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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 15 de Junio de 2018



No se va de mi memoria (IV).- Dax

En efecto, pité a una semana de acabar el año 2000, tras la Misa del gallo en el centro, mientras los demás veían una película. Había pedido la admisión dos días antes y el subdirector me había dado el teléfono para llamar al director, P.F., que estaba de curso anual. Nunca olvidaré sus palabras al otro lado del auricular:

- Que sepas que la vocación es de Dios, es sagrada y es para toda la vida. Hablamos a mi vuelta. Es para toda la vida…



(Leer artículo completo...)




¡Mi primer EX!.- Pouis

En el mundo corriente, cuando uno habla de EX habitualmente se refiere a la expareja. Mientras estuve en la Obra los EX eran los ¡INNOMBRABLES! Habíamos tenido, casualmente (¿casualmente?) una meditación sobre perseverancia y fidelidad. Era terrible la condena de infierno que nos esperaba si dejábamos la Obra (o esa es la idea que a mi me quedó). El fuego eterno era poco para quien se fuese (recuerdo que teníamos 14 o 15 años) Pero ¡tranquilos!, ¿quien se querría marchar de un Paraíso en la Tierra como era nuestra Casa?

Mi ciudad era muy pequeña, era muy fácil tropezarse con alguien en la calle y ¡ZAS!, mientras caminaba con el director del Club, nos encontramos con un numerario que se había ido a vivir a Aralar y ¡que iba de la mano de una chica! Para más INRI, ese numerario era hijo de supernumerarios, su hermano también era numerario (y mi mejor amigo, fue el que me llevó al club por primera vez). Me quedé estupefacto y el director me dijo “Pobre J., tenemos que rezar por él para que no se condene”. También me dijo que no hablase del tema ni con su hermano (mi amigo) ni con nadie, para evitar “sufrimientos”. Con mis años me impresionó muchísimo este hecho, ¡CONDENADO TAN JOVEN! ¡Qué juicios más gratuitos sobre los demás!

El tiempo me enseñó que eso no era infrecuente, al contrario, era muy muy común. Si las “fugas” se hablasen más claramente es posible que hubiese menos vocaciones, pero las vocaciones probablemente serían más consistentes. De mi entorno de aquella época, un 90% nos fuimos (y los 2 que siguen “tiempo al tiempo”).

Lo de la “caridad cristiana”, para quienes se van, queda muy bonito en los papeles, pero de ahí no pasa. Afortunadamente te das cuenta que se puede ser muy feliz fuera de la Obra y que también uno puede “intentar salvarse” si es lo que desea.

Pouis





Una petición.- Agustina

Recibo el siguiente correo de un gran amigo personal y de Opuslibros (fue numerario) que me hace una petición que hago extensiva a todos. Si alguien ve alguna posibilidad de echar una mano a esta mujer, que me envíe un email a oreja_de_guardia@opuslibros.org y les pongo en contacto. ¡Gracias!

Agustina L. de los Mozos


Una señora quiere trasladarse a Madrid, porque tiene varios hijos que están acabando los estudios en el extranjero y
querrán a volver a España y buscar trabajo. Van y vienen, y ella quiere estar cerca de Barajas.

Necesita encontrar trabajo ahí, aunque sobre eso no te pido nada. También precisa de una habitación. ¿Tú conoces a algún matrimonio mayor, o señora mayor o algún piso de chicas o señoras que trabajen, donde pudiera ella alquilar una habitación? Lo ideal sería un par de habitaciones, pero de momento se arreglaría con una.

No hay ningún problema con ella. Es educada y católica practicante (fue supernumeraria hasta hace poco).

Gracias por adelantado y un abrazo.





El Malthus de la espiritualidad.- El Cid Campeador

He estado leyendo aportaciones anteriores y me he encontrado un artículo de Stoner sobre el proselitismo y el número de vocaciones que deberíamos conseguir cada año.

Encuentro la cuota más baja en una tertulia del 2-II-1960 en que establecía una captura de al menos una nueva alma por año por persona: no podéis quedaros tranquilos, si cada año no lográis, al menos, una vocación cada uno. En otras oportunidades era más exigente: siempre os he dicho que cada uno -después de encomendar las cosas al Señor- debe procurar provocar por lo menos dos vocaciones al año. E incluso había momentos en que había quintuplicado la meta: ninguno de mis hijos puede estar tranquilo, si no trae cada año cuatro o cinco vocaciones que sean fieles.

Supongo que todos conoceréis la leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo. Para aquellos que no la conozcáis adjunto un link a esta interesante historia que nos muestra el poder de las funciones exponenciales:

https://matematicascercanas.com/2014/03/10/la-leyenda-del-tablero-de-ajedrez-y-los-granos-de-trigo/

Con lo de conseguir una vocación cada año pasa lo mismo. Con un sencillo cálculo constatamos que, en caso de que cada miembro de la obra consiga una vocación anualmente, el número de miembros al cabo de un año sería de dos (dos potencia de uno), a los tres de ocho (dos potencia de tres), a los diez años sería de 1.024 (hay que elevar dos a una potencia igual al número de años).  Una cifra razonable.

El problema es que a los 20 años el número de miembros ya superaría el millón y a los 25 años los treinta y tres millones. En el año número 32 -verdadero celo apostólico-  estaríamos a punto de alcanzar la población mundial, que superaríamos, ante la sorpresa del Santo Padre y la incredulidad del redactor-jefe del Anuario Pontificio, en el año 33. Un verdadero milagro.

A los 90 años de vida que tiene el Opus Dei el número de miembros -para que esos miembros pudiesen estar tranquilos- debería ser de 2^90, es decir:

1.237.940.039.285.380.000.000.000.000*

*No lo corrijo con la esperanza de vida de los miembros ya que la cifra es tan absurda que trillón más, trillón menos ¡qué más da! Si total, vamos a bulto, “a lo que salga” como diría Gervasio.  Además,  calculo con el mínimo de una vocación al año, no con dos o cinco.

Conclusión: el fundador no conocía la historia del tablero de ajedrez y el grano de trigo. No tiene sentido pedir a cada miembro que traiga una vocación anual (doblar anualmente el número de miembros), lo que implica un crecimiento exponencial, muy superior al crecimiento de la población mundial. Deberíamos respetar los principios de harmonía y de linealidad (natura non facit saltum) propuestos por Leibniz.

Con esto solo quiero mostrar que en el Opus muchas veces se piden cosas que no son posibles. Ya sé que ‘Dios + dos + dos’ no son cuatro. Sin embargo, se presiona a los miembros hasta extremos absurdos provocando una desazón que es causa de muchas dolencias. Esto es solo un ejemplo de peticiones insostenibles a los miembros por parte de directores encerrados en una casa con piscina y pista de tenis. Peticiones insostenibles desde lo económico a lo espiritual (siempre he pensado que muchos supernumerarios no pueden llevar el plan de normas que se les exige, es sencillamente imposible, y al final no hacen nada; no es lo mismo que para los numerarios). No puedes estar tranquilo hasta que...  Y claro: un desastre.

Me aleja mucho del Opus este dogmatismo apodíctico, que no permite discusión alguna. La vida es un problema, no un dilema, que invita a la reflexión.

El Cid Campeador





Opus Dei: Comentario crítico a una carta (VIII).- PlasticOnoBand

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (VIII)

Se podrá ocultar la verdad a algunas personas durante algún tiempo, pero no siempre y a todos

Falsificar la historia es dificilísimo. Siempre sale algún Suetonio que canta. Y en la era de Internet, en la aldea global, canta demasiada gente, cantamos todos.

 

Empezamos ayer a hablar de la página web OpusLibros.

 

Hoy día, es una página muy visitada, seguramente más que la propia página web de la prelatura. Hay en ella una cantidad ingente de material que los directores del Opus Dei ocultan.

 

 

Articulo completo en Diario Siglo XXI

 

 

 

Comentario crítico a una carta (I)

Comentario crítico a una carta (II)

Comentario crítico a una carta (III)

Comentario crítico a una carta (IV)

Comentario crítico a una carta (V)

Comentario crítico a una carta (VI)

Comentario crítico a una carta (VII)




 

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