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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 23 de Marzo de 2018



Si te ven decidida, se te hará más fácil el proceso.- Dax

Querida Luceroforever, no me resisto a contestar en un par de líneas a esa bella declaración de intenciones con que te presentabas el otro día. Por los paralelismos que intuyo con mi propia salida (y con la de muchos otros) me gustaría, glosando los puntos de tu correo, compartirte mi experiencia. Si me fuera de nuevo, algunas cosas las volvería a hacer exactamente igual, de otras me he arrepentido a posteriori. Aquí te dejo un par de comentarios. Por si te sirven.

Dices “Oxigenar el ambiente”. Si te ves con fuerzas, no lo dudes. Se ve que sientes mucho aprecio por algunas de las que viven contigo. Es normal. Por muy fanatizadas que puedan llegar a estar, en muchos casos quienes viven en los centros tienen un gran corazón. Quiérelas. Escúchalas (si se dejan). Sonríelas. Si tienes el don, hazlas reír. Oxigena lo que puedas.

Hacer las cosas bien. Bravo por ese propósito. También yo lo quise así. Eso me llevó a estar un año "saliéndome". Fue doloroso, me quedé apenas sin fuerzas. Pero valió la pena hacer las cosas "bien", me quedé con la conciencia bien a gusto. Nunca me he arrepentido de hacerlo así, respetando los plazos, echando el resto. Ahora bien, si lo tuyo es - como parece - una decisión de conciencia, NO DUDES. Al menos de puertas para afuera. Que no te vean dudar. Firme. Segura. Aunque por dentro te asalten mil miedos. No pasa nada, es normal. Pero no dejes un resquicio por donde puedan hacer palanca. Yo lo pasé fatal porque, aunque lo tenía claro y lo llevé a cabo, los miedos (normales, humanos) y las dudas (debidas a veneno de años) me asaltaban con frecuencia, y como creía que era honrado hacerlo, lo contaba al que llevaba mi charla y al director de sm. Creo que eso alargó mi proceso, y aunque no llegué a dar un paso atrás, me tambaleé. Si te ven decidida, se te hará más fácil el proceso. Y tendrán menos armas para ejercer esa presión psicológica que temes. De tu decisión solo tienes que dar cuenta ante Dios. Y los demás... Que piensen lo que quieran. En su día me ayudó mucho el ejemplo de la renuncia de mi querido Benedicto XVI.

El cariño a las que se quedan. Es inevitable. Como comentaba en mi primer escrito, sigo en contacto con los del último centro por el que estuve. En general son tíos estupendos, y nunca me han echado en cara nada. Ni yo a ellos. Más allá de las ideas, somos personas. Por muchas trabas y reglas y costumbres que nos (im)pongan, tenemos corazón, queremos a la gente que tenemos cerca. Es normal. El paso del tiempo te dirá quiénes de las que se quedan son capaces de ver la persona antes que la institución. Alguna se llevará un disgusto. Pero será más con el opus que contigo. Y si contigo... Bueno, no olvides que eres la única responsable de tu felicidad. Como las demás.

Empezar de cero. Es duro. Pero: descubrirás, posiblemente, un apoyo incondicional de tu familia y amigos como no lo habrías imaginado. Y eso es una cosa muy muy bella. Y más cosas. Ya las verás. Ánimo, y un fuerte abrazo.

Dax





Gracias a Agustina y contestación a respuesta a Luceroforever.- Solitudine

Gracias a Agustina por la publicación de las clases del curso de estudios. Menuda manipulación en todo el contenido pero sobre todo en la parte de las respuestas para la captación de las nuevas vocaciones.

Por otro lado Lucero, yo te aconsejaría tranquilidad. De verdad mucha tranquilidad. Si quieres irte, primero asegúrate el futuro. No sé si tienes estudios, o qué tipo de trabajo encajaría contigo. Pero no des un paso en falso por la cuestión económica. Si quieres pídele a Agustina mi correo y te puedo asesorar en algunas cosas. Yo he tenido mucha precaución y aunque no vivo como se vive en un centro, que no te falta de nada económicamente hablando, me defiendo y llego a fin de mes. 

No tengas miedo a nada. No te vayas enfadada con todo el mundo porque no conseguirás nada. Una cosa es hablar claro y otra enfadarse para siempre. El enfado lo puedes mostrar aquí a Dios gracias, porque aquí hay libertad. Pero con las personas que vives, aunque luego muchas te darán la espalda, no te enfades. Y sobre todo no te precipites aunque estés en fase de bomba a punto de explotar. Yo lo estuve y no me sirvió de nada. Cuando me calmé después de todo lo vivido, y vi que me tenía que ir, lo hable donde tenía que hablarlo. Te darán largas pero si te ven firme te harán caso. Uno en esos momentos está muy solo. Por eso si necesitas ayuda, puedes escribirme. Te llevaras una sorpresa. Con todo cariño y saludos a la peña

Solitudine





Historias de Terror y de Dolor (I).- Salypimienta

Historias de Terror y de Dolor (I)

 

Cuando comencé a escribir la serie “Supernumerarios: Vivir en la Calle de la Amargura” ni sabía en dónde iba a terminar y mucho menos pensaba que esa serie destaparía la caja de Pandora. A lo largo de este tiempo me han llegado algunas historias cuyos protagonistas me han pedido o que las cuente o que las publique en su nombre.

Los relatos que me han enviado son historias espeluznantes, por lo dramáticas. Es increíble que en la era de los derechos humanos y la lucha por la equidad pasen estas cosas.

Desde luego que me presto a contar o publicar esas historias, nadie debería de pasar por lo que pasamos. ¡¡¡NADIE!!!

Evidentemente el nombre de todas las personas que aparecen en los relatos ha sido cambiado al igual que sus países de origen (para confundir un poco y que no quieran tomar represalias).

 

LORENA

Me hice supernumeraria porque no pude seguir aguantando la presión por parte de mi esposo. Él se había hecho supernumerario pocos años atrás, cuando comenzó a trabajar de maestro en una escuela de la Obra...



(Leer artículo completo...)




El apostolado de pedir.- Pepito

Ese documento interno que habéis publicado es una joya. Por de pronto, nos enteramos de lo mucho que “sufrió” el santo varón en sus largas y tozudas intrigas para quitarse de encima a la Congregación de Religiosos. Vemos también en ese texto cómo se pasa de puntillas sobre el tema del “bienestar y la justicia social” y se lo remata con aquello de lo que “se nos dará por añadidura”.

Pero para mí la gran novedad es el capítulo “El apostolado de pedir”. Yo conocía de antiguo la consigna de “El apostolado de no dar”, que ya cuando estaba en la cosa me parecía bastante cutre, impropio de gente que dice practicar “el apostolado de la amistad” y, para los que aún vivíamos con nuestras familias (las que ellos llaman “de sangre”, término un tanto veterinario), una especie de aviso de “no esperes que te invitemos a merendar”. Pero esta novedad bate récords y me parece una clara manifestación de la famosa “santa desvergüenza” (o simplemente “santa jeta”); con ella, al igual que se santifica el trabajo, se santifica el sablazo: “¡Oiga, amigo, ha tenido Vd. la suerte de ser seleccionado para dejarse meter la mano en la cartera!”. Y encima dicen que el dinero es para “las labores de promoción social que desarrolla la Obra en el mundo”. ¡Vaya caradura!

Pepito





Piedad, creencia y fe.- Ramana

A raíz del comentario de pasada que realiza en su último escrito del 19 de marzo nuestra querida Pasiva sobre que al abandonar dejar la Obra escribariana no dejó de amar a Dios, creo conveniente volver a insistir en no caer en ese pequeño síndrome de Estocolmo y su rejalgar añadido.

Con todo el cariño, lo que le preguntaría a Pasiva, o a cualquiera de nosotros, es si en su paso por la Secta amó verdaderamente a Dios, o más bien a un “dios” hecho a imagen de Escriba (¡tela marinera!), construido a base de infatuación, miedo, hipocresía y mentiras. No pongo en duda la rectitud de intención de la gente de Casa, ni de que dentro, como aquí se dice siempre haya “gente buena”, sobre todo entre la clase de tropa, aunque por los maravillosos relatos de Salypimienta y Lupe ya sabemos también del grado de fanatismo de algunas hipernumerarias.

Ya que este año es el centenario de ese sabio maravilloso que se llama Raimon Panikkar, cuya relectura recomiendo explícitamente en estas páginas, me gustaría recordar cómo él discernía entre creencia y fe. Lo primero es una actitud infantil en que alguien hace dejación de su inteligencia y se “cree” una serie de historias o consignas por algún tipo de argumento de autoridad, tradición o apego familiar: poca gente supercreyente se para a pensar en que si hubiera nacido un poco más a la derecha o al sur del mapa seguiría con idéntico entusiasmo o fanatismo otra creencia que ahora le resulta absurda. Por cierto, como bien sabemos todas las religiones se nos antojan profundamente pintorescas… excepto la propia.

La fe, en cambio, es un encuentro personal con el misterio, con lo sagrado, no una mera aceptación de dogmas y conductas morales o prácticas piadosas (las que sean). Y a propósito de la piedad, ¿os habéis fijado que el Opus Escribae sustituye la fe por la piedad y por la defensa de un orden moral y, a menudo, político, casi siempre asociado a la derecha ultraliberal? Pocas veces veréis a un opusiano hablar de Dios, o mejor, trasmitir en sus obras que es un verdadero cristiano, una persona espiritual; al contrario, le veréis haciendo muchas normas de piedad y, en ocasiones y según con quién, dando “doctrina”, es decir defendiendo algunos postulados (no todos) dizque católicos: aborto, divorcio, no al matrimonio homosexual, etc… pero, ¿en eso consiste ser católico?

Por eso, querida Pasiva, queridos todos, jamás les demos ese argumento: son ellos los que nunca han amado a Dios, porque la Obra no te enseña a amarlo, a transparentarlo, a vivenciarlo; al contrario, te enseña a mentir, a doblepensar, a no querer a nadie, a abandonar a tu familia y amigos, a instrumentalizar esa amistad, a vivir una vida gris y mediocre, a no dejar poso, una vida estéril y tibia, esa que, según el Apocalipsis, “será vomitada”.

Un abrazo muy grande para todos y Buona Pasqua

Ramana 





Intento de recuperación de la figura de Panikkar por el OD.- Le Plumitive

El intento de recuperación de la figura de Panikkar por parte del Opus Dei

El sabio catalán escribió una de las más inteligentes críticas sobre "la teología del Opus Dei

 

(Victorino Pérez Prieto).- Una de las primeras publicaciones hechas este año 2018 ("Año Panikkar") acerca de Raimon Panikkar, fue "El día que Panikkar va demanar perdó" de R. Balmes (La Vanguardia, 7 de enero). El pequeño artículo pretendía probar que tras sus "turbulentas" relaciones con el Opus, en los últimos años Panikkar parece que quiso volver al seno del Opus Dei y la legalidad eclesiástica, conculcada por el hecho de seguir ejerciendo como sacerdote católico a pesar de haberse casado. ¿Cuál sería la razón de tan madrugadora publicación?

¿Acaso un intento de recuperación de su figura en este año panikkariano por parte de una institución que parece lo había eliminado de todos sus registros durante cincuenta años, desde el día en que Panikkar la abandonó en los años 60 del pasado siglo, tras haber pertenecido dos décadas a ella -como hemos dicho en un post anterior-, y en los que su vida discurrió por caminos bien diferentes?

Un bloger comentó poco después este artículo en un post ("El día que Panikkar pidió perdón, y volvió a casa"), hablando de "la alegría inmensa" que tuvo al leerlo, pues el final de Panikkar correspondería a lo de una vieja letrilla española: "La ciencia más acabada/ es que el hombre en gracia acabe,/ pues al fin de la jornada,/ aquél que se salva, sabe,/y el que no, no sabe nada". Habría que preguntarle qué entiende él por "salvación" y si coincide con esa pésima teología que habla de un Dios que "manda a las almas al infierno" si no cumplen determinadas normas estipuladas por una institución...

Artículo completo en Religión Digital

 




 

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