comentario crítico a una carta (XXVIII)

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Comentario crítico a una carta (XXXI)Comentario crítico a una carta (XXXII)

 




 

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