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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 19 de Agosto de 2020



CELIBATO Y PODER.- Gómez

Hola Class:

El celibato da mucho poder. Hay que ver cómo los diáconos permanentes casados ocultan su condición. Se revisten de tal manera que parecen sacerdotes, y en sus homilías nunca dicen «mi esposa» ni «mis hijos», «mi nuera», «mi nieta», para no escandalizar a la gente. Son clérigos casados, pero ocultan su condición para no ganarse el rechazo del pueblo.

Una mamá dice que si su hijo lo bautizó un diácono permanente casado no quedó bautizado. Una pareja, que si un diácono casado les dio la bendición a nombre de la Iglesia y declaró que estaban casados hasta que la muerte los separara, no quedaron casados porque quien les dio la bendición era casado. Le echan la culpa del fracaso matrimonial al diácono no célibe que bendijo su matrimonio. En las misas la gente hace cola para recibir la comunión del sacerdote célibe, y evitan la fila de quienes reciben la comunión del diácono casado o del ministro laico.

La gente cree, consciente o inconscientemente, que ser célibe es ser puro y estar en conexión directa con Dios. Cree que el casado es impuro y que no está en conexión directa con Dios. Eso hace riesgoso para la Iglesia acabar con el celibato. El papa Juan Pablo II dijo en 1991 que no daría el paso de ordenar hombres casados, pero que no había inconveniente en hacerlo. Y qué inconveniente va a haber, si el celibato sacerdotal no existió en los primeros siglos en la Iglesia de Occidente, nunca ha existido en la Iglesia de Oriente, no existe en el clero luterano alemán ni en anglicano de los 70 países donde la Iglesia anglicana existe y no existe en la Iglesia episcopaliana de los Estados Unidos. Más aún, la Iglesia católica de Occidente recibe a los sacerdotes que quieren dejar la iglesia luterana, la anglicana y la episcopaliana y se pasan al Iglesia católica occidental, con sus esposas, sus hijos y a veces sus fieles. La diferencia es que los fieles de estos curas casados ya lo eran desde antes, y no van a abandonarlos por el hecho de ser casados. Eso, en cuanto al celibato clerical. El celibato religioso está despareciendo. Las comunidades religiosas, como los hermanos maristas, o se han relajado, como ha sucedido en España, o han ido desapareciendo por envejecimiento y muerte de los pocos que van quedando, como sucede en Colombia. El celibato masculino se está acabando.

Hoy miro a los numerarios contemporáneos míos, y me pegunto qué sentido tiene su vida. Están jubilados y no tienen esposa, hijos, nueras, yernos, con quienes almorzar el domingo. Muy triste. El sentido que tiene el celibato es el poder que da. Allí donde hay un clérigo célibe o un laico célibe hay poder. La gente le cree al célibe, lo ayuda, lo apoya, le da su diezmo, le deja sus herencias, le obedece porque lo cree iluminado, le encarga la educación de sus hijos porque cree que si es célibe es confiable. Por lo mismo, cae en sus enredos, en sus pecados de solicitación. Es la razón de la pederastia. «Me dijo que debía hacerlo un hombre bueno, santo, célibe, conectado directamente con Dios, iluminado. Por eso obedecí» (lugar común de las víctimas de pederastia, 20 años después del abuso). Y resulta que entre los célibes están quienes peor viven la pureza.

El celibato no fue pedido por Jesús (¿hay algún versículo del Evangelio donde lo haga?), sino por san Pablo, aburrido del matrimonio. Luego, lo auspició vivamente san Agustín, aburrido de su vida licenciosa. Cuando la Iglesia se ha querido modernizar, el pueblo católico se ha encargado de reversar los cambios. Miren lo que pasó con la confesión. El último concilio cambió la confesión de boca por una liturgia penitencial, y los católicos no se sentían perdonados de sus pecados, así que siguieron confesándose, y la liturgia penitencial está abandonada en la práctica. Miren lo que pasó con las imágenes. El Concilio trató de acabar con tanta imagen distractora de la verdadera fe en Dios, y hoy las fábricas de imágenes de santos son una industria más potente que la de antes del Concilio. Miren lo que ha pasado con los diáconos permanentes que, ya lo dije, se camuflan para que la feligresía no sepa que son casados. Miren lo que pasó con la idea del papa Francisco de ordenar hombres casados para reforzar el clero de la Amazonia. No se pudo sacar adelante. Miren lo que ha pasado con la idea de Francisco de ordenar como diaconisas a algunas mujeres. ¡Nada! El pueblo cree en la magia del celibato, y la jerarquía prefiere mantener esa creencia, a perder su poder y provocar un éxodo irreversible.

En cuanto al Opus Dei, puede sobrevivir con supernumerarios. ¡Piénsenlo! Colegios y universidades (obras corporativas) ya les dan gran protagonismo; algunos (celadores) reciben confidencias y dan círculos; cada vez pueden tener, y de hecho tienen, más responsabilidades internas.

Gómez





Consejo sobre colegio mayor del opus dei.- Condicionesdeviaje

Hola pamp20

Yo he vivido en un colegio mayor. No sé en qué ciudad vives pero da igual. En Madrid colegio mayor Alcor, en Pamplona Goimendi, y también en Granada y en más ciudades. Pero no te recomiendo ninguno si quieres vivir en paz y libertad. Eso no lo encontrarás en un colegio mayor del opus dei. Con mucha doblez intentaran por todos los medios buscar tu amistad, después incorporarte a los medios de formación, y te atraerán para que formes parte de sus filas. Te hablaran de confesión, de hacer oración, mortificación y demás aspectos de la vida religiosa. Si eso es lo que quieres, adelante. Nadie aguanta tres años, las estudiantes se van en el segundo año,  a vivir por su cuenta. Si quieres probar, tú misma. Mi consejo ya te lo he dado.

Un saludo

Condicionesdeviaje




 

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