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PREPOTENCIA DEL DIRECTOR

LUIS-MADRID, 25 de agosto de 2004

 

Me enteré de la dirección de vuestra página WEB por una Lista de Correo en la que se tocan temas de religión y tengo que felicitaros por proporcionarnos tantísimo material para la reflexión y el entendimiento. Reconozco que la mayoría de las cosas que he leído yo las sabía siendo miembro de la Obra, bien porque alguien me las había dicho o porque yo las había leído en los documentos internos de la Obra. Sin embargo me he quedado asombrado al ver que la manera de actuar que tuvieron los directores conmigo ha sido la misma con la que han actuado con otras muchas personas y que además este comportamiento está totalmente reglamentado en un montón de normas internas que convierten a las personas del Opus Dei en auténticos robots que obedecen indicaciones expresas sin considerar los casos personales de cada miembro de la Obra.

Yo no puedo decir que la Obra me haya hecho ningún mal y por tanto no puedo desprestigiarla ni atacarla ya que para mi fueron ocho años como Agregado (contando que solicité mi ingreso a los 17 años y que me lo plantearon a los 15 años) en los que aprendí muchísimo sobre la Religión Católica (especialmente en mis últimos años en los que cursaba los Estudios Internos de Filosofía), sobre el Opus Dei, ya que pasé por todos los grados de Formación Interna que se proporciona a los Agregados, hice muchísimas Convivencias, Retiros Espirituales y estuve a cargo de la Dirección del Club de los Chavales y de algún Círculo de Formación para jóvenes.

Si tengo que ser sincero os diré que sólo conocí a un Director Espiritual que realmente se preocupara por algo más de si cumplía las Normas, si vivía la pureza y si llevaba correctamente la Cuenta de Gastos... Y por desgracia falleció en un accidente de automóvil al poco tiempo de comenzar la charla fraterna con él. Por lo que a mi respecta la dirección espiritual fue un simple control personal para conocer mis niveles de satisfacción con la Obra. Y desde que me di cuenta de ello así lo entendí y así lo usé sin entrar en temas profundos ni escabrosos. Mis charlas con el sacerdote eran realmente ridículas y por el poco interés que mostraba en saber sobre mis sentimientos o sobre mi vida personal era un simple interrogatorio que acababa en una rutinaria confesión. Reconozco que muchas veces y por la simplicidad de mi vida tenía que mentir en la Charla Fraterna contando pecados o faltas que ni siquiera había cometido por la insistencia del director en que algo malo tenía que hacer y que no era totalmente sincero (en un retiro vino el director para preguntarme expresamente que si yo era homosexual y si había tenido alguna práctica homosexual con algún chaval o con alguna persona de mi entorno... Nunca lo tuve, aunque tuve oportunidades, pero en aquella época no sabía ni a que tipo de prácticas se refería... Le tengo que agradecer que me lo preguntara porque igual fue lo que me hizo empezar a plantearme la posibilidad de serlo). Y realmente al final de tanto insistir terminé sin ser completamente sincero.

Pero para el Opus Dei todo vale con lo que sabían las notas de mis asignaturas de la carrera antes de que yo las supiera, terminaron acompañándome al banco para saber lo que me habían pagado en el trabajo y si lo estaba ingresando todo en Caja...

Pero la verdadera razón de por qué dejé el Opus Dei fue por la prepotencia del Director de mi Centro que estando yo de responsable del Campamento para niños que se organizaba entre varios Clubes juveniles de la Obra al haberse puesto enfermo el Director del mismo prohibió a un padre visitar a su hijo y cuando llegó al Campamento yo no sólo tuve que aguantar un enfado tremendo, la posible denuncia a la Guardia Civil... Conseguí apaciguarlo hasta que el Director, desde Madrid, volvió a hablar con él le volvió a repetir la prohibición y ya os imagináis... Aún así conseguimos arreglar las cosas entre un numerario que estaba conmigo en el campamento y yo...

A la vuelta a Madrid no sólo me habían destituido de Director del Club sino que me dijo que había cometido una falta grave de Obediencia al Director... Yo con las mismas me fui a hablar con el Director de la Delegación, que aparentemente comprendió lo que había pasado, y me dijo que hablaría con el Director de mi Centro. A los pocos días me volvió a hablar el Director con el mismo comentario sobre la obediencia, a lo cual le comenté que yo había actuado en conciencia y no creía tener que rectificar nada... Con lo cual rebajado personal y espiritualmente tomé la decisión de abandonar la Obra, escribir la famosa Carta de Renuncia al Padre, D. Álvaro entonces, y comenzar una nueva vida. Posteriormente me enteré de que a los pocos días de marcharme habían destituido al Director, y al mes aproximadamente me llamó uno de los Agregados del Centro, Secretario entonces, para charlar conmigo. Me ofreció una última oportunidad de volver, la cual rechacé, me comentó que la carta, que yo había escrito al Padre contándole la injusta situación por la que había pasado en los últimos meses, no se la habían hecho llegar ya que, según esta persona, la había leído el Vicario Regional y no consideraban necesario hacerla llegar al Padre para evitarle un sufrimiento mayor... Pero desde entonces solamente recibo de vez en cuando una postal de un Agregado vecino mío que insiste de vez en cuando en que quedemos a charlar, invitación que rehuyo de la mejor manera posible...

Yo he realizado tutorías, direcciones espirituales de jóvenes, charlas, y apartándome un poco de la normatividad del Opus Dei he procurado ayudar a las personas de forma integral. En el Opus Dei fundamentalmente he oído hablar de ayudar al alma, pero con cierto olvido del resto de los aspectos de las personas.

En la actualidad y tras mi salida de la Obra mi vida ha cambiado muchísimo, descubrí mi homosexualidad al comenzar a tener relaciones sociales con otras personas fuera de un ambiente tan cerrado, tengo pareja desde hace unos años y aunque tengo algo abandonada la religión por motivos relacionados con mi preferencia sexual, sigo en la lucha de santificar todos los actos de mi vida procurando ayudar a todos los que me rodean. Aunque supongo que estas páginas webs no la leerán personas de la Obra a las que le pueda estar pasando estas situaciones, pero sí personas que hayan podido pasar por todo esto me gustaría ofrecer mi ayuda, mi compañía y mi apoyo a todos los que lo necesiten, ya que dar el paso de marcharse y abandonar un camino sean las razones que sean para comenzar otro no es nada fácil.

 

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