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EL FUNDADOR SÍ DUDÓ DE SU VOCACIÓN

CLAIRE FISCHER, 14 de septiembre de 2005

 

Retomo la carta de Compaq de hace unas semanas en las que nos animaba a buscar mentiras y contradicciones entre los historiadores del opus. El tema nos viene de perlas para contrastarlo con la carta de Carlita, adolescente de 16 años que se define a sí misma como “numeraria”, aunque sus directoras saben perfectamente que la Iglesia Católica ha aprobado unos estatutos en los que dice muy claro que no puede haber numerarias antes de los 18 años.

El problema es que, para las directoras de Carlita, ella es suficientemente madura y, a la vez, demasiado joven.

Es suficientemente madura para meterle sin escrúpulos en su cabeza y en su alma la idea de que, si duda de su vocación, Carlita está traicionando a Dios. Seguramente –Carlita nos lo podrá confirmar- le han dicho lo que nos repitieron hasta la saciedad a todos los que pitamos a los 14 y medio: que el fundador “que siempre fue por delante de nosotros en el camino de la entrega- NUNCA dudó de su vocación”. Y si no se la han dicho de viva voz, Carlita lo ha podido leer (o se lo han leído) en los Libros de Meditaciones que se publican en esta web, libros que nos han leído a los recién pitados cada mañana cuando íbamos a la oración y a la misa por las mañanas al centro.

Por otro lado, para esas mismas directoras, Carlita es demasiado joven para que a su tierna edad le dejen leer el Catecismo de la Obra. En ese catecismo se dice con toda claridad que Carlita NO es numeraria sino supernumeraria. Tampoco le dejarán leer a Carlita otra parte del catecismo en el que se dice que las supernumerarias NO se comprometen al celibato, de modo que pueden tener novios, pueden hacer con su dinero lo que quieran, pueden estar con su familia siempre que quieran, etc, etc.

Carlita, cariño: ¿te ha contado tu directora lo que dice el catecismo?. Pregúntaselo. ¿te ha explicado tu directora que puedes seguir feliz con tu entrega a Dios como supernumeraria –que es lo que eres al escribir la carta pidiendo la admisión en el Opus Dei aunque en esa carta hayas escrito que pides ser umeraria-, sin que ni por un momento tus deseos de servir a Dios y de buscar su voluntad queden mermadas lo más mínimo?.¿te ha puesto al corriente el sacerdote de la obra con el que te confiesas de que la Iglesia Católica, desde el año 1982, NO permite al Opus Dei que imponga, ni de palabra ni de obra, NINGUNA obligación como numeraria a ninguna chica antes de los 18 años?. No, por lo que nos escribes en tu mail (“soy numeraria”) parece que no te lo han contado todas estas cosas. Tranquila, a nosotros tampoco nos lo contaron.

Y ahora que tienes dudas de si esta es realmente tu vocación, seguramente sufres pues te han dicho que el sólo hecho de dudar ya es dialogar con el demonio. Yo sé de que va ese sufrimiento, Carlita, y muchas de las personas que escriben en esta web también. Sabemos lo espantoso que es ese sufrimiento. Pero, por si te tranquiliza, hay otras personas, en edades más maduras y en circunstancias mucho menos ambiguas, que han dudado de su vocación y han dudado a lo bestia. Concretamente me refiero al mismísimo fundador del Opus Dei.

Cuando vayas a tu centro otra vez, en lugar de leer el Libro de Meditaciones donde dice que el fundador nunca dudó de su vocación, lee más bien el primer tomo de la trilogía de la biografía del fundador escrita por Vázquez de Prada. La encontrarás seguramente en un armario cerca del oratorio donde, al revés de lo que sucede con los tomos de Meditaciones, no hace falta ninguna llave para acceder a los libros.

Vázquez de Prada fue el primer “historiador” de la obra al que, hace pocos años, le dieron acceso a una parte controlada de los apuntes íntimos para que diera un aspecto un poco “científico” a su biografía. Sus tres tomos, que no se publicaron hasta que se consiguió la beatificación –y concretamente el tercer tomo, en que se habla con detalle de las relaciones de Escrivá con el dictador Franco no se publicó hasta conseguida la canonización, pese a llevar el escrito más de 3 años terminado y listo para imprenta- no paran de caer en las más flagrantes mentiras y contradicciones con la historia “oficial” que todos habíamos y hemos seguido oyendo hasta el día de hoy. La frase de Compaq “historiadores del opus, peor imposible” encuentra en Vázquez de Prada su perfecto paradigma.

En ese primer volumen, en la transcripción de sus apuntes íntimos, nos revela el fundador y te copio literalmente, tal como nos lo transcribe Vázquez de Prada –es Vázquez quien elimina textos, yo pongo todo lo que aparece en el libro-:

“[…] quizá -si no hubieras estorbado mi salida del Seminario de Zaragoza, cuando creí haberme equivocado de camino- estaría alborotando en las Cortes españolas como otros compañeros míos de Universidad lo están. No a tu lado, precisamente, porque […] hubo momentos en que me sentí profundamente anticlerical, ¡yo que quiero tanto a mis hermanos en el sacerdocio!”

He puesto el texto íntegro. El libro es público y todo el mundo puede comprobar que no hay nada fuera de contexto. Este es el apunte íntegro del fundador, tal cual, y no hay ningún matiz del mismo fundador a ese texto, ni antes ni después del apunte íntimo. Lo puedes comprobar directamente Carlita, lo puede contrastar todo el que quiera.

Sí Carlita, a ti y a todos nos mintieron al decirnos que el fundador NUNCA dudó de su vocación. En concreto, como lo acabas de ver incluso publicado la literatura oficial reciente:

- El fundador no solo dudó de su vocación internamente. Admite por escrito que creyó haberse equivocado de camino. Y eso no lo hizo a la edad de 16 años. No. Lo hizo siendo maduro y después de haber dado el importantísimo paso de ingresar en un Seminario Mayor, con todo lo que ello supone.

- No sólo creyó haberse equivocado de camino –eso es mucho más que dudar- sino que intentó abandonar el seminario de Zaragoza. En otras palabras, dudó de su vocación, de su camino de entrega a Dios como futuro sacerdote, no rechazó ese pensamiento como una tentación diabólica, hasta el punto de llegar a “creer” que ese no era su camino y, por si todo lo anterior fuera poco, puso manos a la obra para intentar salirse del seminario.

- A pesar de su intento de abandonar el seminario de Zaragoza, -es decir, de abandonar su vocación sacerdotal, convirtiéndose de ese modo en un ex seminarista-, algo externo a él, que atribuye a la providencia divina, se lo impidió.

Esta mentira y reescritura de la historia oficial no es una mentirijilla más. Si Escrivá dudó, consciente y voluntariamente, de su vocación sacerdotal, Carlita, no tengas tú ningún miedo de dudar tu también. Estás totalmente en tu derecho y Dios estará feliz de que dudes, pues El mismo, a través de la Iglesia, ha impuesto al Opus Dei que hasta los 18 años tú no puedas ser numeraria. De lo único que puedes estar segura en estos momentos de dudas, Carlita, es de que tú NO eres numeraria. Y tampoco puedes dudar –nos lo escribe él mismo- de que el fundador SI dudó de su vocación y estuvo a punto de abandonar voluntariamente el seminario.

 

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