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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 30 de Mayo de 2018



¿Aplicará la Prelatura las nuevas directrices de protección de datos?.- Flanpan

Me imagino que como muchas otras personas y entidades, la Prelatura que tiene gran implantación en Europa, se aplicará las nuevas directrices comunitarias en materia de protección de datos de las personas físicas.

Deberán tener en cuenta que los datos que han manejado y manejan, que incluyen temas de creencias, religión, comportamiento sexual y cosas de similar calado, son los de mayor grado de protección y mayor gravedad en las sanciones en caso de incumplimiento.

En teoría deberían escribirnos a todos los ex, para informarnos de los datos sensibles que aún puedan guardar, y preguntarnos si consentimos o cedemos a su mantenimiento. Y en caso de no contar con nuestro consentimiento explícito, deberían organizar una gigantesca hoguera para quemar todos esos informes, incluido el libro ese con datos de los obispos que más de una vez se ha mencionado en OpusLibros.

Por favor si nos lee algún director u oficial de esos que custodian esos posibles archivos secretos, estaría bien que nos contara que hay de todo esto. ¿Siguen existiendo informes de conciencia de los que se fueron? ¿Dónde se guardan? ¿Se ha digitalizado toda esa información? ¿Se destruye todo lo relativo a las personas que se marchan?

Las sanciones en caso de incumplimiento pueden ser cien millonarias.

Flanpan



Cursos anuales de agregadas en el extranjero (y V).- Fernanda

Después de la experiencia romana, decidí que no volvería a un curso de estos salvo que tuviese garantías de cierta calidad y posibilidad de descanso.

Me ofrecieron ir a Zurich o a Ginebra, no recuerdo. También algún plan de los de Bélgica. De esos cursos ya me había informado. Residencia universitaria en el centro de la ciudad. Limpieza al levantarse. Habitaciones compartidas de tres. Plan: turismo por las calles de la ciudad, ninguna posibilidad del baño reparador en alguna piscina o de algún deporte despejante. Lo demás, como siempre. Decidí no ir. Hacía mis cursos anuales en cómodas casas de España y después me iba a la playa en la ciudad donde vive mi familia.

Por mi trabajo, después de estos cursos anuales, pasé un mes en una universidad Británica y me divertí mucho además de vivir en otras condiciones. También viajé a otras de Europa. Viajes interesantes, tranquilos y con una forma de vivir de calidad muy diferente a la de los cursos anuales descritos.

Aunque estos viajes míos eran de trabajo y el curso anual se supone que es “para descansar cambiando de actividad”, resultaban mucho más placenteros y tranquilos los de mi trabajo. Por tanto, decidí que viajaría por mi cuenta, por mi trabajo o por lo que fuese y así siempre dejaría una plaza para otra persona que pudiese disfrutar más que yo de ese tipo de cursos anuales.

Esta es mi experiencia. Creo que refleja algo que se ha ido modificando y que no se ha contado en estas páginas.

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Reestructuración para tapar salidas y falta de entradas.- Florián

Estimado Septiembre,

Muchas gracias por leer con interés mi escrito del Lunes 21. Dices en tu entrada: “El centro de Madrid se ha llenado de oficinas y gente mayor”. Esa es la versión oficial, que nadie con dos dedos de frente se la cree. Basta con fijarse en algún ejemplo: el famoso club de una bocacalle de Serrano que cerraron, si te paseas por esa zona de Madrid, podrás comprobar que hay bastantes colegios y que en las iglesias de la zona hay niños, adolescentes, jóvenes, matrimonios, etc. Pasa lo mismo con aquella escuela de fútbol que tenía un caballo como logo. “Irse a la periferia donde viven más matrimonios jóvenes con hijos en el cole” es también una frase muy institucional. Se pude traducir por: “irse cerca de los coles que no son, pero que son, donde queda alguna familia afín y alguna otra que no conoce nada para intentar captar ahí, ya que en los sitios donde otros movimientos o instituciones tienen gente es imposible pescar”.

 

Sería interesante estudiar por qué las familias católicas españolas huyen del Opus Dei y prefieren ir a formarse y a hacer vida en comunidad en parroquias u otros movimientos como: Emaús, Hakuna, Discípulos, Congregaciones marianas, MFC, etc. Pero eso es otra historia. También sería interesante completar el estudio con una segunda parte identificando las razones por las que cada vez más supernumerarios y cooperadores, llevan a sus hijos a las parroquias (principalmente las que tienen el movimiento Hakuna) y no quieren que vean el club ni en pintura.

 

Desde finales de los 90 no han parado de cerrar centros de san Rafael en Madrid: en el Bernabeú, en José Abascal, en Aluche, en Covarrubias, en Cea Bermúdez, en Parque de las Avenidas, el llamado Castel, en Ciudad Real, en Toledo, en Segovia, en Tres Cantos y alguno más que se me escapa... por no hablar del centro de estudios. Recuerdo cuando cerraron el de José Abascal, se leyó a todos una carta, firmada por PAdeT y titulada “Reestructuración de la labor”, explicando que la redistribución de centros y numerarios impulsaría la labor y pitarían miles de chicos. Estaría bien que recuperen esa carta y vean el actual panorama. Hay muchos miembros (antes socios) muy cansados de “reestructuraciones”, “reorganizaciones”, “remodelaciones”, etc., utilizadas para tapar la inmensa salida de numerarios, agregados y supernumerarios y no asumir la falta de pitajes.

 

Cuánta razón tenía aquel vocal de san Rafael que se fue de la calle Riscal… y cómo le pusieron a caldo… Pregunto a los viejos del lugar que leen OpusLibros, ¿y no tendría razón?

 

Florián




 

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