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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 19 de Junio de 2020



¿Alguien me sabe decir qué es la vocación?.- Plutone

—Vamos a ver si nos aclaramos, chicos. ¿Alguien me sabe decir qué es la vocación?
—¡Yo, profe, yo! La vocación es saber que hay algo que sabes hacer y que sabes que lo haces bien. Es estar hecho para eso y…
—Mirad, la vocación es…
—¡Yo, profe, yo! La vocación es un don, como el de la pintura, la escritura, la música…, algo que sabes hacer mejor que los demás sin saber muy bien por qué…
—Mirad, la vocación es…
—¡Sí, profe! ¡Y sentir que no serías capaz de vivir si te prohibieran hacerlo, no verle más sentido a tu vida, no ver otro camino!
—Mirad, la vocación es…
—¡Yo, profe, yo! Es igual que la vocación profesional, la que tienen los que han nacido para ser médicos, abogados, científicos…
—¡A ver, chicos! ¡¡¡La vocación es un acto de generosidad!!!
—¡¿Quééée?! Pero ¡¿qué dices, profe?!
—¡No, profe, no! ¡La vocación no puede ser renunciar a lo que más quieras!
—¡No, profe, no! ¡Ni a lo que mejor sabes hacer, para lo que vales!
—Sí, chicos, sí.
—¡Qué va, profe! ¡Eso es sacrificio, no vocación!
—No, chicos... A ver, Antonio, baja ya la mano. ¿Qué quieres?...

(Leer artículo completo...)




La estrategia del proselitismo salvaje y pedido de ayuda.- Anita

Mi nombre es Ana, tengo 21 años y en pocos meses me he dado cuenta de aún sabiendo que estas personas son fanáticas del proselitismo salvaje, me aventuré en un camino al cual no le veo escapatoria. Todos los nombres en esta historia han sido modificados.

Conocí la Obra hace alrededor de un año yendo a una capilla abierta a todo mundo que tienen en mi ciudad. Al principio hablaba con un sacerdote muy amable, con el que tenía una relación muy buena y visitaba ahí mismo de vez en cuando, porque quería recibir el bautismo (historia que... tela marinera); me dijo que fuera a un centro de la Obra para recibir mi formación pero por alguna razón me alejé y decidí ir a una parroquia común y corriente. Pasó el tiempo y dado que me era muy difícil recibir los Sacramentos por la parroquia, volví a hablar con un sacerdote de la Obra (mi actual director espiritual, al que llamaré P. Gustavo), pero esta vez, bajo recomendación de un amigo. Comencé a reunirme con este sacerdote, al cual le tengo muchísimo cariño, y logré mi cometido... en ese momento decidí conocer un poco más el Opus Dei (para ese momento yo ya había leído muchas de sus experiencias), y pensando que iba a poder controlarlo todo e irme cuando yo quisiera, porque entraba con una ventaja que ellas desconocían, me adentré en un laberinto lleno de elementos que cada día me resultan más oscuros y que procederé a detallar a continuación.

Empecé a ir a misas en un centro de la Obra en enero de este año. Iba todos los días, hasta que un día una numeraria (llamémosle Mariana), se me acercó y me pasó su número con una simpatía extremadamente artificial. Hablé con ella un par de veces y las cosas venían bien; yo iba conociendo más las actividades, meditaciones, retiros, etcétera, pero en determinado momento, perdida en la magia del proselitismo salvaje (que vaya mérito tienen por eso), Mariana se autoproclamó mi directora espiritual y empezó a pedirme cada vez más. En un principio solamente iba a las meditaciones y retiros mensuales, seguido de esto, empezó a invitarme a círculos, y a pasar cada vez más tiempo en su casa, cosa que yo evitaba a toda costa, porque tengo una vida. Actualmente me pide que vaya varios días a la semana: un círculo, una meditación y a "hacer encargos para poder conocer más a las chicas", además de una salida fin de semana por medio a algún lugar cercano a la ciudad o a la casa de alguna otra mujer de ahí.

Hace un tiempo empecé a sentirme incómoda por tantas exigencias y empecé a darle largas con el asunto, especialmente después de que durante un círculo, Mariana me pidió que cada vez que fuera por ahí, dejara algo de dinero en una alcancía, pero contrario a lo que imaginaba, la presión aumentó aún más, al punto de estar escribiendo este mensaje casi a las 2 a.m.

Sigo hablándome con el P. Gustavo y le tengo muchísimo cariño, porque por alguna razón no lo noto interesado en hacer proselitismo conmigo y me da una dirección espiritual excelente, pero Mariana es una persona muy agobiante y que noto me persigue a todos lados, siendo tanta la incomodidad que no sé con quién hablar de esto porque no me animo a tocar el tema con nadie.

Como última cosa, me gustaría decir que estuve hablando a escondidas con el párroco de la primera parroquia a la que asistí, el cual me conoce bastante bien, me dijo que me alejara de ella lo antes posible, porque en cualquier momento me iba a ver en una sala con un lápiz y una hoja, siendo presionada para pitar y sin saber qué hacer.

Escribo este mensaje, en parte a modo de descargo, y en parte también a modo de pedido de ayuda, puesto que no conozco a nadie que me pueda ayudar más que ustedes en este momento tan crucial.

Muchísimas gracias por leer hasta aquí, y estaría extremadamente agradecida si pudieran darme algún consejo, por pobre que les parezca, para poder huir.

-Anita




 

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