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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 21 de Junio de 2019



Libertad para equivocarse, por favor.- Lizzy B.

Ya no me acuerdo quién fue el que dijo que se estaban escribiendo acá verdaderos tratados teológicos y filosóficos, lo que está MUY BIEN, pero que por favor escribiéramos también los más livianitos. YO SOY de las livianitas, jajaja, así es que me sentí interpelada y vamos escribiendo.

Pasa que en la vida fuera de la obra a uno se le olvida la obra. Uno se acuerda cuando sabe que alguien la está pasando mal. Cuando te topas con un IN o un EX. O cuando el venerable anciano escribe algo en Opuslibros (pasa más o menos dos veces al año). ¿Qué puede decir uno que ya no haya dicho? Son embargo, de pronto uno está haciendo su cama, y se evoca la conversación de los niños en el desayuno. En este caso, mis niños hablaban sobre cómo el cerebro aprende del error. "Está bien equivocarte, porque así aprendes. Nada es perfecto, y no tiene que serlo, porque así mejora", le decía el de 10 al de 6, que estaba haciendo un gran escándalo porque había derramado el jugo. 

Uno aprende cuando se equivoca. Es la única manera de mejorar, de innovar, de crecer, de cambiar. Y para poder equivocarte, necesitas tener esa libertad.

¿Qué pasa en el Opus Dei? Que hay poca libertad, pues hay que responder a cierta dignidad, a determinado patrón de conducta. "Hijos míos, libérrimos", qué gran patraña. Lo digo con todo el respeto del mundo. El padre les mentía en la cara a sus hijos cuando les decía que cuidaba y respetaba su libertad, porque en sus actos lo que hizo fue todo lo contrario: tejió una gran red para normar la vida cotidiana (normas de piedad, horario del centro, celebraciones de fiestas de casa), creó un aparatoso sistema legal (vademecum, catecismo, iter jurídico), y por último se preocupó de establecer una policía interna a través de la confidencia, la corrección fraterna y la charla con el sacerdote. Pero si por si acaso lograbas sustraerte de todo eso y conseguir un poco de aire (como comentaba que hizo Hormiguita en un escrito anterior), lo haces a sabiendas que estás "por fuera", desobedeciendo. Y qué bueno es desobedecer en el Opus Dei: la única explicación para mantenerse sano adentro es desobedecer lo más seguido que se pueda. 

Ojo que no estoy diciendo acá que no hay que hacerle caso a Dios. Solo que a veces lo que Dios QUIERE no tiene nada pero nada que ver con lo que un consejo local quiere de mí. Que no vaya al matrimonio de mi hermano, que no tome ese trabajo, que deje esa amistad, que lea determinado libro, muchas veces no tiene nada que ver con lo que me hace bien o es bueno para mí. Entiendo que si esto se viviera, sería el fin del opus dei como lo conocemos ahora, pero quizá su única esperanza de reforma: dejar de guiar a las almas bajo los estrictos criterios que dejó el padre (¡Hace más de medio siglo!) para procurar acompañar a las almas. Señores, ustedes que creen en el Espíritu Santo, ¡¡déjenlo actuar!!

Podría escribir muy bonito sobre el Espíritu Santo, pero no es lo mío. Vuelvo al tema de la libertad: cuesta mucho. Hay que ser muy valiente para abrazarla. Para desestimar el lindo camino con flores que te pintan cuando te hablan de la vocación al Opus, y que se camina SOLO OBEDECIENDO. Dentro del Opus se puede estar bien, como también lo puedes estar dentro de un mal matrimonio. Te aguantas lo que no te gusta y te concentras en lo que te gusta. Pero para poder tomar esa decisión, ya debieras poder contar con determinada libertad interior. Es decir, que ya has sufrido, ya te has equivocado lamentablemente, ya has aprendido como sobrevivir. No más yo me pregunto si tu sueño era vivir en un mal matrimonio....

Existir sobre la tierra, ser hombre, es tan difícil y heroico que solo se logra cuando el amor se traduce en libertad. Nadie merece menos que eso.

Lizzy B.





Congruencia en el vivir, para JuanchoR.- JasonJonas

JuanchoR, no tengo el gusto de conocerte, pero percibo que eres una persona sensata. La forma de referirte al apostolado como búsqueda transparente de la amistad -sin nada que ver con el proselitismo del Opus- me hacen mucho sentido y por igual el hecho de no juzgar a ninguna persona, cuanto más sin el conocimiento y dimensión de lo que cada uno vive en ciertas circunstancias.

Te pido una enorme disculpa de antemano sobre una reflexión o conjetura que haré de tu persona -como una percepción derivada de tus escritos- porque a fin de cuentas ¿cómo puedo conjeturar sobre una persona que no conozco? Ojalá que sea para bien, es mi intención. Respeto por igual las diversas opiniones sobre tu ultimo escrito y las sugerencias que vierten sobre el asunto en cuestión.

Sobre esta conjetura es muy probable que me equivoque, pero bueno, es una apreciación que, si bien no fuere del todo o en nada correcta, de todas formas, trataré de que ilustre el punto. Pienso que esta forma que tienes de ver las cosas -léase lo referido en el primer párrafo- es más por tu persona que por lo que el Opus, como institución, te haya formado. Lo digo en el mejor de los sentidos. Creo que el Opus Dei no es lo que te hace ser el numerario que se percibe eres (podría ser incluso que hagas lo contrario a lo que te pedirían hacer) y que en este sentido el Opus no ha logrado “convertirte” en lo que ha “convertido” a muchos. Sin adulación, se lee a una persona de calidad humana que dista mucho del espíritu REAL del Opus Dei (y tu caso seguramente se replica en cientos de miembros más).

Me parece estupendo y para bien que logres disociar lo que por un lado se pide hacer (en los hechos, porque como siempre en la verborrea se dirá que no): proselitismo salvaje, captación de almas para el Opus, apostolado numérico, etc. (¡que si no se nos muere y vaya que es de Dios!), y lo que haces en el aspecto de la amistad (esto es un ejemplo, ¿cuantos mas habrá?), aunque esto conlleva la gran paradoja, ¿entonces para que estoy en el Opus si hago lo contrario? Al final creo que se impone en ti la congruencia: Importa primero y siempre Dios y en Dios, la Caridad al ser humano, lo demás “son las formas en cualquiera de sus formas” (redundancia incluida).

Por supuesto los años que tengas en el Opus Dei -simplificando tal vez todos los aspectos positivos que hayas adquirido en ella- han contribuido a ser lo que eres hoy, pero lo que se lee de ti -en mi opinión meramente personal- es más bien por cómo es la persona y no por lo que el Opus Dei te haya dado (el conocer la vida de NSJ pudiste haberlo hecho en cualquier ámbito de la vida o en cualquier otra institución de la iglesia que anima a las personas al acercamiento con Dios).

Te refiero pues como alguien que ve acertadamente las cosas dentro del Opus Dei (se percibe por igual que eres alguien que no quiere aleccionar o categorizar). También estoy seguro de que muchos más miembros del Opus Dei, con caracteres y personalidades completamente diferentes a ti, tendrán también esta forma de ver las cosas. Esta forma es en esencia muy humana y cristiana, y nada que ver con lo que el Opus Dei es en las razones apremiantes por las que existe esta página web, entre otras, las de la no-amistad y las de continuamente juzgar a los demás (personas, modos de vivir, instituciones todas) porque “no van por el camino correcto y que Dios les ha conferido ser los únicos guardianes y garantes del bien en todo el mundo mundial existente” (pleonasmo incluido).

Hay una historia popular muy conocida, un tanto cursi y trillada (no es el gran documento teologal, pero al final, ilustra): Un niño arroja estrellas de mar que, arrastradas a la arena, morirán de no volver al agua. Hay miles de ellas, el niño toma una desde la orilla y se adentra un poco al mar para arrojarla lo más lejos posible evitando su muerte. Un hombre que observa le pregunta: “niño, ¿qué haces? ¿no te das cuenta de que no haces diferencia? ¡hay miles de ellas! Y el niño (pienso que con la certeza y nobleza de su convicción), le dice: “para esta que acabo de arrojar, sí hubo diferencia”.

Te felicito JuanchoR, ánimo, seguirás encontrando la forma de hacer esto mismo en la vida que nos relatas y sin pretensiones cuantificables muy del Opus (siendo hoy numerario -seguir siendo- o lo que te depare el destino). Tal vez no te alcance para ver cambios radicales en la institucionalidad del Opus (lo que muchos desearíamos ver), pero para las personas que trates sí habrá diferencia. Lo demás (que si la obra, que si el fulano, que si se molesta o no, etc.) cada uno le dará su propio peso y seguirá siendo parte de las cosas buenas y malas que transcurren en este recorrido y realidad. Lo que trasciende será el BIEN que hagamos y procuremos a los demás como bien lo refieres.

JasonJonas



Respuestas a Lizzy y a Gustavo.- JuanchoR

Hola Lizzy B.

Gracias por tu respuesta: “Existe la posibilidad de que uno haya sido ese ser molesto”. A veces somos tan tontos que, habiendo lidiado con cosas mayores, tenemos una espinilla clavada cuyo recuerdo nos hace enfadar, y necesitas que alguien te diga con cariño lo tonto que eres para que caigas en la cuenta y te rías de ti mismo. ;) Entiendo perfectamente que leyeras mi escrito con una sonrisa, ahora, cuando lo releo, a mí me pasa lo mismo.

Más serio me parece lo segundo que dices. Sí, también yo he podido ser ese ser molesto para otras personas y ni siquiera haberme percatado. Mañana mismo puedo serlo con alguien sin caer en la cuenta en ese momento... pero mensajes como el tuyo ayudan a poner empeño para intentar que esto no suceda, a ser más comprensivo y hacer la vida más fácil a los que te rodean.

Gracias de nuevo y un saludo.

 JuanchoR

 

Buenas noches Gustavo, señor abogado.

La verdad es que había leído algunos escritos tuyos y no me esperaba una respuesta como la que has publicado: “Vidas Impostadas”. Sí, no es la primera vez que una persona me coge el rabanillo por las hojas. Pero el hecho de leer cuatro chorradas que he volcado en un escrito en un momento "flojo" (porque de lo que dices se deduce que tampoco es que hayas leído demasiado de mis otras aportaciones) creo que no te da derecho a pensar que me conoces mejor que mi madre y a hacer las generalizaciones descalificadoras y conclusiones morbosas que me has dirigido (ya estamos de vuelta con los "seres omniscientes" que juzgan al vecino hasta el tuétano con solo ver la punta del iceberg. ¡Pero si los hay por todas partes! Cuando y donde menos te lo esperas, va y salta uno...).

Pienso, sin miedo a equivocarme, que en estas páginas una de las cosas que debe caracterizarnos es el respeto mutuo...

Por cierto, el "placer masturbatorio" lo dejo para otras ocasiones más provechosas.;)

 Lo único que acepto de tu mensaje es el "Gran abrazo", pues nunca está de más. ¡Vaya!

 Saludos,

JuanchoR





Malos tiempos para la épica (2).- Madurez

Me ha sido grato leer a Pez. Y recibir su apoyo. Y leer sus experiencias con el removido Herrando. Sí, era un tipo chulito, pero de niño empollón chulito, ojos de hielo, una tipología peculiar este sujeto. Iba por las tertulias del Centro de Estudios o por los clubes y centros, asistiendo a consejos locales y pontificaba, era irónico, parecía saberlo todo. Pero no sabía nada, como no sabían nada ni los Rafael Solís, Montijano, Cantero, Vera, Salvador, Bernal, etc., etc. Ni los directores de las delegaciones. Eran teóricos de laboratorio, se avenían a los clubes de bachilleres a participar de actividades, a tener sus niños bonitos. Pero no enseñaban nada porque no tenían experiencia de nada. Eso sí, se apuntaban a los UNIV, convivencias, hablaban con los pitables, apuntillaban toros agonizantes...

Algunos de estos sujetos al terminar su tiempo en Comisión acaban en centros y claro, el nombre no mete goles y aunque vayan de director o miembro del consejo local, nada de nada. Es el caso de alguno como Antonio P., me lo mandan a un centro que controla un colegio de Fomento, monta una actividad y a los retiros no va ni el Tato y no pita ni la Chelo. Pero por allí circula Antonio P., que no levanta la labor ni a tiros y por su prominente edad algunos padres que ni son de la Cosa ni nada creen que es un abuelo. jajajaja.

Cómo será de eficaz Herrando, Pez, que se ha cargado la labor en España, en su hégira se han cerrado centros y clubes de postín, colegios mayores, centros de estudio y se han largado miembros a manta de Dios. Bravo, Ramón Herrando, siempre fuiste un bluff, se veía venir. ¿Y Rafael Solís?, un sevillano con gracejo, prepotente, que iba de totem por el centro de estudios cuando salía de la Comisión, que nos daba tabaco rubio, montaba casinetes para narrarnos cómo prácticamente el repicaba las campanas que el Sacrosanto dice que oyó un 2 de octubre de 1928. Solís, quizás ya está en el Jardín de los Quietos o hasta empastillado, nunca se sabe.

Malos tiempos para la épica, director de la cr o currito de la aop que me lees. Sois endogámicos ya y eso, queridos, es la muerte. A ver si alguien sabe dónde han recolocado a Herrando, ese tipo culpable de muchos desastres aque aquí se cuentan.

Madurez 




 

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