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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 13 de Enero de 2021



Muerte de J.M. Martínez Doral.- Rescatado

He sido informado sobre la muerte reciente del sacerdote numerario José María Martínez Doral.  Pienso que su traslado desde la Universidad de Navarra, como excelente profesor de Derecho, a un colegio de niños  en Jaén –hace 20 años- pudo deberse, probablemente (es solo una suposición) a su independencia y libertad de pensamiento.  Otra vocación más malograda de intelectual con muchas posibilidades de aportaciones científicas.

 

Personalmente recuerdo que las pocas ocasiones –en algún curso de verano- en las que pude escuchar meditaciones suyas, las valoré como las más inspiradoras, sin comparación, entre los sacerdotes de la Obra.  Solo comparables –con muy diferentes estilos personales- a las de Raimundo Pánikkar y Antonio Pérez.  Tengo información para pensar que desde su llegada a Jaén- cuando debía tener alrededor de 68 años- se sintió incómodo por este cambio de destino.

 

Me informó un ex-miembro numerario que fue alumno de él en Filosofía del Derecho en la Universidad de Navarra de que a sus clases acudían a oírle, además de sus alumnos, un numeroso grupo de estudiantes interesados por su forma de exponer los temas y ayudar a reflexionar.

 

Su traslado a Jaén lo imagino como una especie de encerramiento o aislamiento forzado.  No se le permitía salir solo a la calle.  Un amigo me dijo que no se le permitía tener ordenador y que le daban una medicación como si estuviera esquizofrénico, y que sin embargo, hablando con él, no se percibía para nada ningún signo de ese trastorno.  Era trasladado al colegio de niños en un coche que, al acabar las clases, le iba a recoger.  Nunca le dejaron ir solo, y no puedo comprender que esto se justifique por su débil salud.

 

No puedo dejar de pensar, como muy probable, que debió de sufrir mucho.  Su excesiva delicadeza, y no querer causar molestias a nadie, le habrá podido perjudicar.

 

Probablemente pensó a veces en desvincularse y no le habrían faltado ayudas para reintegrarse satisfactoriamente en la sociedad y en su vocación intelectual, escribiendo libros.  Pero renunció a ello, ¿para no molestar?  Siento una profunda tristeza pensando en su vida.

 

Sucedió a Pánikkar en la dirección de la colección Patmos, manteniendo el mismo nivel y calidad de publicaciones que el anterior (el fundador de la colección).  Nivel que luego decayó con otros.  En los años cincuenta y sesenta esta colección era la primera en España en la que se tradujeron autores extranjeros sobre temas de Espiritualidad de diferentes estilos.

 

Años después algunas de las obras de esta colección fueron prohibidas, p.e. las de Romano Guardini, algunas de Jacques Leclerq, etc.

 

Recuerdo que José María me contó sobre un recorrido que pudo hacer por varios países de Asia, con los gastos pagados por lo que recibía de las conferencias que le solicitaban.

 

Recuerdo también cuando me contó su alegría por el éxito de una ponencia de Raimundo P. en un congreso internacional (con más de mil participantes) en el que él estuvo inscrito.  Fue un congreso en el que la ponencia principal de cada día estaba a cargo de filósofos ilustres como Bertrand Russel, Jean Paul Sartre, Gabriel Marcel y Raimundo Pánikkar (que entonces se llamaba Pániker, antes de recuperar su apellido exacto indio).

 

Yo me di cuenta de que José María podía permitirse elogiar a Pánikkar cuando este acababa de ser expulsado de la Obra.

 

Recuerdo que le pidieron los superiores de una orden religiosa –creo que eran los carmelitas- que aceptase dirigirles unos ejercicios espirituales. Pude comprobar con qué sentido de responsabilidad estuvo estudiando las Constituciones y reglas de la Orden, para evitar dar unos ejercicios con una espiritualidad laical, inadecuada para unos religiosos.

 

Un día le pregunté si guardaba esquemas o apuntes de sus meditaciones, con la intención de pedírselas prestadas. Me suscitó cierta admiración cuando me dijo que nunca las conservaba, pues no quería nunca repetir lo mismo, sino vivirlas como una experiencia única. Yo personalmente he conservado más de cien homilías mías escritas, lo cual me ha resultado muy práctico, pues ahora –con 88 años cumplidos- me resultaría más difícil elaborarlas con la misma calidad. Cambio lo que veo conveniente, pero conservarlas me supone una ayuda. Admiro que José María pudiese prescindir de esto. Ahora, en unos “Encuentros METANOIA de reflexión cristiana on-line” que promoví hace tres años (encuentros cada tres semanas) los participantes tienen que aportar sus reflexiones escritas, respondiendo al menos a dos preguntas de las cinco de un cuestionario sobre una homilía de un texto evangélico, y otro cuestionario sobre un capítulo de teología o espiritualidad. Este año con mi libro Potenciales psicológicos de la Espiritualidad. Disponer de este material me supone una ayuda, ya que ahora todo me resulta más difícil. Pero tengo que reconocer mi admiración a José María por su capacidad para crear en cada ocasión una reflexión original y única.

 

Incluiré a José María entre mi lista de santos que no serán canonizados, que es lo de menos.

 

Espero que hayáis emprendido el nuevo año con muchas esperanzas.  Y una felicitación especial a Agustina.

 

 

Ramón

ramonrosalc@gmail.com 





Opus y sectas.- La Lectora

Miguel Perlado es psicólogo clínico y experto en sectas. Es interesante echarle un vistazo a sus artículos en prensa publicados en su web http://miguelperlado.com/PDF/Perlado2015a.pdf

También os paso esta entrevista donde le preguntan si se puede considerar al Opus Dei una secta http://miguelperlado.com/PDF/Perlado2015a.pdf La entrevista no es actual pero abre muchas cuestiones.

El documental Sectas https://www.youtube.com/watch?v=Aag7atbbEwY creo que está muy bien y merece la pena verlo.

Y sobre las causas judiciales que enfrenta el Opus, aquí tenéis información más reciente https://www.hemerosectas.org/opus-dei-136/

No sé si ya ha sido mencionado en Opuslibros, imagino que sí, pero a mis manos ha llegado ahora y quería compartirlo.

Me parece que puede ser esclarecedor y una ayuda para aquellos que todavía están dentro a disgusto, con ciertas reticencias, dudas, somatizando ya en su propio cuerpo los abusos psicológicos o seriamente enfermos; y para todos los que buscan asesoramiento o profundizar en lo que les pasó allí.

Nunca es tarde. No importa la edad que tengas. La vida es un largo aprendizaje que nos incita a cambiar, evolucionar y aceptar cada experiencia como parte del viaje. Decides tú, aunque te de miedo y no te sientas con fuerzas, siempre se puede y es buen momento, tanto si te quieres marchar del Opus como si todavía tienes pendiente mirar cara a cara a tu propia historia pasada.

Un saludo a todos,

La lectora.





Vocabulario en esta página.- Orange

He leido el escrito de Madurez sobre el sacerdote fallecido Cremades (11-1-2021). Ni entro ni salgo en las opiniones o sentimientos que el autor del artículo pueda albergar respecto al muerto.

Lo que me llama la atención son algunos de los términos que emplea para con el, tales como  "hijo de puta", "lo mandé a la mierda",  "canalla", "le di un guantazo" o "bienvenido al infierno", entre otros.

No soy quien para juzgar este tipo de comentarios, pero, desde fuera, no parecen estar muy en consonancia con la doctrina de Jesucristo en relación con el amor a los enemigos.

Además, la persona encargada de decidir si un envío se publica o no, debe reflexionar sobre si se debe dar el visto bueno a este tipo de expresiones, que en mi opinión pueden dañar el bien ganado prestigio del que goza este website y dar argumentos al Opus Dei para seguir sosteniendo su opinión sobre esta página.

Orange





Un cilicio, 900 pesetas.- Divertad

 

Alrededor del año 2000, en una confesión de un evento, quizá un univ, hablé de sexo. Debió ser una confesión revolucionaria, pues me llevó a una serie de confesiones generales, en las que me confesé de todo aquello que ya me había confesado antes. Ahora lo pienso, veo que querían tomar nota detallada de mis pecados, pero entonces me lo vendieron como una oportunidad única de que no se me hubiera olvidado nada en el pasado en ninguna confesión de mi vida.

 

Inmediatamente, tras la primera confesión, me sugirieron que usase el cilicio. Mi reacción fue una carcajada. No podía creer que me lo estuvieran diciendo en serio. Siempre he tenido dificultades con la comprensión de las bromas, y creí que era una. Pues no. Delegaron en la nume que me había acercado a la obra la gestión. Nunca pensé que me fuera a costar dinero (a pesar de haber pagado por todo antes), por eso recuerdo que fueron 900 pesetas. La susodicha me dijo que tenía que esconderlo bien, no fuera a encontrarlo mi madre. Me sugirió que lo guardara al fondo del armario y me lo vendió en una bolsa de tela con dos cuerdecitas para cerrarla que recuerdo como con un estampado floral, que no iba conmigo ni me gustaba. Recuerdo que pensé que si mi madre veía ese estampado en mi armario, no dudaría en sacarlo para comprobar si no iría en otro armario, tal era la disonancia con mi estilo… También me dijo que era muy difícil de conseguir, que los hacían unas monjitas (así, en diminutivo) que aún creían en la mortificación corporal y en llevar hábito. Me pareció que era un objeto como de contrabando, aunque nunca he comprado droga, no puedo comparar.

 

Me pregunto cuánto os costó al resto si es que lo pagasteis y lo recordáis, y cuál fue la historia de dicho objeto, o de vuestra disciplina. El mío duró poco en mi armario, pues resultó ser un elemento contrario a "la pureza" para mí y me pidieron que lo devolviera. Entiendo que no me devolvieran el dinero, aunque me pregunto si lo tiraron a la basura sin más, en cuyo caso podría haberlo tirado yo en lugar de pasearlo por media ciudad. Pero las cosas allí son así, no se fían de que digas que has tirado algo, me pasó también con otros objetos que les llevé por indicación de mi director espiritual, que los podría haber tirado yo.

 

Divertad




 

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