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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 14 de Junio de 2019



En el Opus no ven a la persona, ven al engranaje.- Peaks

No puedo decir que mi tiempo en el Opus haya sido lo peor de mi vida, de hecho, siempre me trataron bien porque siempre hice lo que esperaban de mí. Mea culpa por siempre querer quedar bien con los directores. En el momento en que dejé de ser ese numerario abnegado y obediente me di cuenta de lo decepcionados que estaban de mi y gracias a Dios también me di cuenta de lo decepcionado que estaba yo de ellos. En el Opus serán buenos contigo, con una gran calidad humana y cariño mientras tu sigas luchando por quedar bien, por atender bien el club, por sacar muchos círculos, por atender supernumerarios, por hacer que los niños piten, etc.

Asi como ese parentesco espiritual viene del Padre, es obvio que estos vicios vengan desde el Padre. Hace años leí en esta misma página una carta de una exnumeraria al Padre, explicándole porqué no le podía llamar Padre. Pienso igual. El Padre no es Padre porque no se preocupa como Padre, por más que los directores de la delegación inventen que el Padre te encomienda, es mentira. El Padre no me felicitó cuando me gradué de la universidad, no me felicitó cuando me titulé con mención honorifica, no me felicitó cuando pité, no se preocupó por mi cuando tuve una depresión tan profunda que dejé de comer y dormir, es más, ni él ni ningún director notaron las ojeras que traía, ni siquiera se enteró cuando murió mi madre ni mi abuelo, mucho menos me encomendó. Mi verdadera familia, la de sangre, esa si se comportó como familia.

La única ocasión en que supe que el Padre me “mandaba decir algo” fue cuando estaba pensando en dejar la Obra: un director de la delegación me buscó para decirme que “el Padre te manda decir que confíes en los directores”… que confié en ellos, después de haberme dado cuenta de cómo me mintieron para ser lo que ellos querían que fuera, ¿cómo confiar ahora en lo que según ellos el Padre me mandaba decir? “El Padre está muy decepcionado de lo que le escribiste”, “El Padre está muy contento por los avances que has dado”, “el Padre te manda decir que confíes en nosotros” … El Padre nunca supo de mí, ni sabrá. Y como cascada, es la misma actitud que tienen los directores con cualquier numerario.

Mientras seas lo que ellos quieren que seas, les da igual cómo te encuentres. Da igual si estás contento en el centro o ciudad en la que estás, y les da igual si te cuesta o no cambiarte de lugar. Les da igual si estás deprimido o no, mientras bajes a la Oración de la mañana. Las únicas veces que vi, por ejemplo, que se preocuparan por alguien a quien se le moría un familiar, era cuando se trataba de un pitable, porque con ese hay que quedar bien.

Antes de llegar al final de esta cascada de deshumanización, tenemos al numerario, que por ser lo que esperan de él (o lo que le dicen que Dios espera de él) termina anulando su personalidad y se vuelve un usuario mas de frases trilladas (te encomiendo, encomendamos, ¿haz pensado que Dios te quiere decir esto…?, ¿Cómo vas con tu plan de vida?, Te propongo un plan, Qué has visto en la oración?), se viste como todos los demás numerarios, hace planes igual que los demás numerarios, etc. Y esto es porque una vez anulada su personalidad, imitará a los que llegaron antes, que para empeorarlo todo, hicieron lo mismo, por eso todos los centros son iguales, por eso todos los numerarios son iguales, porque se quedaron estancados en los años 20’s. Y es mentira que el Opus Dei no quiera cambiar la forma de ser de los demás, porque en cuanto andes por el centro con una T-shirt te cae una corrección, o si no te fajaste la polo, o si te desabrochaste el segundo botón de la camisa. Todo es motivo de escándalo si no eres igual a los demás.

¿Cuándo se llega al final de la cascada? Cuando vemos a muchachos de San Rafael disfrutando los planes, pero ni locos haciéndose numerarios, porque no se identifican con ellos, y esto seguirá creciendo, porque por lo menos desde que Ocariz fue elegido, el Opus Dei dice que está cambiando las formas, pero solo de dientes para afuera. Ojalá algún día dejen de preocuparse por parecer humanos y realmente serlo.

Peaks 





Acerca de la deriva sectaria de comunidades religiosas.- Erpayo

Adjunto enlace a un documento titulado “Los riesgos de la vida religiosa”, un análisis del Prior General de la Gran Cartuja acerca de la recurrente “deriva sectaria” de muchas comunidades religiosas, especialmente de las más recientes que se presentaban como “el futuro de la Iglesia”. 

 

Son 180 páginas, pero ya desde el principio se ve cómo describe tantas prácticas que se dan frecuentemente en la Obra. Es un documento en el que se ve que quien escribe sabe del tema y ha sido testigo directo de los mecanismos que entran en acción y los estragos que provocan.

 

Erpayo





Recuerdos del Herrando y Rafael Solís.- Pez

Extraordinario artículo el de Madurez de este pasado miércoles 12 junio sobre el "finado" (a efectos opus) Ramón Herrando. No le arriendo la ganancia. A Herrando, digo.

Os contaré dos anécdotas de opuesto carácter sobre estos altos cargos del Opus-España. La de D. Rafael Solís, recién pitado, me lleno de admiración ante el buen hacer y la calidad humana de los directores de la Comisión y contribuyó a afianzar mi "vocación" y mi confianza ingenua en los directores. La de Herrando, al contrario, cuando ya llevaba yo años de durísima y entregada labor y fue un fuerte aldabonazo para despertar del oscuro sueño del lado oscuro.

Conocí a Ramón Herrando cuando se encargaba de los agregados de España y yo era director de hecho de un numeroso centro de agregados. Era un numeroso grupo de muchachos y profesionales ejemplares y entregados. Pero no pitaba mucha gente.

Un buen día vino a ver al Consejo local de este centro; bueno, no vino a vernos o a animarnos o a aconsejarnos con su experiencia (no tenía) o con las luces del Paráclito (que creo que tampoco tenía) o con las luces propias de su inteligencia, que no parecía ejercer, si las tuviera. Vino exclusivamente a echarnos un broncazo de mil pares.... porque no pitaba gente.

Como pudimos comprobar, ya venía con la receta hecha antes de escucharnos. Intentamos explicarnos, contar las múltiples iniciativas que hacíamos... imposible, él seguía con su discurso de bombardeo. Toda la culpa era nuestra, éramos unos tibios, no dedicábamos tiempo, estábamos decepcionando al Padre y a Dios en persona, nos iban a dimitir.... todo con unos gestos y modales y expresiones del más puro chulito madrileño, recostado en el sillón de medio lado y fumando nerviosamente. Los del consejo local estábamos aterrados. Yo me sentía arder de indignación y cuando logré sobreponerme le dije de la mejor manera que pude que hacíamos lo que podíamos, que no podía dudar de nuestra entrega y que ya que no llegábamos, que él, con su experiencia y sus luces y su profundo conocimiento de la vocación de agregado (....) nos ilustrase, nos diera ideas.... y también nos animara, pues sus palabras nos habían dejado muy desanimados. El director (teórico) del consejo local me daba nerviosas pataditas bajo mesa mientras yo decía eso, estaba volado. Pues no: el Don Herrando,-que se había ido congestionando pasando del rojo al amarillo- me dijo más o menos: "vale sí, tienes razón, ya sé que hacéis muchas cosas bien, pero si no pita gente no me vale de nada". Yo seguí, ya más envalentonado: "¿entonces qué nos sugiere usted?". A lo cual, miró el reloj, y mientras se levantaba me espetó de malas formas: "Yo no he venido a eso; que recéis más" y se fue sin más. Con un cabreo del diez.

Mis conclusiones, extensibles a casi todos los miembros de comisiones y delegaciones que llegué a conocer:

1. No tenía ni idea de qué era un agregado.
2. No tenía ni idea de cómo llevar la labor.
3. Le importaban un rábano agregados, numerarios y sursum corda.
4. Sólo le importaban las estadísticas.
5. Estaba trasladando a los de abajo la bronca que antes le había caído a él.
6. Ejemplo de libro (de los famosos"casos" del IESE) de directivo incompetente. (En vista de lo cual le ascendieron en virtud del famoso Principio de Peter, versión "sublimación percutiente")

Cuando me enteré de su nombramiento como Consiliario, Vicario o Papamoscas (que es lo que realmente era) pensé !Pobre Opus-España, la que te espera!. Y me alegré, claro. Así le ha ido a la Obra en España y a aquel centro de agregados: la mitad huidos, la otra mitad enfermos mentales, empastillados y algún otro fantasma que sobrevive por ejemplar fidelidad a Dios y para cuidar a sus hermanos. El que lo ha visto da testimonio, y su testimonio es verdadero.

Tristes tienen que ser los años que le queden de retiro a Herrando, como probablemente le habrá ocurrido a muchos otros grandes jerifaltes opusianos. Ahora en su "soledad sonora", sin el adulador rumor de sus adláteres, no podrá dejar de oír las voces que le hablen del gran desastre al que colaboró con ardor. ¿Irá de noche por los pasillos solitarios, como Lady Macbeth, frotándose las manos que han causado tantos males y imprecando a gritos a los fantasmas de los numerarios desaparecidos? No le deseo ningún mal, en el pecado lleva la penitencia. Pero sí le deseo un gran bien: que reconozca el mal que ha hecho a tanta gente, que se arrepienta, que pida perdón a Dios y a quien pueda. Así sus últimos años serán bastante menos amargos. Que Dios le ampare.

De don Ramón Solís recuerdo estar recién pitado, a solas con el director en el centro y abrirle la puerta. Era un señor afable, elegante, educado, con gracioso acento de andaluz fino. Yo acababa de pitar y no lo sabía, pero era el Vocal de San Rafael de la Comisión de España. Ni corto ni perezoso, le paré los pies cuando intentó adentrarse en el centro y le metí en una salita. Avisé al director, que me puso una cara de preocupación, le recibió con grandes zalemas y se metieron en un despacho. Yo me esperaba la del pulpo.... Efectivamente, al salir de su reunión el director empezó a echarme la gran bronca, pero don Rafael Solís vino al rescate, me dijo que había hecho bien en parar a un desconocido y con mucho cariño me dijo: te voy a dar tres consejos para que seas eficaz en la Obra: aprende inglés, aprende a conducir y aprende a escribir a máquina.

Le hice caso, pero fui eficaz fuera del Opus, en mi trabajo y mi vida. Y al contrario que a Herrando "Prado de la ribera", le recuerdo con afecto. Pero esto fuę una anécdota de un señorito andaluz fino y bien educado. Su verdadera naturaleza la deduciremos de sus obras, de las que seguro que Madurez nos pondrá al día. ¡Que impaciencia!

Pez





Sonría, por favor.- Orange

Tengo la impresión personal (y por tanto totalmente subjetiva), de que algunas cosas de las que se publican últimamente en Opuslibros están tomando una cierta deriva metafísico- canónico- teológica , debido a las intensas vivencias y al excepcional nivel cultural de los autores, a los cuales justo es manifestarles mi reconocimiento.

Sin embargo, me temo que algunos lectores, entre los que me incluyo, apenas acertamos a comprender en profundidad algunas partes de lo expuesto, sin atreverme a calificar de bizantinismo algunas secciones de lo publicado. A veces pienso que algunos de nosotros puede que seamos un poco más complicados de cabeza que los propios miembros de la Obra, lo cual en si mismo no sería ni bueno ni malo.

No es que me parezca que haya que tender a la trivialidad, pero echo de menos aquellos relatos quizá más sencillos en apariencia, pero que a veces encerraban enseñanzas muy hondas. Para concretar con un ejemplo, echo mucho de menos las cosas divertidas y a la vez profundas que nos contaban personas como nuestro añorado buen amigo Satur. Ojalá haya gentes que puedan contarnos cosas de su estilo y se animen a enviarlas. Creo que no estaría mal que de vez en cuando esbozaramos una pícara sonrisa o nos riéramos abiertamente al leer Opuslibros.

Orange




 

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